El impulso y el freno

Publication_year: 
1998
Anil Noel Netto
IPS, informe especial para Control Ciudadano

En el último decenio, Malasia experimentó un explosivo crecimiento económico que aumentó el ingreso promedio por habitante y creó una nueva generación de ciudadanos ricos. Pero esta situación se vio afectada últimamente por la convulsión de los mercados bursátiles del sudeste asiático, que amenaza con hacer caer los índices record de crecimiento a los que el gobierno estaba acostumbrado. El tan esperado efecto "goteo", la idea de que la riqueza generada a partir de la industrialización se filtre a la clase trabajadora, no sucedió con la rapidez prevista.

El producto interno bruto de Malasia creció enpromedio 5,2 % entre 1981 y 1990, y un mínimo de ocho % en loque va de esta década, aunque se prevé que caerá a cuatro ocinco % en 1998.

Al igual que otros gobiernos representados enla Cumbre Social de 1995, Malasia prometió otorgar tantaimportancia al crecimiento económico como al desarrollo social,pero es probable que, al disminuir los recursos creados por elrápido crecimiento, el gobierno invierta menos en la reducciónde la pobreza y la mejora de la calidad de vida de gruposmarginados en el "boom" económico.

Según activistas, aunque el gobierno promovióuna sociedad "protectora" y "civil", no hizolo suficiente para aliviar la situación de los sectoressocialmente deprimidos durante los buenos tiempos.

Sin embargo, las estadísticas sobre creaciónde empleo y reducción de la pobreza son impresionantes.

Con la ayuda del pleno empleo, el índice depobreza cayó constantemente en esta década. En 1990, la tasaera de 16,5 %, y para 1995 había caído a 8,9 %. De esta forma,el número de hogares pobres disminuyó de 574.500 a 374.200 enel mismo período.

En 25 años (1970-95), el índice de pobreza enun país de 21 millones de habitantes se redujo de 52 % a 8,9 %,de acuerdo con cifras oficiales. Mientras, la tasa de pobrezaextrema, que era de 3,9 % (137.000 hogares) en 1990, disminuyó a2,1 % (88.400 hogares) en 1995.

"Nos fue muy bien en la reducción dela pobreza absoluta", manifestó Toh Kin Woon, miembrodel gobierno estadual de Penang perteneciente a la coalicióngobernante Frente Nacional.

La incidencia de la pobreza continuó endisminución desde 1995, pero el ritmo de reducción podríaenlentecerse debido a los actuales problemas económicos. Acomienzos de diciembre, el ministro de Finanzas Anwar Ibrahimanunció un recorte de 18 % en el gasto gubernamental como partede un paquete de medidas de austeridad que incluyó la reducciónde los sueldos de los miembros del gabinete.

"Ahora que hay un enlentecimientoeconómico, las cosas empeorarán", advirtió Mohd NasirHashim, quien encabeza un grupo de trabajo con comunidadesmarginales como indígenas y trabajadores agrícolas. "Cadavez que haya un recorte del gasto, los proyectos sociales severán perjudicados", agregó.

El programa Visión 2020 del primer ministroMahathir bin Mohamad parece poner énfasis en el desarrollosocial, pero refuerza en exceso la economía y laindustrialización, señaló Nasir. "Es como si losproblemas sociales se resolvieran por sí mismos", dijo.

Tal tendencia se aprecia claramente en laimportancia que el gobierno otorga desde comienzos de los años80 a los megaproyectos de infraestructura, que desvían recursosdel desarrollo social.

Este tipo de gastos contribuyó ald‚ficit de cuenta corriente, que alcanzará 13.000 millonesde ringgits (3.600 millones de dólares) en 1997, según seestima. Los críticos señalan que esto contribuyó a debilitarlos fundamentos del país y lo expuso al enlentecimientoeconómico de la región.

Muchos activistas procuraron por largo tiempola cancelación de algunos de esos proyectos ambiciosos, perosólo cuando la burbuja económica reventó el gobierno sedecidió a suspender algunos este año.

Algunos críticos señalan, además, que losingresos mínimos utilizados para definir la pobreza (una entradamensual de 425 ringgits o 118 dólares en la península) y lapobreza extrema (205 ringgits o 57 dólares) son demasiado bajos.Dado que el costo de vida aumentó dramáticamente, unafamilia de cinco miembros que vive aun con 800 ringgits o 222dólares tiene dificultades para lograr una alimentaciónbalanceada y mantener una casa de bajo costo.

Del mismo modo, no es fácil presionar paraobtener mayores salarios. No existe un salario mínimoestablecido en Malasia, y los sindicatos nacionales no estánpermitidos en la industria de la electrónica, orientada hacia laexportación. "Tampoco hay salarios mensuales para lostrabajadores agrícolas", que continúan recibiendojornales, añadió Nasir.

Ciertos grupos padecen índices de pobrezamucho más altos, entre ellos las comunidades indígenas,rezagadas con respecto al resto de la población en casi todoslos sectores.

Las viviendas de un costo menor a 25.000ringgits (6.944 dólares) escasean. Durante el último planquinquenal de desarrollo, sólo se alcanzó 76 % del objetivo deconstrucción. El sector privado cumplió con 99 % de la cantidadpropuesta, pero el sector público sólo con el 37 %.

Como resultado, decenas de miles de malasiospermanecen en lista de espera para viviendas de bajo costo. Losefectos de esta escasez pueden apreciarse en Kuala Lumpur, dondemedio millón de personas viven en precarias casillas construidassobre terrenos ocupados ilegalmente, como prueba notoria de lamarginación urbana pese al rápido crecimiento.

"Estas personas pueden recibir la ordende desalojo en cualquier momento con dos semanas de aviso",dijo Nasir, quien trabajó con ellos. Aunque quizá tengan másprobabilidades de recibir indemnización ahora que hace 10 años,añadió.

"No tuvimos tanto éxito en el tema delas viviendas", reconoció Toh, pero indicó que elgobierno intervino al exigir que los constructores privadoscumplan con cuotas para construir casas de bajo costo. Elgobierno también anunció el establecimiento de nuevos fondos devivienda.

Sin embargo, no es probable que estas medidasbasten y, mientras se consolida el enlentecimiento económico, escasi seguro que el mercado inmobiliario se vea afectado y agravelos problemas de vivienda para los pobres.

"El mercado de las propiedades de altocosto va a estar muy inactivo", advirtió Toh, consejeropara la educación, el planeamiento económico y la informacióndel estado de Penang.

"Si los constructores no construyenpropiedades de alto costo (con mayores márgenes de ganancia), notendrán dinero suficiente para subsidiar las casas de bajocosto".

La reducción de la actividad económicapodría afectar a la atención m‚dica y el gasto, temen losactivistas sociales.

Desde 1990 a 1996, el gobierno construyó seishospitales más hasta llegar a un total de 118. Pero la cantidadde camas aumentó sólo en forma marginal de 33.400 a 33.818 yaque las mismas fueron redistribuídas de centros médicossobrepoblados.

La constante inauguración de clínicasgubernamentales generó una mejoría en las estadísticas de lasalud pública, casi a la par de los países industrializados.

La mejoría de los centros de atención médicapara los niños menores de cinco años mejoró la tasa demortalidad de este grupo a 9,8 por cada mil nacimientos viablesen 1996, comparado con 13,1 en 1990.

Pero los activistas sociales arguyen que elgobierno debe aumentar el gasto en salud pública. El bajo nivelde gasto produjo bajos salarios entre el personal médico delgobierno, lo que desencadenó el éxodo a los hospitales privadosdonde los salarios, y las tarifas, son mucho más elevados.

La respuesta del gobierno fue la de considerarla "privatización" de los hospitales públicos, unamedida que muchos temen pueda conducir a tarifas más altas paralos pacientes, la mayoría de clase baja y media-baja.

Pero la asistencia del gobierno en el ámbitode los servicios básicos para los ciudadanos más pobres deMalasia, resulta crucial en el contexto de lo que muchosanalistas perciben como la desigualdad de la distribución delingreso.

Mientras estos analistas mencionan laaceptación de las fuerzas del mercado por parte de Malasia,afirman que la brecha entre ricos y pobres ha ido creciendo.

Toh concuerda en que la desigualdad de ladistribución del ingreso se agravó. El incremento del ingresodel 40 % inferior de la población no se dio con la mismaceleridad que para el 20 % superior.

El tan esperado efecto "goteo", laidea de que la riqueza generada a partir de la industrializaciónse filtre a la clase trabajadora, no sucedió con la rapidezprevista.

"Una de las causas del desequilibrio enla distribución del ingreso es la desigualdad en la propiedaddel capita La tierra y el capital están concentrados en pocasmanos mientras la clase trabajadora sólo puede vender su mano deobra", explicó.

La sociedad multiétnica de Malasia seenorgullece de la armonía existente entre los distintos gruposque la componen.

Esto se logra a través de políticas deacción afirmativa diseñadas para ayudar a los"bumiputras" (malayos y otros grupos autóctonos), querepresentan 60 % de la población, en el área de la educación,el comercio y la propiedad de acciones.

La Constitución reconoce la posición especialde los malayos, una norma incluida para tranquilizar al grupoétnico, económicamente disminuido, que temía el dominio de laeconomía por parte de la población china.

En los más de 40 años desde la independencia,estas políticas crearon una nueva clase media malaya eincorporaron a grandes cantidades de sus integrantes a laeconomía. También limitaron el resentimiento contra los gruposno malayos.

Pero las políticas de acción afirmativatambién crearon una división étnica ya que los pobres degrupos étnicos chinos e indios, se sienten dejados de lado.

Por ejemplo, la población china debe cumplircon requisitos de ingreso a las universidades más severos que elresto de la población, lo que alimenta una sensación dedesigualdad entre los no malayos.

Así mismo, las normas que tienen la intenciónde ayudar a los malayos pobres con frecuencia no alcanzan aquienes más las necesitan.

La rápida industrialización también agotóel capital social y ambiental de la nación.

En 1996 hubo 1.009 denuncias de casos deabuso infantil, 49 % más que en 1990. Las denuncias deviolación aumentaron 77 % en el mismo período. Entre 1994 y1996, la cantidad de bebés abandonados ascendió 90 % comparadacon el período entre 1991 y 1993.

Con respecto al medio ambiente, las cifras delDepartamento de Ambiente revelan que 56 % de los ríoscontrolados padecían contaminación leve o grave. No hacen faltacifras para asegurar que la calidad del aire se deterioró enmuchas ciudades.

Por tanto, la conducta de Malasia con respectoal desarrollo social es variada, al ser una economía de rápidocrecimiento que aún no elevó la calidad de vida de supoblación marginada y ahora podría enfrentar nuevaslimitaciones para acceder a los pobres.

Más allá de la disminución de la tasa decrecimiento, la crisis podría hacer fracasar los programas dedesarrollo social que Malasia tanto necesita y provocardrásticos recortes del gasto gubernamental en serviciossociales.