Mayores responsables del cambio climático eluden su responsabilidad


Lim Li Lin, de RTM (Foto: IISD)

Fuentes: Radio Mundo Real, Red del Tercer Mundo, agencias Xinhua y dpa, The Irish Times, Global Post y Bangkok Post.

Varias organizaciones de la sociedad civil, entre ellas la Red del Tercer Mundo, responsabilizaron a los países industrializados por el bloqueo suscitado en una nueva ronda de negociaciones internacionales sobre cambio climático, que concluyeron con un nuevo retroceso al finalizar la semana pasada en Bangkok.

La Red del Tercer Mundo, Jubileo Sur, Christian Aid y Amigos de la Tierra, entre otras organizaciones de la sociedad civil internacional, aplaudieron el rol del mundo en desarrollo en la más reciente ronda de negociaciones globales sobre cambio climático la semana pasada en Bangkok. Estos países asumieron en conjunto la responsabilidad recortar 65 por ciento de las emisiones de gases invernadero.

Las negociaciones en la capital tailandesa preparatorias de la XVII Conferencia de las Partes (COP17) de Clima de la ONU que se realizará en diciembre en la ciudad sudafricana de Durban, habían comenzado el 3 de este mes.

 “En Bangkok los países en desarrollo fueron los que mostraron en Bangkok una visión clara de cómo alcanzar el objetivo central de estas negociaciones: reducir las emisiones en línea con la ciencia y la equidad”, dijo la analista Lim Li Lin, de la Red del Tercer Mundo, en un comunicado de prensa conjunto.

Aun la meta asumida por la comunidad internacional de reducir en dos grados centígrados el recalentamiento de la Tierra respecto de 1990 “tendría un impacto catastrófico sobre el planeta y sobre la humanidad”, según Lin.

Estados Unidos eligió “determinar políticamente y por sí mismo lo que pueden hacer, no de acuerdo con lo que la ciencia ha determinado”, añadió la experta.

La negativa de Washington aceptar un recorte más ambicioso de las emisiones suele atribuirse a la falta de disposición de la población estadounidense a cambiar su estilo de vida. “Es una excusa para la inacción. Básicamente, le echan la culpa al electorado”, se lamentó Lin.
 
“Las negociaciones han llegado a una encrucijada, y es hora de que nos pongamos de acuerdo de una buena vez y para siempre hacia que dirección nos dirigiremos”, indicó la analista de la Red del Tercer Mundo.

“Estamos luchando contra agendas ya fijadas por los países industrializados. Y si tenemos una agenda tan esmirriada, el acuerdo que alcanzaremos en Durban será muy débil”, agregó.

“Es enfermizo clausurar todo el Plan de Acción de Bali y seleccionar, en cambio, algunos elementos del acuerdo de Cancún para discutir este año”, consideró Lin.

El convenio alcanzado en Bali incluía la formación de un Grupo de Trabajo sobre Acción Cooperativa para el cumplimiento de la Convención Internacional sobre Cambio Climático, la creación de un fondo de adaptación, medidas sobre transferencia de tecnología y la reducción de las emisiones resultantes de la deforestación.

Pero los países ricos “quieren, entre otras cosas, clausurar las negociaciones para eludir una discusión en la que se comparen y adecuen los esfuerzos” hacia un compromiso de recortes para el largo plazo y las técnicas de medición, sostuvo la analista.

La próxima ronda de negociaciones se desarrollará en Bonn, Alemania, en junio.

El mismo viernes 8, cuando concluyeron las deliberaciones en Bangkok, el embajador de Bolivia en la ONU, Pablo Solón, reveló estadísticas oficiales que muestran que los compromisos de reducción de emisiones del mundo en desarrollo son mucho mayores a los del mundo rico, principal responsable de la actual crisis climática por su actividad artificial desde mediados del siglo XIX.

Las cifras reveladas por Solón muestran que el 65 por ciento de los recortes de emisiones se realizará en los países en desarrollo, si se tienen en cuenta los mecanismos de compensación de emisiones usados por los Estados ricos, como el mercado de carbono, por ejemplo. Sólo 35 por ciento de los recortes se realizarán en el Norte, con las promesas actuales en negociación.

“Esto revela la falsa verdad de la Unión Europea y otros países ricos de que están reduciendo la emisión de carbono seriamente”, consideró el activista Asad Rehman, de la filial británica de Amigos de la Tierra.

El 5 de abril, con las tratativas de Bangkok ya en curso, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua y Venezuela manifestaron, en nombre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), su preocupación porque el Acuerdo de Cancún (alcanzado en esa ciudad mexicana en la COP16) se cerró en diciembre de 2010 luego de desestimar la objeción formal de un Estado parte, es decir, sin consenso, como ordena la Convención.

Pero la presidencia mexicana de esa COP dio los textos por aprobados, lo que ahora genera la reacción de los Estados del ALBA.

En líneas generales, el Acuerdo de Cancún no obliga a reducción de emisiones a los países industrializados, fortalece los mercados de carbono (compensaciones de emisiones de los Estados ricos), presenta una concepción de los bosques como sumideros de carbono y desconoce los derechos de los pueblos indígenas.