Ciudadana de segunda

La mujer deben romper con patrones machistas para conquistar espacios de poder. No hay ley que haga cumplir el artículo 21 de la Constitución, por lo que la igualdad legal es "inaplicable". La desigualdad en el país en cuanto a empoderamiento femenino es la mayor en toda la región
MARISELA CASTILLO APITZ/

Desde hace apenas 65 años la mujer en Venezuela puede votar. Antes de 1947, año en que se estableció la universalidad del sufragio en el país, las mujeres eran simples habitantes que solo poseían derecho de nacionalidad y residencia. Nada más. Votar no estaba permitido.

Esta tardanza en el reconocimiento de la ciudadanía femenina explica, según Evagelina García Prince, profesora de la Universidad Central de Vezuela, el por qué del rezago de las mujeres en espacios de poderes políticos. Para la académica "Venezuela es una república desde hace 200 años y, como en el resto de las sociedades históricas, la ciudadanía de las mujeres ha estado signada por la dinámica de la exclusión e inclusión, lo que explica por qué hemos sido consideradas formalmente como ciudadanas, sólo desde hace 60 años".

LETRA MUERTA
En la actualidad hay leyes que promueven la equidad de género en el país; pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Según cifras del Índice de Equidad de Género de la Organización Internacional Social Watch, 72% es la brecha de empoderamiento femenino en Venezuela. Dígito que convierte a este país en la nación más desigual de la región en cuanto a la cantidad de mujeres que ocupan cargos técnicos, en el Parlamento, de dirección y gobierno, y cargos magisteriales.

El escenario político no termina ahí. Pese a que la Constitución establece en su artículo 21 que todas las personas son iguales y que por lo tanto se deben adoptar medidas positivas a favor de grupos que puedan ser discriminados, la académica asegura que "no hay ninguna ley que desarrolle este artículo y por lo tanto es imposible que se ponga en práctica".

Durante un seminario dedicado al tema, organizado por el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales y la Cátedra Alberto Carnevalli, García Prince recordó que el CNE en el año 1999 eliminó el artículo 144 de la Ley del Sufragio y Participación Política, en donde se establecía un mínimo de 30% como cuota de participación femenina, "gracias a una sentencia machista e inconstitucional".

Aseguró que una de las razones que se lee en el documento es que "las mujeres son las encargadas de las tareas domésticas" y por lo tanto no se pueden dedicar a la política. Esto trajo como consecuencia, explica la académica, que los partidos que para ese entonces promovían la participación femenina fueran desactivando esos mecanismos y la mujer se quedara con espacios cada vez más reducidos.

INCLUSIÓN FICTICIA
Que un país tenga leyes de cuotas femeninas tampoco garantiza que la mujer acceda a posiciones de poder públicos porque, a juicio de Sandra Obregón, representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), deben existir otro tipo de condiciones que apoyen a la consolidación de este liderazgo. "El financiamiento de las campañas políticas es una de las piezas de tranca.

En muchos casos la captación de fondos solo está destinada a los hombres y las féminas se quedan sin recursos", afirmó Obregón. Por esta razón países como Costa Rica, México, Honduras y Panamá obligan a que exista equidad de género en esta área. Venezuela sigue estando ausente de esta iniciativa.

Aseguró que todo este contexto genera una inclusión ficticia de la mujer en la política. "La mayoría de las ministras están en áreas sociales y no en cargos de alta conflictividad. Se trata que actualmente las mujeres están subordinadas a los hombres y no están al frente de decisiones y procesos decisivos que definen la vida pública", concluyó.