La reducción del papel del Estado genera desprotección social

Publication_year: 
2007
Dr. Majdi Abdel-Hamid
The Egyptian Association for Community Participation Enhancement

Décadas de ajuste estructural socavaron lo que una vez fue un sistema de protección social sumamente desarrollado. La mayoría de las pensiones a la vejez no cubren siquiera las necesidades más básicas, mientras la mayor parte de los pagos por los servicios de atención médica se desplaza en forma creciente a los individuos y el sistema público de seguro de salud está en proceso parcial de privatización. Entre tanto, la creciente pobreza y la desigualdad generan contradicciones que amenazan provocar estallidos sociales.Laaplicación de políticas de liberalización y ajuste estructural en Egiptoprovocó una variedad de repercusiones sociales adversas. El derecho al trabajoque ampara la Constitución perdió su sentido, y las condiciones de vida de laclase trabajadora se deterioraron debido al aumento del desempleo y el descensodel salario real. El mediocre crecimiento económico, junto con la ausencia deuna expansión activa de la industria representan obstáculos de magnitud paralos desempleados y quienes recién ingresan al mercado de trabajo. Surgierongraves diferencias en la distribución del ingreso y la riqueza entre lossegmentos rurales y urbanos de la población. La incidencia de la pobreza hacrecido, especialmente en las zonas rurales. De hecho, esta fue la consecuenciainevitable de la reducción del papel desarrollista del Estado y sus deberessociales. Los ricos se enriquecieron y los pobres se empobrecieron aun más, yaque las políticas adoptadas suelen favorecer a los ricos y con frecuencia secompromete el concepto de igualdad de oportunidades.

La protección social que brinda el gobierno a los segmentos vulnerables de lapoblación se limitó con la creciente presión sobre las partidas de ayuda, laeducación y la atención médica, la suba constante del costo de servicios básicoscomo el agua, la electricidad y el transporte, y el incremento de las tarifasque se cobran por los servicios prestados por el Estado. No hay señales de uncambio de políticas que puedan corregir estas repercusiones adversas. Por elcontrario, los gobiernos sucesivos reforzaron estos efectos, con la crecienteinfluencia de las voces que abogan por la economía de libre mercado y laintegración al sistema capitalista globalizado.


Distribución del ingreso, pobreza yredes de seguridad

La pobreza está estrechamente relacionada con dos problemas: el crecimientoeconómico y la distribución equitativa. Muy a menudo, los bajos niveles decrecimiento económico se encuentran entre las principales causas de la pobreza,lo que significa que un crecimiento mejor y sostenido es fundamental parareducir la pobreza. Sin embargo, este factor es necesario pero no suficienteporque si los beneficios del crecimiento económico no se distribuyenadecuadamente ese crecimiento mayor no generará automáticamente la reducciónde la pobreza. Para que el crecimiento económico favorezca a la poblaciónpobre se deben aplicar políticas que reduzcan las desigualdades en los nivelesde ingreso, riqueza y capital. Por lo tanto, para reducir (y erradicar) lapobreza el crecimiento debe ir acompañado de mejores salarios, productividad yoportunidades de empleo, especialmente porque las y los asalariados con bajosingresos, los trabajadores con baja productividad y los desempleados representanuna gran proporción de la población más vulnerable a la pobreza.

Un vistazo rápido a la evolución del porcentaje que ocupan los salarios en elPBI en los últimos 30 años muestra un deterioro significativo. En 1975 lossueldos representaban aproximadamente 40% del PBI. Ese porcentaje bajó a untercio en 1985-1986 y a un cuarto en 1995-1996. La proporción de los salariosen el PBI aumentó levemente durante los primeros cinco años del nuevo siglopero se mantuvo por debajo del nivel alcanzado 25 años antes. Si se mantiene latendencia a la baja que se extendió entre 1974-1975 y 1999-2000 los salarios nocomprenderían más de 21% del PBI en 2004-2005.

Finalmente, las redes de seguridad social (educación y servicios de salud,pensiones, asistencia social, etc.) se consideran esenciales para reducir elporcentaje de personas que caen por debajo de la línea de pobreza.


Seguro social no protege a pensionistasde la pobreza

Una de las redes de seguridad más antiguas y desarrolladas es el sistema deseguridad social que asegura a los beneficiarios y sus familias compensaciónpor los riesgos que les impiden trabajar y generar ingresos. Básicamente, estesistema depende de las aportaciones que pagan los empleados y las empresas. Lasprestaciones se pagan en casos de accidentes laborales, enfermedad, maternidad,desempleo, vejez, discapacidad y muerte.

El sistema de seguridad social de Egipto es uno de los más desarrollados delmundo en el aspecto de la inclusión, ya que abarca a trabajadores ytrabajadoras del sector formal e informal, empresas, empleados públicos,trabajadores zafrales y trabajadores radicados en el exterior, al igual que alas fuerzas armadas, con una extensa gama de disposiciones sociales.

Sin embargo, la pregunta sigue en pie: ¿el sistema de seguridad social siguedesempeñando su función en lo que respecta a otorgar a la gente pensionesadecuadas para asegurar un nivel de vida aceptable luego de su jubilación o enlos casos de vejez, discapacidad o muerte – referida a las pensiones quereciben los sobrevivientes? Para responder esta pregunta hay que considerar lascifras a continuación.

La pensión mínima mensual para los trabajadores y las trabajadoras por cuentapropia es de EGP 35 (USD 6). En esta categoría, 75,4% reciben menos de EGP 100(USD 18), y casi todos (99,1%) reciben menos de EGP 200 (USD 35). En cuanto aquienes fueron empleados asalariados del sector formal, más de la mitad (52%)recibe pensiones mensuales inferiores a EGP 100.

Los trabajadores zafrales y del sector informal están amparados por el SistemaIntegral de Seguridad Social, que se limita a las pensiones a la vejez,discapacidad y sobrevivientes (o sea, no se les brindan prestaciones porenfermedad, maternidad y desempleo que ofrece el plan convencional de seguridadsocial). A cambio de una aportación mensual de EGP 1 (USD 0,18), en laactualidad los contribuyentes de este plan reciben en promedio pensionesmensuales de EGP 80 (USD 14).

Entre tanto, las personas no cubiertas por un plan de seguridad social puedenrecibir la llamada pensión ‘Sadat’, una prestación mensual no dotada defondos que se paga con control de recursos a las personas pobres mayores de 65 años.En septiembre de 2006 el gobierno la aumentó de EGP 60 a EGP 70 (USD 11 a USD12,50) para los beneficiarios que viven solos.

Estas cifras son más significativas cuando se las compara, por ejemplo, con lalínea de pobreza, fijada actualmente en EGP 3.000 (USD 533) por año, o EGP 250(USD 44) por mes. De hecho, esta línea de pobreza es bastante modesta, ya querepresenta poco más de EGP 8 diarios, o menos de USD 1,50. Esta cifra apenasalcanza para comprar tres humildes comidas sin carne y dos tazas de té, lo cualdeja sin cubrir las demás necesidades básicas (otros alimentos esenciales,atención médica, educación, vivienda, vestimenta y transporte).

Muchos segmentos de la población caen por debajo de la línea de pobreza antela inexistencia de fuentes alternativas de ingreso, incluso 69% de las personascon derecho a recibir pensiones que fueron empleadas asalariadas, todos aquellosque fueron empleados por cuenta propia, y todos los receptores de la pensiónSadat.


Aumento de la privatización de la atención médica

El gasto público en atención médica enfrentó una presión tremenda en las décadasde 1980 y 1990 en el contexto de la reducción del papel socioeconómico delEstado con el fin de reducir el déficit fiscal. El descenso del gasto públicoen salud transfirió los gastos de los fondos públicos a los privados; o sea, alos individuos y los hogares.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que el gasto total en saluden 2004 representó 6,1% del PBI. El gasto privado constituyó 61,8% del gastototal, mientras el gasto público representó sólo 38,2%[1].

Estas cifras son especialmente preocupantes cuando comparamos Egipto con elresto del mundo. La relación del gasto público en atención médica con el PBIes inferior al promedio de 3% del grupo de los países de medianos ingresos, alque pertenece Egipto. Además, las personas individuales cargan con una partemayor de las cuentas médicas (61,8%) que los habitantes de los demás paísesde medianos ingresos (50,4% en promedio) y de altos ingresos (59,4% enpromedio). Por lo tanto, los egipcios están más expuestos que antes a la malasalud y las enfermedades. Además de tener que pagar cuentas médicas máscaras, las dificultades que enfrentan a la hora de recibir tratamiento médicose suman a la carestía que generan el desarrollo lento y el papel cada vez máslimitado del Estado.

La aplicación de políticas económicas neoliberales a principios de la décadade 1970 hizo estragos en el sistema de salud pública, lo cual provocódisparidades en el nivel de los servicios brindados, un acceso desigual a losservicios sanitarios, escasas capacidades, desequilibrios en la distribución delos recursos privados entre la atención preventiva y la curativa y el traspasode la mayor parte de los pagos a los ciudadanos particulares.

En cuanto al seguro de salud público, que se creó en 1964, sus recursos ycapacidades son muy limitados en comparación con la demanda de sus servicios. Afines de junio de 2005 el sistema cubría a 36,7 millones de personas, o 52% delos habitantes del país. La mayoría de los beneficiarios (73,8%) sonlactantes, niños y niñas preescolares y estudiantes. Los trabajadores de lossectores público y privado representan 20,6% y el 5,5% restante sonpensionistas y viudas. Si bien creció el número total de contribuyentes, larelación de contribuyentes que trabajan para el gobierno y los sectores públicoy privado con el número total de trabajadores actualmente con empleo y latotalidad de la fuerza de trabajo se mantiene muy baja, con 39,2% del total detrabajadores y 34,7% del total de la fuerza de trabajo en 2004-2005. Asimismo,el sistema no cubre a grandes segmentos de la población como los agricultores,las amas de casa, los trabajadores zafrales e informales y los desempleados,todos ellos sin un ingreso fijo.

Si bien el sistema público de seguro de salud cuenta con una gran base decontribuyentes, en 2004-2005 el gasto total de la Organización de Seguro deSalud (OSH) fue de EGP 2.140 millones (USD 380,2 millones). Esta cifra no esmucho mayor a los EGP 2.000 millones (USD 355,3 millones) que gastara elMinisterio de Salud – ese mismo año fiscal y a costas del Estado – entratamientos médicos, lo cual se limita a unos pocos miles de ciudadanos yciudadanas.

El gobierno decidió entonces transformar la OSH en una sociedad de cartera porresolución del Primer Ministro No. 637/2007. Esta decisión representa un granpaso hacia la absoluta privatización del seguro de salud y la atención médica.Socava el concepto de seguro de salud social y el derecho de la ciudadanía arecibir tratamiento médico. La resolución transforma a la OSH en una agenciaadministrativa que no brinda servicios, sino que los compra al sector privado.Asimismo, privatiza la administración de la OSH, que por consiguiente se basaráen consideraciones comerciales.

El peligro de tal medida radica en la reducción cada vez mayor del papel delEstado y el deterioro de los conceptos de equidad y solidaridad social queforman la base de la sociedad, según la Constitución. También reduce elservicio público a su mínima expresión. Esta transformación implica eltraspaso de la mayoría de lo que solían ser servicios públicos, que el Estadoprometió proporcionar a la ciudadanía, hacia el sector comercial, por ejemploa las empresas del sector privado o las restantes empresas del sector públicoque trabajan con el fin de maximizar el lucro. Esto aumentará los costos deatención médica a un nivel que sólo un pequeño sector de la población podrápagar.

Este tipo de medidas podrán lograr la reducción del déficit fiscal. Noobstante, privarán a grandes segmentos de la población de los serviciossanitarios que necesitan, salvo quizás en los casos de la atención médicaprimaria. La orientación que sigue el sistema sociopolítico aumenta lasdesigualdades sociales, acaba con el concepto de igualdad de oportunidades entrelos ciudadanos y agrava la marginación social, que podría tener consecuenciasnefastas para la armonía y la cohesión sociales.


Una crisis multidimensional

Una profunda crisissocial golpeó al país cuando el régimen en el poder intentó reconstruir elcapitalismo, bajo las consignas de la liberalización, el ajuste estructural yla transformación hacia una economía de mercado abierta e integrada. Enesencia, el país siguió a la economía capitalista mundial, en el marco del régimentotalitario y la creciente hegemonía extranjera. La crisis ha tenidodimensiones económicas, sociales, administrativas y políticas.

En el plano económico, la crisis reveló la incapacidad del régimen paraaumentar y ampliar la base de recursos del país, además de su incapacidad degestionar con eficacia los recursos existentes en el marco de la corrupcióngeneral.

En el plano social, la crisis refleja políticas favorables a los ricos, lo cualaumenta la pobreza, destruye las redes de seguridad, generaliza la corrupción yaumenta la delincuencia, Esto provocó graves contradicciones sociales yamplificó la lucha de clases en la sociedad, que a su vez podría generarestallidos sociales con nefastas consecuencias.

En el plano administrativo, la crisis revela la debilidad de la administración,su incapacidad para descargar sus diversas responsabilidades y para proporcionara la población los servicios básicos. Las agencias del gobierno no soneficaces y ya no pueden realizar tareas básicas ni siquiera con un mínimo decapacidad.

Finalmente, la dimensión política es muy clara. Con frecuencia la situaciónpolítica interna se describe como represora y tensa. La indignación popular hacrecido a la par del monopolio del poder, la tiranía política y eltotalitarismo, junto con una mayor personificación del poder y la aparición deun régimen familiar. Hay cada vez más pruebas del intento de traspasar elpoder a través de la herencia, lo cual a su vez alimenta la crisis interna, yaque revela pruebas de la falta de voluntad del régimen para democratizar lavida política. Todo esto se combina con la creciente concentración de riquezaen manos de una minoría y la creciente polarización social: la concentraciónde poder se intensifica, los elementos básicos de la participación desapareceny se agrava la desigualdad de oportunidades de la ciudadanía.


Referencias

AliOmar, K. y Mubarak, H. (s/f). The Issue of Insurance andPension Funds.Centro de Leyes.

Al-Isawi, I. (s/f) The Egyptian Economyover Thirty Years. Biblioteca Académica.

Al-Mirghini, E. y Mubarak, H. (s/f) SocialInsurances Funds: Facts and Figures. Centro de Leyes.

Banco Mundial (2005a). Sustaining Gains inPoverty Reduction and Human Development in the Middle East and North Africa.

Banco Mundial (2005b). World DevelopmentIndicators 2005.

Centro National deInvestigación Social y Criminal (2007). Novena Convención “The Issues of Poverty andthe Poor in Egypt”.

Instituto de PlanificaciónNacional en colaboración con PNUD (2003). Egypt Human Development Report 2003.

Instituto de Planificación Nacional en colaboración con PNUD (2005).
Egypt Human Development Report 2005. Choosing our Future: Towards a New Social Contract.

PNUD (1994). Informede Desarrollo Humano 1994.

PNUD (1996). Informe de Desarrollo Humano 1996.


Nota:

[1] <www.who.int/countries/egy/en/>