El camino desde Monterrey: una advertencia de Canadá

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2002
Armine Yalnizyan

La Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo representa un momento histórico: por primera vez, la ONU se sentará a negociar una causa común con el FMI, el Banco Mundial y la OMC. ¿Qué visión dominará? ¿La de ONU, que define hacia dónde debemos caminar, pero no nos señala el camino? ¿O la del FMI-BM-OMC, que nos indica el camino a tomar pero no nos dice qué hacer cuando lleguemos a la meta? Luego de seguir al pie de la letra el mapa de rutas del FMI-BM-OMC, Canadá aconseja firmemente en su contra.

Enviamos un mensaje de advertencia de una nación que ha seguido al pie de la letra los pasos que ahora se proponen como agenda de discusión para la Financiación para el Desarrollo. Sin embargo, la creación de un clima de negocios favorable y el crecimiento de la economía a un ritmo sin precedentes por más de una generación no ha sido suficiente para impedir el constante deterioro de sus bienes públicos. La sociedad canadiense se aleja cada vez más de la visión que dio pie a la Declaración Universal de Derechos Humanos, aunque su riqueza nacional siga acumulándose. A continuación se describen los pasos tomados por sucesivos gobiernos canadienses, los mismos pasos que se pide que sigan todos los participantes en las conversaciones de Monterrey. Los resultados que aquí se presentan deberían ser suficientes para poner en duda la sabiduría de adoptar esta agenda a nivel global.

Crear un clima de negocios favorable

Reducir el tamaño del estado

Aumentar la confianza al reducir inflación y costos de préstamos de dinero

La tasa mínima previa de 4,5% fue entre noviembre 1944 y marzo 1956.

Aumentar dependencia del comercio exterior

Atraer más inversión extranjera

El resultado de la aplicación de estos cambios de política ha sido una mejora en las “bases de la economía”, o sea, una reducción de las tasas de interés y una menor inflación. Aunque estas condiciones contribuyeron con el rápido crecimiento económico, otros beneficios económicos, como un menor desempleo y mayores ingresos, han sido más esquivos. Este modelo de crecimiento tiene efectos claramente diferenciados para la economía y para la población.

Resultados en la economía

Crecimiento económico

Superávit histórico del presupuesto federal

Deuda federal en descenso

Profundos recortes impositivos

Resultados en la población

La creación de un ambiente favorable para las inversiones de negocios y la reducción del tamaño del estado han resultado en más escasos mecanismos para asegurar que los beneficios del crecimiento se trasladen a todos los ciudadanos.

Creciente desigualdad

Mayor vulnerabilidad en vivienda

Más hambre

Falta de seguridad en agua potable

Menor acceso a enseñanza y atención médica públicas de calidad

Conclusión

La experiencia canadiense muestra que, aunque el crecimiento económico prometa una mejor calidad de vida, los medios pueden superar los fines. Los objetivos de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que otrora parecían fáciles de alcanzar en los países ricos, son cada vez más lejanos para un número creciente de ciudadanos. Es irónico que más canadienses gozaban de sus derechos humanos cuando la economía era menor, pero el Estado intervenía activamente para asegurar un “marco de justicia y decencia fundamentales dentro del cual todos los canadienses puedan aspirar a sus objetivos individuales”.[19]

El gobierno federal ha seguido al pie de la letra las instrucciones que ahora se presentan a los países en desarrollo y ha recibido elogios de las instituciones que crearon el plan de juego. La agenda de Monterrey refuerza este plan a nivel global, un plan que afirma que el sector privado puede garantizar el bien público. Sin embargo, hay ciertas cosas que el sector privado no puede hacer. Este no puede proporcionar servicios de salud y educación a todos los integrantes de la sociedad, así como no puede garantizar un sistema de justicia ni de defensa de la nación.

Las conversaciones de Monterrey definirán la ayuda que la gente puede esperar de sus gobiernos en su lucha por una vida mejor. La experiencia de Canadá debería servir como advertencia para aquéllos que toman el camino de Monterrey siguiendo el mapa de rutas del FMI-Banco Mundial-OMC. Es hora de abrir un camino alternativo que anteponga como objetivo las necesidades básicas del ser humano a los principios básicos de la economía.

Notas:

[1] Gobierno de Canadá, Depto. de Finanzas, Fiscal Reference Tables, septiembre de 2001, Cuadro 54.

[2] Ibid, Cuadro 8. En estos años fiscales se produjeron picos del ciclo económico, por lo que la contracción no sólo se debe al fortalecimiento de la economía.

[3] Depto. de Finanzas de Canadá, A Report on Plans and Priorities, 2001-02 Estimates, p. 11.

[4] Estadísticas de Canadá, Índice de Precios al Consumidor, CANSIM P200000. Obsérvese que el gobierno utilizó la Ley de Medidas de Guerra el 18 de octubre de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, para poner límites a salarios y precios. Las medidas se retiraron en 1945, con el final de la guerra, y los precios subieron a un promedio anual del 7% hasta 1952.

[5] Todas las cifras provienen de Industrias de Canadá, Departmental Performance Report 2000-2001, 31 de marzo, 2001, sección 2.4. En línea en: http://www.ic.gc.ca/cmb/welcomeic.nsf

[6] Ibid.

[7] Industrias de Canadá, Micro-Economic Policy Analysis Branch, The Trade and Investment Monitor, Fall/Winter 1999/2000, pp. 24-26.

[8] Estadísticas de Canadá, National Accounts, Gross Domestic Product, Expenditure-Based, CANSIM 14840, CANSIM 100126.

[9] Armine Yalnizyan, What Would They Do with The Surplus? Ottawa: Canadian Centre for Policy Alternatives, noviembre de 2000, pp. iv y 6.

[10] Gobierno de Canadá, Depto. de Finanzas, Annual Financial Report of the Government of Canada, Fiscal Year 2000-01, p. 5.

[11] Estadísticas de Canadá, The Daily, 6 de noviembre de 2001, “Family Income”.

[12] Livio Di Matteo. “Middle Class Gains the Most from Redistribution of Wealth Line”, National Post, 28 de agosto de 2001, p. C15.

[13] Federación de Municipios Canadienses, A National Affordable Housing Strategy, Ottawa: 11 octubre de 2000.

[14] Federación de Municipios Canadienses, A Better Quality of Life Through Sustainable Community Development: Priorities and Investment Plan, Presentación del Presupuesto Federal al Ministro de Finanzas Paul Martin, 15 de abril de 2001, p. 22.

[15] Carly Steinman, “A Surplus of Hunger: Canada’s Annual Survey of Emergency Food Programs”, preparado para la Canadian Association of Food Banks, octubre de 2000.

[16] Daily Bread Food Bank, Who’s Hungry Now: Food Recipient Profiles, 1995 to 2001, Toronto: 2001.

[17] Federación de Municipios Canadienses, 2001, p. 22.

[18] Un programa de CAD 21 mil millones de reinyección de fondos federales pretende llevarlo a ese nivel en los próximos cuatro años. Cf. http://www.fin.gc.ca/fedprov/cimefe.html.

[19] Partido Liberal de Canadá, Creating Opportunity: The Liberal Plan for Canada, Ottawa: 1993, p. 73.

Armine Yalnizyan es investigadora Adjunta, Canadian Centre for Policy Alternatives.