Mujeres y pobreza: el alto precio de la ocupación

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2005
Izzat Abdul Hadi, Nadya Engler
Bisan Center for Research and Development

Todos los indicadores de desarrollo de Palestina corren el peligro de decaer a consecuencia de la ocupación israelí y el subsiguiente deterioro económico. Las mujeres llevan la peor parte y los hogares con jefatura femenina experimentan una incidencia de pobreza 1,3 veces superior a los dirigidos por hombres, a pesar de la ayuda humanitaria y de los esfuerzos de las mujeres por generar ingresos mediante actividades realizadas en el hogar.

“En 2004 la pobreza aumentó como consecuencia del crecimiento del desempleo, la caída de los ingresos de las personas empleadas y la pérdida de propiedades provocada por las demoliciones de viviendas, las requisas y los aplanamientos de terrenos que realizan las Fuerzas de Defensa Israelíes”,[1] señala un reciente informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de Naciones Unidas. A través del estrangulamiento económico provocado por la ocupación ilegal israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza, del sistema represivo de los cierres de frontera y del Muro de la Separación (al-jidar al-fasel), la ocupación constante impide el acceso a los recursos, las oportunidades, los servicios y la ayuda, agravando los problemas que padecen palestinos de todos los sectores de la sociedad. Con el alto desempleo de los hombres y la pérdida de familiares por prisión o muerte, las mujeres experimentan una parte significativa de las consecuencias de la ocupación y la resultante pobreza generalizada, cada vez más arraigada en el país.

Las cifras hablan por sí solas

Más de 70% de los hogares necesita ayuda en la actualidad. El desempleo aumentó en 2004 y a fines de ese año 32,6% de la fuerza de trabajo estaba desempleada (casi 29% en Cisjordania y más de 41% en la Franja de Gaza).[2] Las cifras de la pobreza son complejas y diversas, pero las estadísticas muestran que a fines de 2004 aproximadamente 50% de la población vivía con menos de USD 2,10 por día, frente a 22% en 2000; en la Franja de Gaza la cifra asciende a 68%.[3]

En diciembre de 2004 la línea de pobreza nacional se fijó en ILS 1.800 (USD 398) por mes para una familia de dos adultos y cuatro niños. Eso se traduce en aproximadamente USD 2,21 por día por persona, la misma cifra que el año anterior. Sin embargo, un informe conjunto de 2003 del Banco Mundial y la Dirección Central de Estadísticas Palestina (PCBS) fijó la línea de indigencia en aproximadamente USD 1,51 diarios (USD 28 por mes) para alimentos, según el consumo calórico mínimo, y en USD 17 mensuales para otros gastos necesarios, como vivienda, vestimenta y agua. El Ministerio Palestino de Asuntos Sociales ofrece ayuda a casos especiales de necesidad a razón de USD 0,71 por día. En diciembre de 2003 aproximadamente 607.000 habitantes de Cisjordania y Gaza, o 16% de la población vivían en la indigencia. La proporción ha aumentado desde entonces.[4]

Las causas de la pobreza

Considerar la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza como la fuente de todos los problemas sociales, económicos y políticos no haría justicia a estos problemas. Sin embargo, para poder comprender la pobreza en Palestina hay que entender la forma en que la ocupación afecta todos los aspectos de la vida. El sistema israelí de retenes, puntos de control, barricadas militares y cierres de frontera separó a los palestinos de Israel y Jerusalén e hizo prácticamente imposible el traslado entre Cisjordania y la Franja de Gaza. Dentro de Cisjordania los palestinos necesitan un permiso especial para transitar por más de 700 kilómetros de caminos. Los israelíes obstruyeron el paso por cientos de sitios con piedras, bloques de cemento o trincheras para dificultar el movimiento e impedir el acceso vehicular directo a muchos pueblos y aldeas. En Cisjordania existen 60 puntos de control militares israelíes que funcionan permanentemente, además de los puntos “ambulantes” o temporarios. Los palestinos necesitan permisos de las autoridades israelíes para abandonar sus aldeas o pueblos, y es difícil conseguirlos. Asimismo, los palestinos no tienen fronteras internacionales independientes para poder comerciar o viajar a través de ellas.

Desde que los cierres de frontera se impusieron a comienzos de la segunda intifada en 2000, decenas de miles de trabajadores no han podido ingresar a Israel para acceder a sus antiguos empleos. Solamente en 2004 murieron 881 palestinos, 4.009 resultaron lesionados y más de 13.500 personas en Gaza perdieron sus viviendas debido a las acciones militares israelíes.[5]

Los agricultores y los pescadores perdieron USD 1.000 millones por causa de las medidas israelíes entre el inicio de la segunda intifada en septiembre de 2000 y agosto de 2004. En este lapso, según el Ministerio de Agricultura Palestino, el ingreso por concepto agrícola se desplomó, pues las políticas de cierre de fronteras elevan los costos de transporte y estropean la mercadería debido a las prolongadas demoras en los puntos de control.[6] Los pescadores de Gaza tienen acceso limitado al mar Mediterráneo y donde sí tienen acceso las aguas costeras padecen de sobrepesca. Se calcula que las tierras disponibles para el ganado en Cisjordania (aproximadamente 770.000 ovejas y cabras) se redujeron 66% a fines de 2003.[7] Como el precio de los productos aumenta debido a los costos del transporte y los productos israelíes ingresan libremente al mercado con precios más bajos, los ingresos de la producción local descendieron aun más. La destrucción de las estructuras industriales se calcula en USD 75 millones, la de la infraestructura en USD 634 millones y la del transporte en USD 25 millones, por lo que hay pocos inversores dispuestos a arriesgarse. Se calcula que entre 2000 y 2004 se perdieron aproximadamente USD 576 millones en inversiones. Las pérdidas generales de este período ascendieron a casi USD 20.000 millones, correspondiendo a los sectores productivos más de la mitad de esa cifra.[8]

Además de la ocupación, la brecha entre ricos y pobres se profundiza en Palestina y agrava la injusta distribución de la riqueza. La corrupción de algunos sectores de la Autoridad Palestina también priva a la población de la totalidad de los beneficios de los recursos del gobierno.

La pobreza no puede considerarse simplemente como un tema económico, hay que comprender el término de tal manera que incorpore el acceso limitado de los palestinos a los recursos, las oportunidades, los servicios y la ayuda. Económicamente esto se refleja en la falta de acceso a los mercados, las materias primas, los medios de producción y las oportunidades de empleo y mano de obra. De manera más general, las repercusiones por la falta de soberanía en las fronteras y la confiscación y expropiación israelíes de las tierras prohíben tener el control sobre los recursos naturales. La falta de libertad de movimientos afecta negativamente el acceso a la educación, los servicios de salud mental y física, y la participación política y social significativa. Estas consecuencias son mucho peores en el caso de los pobres.

Las consecuencias

Todos los indicadores de desarrollo corren el riesgo de decaer aun más por la combinación entre la ocupación israelí y el subsiguiente deterioro de la situación económica. La situación del medio ambiente se agrava ya que muchos municipios no tienen acceso a terrenos para disponer de los residuos y la basura se arroja o quema abiertamente en lugares próximos a zonas residenciales. La salud decae en proporción con la caída de la nutrición y la mayor dificultad de acceso a los servicios de salud. En 2002 el entonces Comisionado General del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas declaró: “La cruda realidad es que 22% de los niños palestinos padece de desnutrición aguda o crónica por razones exclusivamente generadas por el hombre. Gaza y Cisjordania no tuvieron sequía alguna, no fallaron las cosechas y las tiendas suelen estar repletas de alimentos. Pero el fracaso del proceso de paz y la destrucción de la economía a raíz de la política de cierres de frontera de Israel tuvieron el efecto de un terrible desastre natural.”[9] La gente no recurre al tratamiento médico a menos que sea absolutamente necesario, debido al costo y los problemas de traslado. La calidad de los servicios médicos es deficiente. Descendió la calidad del agua y el acceso a la misma. La matrícula en la enseñanza se redujo leve pero sensiblemente debido a los cierres de fronteras, a la preocupación por la seguridad y al incremento de las tarifas escolares y los costos de transporte.

Estrategias de supervivencia

En los últimos cuatro años se agotaron muchos mecanismos de supervivencia económica, junto con los ahorros y el crédito de los pobres. El consumo de alimentos se redujo al máximo, se vendieron las joyas de la familia, se desconectaron líneas telefónicas, la calefacción invernal es considerada un lujo y en algunas zonas, las familias prescinden de la electricidad o del agua corriente para reducir los gastos. Los niños fueron retirados de la escuela para ahorrar el arancel escolar y las familias con empresas o producción agrícola dependen más del trabajo no remunerado que realizan los integrantes del hogar. Algunos niños fueron enviados a trabajar. La gente sigue pidiendo prestado o recibiendo apoyo financiero de sus familiares y del exterior, pero la dependencia va en aumento y con el tiempo esta estrategia será menos sostenible. El rumbo principal que toman las estrategias de supervivencia es la apertura de pequeñas empresas y proyectos muy localizados, además de la dependencia de la asistencia pública y la ayuda humanitaria.

Los esfuerzos para reducir la pobreza tuvieron cierta eficacia, de manera que el número de pobres no aumentó, lo cual no refleja la real situación económica. En 2004, en Cisjordania y Gaza la ayuda alimentaria llegó a 1,5 millones de personas o aproximadamente 40% de la población, una cifra 10 veces mayor que en 2000. Aunque la ayuda para la pobreza ha sido efectiva, desvió fondos de la ayuda al desarrollo que, según la OCAH, descendió 70%.

La experiencia de las mujeres

Una evaluación nacional participativa de la pobreza en 2002 señaló que “a medida que mujeres, hombres y niños describen sus vidas y problemas, el género casi siempre es una característica sobresaliente y la pobreza una experiencia donde el género influye”.[10] Las mujeres, los niños y los jóvenes son los sectores más vulnerables de la sociedad palestina. “Las mujeres palestinas que sintieron con más intensidad la adversidad de la vida cotidiana tuvieron que soportar la carga de la responsabilidad por el hogar debido a la muerte, la prisión o el desempleo de los integrantes masculinos”.[11] Las mujeres también deben soportar “la peor parte de la ira y la frustración de sus familiares hombres, que sienten la humillación de no poder cumplir el papel tradicional de proveedores de la familia”.[12] Existe inquietud porque están resurgiendo estructuras tradicionales que refuerzan los valores patriarcales.

“Los hogares dirigidos por mujeres exhiben una incidencia de pobreza 1,3 veces superior a los hogares dirigidos por hombres”, y casi 30% cae por debajo de la línea de pobreza.[13] En el sector formal del trabajo las “mujeres tienen desventajas en cuanto a los salarios y los beneficios de la seguridad social y… existen barreras de desigualdad para las mujeres empresarias en cuanto a los derechos sobre la propiedad y la herencia, el acceso al crédito, la responsabilidad penal y la existencia de centros de atención infantil”.[14]

Además de cargar con el peso económico durante el reciente conflicto, muy a menudo las mujeres son responsables de los heridos o discapacitados. A medida que los ingresos de las familias disminuyen, es común que se sacrifique la educación de las niñas antes que la de los varones. Dado que se espera que las niñas se casen y vivan fuera del hogar de sus padres, no se las considera una inversión que valga la pena. Las tradiciones sociales también hacen a las mujeres vulnerables al aislamiento debido a la falta de libertad de movimiento. Las familias se preocupan por el honor de las mujeres en su hogar y son reacias a permitirles que corran el riesgo de sufrir acoso en los puntos de control, o que no puedan volver a casa debido a la inestabilidad de la situación política. Asimismo, el transporte y el tiempo de traslado son más caros, lo que significa que las mujeres tienen menos acceso a la redes de apoyo personal de amigos y familiares que viven en otras zonas. Tampoco tienen acceso a las actividades, servicios y decisiones sobre el hogar que se realizan fuera de su casa. También padecen escaso acceso a la atención médica, especialmente a la atención médica reproductiva, la planificación familiar y la atención pre y posnatal. En algunas zonas la asistencia a la escuela de las niñas y las maestras está descendiendo a pesar de la, por lo general, elevada matriculación. La salud de las mujeres también va en deterioro y afecta a los niños. Según un reciente estudio de la Organización Mundial de la Salud, 70% de las nuevas madres padece anemia.[15]

Acciones y políticas del gobierno

La Autoridad Palestina tomó algunas medidas para atender la equidad de género y la pobreza, pero aún no se perciben resultados y consecuencias. El Ministerio de Asuntos de la Mujer anunció a principios de 2004 que sus objetivos eran instituir el compromiso del gobierno con la equidad de género y trabajar por su promoción, la democracia y los derechos humanos a través de las redes y el activismo.

El Plan de Desarrollo de Mediano Plazo 2005 (MTDP) del Ministro de Planificación Palestino incluye una sección considerable sobre la reducción de la pobreza. No obstante, si bien declara que “los proyectos y programas del MTDP que sean sensibles al género y contribuyan con el empoderamiento femenino recibirán especial atención”,[16] no hay planes ni sugerencias sobre cómo se aplicarán esos enfoques.

El gabinete palestino creó la Comisión Nacional para la Erradicación de la Pobreza, integrada por representantes de diversas organizaciones de la sociedad civil, ministerios e instituciones del sector privado. Su propósito es desarrollar una estrategia nacional adecuada de reducción de la pobreza y presionar a los donantes para que destinen más recursos a ese fin. La PCBS también trabaja para integrar un componente de género a su investigación.

El papel de la sociedad civil

Con cientos de millones de dólares de ayuda destinados a Cisjordania y la Franja de Gaza, la sociedad civil está comprometida con los programas de reducción de la pobreza y de desarrollo para fomentar la construcción del Estado.

La sociedad civil participa de una iniciativa del PNUD en asociación con la PCBS para adaptar localmente los Objetivos de Desarrollo del Milenio mediante indicadores de pobreza locales. También hay un intento de crear un banco de préstamos para los pobres que actualmente tiene un capital inicial de USD 10 millones. Palestina cuenta con su propio Informe sobre Desarrollo Humano. Los actores árabes y palestinos de la sociedad civil se sumaron a la iniciativa de la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental para rehabilitar la infraestructura socioeconómica en Palestina. En el plano internacional la Red Palestina de ONG participa en el Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza (GCAP).

ONG locales e internacionales trabajan para aumentar y fortalecer los programas de microcréditos y microempresas ya que muchas mujeres carecen del acceso a los servicios de información, recursos o crédito.

Recomendaciones para la acción local e internacional:

Notas:

[1] Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH). Review of the Humanitarian Situation in the occupied Palestinian territory for 2004. Jerusalén, 2004.
[2] Dirección Central de Estadísticas Palestina (PCBS). Second Quarter 2004 Report on Palestinian Socio-Economic Conditions, diciembre de 2004.
[3] OCAH, op cit.
[4] Banco Mundial. “Poverty in the West Bank and Gaza After Three Years of Economic Crisis”, 2004, http://siteresources.worldbank.org/INTWESTBANKGAZA/Resources/wbgaza-pove...
[5] OCAH, op cit, p. 3.
[6] Agencia de Noticias WAFA. “Losses of the Palestinian Agriculture Exceeds USD 1 Billion”, 22 de septiembre de 2004.
[7] Centro Internacional para las Investigaciones Agrícolas en Zonas Áridas. “The Agricultural Sector in Palestine”. Caravan, Vol. 18-19, junio-diciembre de 2003.
[8] Consejo Económico Palestino para el Desarrollo y la Reconstrucción. “Palestinian losses reached USD 20 billion in the last four years”, www.pecdar.org/default.asp?page=2750
[9] Hansen, Peter. “Hunger in Palestine”, The Hindu, 10 de diciembre de 2002.
[10] Ministerio de Planificación y Cooperación Internacional de la Autoridad Palestina y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. “Project Policy Briefing Paper: Women, Gender and Poverty in Palestine: Learning about Family Crisis, Survival and Development from Poor Women, Men, and Children”, Palestinian Participatory Poverty Assessment: October 2002. Ramallah, p. 2.
[11] Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer. “Situation of and assistance to Palestinian women: Report of the Secretary-General, United Nations Economic and Social Council”, (E/CN.6/2005/4), 10 de diciembre de 2004.
[12] Amnistía Internacional (AI). “Israel and the Occupied Territories: Conflict, occupation, and patriarchy: Women Carry the Burden”, AI Index: MDE/016/2005. Londres, 31 de marzo de 2005.
[13] Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, op cit.
[14] Ibid.
[15] Ibid.
[16] Ministerio de Planificación de la Autoridad Palestina. Draft Medium Term Development Plan, 2005-2007, Ramallah, febrero de 2005.