La economía crece, las disparidades también

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2008
Phan Van Ngoc
Saroj Dash
ActionAid International Vietnam (AAV)

La aspiración y el compromiso de Vietnam de convertirse en un país de ingresos medios para 2010 parece una meta realizable. Las reformas económicas han mejorado significativamente las opciones de la gente y su participación en el proceso de desarrollo. Sin embargo, las disparidades económicas van en aumento; el progreso sigue siendo precario para gran parte de la población. La incipiente sociedad civil tal vez ayude a controlar y reducir la corrupción

Durante los últimos cinco años, Vietnam ha logrado extraordinarios progresos sociales y económicos, aun cuando el desarrollo se ha enlentecido en el resto del sureste asiático. El desempeño macroeconómico del país ha sido notable; la tasa de crecimiento del PBI ha llegado a un promedio de 7,6%. El porcentaje de personas que viven en la pobreza ha caído bruscamente, de 58% en 1993, a cerca de 20% en la actualidad, sin causar inestabilidad social significativa. Otros indicadores de desarrollo social muestran progresos similares.

Este llamativo desarrollo socioeconómico fue generado y sustentado, en gran medida, por el proceso Doi Moi (renovación económica), que ha incluido la reforma agraria, la liberalización de los precios y la descolectivización agrícola. El Gobierno ha implementado, también, reformas políticas radicales. Entre ellas se encuentran la Constitución de 2001, que atribuyó poderes a la Asamblea Nacional para emitir votos de no confianza a los líderes que elige, incluso los ministros; reformas legales tales como las nuevas leyes que permiten establecer organizaciones de desarrollo social; y esfuerzos coordinados para combatir la corrupción. Es más, el 10º Congreso del Partido Comunista de abril de 2006 aprobó un plan quinquenal para el desarrollo socioeconómico para 2006-2010, confirmando así la intención de Vietnam de convertirse en país de ingresos medios para 2010. La resolución histórica del 10º Congreso del Partido también determinó que los derechos humanos fueran prioridad fundamental para el desarrollo futuro.

Estas reformas extendieron, de forma significativa, la variedad de opciones disponibles para los vietnamitas y mejoraron la participación en el proceso de desarrollo. Sin embargo, los derechos de los pobres y las personas excluidas siguen viéndose comprometidos por las crecientes disparidades entre ricos y pobres, lo rural y lo urbano, y entre los kinh (mayoritarios) y las minorías étnicas. Para la gran cantidad de personas que subsisten con ingresos apenas por encima de la línea de pobreza, los progresos siguen siendo precarios. Las conmociones económicas motivadas por factores externos, tales como desastres naturales o socios comerciales, podrían hacer que millones de hogares vuelvan a caer por debajo de la línea de pobreza oficial.

La brecha étnica

Las condiciones en los distritos rurales remotos, sobre todo entre las minorías étnicas, son una excepción manifiesta al éxito  que ha tenido el país en reducir la pobreza económica sin generar un aumento significativo de la desigualdad general. Las minorías étnicas constituyen sólo 15% de la población, pero son 40% de los “pobres”; para 2010 se prevé que la proporción llegue a los dos tercios [1] . La tasa de pobreza severa entre las minorías étnicas es de 19,2%, en comparación con apenas 2,6% entre la mayoría kinh. Las mujeres y las niñas están en último lugar. Tienen menos acceso a servicios de salud y educación, así como a oportunidades económicas, que los hombres de las minorías étnicas y que las mujeres kinh y chinas. Los hogares pobres tienden a tener más integrantes, más niños y ancianos, y por lo general son encabezados por mujeres.

La situación de muchos granjeros se ha vuelto vulnerable debido a la acelerada urbanización, que seguirá aumentando en la medida en que la industria sobrepasa a la agricultura como el sector más fuerte de la economía. Diversos cálculos de desigualdad de consumo e ingresos señalan una creciente divergencia entre ricos y pobres, sobre todo entre las zonas urbanas y las comunidades rurales en donde la vasta mayoría de la población aún vive y trabaja. Todos los principales indicadores de desigualdad presentan una tendencia al alza desde 1998. El coeficiente Gini para el gasto del consumo comenzó su ascenso incluso antes; aumentó de 0,33 en 1993 a 0,35 en 1998, y a alrededor de 0,37 en 2002 [2] . También persisten grandes disparidades en otras áreas esenciales, tal como la alimentación infantil, la salud materna y el acceso a la educación y al agua potable.

Brechas de género

Vietnam ha progresado más hacia la igualdad de género que muchos países comparables; sin embargo, aún existen disparidades significativas. Será necesario seguir realizando esfuerzos sostenidos y cambios societarios para lograr progresar aún más hacia la equidad de género.

Las mujeres aún deben superar barreras para lograr la participación plena en la vida pública. A pesar de que su presencia en los cuerpos legislativos es relativamente alta (27% en la Asamblea Nacional), siguen teniendo poca representación en cargos públicos, sobre todo en la administración local. En los niveles provincial, distrital y comunal, sólo hay un 5% de representación femenina entre los miembros de los cuerpos ejecutivos de toma de decisiones, tales como el Comité del Pueblo. Por otra parte, a pesar de las reformas legislativas, a menudo sigue negándosele a la mujer igualdad de derechos en cuanto a activos de producción.

En la mayor parte de Vietnam las tasas de matriculación netas de niñas y varones, tanto en educación primaria como secundaria, son bastante parejas. En 2004 las tasas de educación secundaria eran de 66% para las niñas y 61% para los varones. La participación de las mujeres en la fuerza laboral es casi igual a la de los hombres. En el grupo etario de 15 a 64 años, 83% de los hombres y 80% de las mujeres tenía empleo pago en los 12 meses previos a la encuesta de hogares más reciente. Las mujeres siguen ganando menos que los hombres por el mismo trabajo, pero la brecha ha disminuido en forma notable; de 30% a inicios de los años noventa, a 17% en la actualidad.

Pobreza urbana

Los cambios progresivos en las políticas públicas, que han promovido el desarrollo industrial, han convertido a la pobreza urbana en un problema más acuciante. La conexión entre la pobreza rural y la urbana es clara; es probable que la migración a las zonas urbanas se acelere, ya que la riqueza creciente de las ciudades deja muy atrás al desarrollo económico del campo. Varios factores se combinan para perpetuar la pobreza de los migrantes: el desarrollo insuficiente de la infraestructura urbana, el acceso restringido a servicios sociales (en el caso de migrantes no registrados) y la ausencia de una red social fuerte, típica de las aldeas vietnamitas que muchos de los migrantes han dejado atrás.

La mayoría de los migrantes son mujeres con poco conocimiento de la zona a la que se mudan y, lo que es más importante, conocimientos limitados acerca de sus derechos. Muchas terminan trabajando en empresas en donde las condiciones de trabajo son sumamente difíciles y los salarios son bajos. Otras se encuentran atrapadas en una pobreza despiadada, obligadas a echar mano a cualquier medio para sobrevivir, por riesgoso que sea. Los grupos sociales más vulnerables, tales como las víctimas del tráfico, los trabajadores sexuales, y las personas que viven con VIH/SIDA, se componen mayoritariamente de mujeres y niños. El trabajo sexual no sólo es peligroso, sino que es estigmatizado y se define en Vietnam como un “mal social”.

Es probable que el VIH/SIDA se convierta en un problema cada vez mayor y más grave, que amenace la sustentabilidad del desarrollo socioeconómico. Si bien la tasa oficial de infección de 0,28% parece baja, todas y cada una de las 64 provincias y zonas urbanas informan de casos, sobre todo entre los jóvenes. La mayoría de los expertos teme que las cifras aumenten. Además, una catástrofe como la rápida expansión del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en toda la región en 2003, y el brote de gripe aviaria, o desastres naturales como tifones e inundaciones, sumados a los cambios climáticos significativos, podrían presentar desafíos nuevos y difíciles.

Problemas de integración económica

En tanto Vietnam siga en busca de una integración económica más ajustada a la economía mundial, quedará cada vez más vulnerable a los volátiles precios de los artículos de consumo y a la veleidad de los inversores en el mercado de bonos. Se han reducido, gradualmente, las barreras tarifarias y no tarifarias y se planifica una mayor liberalización para cumplir con las obligaciones de membresía de la Organización Mundial del Comercio (OMC). A no ser que se atiendan en forma explícita los potenciales impactos negativos de estas reformas, es posible que las personas pobres y excluidas de todo el país no puedan compartir los beneficios de esta política de puertas abiertas.

Aunque el Gobierno reconoce muchos de los temas y problemas sin resolver que genera la integración económica, aún no ha propuesto soluciones específicas. Si las tendencias actuales se mantienen, la integración económica dejará muy atrás al programa para la reducción de la pobreza. Sin una estrategia integral para mejorar las condiciones de los grupos más vulnerables, la pobreza y la injusticia pueden empeorar.

Problemas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio

De los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), el de saneamiento es aquel que el país está más lejos de alcanzar. Aunque 76% de la población urbana contaba con acceso a saneamiento adecuado, en 2004, de la población rural, sólo el 16% [3] había accedido a éste. Entre los motivos de este progreso insuficiente se debe incluir; la ausencia de una política unificada para el saneamiento, responsabilidades institucionales poco claras y la débil coordinación interministerial, así como la falta de atención a este problema por parte de la comunidad internacional.

El aumento de la corrupción

La corrupción es un serio problema que recibió considerable atención durante el 10º Congreso del Partido en abril de 2006. El índice de corrupción de Transparencia Internacional colocó a Vietnam en 2,6, una calificación peor que la de otros países del sureste asiático, con excepción de Filipinas e Indonesia.

La aplicación de la nueva ley anticorrupción parece difícil en el contexto cultural local, sobre todo mientras el Gobierno carezca de los recursos humanos necesarios para tomar medidas enérgicas. A nivel local, la corrupción, la falta de responsabilidad y la poca capacidad de liderazgo podrían convertirse en obstáculos significativos para la implementación de las reformas de gobernanza que se planifican.

El papel activo de los medios

Tradicionalmente, se consideraba que el papel de los medios controlados por el Estado era sólo el de educar al público en general. Sin embargo, un grupo emergente de directores de periódicos y periodistas profesionales ha comenzado a producir informes independientes acerca de temas significativos con relación a la pobreza, la mala gobernanza y la falta de democracia. Recientemente los medios han revelado casos de corrupción y abuso de poder por parte de autoridades gubernamentales que se apropiaban de tierras y otros recursos. Este tipo de compromiso activo desempeña un papel importante en la sociedad civil al promover el debate, expresar la perspectiva del público en general acerca de temas fundamentales y ayudar a salvaguardar los derechos de los ciudadanos.

El camino a seguir

Es esencial que el Gobierno se concentre más en asegurar que los grupos vulnerables tengan acceso a los servicios, a oportunidades para mejorar su condición de vida y a la información. Las reformas políticas e institucionales que promuevan la democracia y la buena gobernanza ayudarán a crear un espacio abierto donde la gente pueda participar en los procesos de toma de decisiones, sobre todo a nivel local. En la última década ha ido creciendo el reconocimiento del valioso papel que puede desempeñar la sociedad civil en el país. Podría ayudar a controlar y reducir la corrupción, que se ha convertido en una seria amenaza a la legitimidad del Gobierno.

RECUADRO

Rehacer la vida, tras haber sido víctima de tráfico

Dinh Thi Thuy, de la provincia de Hai Phong, es una de tantas mujeres vietnamitas que han sido traficadas a países extranjeros. Su familia le pagó a un agente local para que concertara su boda con un hombre coreano. Luego de un largo proceso legal, llegó a Corea, pero el esposo no apareció; en su lugar, fue recibida por una mujer que actuaba como intérprete. Thuy fue llevada a la ladera de una montaña en donde se encontró con otras mujeres en la misma situación. Fueron obligadas a trabajar en la fabricación de cepillos de dientes y en la recolección de basura todo el día, con mala comida y sin poder descansar bien.

Thuy logró escapar. Ahora se encuentra recuperando fuerzas y vive en un albergue para mujeres traficadas en Hanoi, el único albergue en el norte de Vietnam, mantenido por ActionAid Vietnam (AAV). Allí se la apoya para que pueda asistir a clases de capacitación vocacional para lograr la independencia económica en el futuro. También quiso llevar a cabo los trámites para el divorcio. “Quiero comenzar una nueva vida. ¿Quién se casará conmigo si aún estoy casada?” Espera poder iniciar un juicio en contra del agente matrimonial y AAV la apoya en sus esfuerzos, coordinando con otras organizaciones. AAV trabaja además en la aceleración del proceso de divorcio, junto con organismos legales de Corea y Vietnam, para que Tuy pueda rehacer su vida. “Sueño con abrir un salón de belleza en Hai Phong luego de terminar aquí el curso de capacitación de dos meses. ¡Es increíble!” dice Dinh Thi Thuy.

 


 


[1] Banco Mundial 2006.

[2] PNUD, Cerrando las Brechas del Milenio, 2003.

[3] DFID (Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido) – Plan de Ayuda País, Vietnam 2007-2011, p. 10.