La agenda del ciclo social : "impasses" y desafíos

Publication_year: 
1998
Atila Roque; Sonia Correa
IBASE; CEDEC; FASE; INESC; SOS-CORPO

La gravedad de la situación social brasileña se explica más por el altísimo índice de desigualdad en la distribución del ingreso entre los diferentes segmentos de la población que por la ausencia estructural de recursos económicos

Al retomar el análisis de la situación brasileñaen esta tercera edición del informe internacional del Observatorio de laCiudadanía no cabe repetir datos tratados extensamente en edicionesanteriores. Se trata, sobre todo, de esclarecer aspectos relativos a las dinámicasde exclusión social y verificar en qué medida los compromisos asumidos en elCiclo Social de Conferencias de las Naciones Unidas están siendo adecuadamentetraducidos en las políticas públicas brasileñas.

La perspectiva de la radicalización democráticaenfrenta, en el contexto brasileño, el desafío de superar un brutal patrón dedesigualdad social. Esta fue una de las principales conclusiones del seminarioorganizado por la iniciativa del Observatorio de la Ciudadanía enBrasil, con la participación de representantes de ONGs, movimientos sociales,universidad y gobierno. La calificación de la lucha contra la exclusión socialen Brasil exige, inicialmente, que reconozcamos que Brasil no es un país pobre.Análisis comparativos (Paes y Barros, R. y Mendonca, R., 1997) demuestran que másdel 75% de la población mundial vive en países con un ingreso per capitainferior al de Brasil. Más allá de esto, el país alcanzó un nivel de ingresoper capita media que permitiría la implementación de políticasredistributivas sin mayores costos en términos de crecimiento económico. Osea, están disponibles los recursos para erradicar la pobreza absoluta en el país.Por lo tanto, es en el campo de la política donde el problema se sitúa:estrategia y voluntad.

Política de Estabilización y Combate ala Pobreza

El argumento central utilizado por los defensoresde la política de ajuste y de estabilización económica –en los términos enque viene siendo aplicada en Brasil desde la implantación del llamado PlanReal- es que sus efectos redistributivos ya serían per se una eficaz"política social", en función de la eliminación del llamado"impuesto inflacionario" que pesaba sobre el ingreso de los segmentosmás pobres.

Conh (1997) analiza cómo esta argumentación vacíael debate en cuanto a la construcción de un nuevo "pacto de solidaridadsocial" que, efectivamente, permita la formulación de políticas económicasy sociales redistributivas. Esta opción también implica limitaciones en elplan de asignación de recursos para las políticas sociales en el ámbito delpresupuesto fiscal, pues lleva a la adopción de "expedientes", comola creación de nuevos impuestos y de mecanismos de recaudación financiera, quepermitan una utilización más flexible por parte del Ejecutivo Lasustentabilidad de las políticas sociales queda así apoyada sobre una base derecursos inestable y/o provisoria, sujeta a las vicisitudes de la política económica.

Esta misma lógica explica la indefiniciónrespecto a una política nacional de ingreso mínimo. Desde 1991, está en trámiteen el Congreso Nacional un proyecto de ley en este sentido y, en ausencia de unapolítica global, estados y municipios han desarrollado sus propias iniciativas.Actualmente existen más de 80 proyectos de ingreso mínimo en el país, de loscuales apenas cuatro están siendo efectivamente implementados.

Programas de Ingreso Mínimo

Las modalidades de los programas de ingreso mínimavarían de un país a otro.

Hay, no obstante, algunos trazos comunes a todosellos:

1) ser universal, destinándose a todos los quese encuentran en situación de necesidad, consecuente de la insuficiencia deingreso;
2) ser un derecho subjetivo, esto es, atribuido según una demanda hecha por elpropio interesado;
3) ser un derecho condicional, pues implica el respeto a ciertas prerrogativasy, en algunos casos, contrapartidas, como la disponibilidad para ejercer untrabajo;
4) ser un derecho subsidiario, es decir tener su valor ajustado por el monto delas demás prestaciones sociales y por el ingreso, sea individual o familiar.

En Brasil, existen diversos programasimplementados, siendo la mayoría de carácter experimental. Podemos destacarentre estos, los programas de los municipios de Campinas, Vitória y BeloHorizonte, que poseen algunas características en común: apuntan a atenderprioritariamente familias con hijos hasta 14 años para que estos frecuenten másasiduamente la escuela; exigen un tiempo mínimo de residencia en el municipiopara que las familias reciban el beneficio; estipulan un monto mínimo para elingreso familiar per capita, generalmente en torno de R$ 40,00. El DistritoFederal es el único estado que posee un programa de carácter permanente queatiende, actualmente, cerca de 25.000 familias.

En el plano federal, dos proyectos de ley setramitan en el Congreso Nacional apuntando a garantizar una ingreso mínima alas familias carenciadas, vinculando el pago del beneficio a la presencia de sushijos o dependientes hasta 14 años en la escuela pública. Ambos procuranvincular la garantía de ingreso mínima al estudio de los niños de familiascarentes y establecen la participación conjunta de los tres niveles de gobiernoen el financiamiento de la transferencia de ingreso.

Fuente: Helena Lavinas, IPEA

Sobre todo –sin negar enteramente losbeneficios de la estabilización económica- es preciso relativizar el impactodel Plan Real en la reducción de la pobreza y de la desigualdad. Los datosanalizados por el IPEA (Paes y Barros, R. y Mendonca, R. 1997) indican que losíndices de desigualdad en Brasil (medidos por el coeficiente de Gini)alcanzaron picos extremos en los años ’94 y ’95, durante la etapa inicialde implementación del Real. Así, aunque en el período 1996-1997 los índicesde pobreza sean menores que los observados en 1994, continúan superiores a losíndices recogidos en 1993. Se registra una evolución similar en el caso de losindicadores relativos a la distribución del ingreso.

GRAFICO: Evolución temporal del Coeficientede Gini
Brasil Metropolitano

Fuente: Construido sobre la base deinformaciones de la Pesquisa Mensual de Empleo (PME) de junio de 1982 a junio de1997.

Nota: La distribución utilizada fue la de individuos según el ingreso familiar de todos los trabajadores per capita.
Nota: Gráfico elaborado por el IPEA, 1997.
Breve perfil de la desigualdad
La desigualdad de ingreso en Brasil es una de las mayores del mundo: el ingreso medio del 10% de los más ricos es cerca de 30 veces mayor que la del 40% de los más pobres;
No es la presencia de los más pobres que hace del Brasil un país desigual, pero sí el elevadísimo ingreso medio de los más ricos: la desigualdad que se verifica en el 80% de la población que no son muy ricos es equivalente a la observada en otros países, como los EUA;
La desigualdad ha aumentado sistemáticamente. Hoy es bastante más elevada que en la primera mitad de la década de los ’80.

Cuadro: Evolución Temporal de la Desigualdad*
Indicadores de desigualdad

Indicadores de desigualdad

Ano

 

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

Proporción del ingreso que recibe el 10% más pobre 0,78 0,76 0,76 0,82 0,76 0,81 0.67 0.59 0.54 0.58
Proporción del ingreso que recibe el 20% más pobre 2,5 2,4 2,4 2,6 2,4 2,5 2.2 2.0 1.9 2.0
Proporción del ingreso que recibe el 30% más pobre 5,0 4,8 4,8 5,1 4,8 5,0 4.5 4.2 3.8 4.1
Proporción del ingreso que recibe el 40% más pobre 8,4 8,1 8,1 8,4 8,0 8,4 7.7 7.2 6.6 7.1
Proporción del ingreso que recibe el 50% más pobre 12,9 12,5 12,3 12,7 12,3 12,8 12.0 11.2 10.4 11.2
Coeficiente de Gini 0,59 0,6 0,6 0,59 0,60 0,6 0.61 0.62 0.64 0.62
Grado de desigualdad ** 82/0 78/0 78/0 92/0 78/0 89/0 57/0 38/-4 26/-11 36/-4

Fuente: IPEA. Construida sobre la base deinformaciones de la Encuesta Nacional por Muestra de Domicilios (PesquisaNacional per Amostra de Domicilios, PNAD)

Nota: * La distribución utilizada es la de individuos según el ingreso familiar per capita
** El primer número se refiere al aumento en el ingreso de 1995, medido como porcentaje del ingreso del año de la columna, necesario para que 1995 tenga un nivel de pobreza menor que el del año referido; el segundo número se refiere a la disminución en el ingreso de 1995, medido como porcentaje del ingreso del año de la columna, necesario para que 1995 tenga un nivel de pobreza mayor que el del año referido.
El año 1995 no es comparable con el año referido en la columna.
El año 1995 muestra un valor mejor para el indicador en cuestión que el referido en la columna.
El año 1995 muestra un valor peor para el indicador en cuestión que el referido en la columna.

Tipos Heterogéneos de Desigualdad

Los estándares brasileños de desigualdad varíanmucho cuando se consideran diferencias regionales, siendo sistemática ladisparidad observada entre los patrones de ingreso en el Nordeste –donde el45% de las personas vive en situación de pobreza- y las demás regiones del país(Informe Brasileño de Desarrollo Humano 1996). Hay también diferenciassignificativas cuando se analizan la ocupación y forma de inserción de laspersonas en el mercado de trabajo. Hay desigualdades importantes entre losrendimientos de trabajadores y trabajadoras con o sin certificado de trabajo, lomismo se verifica cuando se compara el ingreso de los asalariados y aquellos queson ocupados por cuenta propia.

Dos factores de disparidad atraviesan losdiferentes niveles de reproducción de la desigualdad social y tienen raícesprofundas en la cultura brasileña: género y raza. Ser mujer o ser negra generala diferencia respecto a las posibilidades de inclusión social en Brasil.Negros y pardos en Brasil ganan en promedio 40 a 50% menos que los blancos, yque los hombres reciben en promedio un salario 42% superior al de las mujeres.

Estos datos son confirmados cuando se observanrelacionados con indicadores cualitativamente estratégicos, como es el caso dela educación. Lavinas (1997) indica que el tiempo de escolaridad afectadiferencialmente a hombres y mujeres en términos de empleo e ingreso. Más alláde la ya referida disparidad salarial entre hombres y mujeres con el mismo gradode escolaridad, el efecto positivo del aumento en años de estudio en la tasa deempleo tiende a ser menos benéfico para las mujeres que para los hombres,especialmente en el caso de personas con escolaridad entre primero y segundogrado.

En el caso de la población de raza negra, unainvestigación realizada recientemente por investigadores de FASE aplicó unametodología utilizada por el PNUD para la determinación del Indicador deDesarrollo Humano (IDH) para comparar la situación socioeconómica de lapoblación afrobrasilera. Los resultados demuestran que el IDH de la poblaciónafrobrasilera varía entre 0,575 y 0,607, dependiendo de los criteriosutilizados para la definición del ingreso, o sea, es muy inferior al IDHnacional promedio que es de 0,796. De acuerdo con los estándaresinternacionales, el IDH de la población negra y mestiza sería considerado a losumo medio-bajo y ocuparía la posición 109 en el ranking mundial.

Crecimiento y Desigualdad

La gravedad de la situación social brasileña seexplica más por el altísimo índice de desigualdad en la distribución delingreso entre los diferentes segmentos de la población que por la ausenciaestructural de recursos económicos. Una estrategia de desarrollo que no tengaeso en cuenta –aunque sea capaz de estimular índices altos de crecimientoeconómico- estará profundizando la brecha que separa los muy ricos de losmiserables en Brasil. Analizando los datos recientes relativos a pobreza,desigualdad y crecimiento económico, Paes y Barros, R. y Mendonca, R. (1996)demuestran que políticas de desarrollo estrictamente basadas en el crecimientoeconómico fueron poco eficaces en términos de erradicación de la pobrezaabsoluta.

Esto no significa que el crecimiento económicodeba ser descartado como factor de inclusión social. Sin embargo, -considerandolas dimensiones de la economía brasileña y los recursos disponibles-estrategias que busquen la superación de la desigualdad tienen un peso másdeterminante que el crecimiento per se. Según los autores mencionados,una pequeña reducción de la desigualdad equivalente a una variación de apenas0,05 en el coeficiente Gini corresponde a toda una década de crecimiento económicoa 2,6% al año. Por lo tanto, una estrategia consistente de desarrollo socialy humano en Brasil pasa, necesariamente, por políticas que sean capaces decombinar crecimiento económico con acciones efectivas en el sentido de lasuperación de las desigualdades, las cuales reconozcan el modo diferenciado quela dinámica de la inclusión-exclusión afecta los varios sectores de lasociedad brasileña, en particular la población negra/mestiza y las mujeres.

Implementando Políticas: dinámicas ycontradicciones

La implementación de la Agenda del Ciclo Social,en Brasil, está determinada por condicionantes que no son específicamentebrasileñas, entre ellas la lógica que privilegia la estabilización y elcrecimiento económico en detrimento de la promoción de la equidad. Mientras,también deben ser contabilizados: el estándar de desigualdad; laheterogeneidad regional, social, racial del país; la descentralización de laspolíticas y las trabas de naturaleza política y patrones culturales.

En el Informe 1997, fueron listadas algunas políticasque materializan, en el país, la Agenda del Ciclo Social: el Programa Nacionalde Derechos Humanos; el combate a la mortalidad infantil; la prioridad de laenseñanza primaria; las iniciativas tomadas por el Consejo Nacional de Derechosde la Mujer; la instalación de la Comisión Nacional de Población yDesarrollo.

Están ratificadas las convenciones de derechoshumanos, las políticas sociales son descentralizadas, existen mecanismos departicipación y control social (salud, educación, niños y adolescentes,mujeres). Se debate un nuevo marco regulatorio para las OSC. Tambiénestán siendo perfeccionados los diagnósticos del mercado de trabajo Existelegislación laboral de protección y no-discriminación (niños, mujeres ydiscapacitados). Hay políticas de apoyo a la pequeña y mediana empresa. Elsistema nacional de calificación profesional está en reformulación. Sedesarrollan programas de generación de empleo e ingreso en los cuales elmovimiento sindical está directamente involucrado.

En el campo de la promoción del trabajo eingreso, la Política de Reforma Agraria es, sin dudas, la más relevante puesincide sobre un factor determinante de la desigualdad social brasileña: laconcentración de tierras. Además, es preciso decir que el avance relativo dela política de Reforma Agraria, entre 1996 y 1998, se debe más bien a la presiónsistemática del Movimiento de los Trabajadores sin Tierra y la eclosión degraves conflictos agrarios, que a la definición anticipada de una prioridadgubernamental.

La legislación brasileña contra la discriminaciónracial es rigurosa En 1996, se creó un Grupo de Trabajo Ministerial para laValorización de la Población Negra. Si bien su calidad y eficacia sonaltamente cuestionables, existen políticas específicamente dirigidas a laspoblaciones indígenas. La política nacional de protección a los niños y alos adolescentes, apoyada por legislación específica (Estatuto del Niño y delAdolescente) está muy desarrollada. A partir de 1994, el Ministerio deRelaciones Exteriores viene implementando un programa de apoyo consular amigrantes brasileños viviendo en el exterior.

Desde la década de los 80 existe legislación yprogramas contra la discriminación y violencia de género. En 1995, fueronestablecidas cuotas para mujeres en las listas electorales y están siendodebatidas iniciativas de acción positiva en el mercado laboral. Fue elaboradoun Plan Nacional de Igualdad para la implementación de la Conferencia deBeijing, que se replica en programas estatales y municipales. Enjulio de 1997, se instaló en el Congreso Nacional una Comisión Especial paraAcompañamiento de la Implementación de la Plataforma de Acción de Beijing.

En el ámbito de la salud, se estándesarrollando programas de expansión de acceso al agua potable y saneamiento,especialmente en las regiones Norte y Nordeste. Desde los años ’80, está enoperación un Programa de Prevención y Asistencia en HIV/SIDA El programa deAsistencia Integral a la Salud de la Mujer está siendo revitalizado y seanuncian metas para la reducción de la mortalidad materna.

Este breve balance puede sugerir que el gobiernobrasileño está cumpliendo, a satisfacción, los compromisos asumidos. Sinembargo, un examen más cuidadoso, revela obstáculos importantes. Las políticassociales son fragmentadas, de baja efectividad y carecen de una evaluaciónsistemática. Sobre todo, no fue definido, hasta el momento, un Plan Nacionalpara la Erradicación de la Pobreza Absoluta.

Entre 1995 y 1997, se multiplicaron los diagnósticossobre la composición y distribución de la pobreza absoluta en el país. Estánen curso –bajo coordinación de la Comunidad Solidaria- iniciativasfocalizadas de combate a la pobreza en 1.368 municipios. La agenda articula 14programas en seis componentes: reducción de la mortalidad infantil; alimentación;apoyos a la enseñanza primaria; desarrollo urbano; desarrollo rural; generaciónde ingreso y calificación profesional La estrategia focaliza, prioritariamente,los municipios menores y más pobres, excluyendo, por lo tanto las regionesmetropolitanas donde se concentran el 29% de los pobres brasileños.

No obstante, frente a la desigualdad socialbrasileña estas iniciativas han sido persistentemente analizadas comoinsuficientes. De la misma forma, al examinar la fuerte correlación entre losbajos niveles educacionales y la desigualdad social algunos autores consideran tímidala política educacional (Paes y Barros 1997 entre otros). En 1996, fue definidala meta de educación primaria universal para el 2007. Inversiones eninfraestructura y nuevas tecnologías pedagógicas vienen siendo desarrolladasOrientan la política la nueva Ley de Directrices y Base (LDB), el Fondo deValorización de la Educación y del Magisterio (FVEM) y la municipalización.El FVEM establece un apoyo mínimo de 300 reales per capita/alumno/año, de loscuales el 60% están vinculados al pago de salario de profesor en efectivoejercicio. En los estados en que las inversiones no alcanzan los 300 reales percapita/año, el Gobierno Federal hará la complementación.

Haddad (1997), apunta como aspectos positivos laequiparación de recursos a nivel intraestatal, el mayor control sobre laasignación de los mismos, y la vinculación para el pago de salarios de losprofesores. Pero subraya que la LDB no incluye medidas para la erradicación delanalfabetismo y que el FVEM no prevé inversiones en enseñanza supletoria,agotando también la obligatoriedad progresiva del segundo grado. Quedan, así,excluidos los adultos analfabetos y los jóvenes con desfasaje de escolarización,dos contingentes poblacionales importantes. El propio MEC admitía, en julio de1997, que 300 USD/per capita/año es un "monto mínimo" y que la políticano es redistributiva, desde el punto de vista macro, pues no promueve latransferencia entre unidades de la federación (Guimaraes 1997).

Es preciso registrar, que está adquiriendo cadavez mayor relevancia la propuesta de mayores inversiones en educación. Ensetiembre de 1997, el Ministro de Hacienda reconoció que estaban agotados losimpactos positivos de la estabilización sobre la pobreza, la educación básicaserá la prioridad estratégica para los próximos años (Folha de Sao Paulo,14/09/1997). Simultáneamente, el MEC redefinió el plazo para que seacumplida la meta de educación primaria universal para 2004 y anunció lapropuesta de erradicación del analfabetismo en diez años (Folha de SaoPaulo 16/09/1997). La efectividad de estas nuevas directrices, sin embargo,parece condicionada a una definición más firme en términos de financiamientoy de la lógica que presidirá su asignación. Este segundo aspecto esfundamental pues, en Brasil, aunque las inversiones en el área social seanvoluminosas, no siempre alcanzan a los grupos desfavorecidos o son, de hecho,orientadas sólo para responder necesidades básicas

Descentralización: méritos y límites

La descentralización de las políticas socialesestá muy avanzada en los casos de educación, salud, niños y adolescentes, yprogramas focalizados de combate a la pobreza. La experiencia demuestra que ladescentralización permite la adecuación de las políticas a lasheterogeneidades regionales y locales y a las necesidades de la población, laampliación de las posibilidades de control social y, potencialmente, ladesconcentra ingresos y gastos entre estados y regiones.

Al mismo tiempo, continúa siendo difícil latransferencia de recursos y atribuciones entre Unión, Estados y Municipios.Algunos municipios financian el 80% de los presupuestos sociales con recursospropios pero hay estados y municipios cuyo ingreso es enteramente dependiente delas transferencias federales. En atención de esto, Haddad (1997) sugiere que nose debería considerar como automáticamente positivo el impacto de lamunicipalización de la enseñanza fundamental, pues esto depende de como seráhecha la descentralización y, sobre todo, de una orientación redistributiva másefectiva en el ámbito federal.

Más aún, las reglas de descentralización sonheterogéneas. En el caso de la educación la división de responsabilidad(entre los niveles federal, estatal y municipal) está bien definida. En elsector de la salud, la descentralización de la asistencia contrasta con elfinanciamiento centralizado en el ámbito federal. Todavía no existen reglaspara orientar la descentralización del Programa Nacional de Derechos Humanos yla promoción de la igualdad entre los géneros, lo que hace que su implementaciónquede a merced de las lógicas locales. Tal heterogeneidad, sobre todo,dificulta el montaje de estrategias intersectoriales.

Una novedad en este campo es la descentralizaciónde iniciativas de generación de empleo e ingresos. En 1992, apenas 363 de loscasi 5.000 municipios brasileños implementaban políticas y programas en estaárea. En este momento, están siendo creadas secretarías especiales en el ámbitomunicipal y están en funcionamiento 800 comisiones estatales y municipales deempleo, involucrando órganos gubernamentales, sindicatos y OSCs. El ProgramaNacional de Formación Profesional (Planfor) capacitó 1,2 millones de personasen 1996, 1,6 en 1997 y proyecta la calificación de 8 millones de trabajadores ytrabajadoras hasta 1999. El programa debe invertir 320 millones de dólares en1997.

Pero, según Mehedeff (1997), el nivel federalcontinua manteniendo un control excesivo sobre el programa y no ha invertido,adecuadamente, en el fortalecimiento de las instituciones locales. Sobre todo,es preciso considerar que las estrategias locales de generación de puestos detrabajo exigen incidir sobre las políticas macroeconómicas como en el caso delos fondos constitucionales de apoyo a la generación de empleo, las estrategiasindustriales y las inversiones en infraestructura. Sin embargo, frecuentementeestas decisiones escapan a la órbita de influencia y poder de los niveleslocales o de las comisiones de empleo recientemente instaladas (Cunha 1997).

Cultura y Política

La implementación de la Agenda del Ciclo Socialen Brasil también se enfrenta con límites impuestos por los estilos culturalesy por la lógica política. El desempeño del Programa Nacional de DerechosHumanos es ejemplar en este sentido. Aunque una de las prioridades sea elcombate contra la violencia perpetrada por el Estado, el programa contempla losderechos humanos, civiles y políticos, de hombres, mujeres, niños,adolescentes, presos, refugiados, migrantes, policías, extranjeros, viejos,discapacitados físicos, portadores de HIV, desposeídos, homosexuales, blancos,negros, amarillos, indios, grupos étnicos.

Las acciones emprendidas han focalizado elcontrol de armas y el desarme en el área de violencia crítica; la formaciónen derechos humanos para policías; la protección a víctimas y testigos; laerradicación del trabajo forzado y del trabajo infantil; implementación de laConvención 111 de la OIT contemplando estrategias de acción positiva (raza y género).Las OSCs han evaluado positivamente esta evolución. Pero consideran que, por noincluir la defensa de derechos económicos y sociales, los impactos del programaserán siempre limitados en un contexto de desigualdades sociales tan acentuadascomo es el caso de Brasil (Almeida 1997).

Santos (1997) –en calidad de miembro de lacoordinación de parte del programa- señala que su mayor desafío es lainternalización de sus premisas por otras instancias gubernamentales y por lapropia sociedad. Todavía prevalece, en Brasil, la noción de que los derechoshumanos se limitan a defender a los ciudadanos contra la violencia del Estado.Las representaciones sociales siguen impregnadas por el preconcepto de que losderechos humanos son "defensa de los bandidos". Se registra, sobretodo, una profunda resistencia cuando se trata de desnaturalizar la discriminaciónde género y, especialmente, de raza.

De ahí resulta que –en el mismo escenario enque se desarrolla el Programa Nacional de Derechos- un Ministro de Estado no sesienta limitado en hacer, públicamente, una observación racista (Carneiro1997). Al evaluar las políticas vigentes de calificaciónprofesional, Mehedeff (1997) sugiere que este sesgo atraviesa el tejidosocio-institucional brasileño:

"Las instituciones más eficientes decalificación profesional, son blancas, urbanas, industrialistas, masculinas y,principalmente, privatistas. No tienen como perspectiva hacer que lasoportunidades de estabilidad y de crecimiento económico, sean igualitariamenteabsorbidas por todas las capas y grupos sociales."

A las barreras que se manifiestan en el planocultural se suman contradicciones de naturaleza política. Las políticas públicasdel área social se desarrollan en un escenario conflictivo en que están enjuego muchas "voluntades políticas". Hay, por ejemplo, tensionesflagrantes entre los distintos niveles del ejecutivo, y entre este, ellegislativo y el judicial Sobre todo, es preciso no perder de vista que las políticasse definen a partir del juego de intereses en el interior de los aparatosestatales. La prioridad de la estabilización y del crecimiento que se hace endetrimento de políticas de reducción de la desigualdad expresa una relaciónde fuerza entre intereses divergentes en la sociedad brasileña. Desde 1995, sedesarrolla en el legislativo federal una lucha reñida para que se cumplan lasrecomendaciones internacionales con relación al aborto como grave problema desalud pública . La implementación de una política de salud másequitativa ha chocado, históricamente, con los intereses del sector privado deasistencia. Sobre todo, en la medida en que la internalización de la Agenda delCiclo Social es débil, la naturaleza de la composición política que sustentael gobierno federal, ha tenido con frecuencia efectos problemáticos en el planode la implementación de las políticas sociales relevantes. Por consiguiente,aunque los esfuerzos de monitoreo y presión por parte de la sociedad civil,deban ser delimitados por requisitos técnicos calificados, siempre implicaránuna dimensión política en el sentido clásico de la palabra.

BIBLIOGRAFÍA

Subsidios al I Seminario Nacional Observatoriode la Ciudadanía, Rio de Janeiro, julio de 1997:

* Almeida, W (1997). Análise do ProgramaNacional de Direitos Humanos

* Carneiro, S. (1997). Raça e DireitosHumanos no Brasil.

* Cohn, A (1997). Políticas Sociais: Contribuiçãoao Workshop Social Watch -Brasil

* Cunha, P. (1997). Precarização e Políticasde Geração de Emprego e Renda

* Guimarães, M.H. (1997). Política de EducaçãoFundamental . Transcrição da fala.

* Haddad,S (1997). Balanço da ReformaEducacional Brasileira . Transcrição da fala.

* Lavinas,H. (1997). Desigualdades Sociais noBrasil. Transcrição da fala.

* Mehedeff, N (1997). Reformulação da Políticade Qualificação Profissional. Transcrição da fala.

* Paes e Barros, R. e Mendonça, R., "Oimpacto do crescimento econômico e de reduções de desigualdade sobre apobreza". IPEA, Série Seminários No.25, Rio de Janeiro, Out.1996.

Otras referencias

* Paes e Barros, R. e Mendonça, R."Desigualdade no Brasil: Fatos, Determinantes e Políticas deCombate". IPEA, setembro 97, mimeo.

* "O Papel dos Parceiros na ComunidadeSolidária". Programa da Comunidade Solidária Brasília, 1997.

* "Relatório Brasileiro deDesenvolvimento Humano". IPEA/PNUD. Brasília, 1996