REPÚBLICA CHECA

El año pasado el presidente Vaclav Klaus proclamó que el país estaba viviendo un muy buen momento, con “fe en el presente”. Aquella euforia se está evaporando ahora que la economía comienza a mostrar signos de debilidad. La reforma de las finanzas públicas, como la rebaja de impuestos para los más ricos y el aumento del impuesto al valor agregado de los artículos básicos, han creado nuevas cargas para los pobres. Para algunos grupos marginados, como el de los romaníes, la situación se ha vuelto tan difícil que han empezado a emigrar. Un ascpecto positivo es que el país ha hecho algún progreso – aunque insuficiente — para disminuir la brecha de género.
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