Intervención de Roberto Bissio en la reunión especial de alto nivel de ECOSOC con IBWs, OIT y UNCTAD

Intervención de Roberto Bissio en el plenario de la reunión especial de alto nivel del Consejo Económico y Social (ECOSOC) con las instituciones de Bretton Woods (IBWs), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) (Nueva York, 16 de abril de 2007).

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Soy Roberto Bissio del Instituto del Tercer Mundo de Uruguay y del Secretariado Internacional de Social Watch.

Quisiera agradecer al distinguido delegado de los Estados Unidos por su aclaración sobre el tema de la aparente disminución de la ayuda en 2006. Quizá no debiera entristecernos que la ayuda haya disminuido en 2006, ni tampoco debimos celebrar el aumento de la ayuda en 2005. Ambas instancias fueron solo el resultado de la “contabilidad creativa”, por la que se computa la cancelación de la deuda como parte de la ayuda oficial al desarrollo (AOD). Es más, la deuda cancelada se contabilizó a su valor nominal y no al verdadero valor de mercado, que era casi nulo. La comunidad de las ONG siempre exigió que los ingresos devengados por los nuevos mecanismos financieros y por cancelación de la deuda, ambos muy necesarios, no se contabilizaran como parte de la AOD.

Con respecto a eso, quisiera solicitar una aclaración por parte de la Unión Europea, ya que hay cierta ambigüedad en la posición presentada hoy temprano en esta reunión. Al hablar en representación de Europa, la ministra alemana Heidemarie Wieczorek-Zeul dijo que son necesarias nuevas fuentes de financiación para alcanzar los compromisos asumidos. Estamos por cierto de acuerdo en que son necesarias para lograr que se realicen los ODM y otros compromisos, pero si la idea es contabilizar esos ingresos como parte de la AOD para lograr el objetivo del 0,7%, estaríamos haciendo precisamente lo opuesto a lo que el grupo sobre efectividad de la ayuda dijo más temprano, en el sentido de que esos mecanismos deberían ser adicionales a la AOD y no ser contabilizados como parte de ésta. Una aclaración será muy bien recibida.

Finalmente, con respecto al tema de los impuestos a los pasajes aéreos internacionales, resistido por el delegado empresarial y los Estados Unidos, quisiera señalar que la revista de la aerolínea que leí en el avión en el que viajé hasta aquí, explicaba a los pasajeros su satisfacción de contribuir en la lucha contra las enfermedades a través de ONUSIDA. Hoy incluso oímos de la copresidencia del grupo D que Francia, que ya ha implementado este impuesto en los aeropuertos, no ha sufrido como consecuencia de ello ninguna disminución en su turismo. Quisiera recordarles que muchos aeropuertos a lo largo y a lo ancho del mundo han aumentado sus impuestos en 50 a 100 dólares por pasajero para financiar mayores medidas de seguridad. En comparación, una tasa de un dólar por pasajero para contribuir a la salud mundial es totalmente insignificante.

A nadie le gusta pagar impuestos, y los que viajamos mucho nos disgustan particularmente las tarifas de los aeropuertos. Pero como ciudadanos sabemos que los impuestos son la otra cara de los derechos de los ciudadanos. Los impuestos están tan íntimamente ligados a la ciudadanía que las democracias modernas están basadas en el principio del “no a los impuestos sin representación”.

Sin embargo, con la globalización vemos cada vez más una mayor “representación sin impuestos”. Se calcula que los impuestos que se evaden a través de los paraísos fiscales es de 225.000 millones de dólares al año, de los que 50.000 millones provienen de países en vías de desarrollo a través de la fijación de precios de transferencia, fuga de capitales y paraísos fiscales.

Si los países en desarrollo de ingresos bajos pudieran aumentar sus impuestos a un nivel similar al de los países desarrollados, sus ingresos aumentarían en 140.000 millones de dólares al año, que está por encima del estimado más alto de lo que se necesita para lograr los ODM. Pero no están percibiendo esos impuestos debido a los incentivos y a la exoneración de impuestos que se ofrecen, especialmente a los grandes capitales y a las corporaciones transnacionales, pero no a las empresas familiares o a los ciudadanos. Y las empresas exoneradas de impuestos no han perdido su representación en la toma de decisiones global, sino todo lo contrario.

Creo que la ayuda, la deuda, los impuestos internacionales y las nuevas fuentes de financiación para el desarrollo son temas cruciales para ser considerados en el proceso preparatorio de la cumbre de Doha sobre FpD en 2008 y esperamos que Doha tenga como resultado una resolución a nivel presidencial que revea y actualice la declaración de Monterrey de acuerdo con los desafíos de hoy.

Gracias, Señor Presidente.