YEMEN

Publication_year: 
2009
Summary: 
Con una economía dependiente de las exportaciones de petróleo y reservas que comienzan a dar señales de agotamiento, Yemen apuesta a las subas del precio internacional del crudo para financiar su presupuesto. En este país, que ocupa los últimos puestos en desarrollo, las políticas sociales oficiales no surgen de estudios económicos serios y su aplicación es cada vez más desordenada. Una minoría corrupta juega con los recursos del Estado y su riqueza, que no llega a los sectores más necesitados.

El petróleo no basta

Centro de Información y de Habilitación de los Derechos Humanos (HRITC)
El Foro Social Democrático
Observatorio Yemenita de los Derechos Humanos

Con una economía dependiente de las exportaciones de petróleo y reservas que comienzan a dar señales de agotamiento, Yemen apuesta a las subas del precio internacional del crudo para financiar su presupuesto. En este país, que ocupa los últimos puestos en desarrollo, las políticas sociales oficiales no surgen de estudios económicos serios y su aplicación es cada vez más desordenada. Una minoría corrupta juega con los recursos del Estado y su riqueza, que no llega a los sectores más necesitados.

La Constitución de la República de Yemen considera la sharia, el código moral y de conducta musulmán, como la fuente principal de las legislaciones, estipula la separación de los poderes – Legislativo, Ejecutivo y Judicial – y el principio de la pluralidad partidaria. Hay elecciones parlamentarias cada seis años y locales cada cuatro. Tanto la descentralización del Gobierno como la separación de poderes, consagrados en la Constitución, muestran insuficiencias en su aplicación.
 
El Islam es la religión oficial del Estado; existe una minoría de judíos concentrados, básicamente, en las gobernaciones de Amran y Saadah. Los musulmanes se dividen entre creencias chafíta y zaidita y una minoría ismaelita. Todos gozan de la libertad de culto. La sociedad yemenita es agrícola, gobernada por costumbres comunitarias en la mayoría de las regiones del país.

La Constitución insiste sobre el principio de la igualdad entre los ciudadanos y las leyes se consideran positivas en este sentido – salvo un grupo de ellas que conserva una clara discriminación hacia la mujer, como las leyes de fortunas personales, sanciones y confirmación y otras –; el problema mayor radica en su aplicación, debido a la falta de independencia real de los organismos judiciales.

Derechos civiles y políticos

Durante el año 2008 el país fue duramente  criticado por las organizaciones internacionales que trabajan en el ámbito de los derechos humanos y especialmente en torno a la libertad de opinión y de expresión. Diarios partidarios como Atauri (El Revolucionario) y Al-Uahdaui (El Unionista), o independientes como el diario Al Aiám (Los Días) editado en Adan, enfrentan una serie de juicios. Para los activistas, estos procesos atentan continua y premeditadamente contra la libertad de opinión y de expresión.

En cuanto a la lucha contra la corrupción, los informes de Transparencia Internacional han mostrado una regresión clara de Yemen, a pesar del importante paso que significó la firma de la convención de las Naciones Unidas en la materia en 2005,1 y la constitución, en julio de 2007, del organismo nacional superior de lucha contra la corrupción como instrumento independiente. La sociedad civil trabaja en estrecha cooperación con el organismo oficial de Gobierno para elevar el nivel de conciencia de la sociedad acerca del peligro de la corrupción y la necesidad de un control social sobre los programas del presupuesto general y el fortalecimiento de la transparencia y la integridad.

En materia electoral, a pesar de algunos pasos importantes – tres elecciones parlamentarias consecutivas en los años 1993, 1997 y 2001, elecciones municipales y presidenciales directas en 2006 – el conflicto entre el partido en el poder y los partidos de la oposición determinó la postergación, por dos años, de los comicios que debían celebrarse en abril de 2009.

Situación económica y social

La economía de Yemen ha sido débil desde la constitución de la república, en 1990. A partir de entonces, el país ha atravesado crisis económicas sucesivas – desde la guerra del Golfo en el año 1991 que provocó el retorno de los emigrantes de Arabia Saudita y el Golfo, que eran la fuente principal de los ingresos de las divisas extranjeras, hasta el conflicto de Saadah2, en el norte, que seguía activo hasta el año 2008.

La divisa oficial, el rial, experimenta una baja en su poder de compra como consecuencia del debilitamiento económico. El valor de un dólar estadounidense llegó a alrededor de 200 riales, mientras su precio a principios de los años 1990s no superaba los 20.

En el año 2007 la suba de los precios del petróleo redundó en una mejora del ingreso. Sin embargo, la baja del precio internacional, a partir de la mitad del año 2008, impactó negativamente. Este golpe será duro, ya que el país no ahorró cuando pudo. El Gobierno ha anunciado una reducción, en 50%, del gasto en construcción e infraestructura, lo que tendrá una fuerte repercusión sobre los servicios y los ingresos nacionales e individuales en 2009. El presupuesto general del Estado depende de las extracciones de petróleo. El posible agotamiento de las reservas, cuyo rendimiento está en continua regresión – de 420 mil barriles diarios en 2005 a menos de 350 mil hoy –, pone en riesgo el presupuesto general. Yemen solo puede apostar, por tanto, a la suba del precio internacional del crudo.
 
El cultivo del kat – una planta estimulante y energizante, considerada una plaga económica ya que malgasta más de veinte millones de horas laborales por día – ocupa más de la mitad de la superficie cultivada, e insume importantes cantidades de agua subterránea, así como la cuarta parte de la fuerza laboral. Su costo diario se estima en USD 7 millones.
 
Estas razones, entre otras, explican que 42% de los yemeníes vivan bajo la línea de pobreza, según estimaciones del programa de alimentación del año 2006. Se espera que esta proporción siga creciendo con el aumento de los precios de los alimentos – principalmente del trigo – en 2009. Hay que recordar que, en 2007, el ingreso promedio individual anual en Yemen era de USD 930. El crecimiento económico disminuyó de 5,6% en 2005 a 3,6% en 2007, según el informe gubernamental. El desempleo de las personas en edad de trabajar alcanzó, según las estimaciones del Banco Mundial, más de 35% – el Gobierno habla de 17%.

Yemen se encuentra entre los países del mundo con peores índices de desarrollo – 157 entre 175 en el Informe Internacional de Desarrollo Humano publicado por las Naciones Unidas para el año 2007 y 131 en el informe de Transparencia Internacional del mismo año.3

Efecto de los acuerdos comerciales

Yemen siguió los programas del FMI y el Banco Mundial y liberalizó totalmente su comercio en 1985. La baja de entre 5% y 25% de los aranceles volvió inviable la producción de muchos productos alimenticios locales. Las importaciones de alimentos representan, hoy, 33% del total de las importaciones y pesan fuertemente sobre la balanza comercial y la de pagos.

La industria nacional es débil y la inversión privada disminuye continuamente. El aumento promedio de la inflación hasta cerca del 17% en el año 2006, según las estimaciones gubernamentales, ha significado una regresión de los niveles de vida y el ingreso y agudizado la pobreza y el desempleo. En esta realidad, Yemen aspira a integrar la Organización Mundial del Comercio, que lo sigue considerando no calificado.

La gran brecha de género

La participación general de las mujeres – 25,7% de la fuerza laboral – sigue mostrando un descenso importante. En educación la brecha es grande, con un analfabetismo femenino – 65% – que está entre los más altos de los países en desarrollo. La tabla siguiente muestra la brecha entre géneros en educación según las estadísticas del año 2005.

En salud, las estadísticas muestran que 366 mujeres de cada 100.000 embarazadas y parturientas mueren a causa de las complicaciones y la escasez del cuidado sanitario. El 55% no recibe ningún cuidado durante el embarazo y el nacimiento, principalmente en las zonas rurales.

A pesar del crecimiento de su participación política como electoras, ya que las mujeres representan más del 42% de las listas de electores, su participación como candidatas y ganadoras en las elecciones parlamentarias (1993, 1997 y 2003) y locales (2001 y 2006) es apenas del 0.5%.

Aún cuando Yemen aprobó el acuerdo CEDAW, la brecha entre los géneros sigue siendo aguda y se mantienen varias leyes que discriminan a la mujer. Muchas organizaciones de la sociedad civil, personalidades y líderes hacen esfuerzos apreciables para crear conciencia y promover cambios concretos, como la adopción del principio de cuotas en las elecciones y las designaciones.

El goce de los derechos sociales

Educación.  La tasa de acceso de los habitantes en edad escolar a la educación básica se estima apenas en 56,6%.  Esto significa dejar 2,9 millones de habitantes de estas edades fuera del ambiente de la enseñanza. Las niñas en esta situación son 1,9 millones.

De acuerdo al tercer informe de desarrollo humano local, la eficiencia interna de la enseñanza es muy baja; hay aumento de la tasa de deserción y repetición, falta de cumplimiento de la cuota obligatoria de horario escolar, además de gran concentración de maestras en la ciudad, contrapuesta a una aguda falta en las escuelas rurales. Los métodos de docencia y práctica son deficientes y no están acompañados de métodos educativos modernos que coincidan con las necesidades del mercado de trabajo; así, el Informe de Desarrollo Humano considera que los métodos y estilos de enseñanza en uso no estimulan ni el desarrollo ni el pensamiento crítico.

Salud. Los servicios de salud son incapaces de acompañar las necesidades crecientes resultantes del crecimiento demográfico, tras el retroceso en el uso de los métodos de planificación familiar. Existe una mala distribución de los servicios de salud,  deficiencia en el equipamiento, insuficiente organización administrativa de los recursos humanos – entrenamiento y calificación de los trabajadores – además de fragilidad del ambiente sanitario y regresión de la conciencia sanitaria. A pesar de que los habitantes del medio rural componen 75% de la población, la cobertura sanitaria para ellos no supera el 30% y no se dedica a ella más que del 3,5% al 4% del presupuesto general del estado. El informe de la Organización Mundial de la Salud indica que el 60% de los habitantes viven en regiones donde están expuestos a la malaria y se estima que se enferman tres millones de personas por año. Según un informe, elaborado por la Comisión de agua y ambiente en el Parlamento, alrededor de 12 millones de habitantes sufren enfermedades en relación con la contaminación del agua.

Trabajo. La Constitución y las leyes de trabajo y del servicio civil se comprometen a acompañar las convenciones internacionales aprobadas por el derecho natural al trabajo para cada ciudadano y el derecho a un nivel de vida digno a través de sueldo justo. Pero las orientaciones gubernamentales en los últimos años denuncian el abandono de estos compromisos. El régimen de seguro social cubre la totalidad de los funcionarios gubernamentales y a 70.000 trabajadores del sector privado, lo que hace que más de 4 millones de trabajadores queden fuera del régimen de seguros. Hasta el momento, no existe régimen de seguro de salud en el país. Cabe aclarar que el estado de pobreza, en crecimiento, hizo que más de 500 mil niños en edad de educación básica (6-14 años) deserten de la educación. La mayoría de ellos van a ayudar a sus padres en la agricultura y el pastoreo, otra cae en la mendicidad y otra es llevada, ilegalmente, a los países vecinos para mendigar o realizar trabajo doméstico. 

La sociedad civil y los DDHH

Hay unas 6.000 organizaciones de la sociedad civil registradas. Más del 75% son de tipo caritativo y se encargan de distribuir ayudas a las familias pobres y de brindar servicios diversos. Las organizaciones con interés en DDHH son pocas y poco especializadas. Así, la misma organización trabaja sobre los derechos de la mujer, el niño y los derechos civiles, políticos y económicos. A pesar de su bajo número y falta de especialización en el trabajo de concienciación de DDHH, han organizado numerosos ciclos de entrenamiento, conferencias, actividades y discusiones de problemas diversos en el campo. A pesar de que no se han producido cambios grandes y claros, hay sí cambios graduales en temas de la mujer, la infancia y los discapacitados, así como se ha conseguido la promulgación de muchas leyes relativas a transparencia y combate a la corrupción.

Se han desarrollado en los últimos tiempos un número de alianzas y redes que trabajan con el objetivo del activismo y cabildeo en torno a campos diversos, tanto políticos como civiles, sociales, económicos e intelectuales.

 

1 ONU (2003). Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción. Disponible en: <www.cinu.org.mx/prensa/especiales/2003/corrupcion/docs/convencion_contra_corrupcion.pdf>.

2 En 2004 un grupo armado, liderado por el religioso zaidita Hussein Badreddin al-Houthi, se alzó contra el Gobierno de Yemen.

3 Human Development Report 2007/2008 – Fighting Climate Change: Human Solidarity in a Divided World. New York: Palgrave Macmillan. <hdr.undp.org/en/media/HDR_20072008_EN_Complete.pdf >.

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