La situación política y económica de Moldova – uno de los países europeos más débiles en cuánto a su capacidad de atraer Inversión Extranjera Directa – es crítica y definirá las tendencias de desarrollo a largo plazo. Actualmente el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), se encuentra en riesgo debido al impacto de la crisis económica. De los 28 objetivos nacionales fijados por el Gobierno, seis probablemente no sean alcanzados antes de 2015. Los esfuerzos para fortalecer la participación de la sociedad civil en las políticas de desarrollo han sido considerablemente eficaces, incrementando las posibilidades de análisis y diagnósticos independientes de las principales tendencias nacionales.
Partnership for Development Centre
A pesar de que a primera vista el desempeño económico de Moldova en los últimos años parece bastante exitoso – con una tasa media de crecimiento del PIB del 5% entre 2006 y 2008 e indicadores monetarios y fiscales bajo control – este crecimiento estuvo basado principalmente en el consumo, sobre todo de mercancías importadas, y alimentado por las remesas del exterior que representaron el 30% del PIB en 2008 (entre las más altas del mundo), registrándose tasas de crecimiento de dos dígitos durante la mayor parte de la década[1]. No obstante, la crisis económica mundial tuvo un enorme y abrupto impacto en la economía del país. En 2009 las remesas cayeron un 27%, reflejando el derrumbe de la actividad económica en los países que acogían un gran número de trabajadores moldavos temporarios[2].
Moldova ha sido uno de los países de Europa Central y Oriental con menor capacidad para atraer Inversión Extranjera Directa (IED); las frágiles empresas del sector privado generan actualmente sólo el 65% del PIB. Este es un porcentaje muy bajo en comparación con las contribuciones del sector privado en los países en transición de Europa: el 70% del PIB en Letonia, Rumania, Eslovenia, el 75% en Bulgaria, Croacia, Kirguistán, Lituania, Polonia, y el 80% en la República Checa, Estonia, Hungría y Eslovaquia[3].
Inversión Extranjera Directa
En el largo plazo, la IED ha desempeñado un papel importante en el crecimiento económico del país. La participación de empresas e iniciativas extranjeras en el PIB aumentó del 1% en 1995 a alrededor del 19% en 2008 y muchos sectores, entre ellos las telecomunicaciones móviles, fueron puestos en marcha o – como en el caso de la producción y distribución de energía –salvadas del colapso gracias a empresas con capital extranjero. Además, en el período 2004-2008 las empresas extranjeras alcanzaron un volumen de ventas más alto que el de las nacionales. Asimismo, durante el período 2004-2008 los sectores con mayor crecimiento en los ingresos por ventas fueron aquellos con relativamente alta o muy alta participación de IED. A pesar de todo, las empresas de propiedad extranjera siguen teniendo un modesto papel en la creación de puestos de trabajo para la población moldava (a pesar de que este rol va en aumento, del 9,3% en 2004 al 14,3% en 2008).
Durante el período 2005-2008, la IED aumentó y se diversificó. Mientras que a finales de 2005 se concentró en gran medida en la industria manufacturera, electricidad, gas y agua, y también en el comercio mayorista y al por menor, reparación de vehículos de motor, motocicletas, electrodomésticos y bienes de uso personal, para fines de 2008 incrementó la proporción en las actividades financieras y operaciones de valores y en las actividades de arrendamientos y negocios empresariales. No obstante, cabe señalar que estas inversiones no fueron adjudicadas a sectores que produzcan bienes de exportación y servicios. De hecho, sólo el 16,8% de las reservas totales es destinado a la fabricación, lo que evidencia que la IED desempeña un papel apenas moderado en el desarrollo de la competitividad internacional del país.
De acuerdo con Expert-Group (un think tank moldavo independiente), a fin de aumentar el volumen de IED en la economía nacional el Gobierno debe proseguir con la privatización de empresas estatales e implementar reformas para desarrollar el recurso más valioso del país: el capital humano. Asimismo, debe levantar la prohibición de compra de tierras agrícolas a extranjeros y simplificar la obtención de tierra sin cultivar, así como eliminar los obstáculos burocráticos para la construcción y creación de parques industriales, en particular en la industria de bebidas y alimentos.
La deuda y la asistencia internacional
La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) per cápita de Moldova ha aumentado constantemente – desde el 18,2% en 1995 al 33,7% en 2000 y 269,2% en 2007. Un análisis de sostenibilidad de la deuda realizado a principios de 2008 concluyó que la perspectiva para la deuda externa es favorable, con un bajo riesgo de sobreendeudamiento, y calificó a Moldova como un país de “bajo endeudamiento". Sin embargo, dada la voluntad expresada por los países en desarrollo asociados durante la reunión del Grupo Consultivo en marzo de 2010, de proporcionar alrededor de USD 2.600 millones (para financiar el desarrollo, la mitad a concesión y el resto en préstamos en condiciones favorables) para apoyar a Moldova durante el período 2011-2013, la deuda exterior del país se incrementará drásticamente.
Cabe señalar, además, que la asistencia internacional no siempre se ha traducido en una mayor eficacia[4]. Por otra parte, la concesión de préstamos en condiciones no preferenciales en el comienzo de la transición hizo aumentar la deuda externa drásticamente: en 2000 la deuda externa bruta había subido al 133% del PIB, mientras que la deuda externa pública se situó en 60,4%[5].
En la década de 2000 Moldova incurrió en un alto nivel de deuda externa superando el 100% del PIB. Esto se debió, en gran parte, al declive económico de la década anterior, y a la significativa depreciación del tipo de cambio. Mientras que el valor nominal de la deuda externa se mantuvo prácticamente constante durante el período, el fuerte crecimiento económico, combinado con una apreciación real del tipo de cambio, contribuyó a situar la tasa de reserva de la deuda externa en relación con el PIB en 56% a partir de 2005[6]. Después de un pico en 2006, el servicio de la deuda externa se redujo significativamente en 2007. La prestación de servicios de deuda externa y de garantía pública de la deuda decayó cerca del 10% en los ingresos del sector público muy por debajo del 5% en 2007[7].
Según un estudio reciente del FMI, la deuda externa bruta de Moldova en 2010 constituye el 78,6% del PIB, y se espera que aumente al 85,9% del PIB en 2012. Su estructura es la siguiente[8]:
Todos estos factores son relativamente estables y cuentan con un plazo extenso o carecen de vencimiento. Sin embargo, el costado riesgoso de la deuda externa es la deuda a corto plazo, ya que puede salir del país con mucha rapidez. En los últimos años, el Gobierno ha realizado sostenidos esfuerzos para asentar tanto la deuda externa bruta como la deuda externa pública, reduciéndolas en 2008 a 67,5% y 12,9% respectivamente. Por otra parte, como resultado de la crisis financiera mundial, el aumento en el nivel bruto de la deuda externa ha sido mucho más alto en algunos países desarrollados que en Moldova (Luxemburgo 3.733% del PIB, Irlanda 881% y el Reino Unido 338%)[9].
Durante los primeros nueve meses de 2009, los ingresos presupuestarios cayeron más del 10% respecto a 2008 debido, principalmente, a una reducción de la recaudación del IVA, de los ingresos no tributarios y de los impuesto aduaneros. Una serie de incrementos de los salarios y las pensiones, promulgada por el Gobierno anterior, agotó aún más los limitados recursos presupuestarios. El déficit fiscal aumentó del 1% del PIB en 2008 a alrededor del 6% del PIB entre enero y septiembre de 2009, y fue financiado, principalmente, por una reducción de los saldos acumulados previamente en la contabilidad presupuestaria y por el fuerte endeudamiento interno[10].
ODM en riesgo
Para Moldova, un país en transición, la creación de asociaciones para el desarrollo es crucial tanto para lograr un aumento de los niveles de vida de la población como para la integración del país en la UE[11]. Pero esto implica una constante cooperación entre los países con el objetivo de alcanzar los primeros siete ODM, así como para lograr avances en ámbitos importantes que no están cubiertos por los ODM, como el comercio exterior, el transporte y la infraestructura de las comunicaciones.
La agenda de los ODM, que parecía estar al alcance de la mano en 2007, se ve actualmente en riesgo debido a la recesión económica. De los 28 objetivos nacionales fijados por el Gobierno, seis – relativos a la educación, el VIH/SIDA, el acceso al agua y al saneamiento – tienen escasa probabilidad de ser alcanzados antes de 2015[12].
Los ODM traducen los problemas nacionales más urgentes en objetivos concretos y medibles de desarrollo; la igualdad de género, que es medular para los ODM, atraviesa todos estos objetivos[13]. Si bien la educación, la salud pública y la protección social son los sectores que consumen la mayor parte del gasto público en Moldova, el gasto en estos sectores está lejos de ser óptimo. Según el Gobierno, "el aumento de la eficiencia del gasto en educación derivaría de la optimización de los centros educativos. Del mismo modo, se producirán ahorros a través de la reforma sanitaria, si bien los costos iniciales para la modernización del sistema hospitalario son altos. En lo que respecta a la protección social, el reto es llevar la asistencia social a los más necesitados y alejados del anticuado sistema de 13 programas distintos de asistencia social. Moldova asignó el 1,8% del PIB en 2007 para gastar en programas de asistencia social, y el 8% del PIB para la educación en promedio para los 26 países en transición".[14]
Igualdad de género
Desde 2006, la igualdad de género es motivo de especial preocupación para el Gobierno y ha sido abordada mediante la firma de una serie de documentos internacionales, la ratificación de los tratados y un compromiso formal para el logro de los ODM. El Gobierno informó en 2010 acerca de una serie de acciones llevadas a cabo: "Fueron adoptadas la Ley de Igualdad de género y la Ley sobre la Prevención y la Lucha contra la Violencia Doméstica; se han establecido la Comisión Gubernamental para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, y el Departamento de Políticas para Garantizar la Igualdad de Género y la Prevención de la Violencia; fueron adoptados el Programa Nacional para Garantizar la Igualdad de Género (PNGIG) 2010-2015 y el Plan de Acciones para la Aplicación del PNGIG para el período 2010-2012; se han desarrollado y difundido estadísticas de género (más de 250 indicadores desagregados por sexo)”.[15] Sin embargo, todavía se presentan muchos obstáculos para cumplir los resultados deseados:
• Si bien la proporción de escaños en el parlamento ocupados por mujeres ha alcanzado el 30%, hay pocas posibilidades para la participación de la mujer en el mercado laboral;
• La conciliación entre la vida personal y la vida laboral es un reto, puesto que un 97% del cuidado de los niños está a cargo de las mujeres;
• Las mujeres son, en su mayoría, empleadas en los sectores de bajos salarios (educación, salud, asistencia social), y ocupan posiciones inferiores en cualquiera de las áreas de competencia;
• La proporción de mujeres empleadas en trabajos por cuenta propia está en aumento;
• El número de mujeres que han abandonado la fuerza laboral está en aumento[16].
El desarrollo y la sociedad civil
PASOS (Policy Association for an Open Society) ha subrayado que la actual situación política y económica de Moldova es crítica y está creando el escenario para las tendencias de desarrollo en el país a largo plazo. El proceso de fortalecimiento de la sociedad civil en las políticas de desarrollo ha avanzado de forma adecuada, aumentando su capacidad de producir análisis y diagnósticos independientes de las diversas tendencias nacionales[17]. A pesar de la necesidad de mejorar aún más la calidad de la contribución aportada por las ONG, y de hacer más consistentes sus insumos y más realistas sus recomendaciones, existen ya numerosos ejemplos de participación de la sociedad civil en la vida pública, incluyendo cambios en las principales áreas problemáticas en la sociedad.
Las mayores preocupaciones radican, ante todo, en las áreas de derechos humanos, justicia y desarrollo económico, así como también en lo relativo a la corrupción y la libertad de prensa. En 2009 muchas organizaciones de la sociedad civil han estado muy activas y, a menudo, pro-activas en todas estas esferas. A principios de 2010 un Consejo Nacional de Participación integrado por 30 ONG nacionales fue creado con el fin de facilitar el diálogo del Gobierno con la sociedad civil sobre diversos temas políticos. Sin embargo, dado que las ONG suelen considerar tales temas a través del lente de sus propias misiones, existe una tendencia a cubrir un espectro más estrecho que redunda en una falta de visión holística[18]. Es de esperar que una visión de este tipo emerja a la brevedad.
[2] Ibid.
[3] Ver: <expert-grup.org/library_upld/d265.pdf>.
[4] Ver: <rapc.gov.md/file/ECOSOC%20Report_discutions.doc>.
[5]Ibid.
[8] Ver: <pc.gov.md/file/ECOSOC%20Report_discutions.doc>.
[9]Ibid.
[10] Rethink Moldova, op. cit.
[11]Ibid.
[12] Ibid.
[13] Informe nacional de la República de Moldova sobre la aplicación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
[14] Rethink Moldova, op. cit.
[15] Ver: <www.un.org/en/ecosoc/julyhls/pdf10/moldova_presentation_ecosoc.pptx>.
[16] Presentación Nacional Voluntaria en el logro de los ODM, Gobierno de la República de Moldova, ECOSOC, Nueva York, 2010.
[17] Valeriu Prohnitchi, Alex Oprunenco, Moldova 2009: State of the Country Report, PASOS, 8 de abril de 2010. Disponible en: <www.pasos.org/content/view/thematic_area_folder_filter_full/134?Area=596&Class=policy>.
[18]Ibid.
Attachment | Size |
---|---|
moldova2010_esp.pdf | 183.96 KB |