Bajos niveles de ingreso y alta pobreza
En 1991, la economía etíope debió abandonar el sistema ‘socialista’ de economía centralizada heredado por el nuevo gobierno de transición. La guerra entre el Frente Revolucionario Democrático del Pueblo Etíope y el gobierno militar del coronel Mengistu llegó a su fin. A principios de 1992, la economía estaba en pésimas condiciones, su desempeño era atroz y la pobreza generalizada se profundizaba.
El gobierno adoptó una política reformista en concordancia con lo recomendado por el FMI y el Banco Mundial. La única opción viable del gobierno era adoptar un programa de reformas económicas, con o sin la participación de los donantes.
Los primeros y subsiguientes Documentos de Marco Político preparados por el gobierno incluyeron una postura política a favor de los pobres. Es posible que a Etiopía se le haya permitido aplicar su programa de reformas de la manera que lo hizo porque llegó tardíamente al ajuste estructural. Para cuando Etiopía aplicó el ajuste estructural, las instituciones Bretton Woods habían comenzado a hablar de redes de seguridad para absorber las consecuencias negativas de sus programas reformistas.
Los documentos políticos del gobierno hacen hincapié en la importancia de enfrentar las necesidades de los pobres, sobre todo del medio rural. El primer programa en recibir financiación a través del Banco Mundial, el Programa de Ayuda y Reconstrucción Etíope, tuvo un importante componente de rehabilitación social. Todos los Documentos de Marco Político fueron adoptados tras un análisis consciente de sus consecuencias sociales.
Etiopía introdujo un programa de seguimiento de la situación social en 1995, dos años después de la adopción del primer Documento de Marco Político (octubre 1992). El gobierno etíope inició una encuesta de seguimiento de la pobreza en 1995/96, en colaboración con el Banco Mundial. Fue el primero de su tipo en el país. Los resultados de la encuesta contienen la única información nacional disponible sobre la pobreza hasta el momento. En consecuencia, ha sido posible acceder a datos sobre condiciones sociales en el país de una manera coherente y organizada.
El resultado de las investigaciones, publicado por la Autoridad Estadística Central, proporcionó información sobre el estado de salud y nutricional, la educación y el acceso a otros servicios básicos. Los datos de este informe fueron tomados de estas encuestas. Aunque en un principio los resultados habrían de publicarse anualmente, los únicos datos que han sido publicados en dos ocasiones fueron los del acceso a los servicios de atención médica y el estado educativo. Por lo tanto, fue imposible comparar distintos períodos de cobertura para la mayoría de los indicadores sobre pobreza. Sin embargo, los datos existentes proporcionaron información que es útil para analizar la situación de la pobreza en el país.
Distribución del ingreso y la pobreza
Etiopía es uno de los países más pobres del mundo. El ingreso per cápita, de 167 dólares, es ilustrativo en ese sentido. El 46% de la población está clasificada como pobre (47,5% del medio rural y el 33,2% del urbano), como lo indica el Cuadro 1.
Cuadro 1. Porcentaje de población pobre rural y urbana (1996) |
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|
% de población total |
% de pobreza |
Rural |
86 |
47,5 |
Urbana |
14 |
33,2 |
País |
100 |
45,5 |
Fuente: MEDAC 1999 |
Las zonas predominantemente urbanas tuvieron, generalmente, niveles de ingreso más elevados que las rurales indicadas en el Cuadro 2.
Cuadro 2. Ingreso per cápita en dólares y porcentaje de pobreza por región (1996) |
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Región |
Predominantemente |
USD |
% pobreza |
Tigray |
Rural |
139 |
57,9 |
Amhara |
Rural |
141 |
56,7 |
Región Sur |
Rural |
146 |
56,5 |
Benshangul Gumuz |
Rural |
158 |
47,6 |
Afar |
Rural |
170 |
51,8 |
Somali |
Rural |
179 |
34,6 |
Oromiya |
Rural |
182 |
34,7 |
Gambella |
Rural |
188 |
41,8 |
Dire Dawa |
Urbana |
215 |
24,6 |
Harari |
Urbana |
225 |
29,1 |
Adis Abeba |
Urbana |
241 |
30 |
Nacional |
|
167 |
45,5 |
Fuente: MEDAC 1999 |
No hay cifras disponibles sobre la distribución del ingreso, pero las diferencias entre las regiones y la brecha en el gasto per cápita indican una gran disparidad entre pobres y no pobres. En el medio rural, el gasto per cápita de los no pobres es aproximadamente el doble del de la población pobre. En el medio urbano, es 2,8 veces superior y, a nivel nacional, los no pobres gastan 2,25 veces más que los pobres.
Otros indicadores sociales
Los datos disponibles muestran un incremento marginal en el acceso a los servicios de atención médica, como se puede ver en la reducción de la distancia al centro de atención médica más próximo (Cuadro 3).
Cuadro 3. Distancia al centro de atención médica más próximo: Porcentaje acumulado de la población | ||||||
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Menos de 5 km |
5 a 9 km |
10 a 14 km |
|||
|
1996 |
1998 |
1996 |
1998 |
1996 |
1998 |
Rural |
25,7 |
27,5 |
60,6 |
61,4 |
76,5 |
79,2 |
Urbana |
95 |
98,1 |
99,8 |
99,8 |
99,8 |
99,9 |
Fuentes: CSA 1999 y CSA 2000. |
Como indicadores resumidos, estas cifras no dicen mucho salvo que estén acompañadas de información sobre la calidad de los servicios médicos brindados y las consecuencias positivas que tienen para la salud.
El Cuadro 4 muestra que hubo una sensible mejoría en la relación de la matrícula escolar neta tanto para hombres como para mujeres. La mejoría en el medio rural es más marcada (del 13,74% en 1996 al 22,5% en 1998). Aún persiste una diferencia de género con una pequeña brecha entre hombres y mujeres. Esta brecha es mayor en el medio rural. En 1996, sólo el 9,85% de las niñas del medio rural estaban matriculadas en la escuela primaria, en comparación con el 17,4% de los varones. En 1998, esa brecha se había ampliado (el 17,8% de las niñas y el 27% de los varones estaban matriculados).
Cuadro 4. Relación de matrícula escolar para los niños y niñas en edad escolar primaria |
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AREA |
Año |
Masculina |
Femenina |
Total |
Urbana |
1996 |
67,62 |
70,16 |
68,86 |
|
1998 |
76 |
70,2 |
72,9 |
Rural |
1996 |
17,4 |
9,85 |
13,74 |
|
1998 |
27 |
17,8 |
22,5 |
País |
1996 |
23,98 |
17,86 |
21,01 |
|
1998 |
32,5 |
24,6 |
28,7 |
Fuentes: CSA 1999 y CSA 2000. |
Conclusión
El programa de reformas etíope incluyó medidas proactivas contra la pobreza. El gobierno procuró combatir la caída del nivel de vida de la población pobre rural e impedir el crecimiento de la pobreza urbana. El gobierno inyectó conscientemente componentes sociales en todas sus políticas para mitigar las consecuencias negativas de las reformas (económicas u otras). Este es uno de los temas que, posiblemente, cree consenso entre los etíopes. En ocasiones el gobierno es acusado de ser populista en forma innecesaria debido a esta postura política expresa.
En el primer trimestre del 2001, Etiopía firmó un acuerdo con el FMI y el Banco Mundial para financiar el Documento de la Estrategia de Reducción de la Pobreza (interino). Es el quinto acuerdo después de que el primer Documento de Marco Político se firmara en octubre de 1992. El país no tuvo un acuerdo con el FMI ni con el Banco Mundial desde fines de 1998 hasta fines del 2000 debido a que la guerra con Eritrea no había concluido aún, un requisito previo impuesto por ambos organismos multilaterales. La principal consecuencia de esa ausencia de acuerdo fue que el país no se benefició de la iniciativa de los Países Pobres Muy Endeudados. También hizo que la aplicación de los programas de desarrollo del sector social fuera más difícil. Podría tener consecuencias adicionales a largo plazo ya que otros sectores del mundo podrían atraer los fondos que posiblemente hubieran estado disponibles para Etiopía de no haberse producido la ruptura en el flujo de los fondos.
La economía etíope ha crecido durante la década de las reformas económicas. Sin embargo, importantes hechos en los últimos cinco años han atenuado la tasa de crecimiento económico. Entre ellos se incluyen: la sequía recurrente que afecta anualmente a millones de personas, la guerra con la vecina Eritrea que comenzó en 1998 y mantuvo a la economía dedicada a la guerra durante dos años (el tratado de paz se firmó a fines del 2000), el retiro de la mayoría de los fondos de los donantes como consecuencia de la guerra con Eritrea; la creciente deuda externa del país; la caída de los precios del café (el principal producto de exportación del país); y el incremento de los precios del petróleo y otras materias primas. Estos se sumaron a los problemas estructurales endémicos, como el predominio de tecnología de baja productividad y las limitaciones institucionales. Todos estos factores, junto con las causas subyacentes, ayudaron a mantener los niveles de ingreso bajos y la pobreza alta. La necesidad de continuar con el seguimiento de la pobreza en el país es evidente.
Referencias
CSA 1999. Autoridad Estadística Central. Report on the 1996 welfare monitoring survey. Adis Abeba, 1999.
CSA 2000. Autoridad Estadística Central. Report on the 1998 welfare monitoring survey. Adis Abeba, 2000.
MEDAC 1999. Ministerio de Desarrollo Económico y Cooperación, Unidad de Seguimiento Social. Poverty situation in Ethiopia. Adis Abeba, 1999.