Foro de Cooperación para el Desarrollo: se necesitan nuevas formas de ayuda *

El segundo Foro de Cooperación para el Desarrollo, llevado a cabo el 29 y 30 de junio pasado en la sede de Naciones Unidas en Nueva York,  propuso una revisión de la agenda de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Las principales conclusiones giraron en torno de la necesidad de rever las formas tradicionales de ayuda, de manera de llegar a cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), y la necesidad de reconsiderar el paradigma financiero e incorporar las nuevas formas de cooperación.

El segundo Foro de Cooperación para el Desarrollo llevado a cabo el 29 y 30 de junio pasado en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, se centró en la búsqueda de mecanismos y políticas que permitan cumplir con los ODM planteados para el 2015. Hubo consenso en el conjunto de los Estados Miembro participantes, Organismos Internacionales y Organizaciones No Gubernamentales (ONG), respecto a que éstos deben ser prioritarios en la agenda de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD).

En el encuentro surgieron dos posturas respecto a la reforma de la AOD y del sistema financiero. Por un lado, la del grupo de actores que siguen la línea de la Declaración de París y, por otro, el que aboga por una perspectiva más abarcadora que busca trascienda el esquema tradicional de ayuda a los países en vías de desarrollo y la dependencia de los países del Sur.

El primer grupo, que avala la visión tradicional de la ayuda y está representado por Estados Unidos, la UE y algunos Organismos Internacionales, afirmó que la actual arquitectura de ayuda al desarrollo debe perpetuarse, siguiendo los lineamientos de la agenda de problemáticas heredada de la Declaración de París, sobre todo en lo que respecta a la eficiencia, control y seguimiento de la ayuda.

Por el contrario, la postura impulsada por gran parte de los países de Latinoamérica, África y Asia que, puso en discusión la inminente necesidad de una reforma de la arquitectura de la AOD y el sistema financiero internacional, sin dejar de atender los planteos de la ayuda Norte-Sur.

Teniendo en cuenta la reunión de líderes que se llevará a cabo en septiembre de 2010 para revisar el cumplimiento de los ODM a diez años de su aprobación, el financiamiento para el desarrollo es uno de los temas que divide las aguas. 

En busca de otro paradigma

El cambio de contexto político-económico mundial, cinco años después de la Declaración de París[1], acentuado por la crisis financiera y económica mundial, ha cuestionado duramente el paradigma de funcionamiento de la arquitectura financiera internacional. Los países desarrollados reconocen que existe la necesidad de una revisión de la eficiencia del sistema financiero, así como la redirección y revisión de políticas. Según el encargado del Comité de Asistencia al Desarrollo de la OCDE, Eckhard Deutscher: “No somos lo suficientemente eficaces, pero estamos tratando el problema”. La visión tradicional concede la necesidad de una revisión del modelo del sistema financiero global, pero sin cambiar las bases sobre las que se creó. Reconoce que existen deficiencias, pero solo propone mejorarlo.

Por el otro lado, los países en desarrollo y las economías emergentes sostienen que la reforma estructural del sistema financiero y de la ayuda al desarrollo es fundamental para alcanzar los ODM, posición expresamente apoyada a través de las intervenciones de Ruanda, Brasil y Venezuela.  Por su parte, el Profesor Juan Antonio Ocampo, de la Universidad de Columbia, destacó la importancia de alcanzar una nueva arquitectura financiera consistente con el paradigma de la sustentabilidad. La misma debería reconocer el protagonismo de los países latinoamericanos en lo que refiere a la inclusión de temas claves, como el desarrollo y la migración, en la reforma financiera, precediendo a los países desarrollados. Por último, señaló que los bancos de ayuda al desarrollo, como el Banco Mundial y el FMI entre otros, deben ser reformados, ya que se vieron altamente beneficiados de las múltiples crisis económicas gracias a la dinámica que ellos mismos imponen, según la cual muchas veces la mitad del dinero desembolsado debe cubrir gastos burocráticos que generan empleo en el país donde se encuentra instalada la institución.

Nuevas formas de cooperación

Otra de las consecuencias del cambio de la escena mundial a nivel político y económico y del “impacto de las múltiples crisis” (alimentaria, energética, financiera y climática) han sido los cambios a nivel de las formas de AOD. Este punto fue especialmente atendido por los representantes de Bangladesh, la organización ONE, el Banco Mundial y la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID). Dentro de este debate, se destacaron dos tópicos: el importante crecimiento de la cooperación Sur-Sur y de la cooperación triangular, y la reaparición del debate en torno a la necesidad de trascender el abordaje asistencialista de la ayuda.

Tanto Estados Unidos, Francia y España, como la OCDE y el Banco Mundial aceptaron el imperativo de un mejoramiento en la “eficiencia” en lo que a ayuda al desarrollo respecta de manera de alcanzar los ODM en 2015, pero manifestaron que los actuales mecanismos e instituciones de cooperación para el desarrollo deben permanecer tal cual están comprendidas en el marco de la Declaración de París. Según el Banco Mundial, y algunos países latinoamericanos (México y Colombia) y asiáticos (Nepal e Indonesia), la cooperación Sur-Sur no es un sustituto del modelo de ayuda tradicional, que debe seguir siendo una prioridad y sobre el que se deben centrar los mayores esfuerzos.

Por su parte, diversas organizaciones como la Confederación Sindical Internacional (CSI) la Asociación para los Derechos y Desarrollo de las Mujeres, Social Watch, la OIT así como diversos países en desarrollo de Asia, África y América Latina y el Caribe, señalaron que los intereses y objetivos de la AOD difieren en muchos casos entre países donantes y receptores lo que genera contradicciones y demoras que van en contra del logro de los ODM. También hicieron hincapié en el incremento de la cooperación Sur-Sur y de la cooperación triangular como resultado de las crisis económicas en los países desarrollados y los recortes a la cooperación por parte de estos. Identificaron ese crecimiento como otro factor que agrega peso político a las regiones del Sur, y consideraron que constituye un camino de integración que debe ser impulsado y apoyado por los organismos internacionales. Además, destacaron que dichas modalidades de cooperación son las indicadas para avanzar hacia los ODM ya que se caracterizan por la solidaridad, las no condicionalidades (a diferencia de la tradicional cooperación Norte-Sur), y por tener en cuenta las necesidades de los países receptores de ayuda. También señalaron que la AOD debe de ser entendida como una ayuda a los países para salir de la situación de subdesarrollo económico, y no como asistencialismo.

Para finalizar el Foro, dejando el debate planteado como un área a ser explorada, el Presidente del Economic and Social Council (ECOSOC), Hamidon Ali, sugirió los siguientes objetivos a alcanzar: garantizar la cooperación con una mayor participación política entre dadores y receptores; maximizar la ayuda para el cambio climático; implementar mayores procesos de eficacia, rendición de cuentas mutuas con la participación de la sociedad civil en dicho proceso; y que los estados frágiles y África deben ser prioritarios para la AOD. Dijo también, que deben fomentarse las ventajas comparativas de la cooperación Sur-Sur, a la vez que debe ser incluida en las Organizaciones Internacionales como la ONU. Por último, hizo referencia a la importancia de que los países donantes fijen metas ambiciosas de cara a la cumbre de los ODM en septiembre, para así garantizar el cumplimiento de los ODM para 2015.

[1] La Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, acordada en marzo de 2005, establece los compromisos globales para los países donantes y receptores para avanzar en una ayuda al desarrollo más eficaz en el marco de un significativo aumento de la ayuda al desarrollo. La intención es reformar la entrega y la gestión de la ayuda externa de forma de mejorar su eficacia. Por más información: www.oecd.org/dataoecd/53/56/34580968.pdf
* En base a artículos redactados por Facundo Villar.