Los indicadores de la pobreza

Publication_year: 
1997
Jalal Abdel Latif
Inter Africa Group

Etiopía ha estado en crecimiento desde 1992 después de haber salido de la economía de guerra que caracterizó al país antes y durante la década de los 80. El rendimiento económico también ha sido acompañado por las buenas condiciones climáticas y el apoyo que logró el gobierno después de haber adoptado un programa de ajuste estructural negociado con las instituciones financieras internacionales y la introducción al programa de reformas, el Programa de Emergencia, Ayuda y Rehabilitación establecido inmediatamente después de la guerra. El programa de reforma económica condujo a la creación de un ambiente favorecido por la creciente libertad de mercado. Pero parece ser que la implementación de las políticas para mitigar los efectos sociales. No ha sido posible controlar su consecuencia en los niveles de pobreza y efectos sociales. Como aspectos positivos, debemos mencionar el plan para la expansión de la atención sanitaria primaria y la enseñanza básica. Estos planes ya están siendo implementados y la tasa de expansión ha tenido un registro récord. Un elemento importante de los planes refiere a la financiación de los servicios, y es de esperarse que no marginen a los sectores de bajos ingresos, especialmente después de que el experimento inicial de imponer aranceles a los usuarios en el sistema educativo condujo a una disminución importante de las tasas de inscripción.

La extensión y profundidad de la pobreza no han sido medidas en forma adecuada aunque se han realizado intentos para estimar la cantidad de pobres existente en el país. La información disponible está basada en metodología e información defectuosas. Uno de los intentos fue el estudio encargado por el Banco Mundial a principios de la década de los 90. Recientemente la Autoridad Estadística Central ha lanzado la primera encuesta nacional de hogares para determinar el número de personas pobres. Se ha establecido una unidad de control de la pobreza en el Ministerio de Planeamiento y Cooperación Económica.

Estas medidas surgen como resultado del reconocimiento de las posibles consecuencias sociales negativas del Programa de Reforma Económica (Programa de Ajuste Estructural). Las cifras nacionales para determinar el porcentaje de pobres no están disponibles, aunque existen cifras que podrían utilizarse como aproximadas, e información a nivel micro con resultados de gran calidad que pueden ser útiles para determinar y controlar la pobreza en el país.

Se ha estimado que el 52% del pueblo etíope sufre de inseguridad alimentaria crónica y otras cifras indican que la inseguridad alimentaria temporal tiene su origen en la sequía. En el período entre 1991 y 1995, la proporción más baja de personas afectadas por ésta fue del 7% en 1995, mientras que llegó al 15% en 1992.

Cuadro 1.


Población afectada por la sequía 1991 - 1995

Año

Total de Población

en millones

Población afectada

por la sequía o

desastres en millones

Porcentaje de

población afectada

1991

50,74

7,22

14,20

1992

52,40

7,85

15,00

1993

54,09

4,97

9,20

1994

55,81

6,70

12,00

1995

57,59

3,99

6,90

Entre los estudios a nivel micro se encuentra el realizado por Addis Abeba y las Universidades de Oxford en las zonas rurales del país. Este estudio reveló que en 1994 el porcentaje de las personas pobres fue del 37% del total de la población mientras que fue del 48% en 1989. Sin embargo, hay un 12% de hogares que no eran pobres en 1989 pero que integran el sector de la pobreza en 1994. Simultáneamente, un 26% de hogares pobres en 1989, salieron de la pobreza en 1994.

Cuadro 2.


Movimiento hacia y fuera de la pobreza 1989 - 1994

Todos

Pobres en 1994

No pobres

en 1994

Todos

Pobres 1989

36%

26%

48%

No pobres 1989

12%

26%

52%

Todos

37% (170)

63% (182)

100% (352)

Otros indicadores sociales

Las estadísticas existentes indican que la situación social en el país dista de ser aceptable y lo que es más preocupante es la disparidad entre las regiones. Casi todos los indicadores sociales ubican a Etiopía dentro del grupo de los países más pobres pero la disparidad regional dentro del país es aún más alarmante ya que indica que existen zonas rurales en algunas de las regiones con los peores indicadores del mundo.

Quizá el indicador social más serio sea la tasa de mortalidad infantil. Las cifras de reciente emisión revelan que existe una gran variación en la mortalidad de lactantes que osciló entre 139 en la región de Benshangul y 78 en la de Addis Ababa. Se obtienen resultados similares en la tasa de mortalidad infantil.

Cuadro 3.


Tasas de mortalidad infantil y de lactantes

Tasa de mortalidad

de lactantes

Tasa de mortalidad

infantil

Esperanza

de vida

Región

M + F

Masc.

Fem.

M + F

Masc.

Fem.

M + F

Masc.

Fem.

Addis Ababa

78,00

87,00

69,00

108,70

121,70

95,30

58,40

56,60

60,30

Afar

118,00

107,00

133,00

174,00

150,00

206,00

50,30

53,10

47,00

Amhara

116,00

126,00

106,00

170,00

179,00

160,00

50,80

49,60

52,20

Benshangul

139,00

145,00

131,00

206,00

210,00

203,00

46,80

46,30

47,30

Dire Dawa

115,00

122,00

107,00

168,00

173,00

162,00

51,10

50,30

52,00

Gambella

99,00

103,00

94,00

142,00

144,00

140,00

54,20

53,80

54,50

Harari

113,00

114,00

112,00

166,00

161,00

172,00

51,40

51,80

50,90

Oromiya

118,00

128,00

108,00

173,00

182,00

164,00

50,40

49,20

51,70

Sur

128,00

138,00

118,00

189,00

197,00

181,00

48,60

47,60

49,70

Tigray

123,00

134,00

111,00

181,00

192,00

169,00

49,40

48,20

51,00

La esperanza de vida también revela variaciones dentro del país con hasta 10 años de diferencia entre las regiones con las peores y mejores esperanzas de vida (ver gráfica).

El Cuadro 3 muestra la diferencia femenina y masculina en las tasas de mortalidad de lactantes e infantil y la esperanza de vida. La tasa de mortalidad de lactantes muestra que las tasas de mortalidad de lactantes masculina es más alta en un 18% que la tasa de mortalidad de lactantes femenina, excepto en la región de Afar donde la tasa para las niñas es mucho mayor que para los niños. Las cifras de mortalidad infantil también revelan resultados similares, excepto en la región de Harari donde las diferencias tienen un signo negativo como en la región de Afar. En términos de esperanza de vida, la mujer vive más que el hombre excepto en las regiones de Afar y Harari, donde el hombre vive más que la mujer. La diferencia en Afar es mucho mayor (6 años) comparado con Harari (1 año). Las razones de tales diferencias entre las cifras regionales deberían convertirse en un área de investigación para la elaboración de proyectos y programas.

Cuadro 4.


Diferencias en las tazas de mortalidad y esperanza de vida femeninas y masculinas

Región

Tasa de

mortalidad

de lactantes

(Masc/Fem)

Tasa de

mortalidad

infantil

(Masc./Fem.)

Esperanza

de vida

(Masc./Fem.)

Addis Ababa

18,00

26,40

-3,70

Afar

-26,00

-56,00

-6,10

Amhara

20,00

19,00

-2,60

Benshangul

14,00

7,00

-1,00

Dire Dawa

15,00

11,00

-1,70

Gambella

9,00

4,00

-0,70

Harari

2,00

-11,00

0,90

Oromiya

20,00

8,00

-2,50

Sur

20,00

16,00

-2,10

Tigray

23,00

23,00

-2,80

Otro indicador del nivel de sanidad entre la población es la tasa de discapacidad. Este punto es importante en el contexto etíope ya que el país ha tenido una historia bélica reciente. La región más afectada por la guerra, Tigrai, tiene una elevada cifra de discapacidad del 3%, que equivale a más del doble de la cifra más baja.

Cuadro 5.


Tasas de discapacidad en las regiones de Etiopía
Región

Todas las

personas

Discapacitados

Porcentaje de

discapacitados

Addis Ababa

2.100.031

45.936

0,022

Afar

1.097.064

14.140

0,013

Amhara

13.828.909

281.291

0,02

Benshangul

460.325

7.341

0,016

Dire Dawa

248.549

4.226

0,017

Harari

130.691

2.909

0,022

Oromiya

18.465.449

333.653

0,018

Sur

10.368.576

174.941

0,017

Tigray

3.134.470

90.742

0,029

Gambella

162.271

2.581

0,016

Quizá el acceso al agua de la canilla sea un indicador importante del nivel de sanidad de la población, junto con las tasas de mortalidad de lactantes. La abrumadora mayoría de la población del país no tiene acceso al agua corriente. Si consideramos que el acceso al agua corriente también significa acceso al agua potable, entonces el porcentaje que accede a este tipo de agua es muy limitado en las zonas rurales y el panorama es muy variado en los centros urbanos. El Cuadro 6 revela que en la mayoría de las regiones, menos del 5% de la población tiene acceso al agua de la canilla para beber, mientras que las cifras de las zonas urbanas son mejores. Debería mencionarse que la calidad del agua de la canilla no habilita a tomarla en todas las estaciones. La mayor parte del agua que surge de las canillas no es segura, especialmente en las estaciones lluviosas.

Cuadro 6.


Acceso al agua de la canilla para beber en zonas urbanas y rurales

Porcentaje que

recibe agua

de la canilla

Región

Urbana

Rural

Addis Ababa

98

23

Afar

71

3

Amhara

70

3

Benshangul

39

10

Dire Dawa

95

14

Harari

97

3

Oromiya

64

5

Sur

56

5

Tigray

67

3

La tasa de desempleo en las zonas urbanas de Etiopía es muy elevada aunque se contrapone al muy bajo subempleo en las zonas rurales. Una característica impactante es la mayor tasa de desempleo femenina comparada con la tasa masculina en casi todos los centros urbanos de las regiones del país que tienen grandes zonas urbanas (ver Cuadro 7).

Cuadro 7.


Tasa de desempleo en Etiopía urbana
Región

Masc. y Fem.

Masculino

Femenino

Addis Ababa

35,14

30,68

40,53

Afar

11,06

11,97

9,23

Amhara

11,81

11,98

11,61

Benshangul

7,21

7,57

6,64

Dire Dawa

35,4

31,42

40,66

Gambella

11,18

11,16

11,23

Harari

27,13

25,13

30,03

Oromiya

35,14

30,68

41,53

Sur

11,41

11,22

11,73

Tigray

9,78

9,81

9,74

Para reducir la pobreza

Quizá las medidas más importantes para reducir y eliminar gradualmente la pobreza sean la expansión de las oportunidades de empleo para quienes estén en condiciones de trabajar, el aumento de la productividad de las personas que lo hacen, la adaptación al sistema educativo para que tome en cuenta la generación de jóvenes en edad de hacerlo, y el apoyo a aquéllos que no puedan trabajar. El gobierno está tomando las medidas necesarias, excepto en la creación de una red de seguridad social para respaldar a quienes no puedan trabajar. Este tema es preocupante ya que la trama social en las zonas urbanas se está desintegrando con el cambio en la vida económica de las personas. Al mismo tiempo se debe verificar que las medidas que se toman para aumentar la productividad, especialmente en las zonas rurales, no terminen por deprimir el ingreso de aquéllos que no están amparados por los programas.