Los nuevos compromisos Post-2015 ofrecen una oportunidad de repensar problemas estructurales de nuestras sociedades

Anita Nayar, Patricia Jaramillo
y Aldo Caliari. Foto: CLADE

En pleno proceso de elaboración, los futuros compromisos mundiales con el desarrollo se vienen definiendo a lo largo de una arquitectura compleja, que involucra a distintos organismos en el interior de Naciones Unidas, bien como grupos de reflexión y elaboración conceptual que se han formado específicamente en el marco del mismo proceso. En ese sentido, comprender qué está en juego, y llevar adelante diálogos constructivos que permitan aportar a la definición de la nueva agenda de desarrollo post-2015 demanda conocer la historia y las posibilidades de incidencia abiertas por cada uno de esos espacios. Este ha sido el foco de los debates en el Panel Agenda de Desarrollo Post 2015: ¿Qué está en juego?, en la tarde del 26 de octubre, que tuvo la participación de Anita Unni Nayar, al lado del director del proyecto Repensando Bretton Woods, Aldo Caliari [vea aquí los aportes de Aldo].

Anita Unni Nayar es representante de la red Regions REFOCUS 2015 con una larga trayectoria de incidencia por los derechos humanos, que incluye un pasaje por la dirección del Servicio de Enlace con las Organizaciones no Gubernamentales (SENG) de Naciones Unidas. En su presentación [descárguela aquí - en inglés] compartió algunas observaciones sobre la arquitectura que sostiene la definición de las nuevas metas de desarrollo, así como algunos procesos y cuestiones claves que han emergido en este ámbito. Asimismo, presentó los principales actores y debates desarrollados al nivel intergubernamental; discutió la posición de los Estados; y tejió consideraciones sobre cómo la sociedad civil puede acercarse a los Estados para incidir en la definición de la nueva agenda de desarrollo.

Para la activista de derechos humanos que participó en el panel de apertura de la VIII Asamblea, la mayoría de las propuestas sobre la educación viene de América Latina – y esto es un logro de la sociedad civil de la región

En el presente momento, el llamado Grupo de Trabajo Abierto (OWG, por su acrónimo en inglés), formado por representantes de Estados miembros con el objetivo de preparar una propuesta de metas Post-2015 para el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, acaba de presentar su informe – lo que inaugura una nueva etapa en el proceso de definición de la nueva agenda. En este documento, dijo la panelista, es positivo que se mencione a los derechos humanos y a la importancia de poner énfasis en las desigualdades; además, el mismo informe incorpora el tema de las responsabilidades de los países desarrollados, que deben asumir compromisos mayores con la resolución de la crisis ambiental.

Esto, señaló Anita, indica que existe apertura para evolucionar hacia condicionalidades jurídicas como las Responsabilidades Comunes Pero Diferenciadas (CBDR, por su acrónimo en inglés), creadas en la Conferencia Rio-92, y que estipulan que países considerados más responsables por la crisis ambiental deben hacer inversiones mayores para su superación. Sin embargo, la panelista llamó la atención a la importancia de que se pudiera expandir esta condicionalidad, más allá de lo ambiental, hacia todos los derechos humanos. De otra parte, apuntó que un reto es lograr que se establezcan nuevos compromisos con el desarrollo desde la perspectiva de las alianzas globales, y ponderó que sin que existan mecanismos claros de rendición de cuentas, no se puede establecer un nuevo modelo de cooperación.

Respecto al papel de los gobiernos, Anita punteó cuatro demandas prioritarias para la nueva agenda: 1-Reequilibrar las estructuras de poder o justicia, para que no resulten en restricciones a la capacidad de los Estados para desarrollar sus propias políticas; 2-garantizar los derechos humanos y superar la exclusión; 3- asegurar la utilización segura de los recursos naturales, mediante una educación hacia la sostenibilidad, el consumo y la producción sostenible; 4- Promover la transparencia y el derecho a la participación, así como la rendición de cuentas de los Estados.

Anita afirmó la importancia de las posiciones asumidas por los Estados latinoamericanos y caribeños en el proceso. “La mayoría de las propuestas sobre la educación vienen de América Latina”, dijo, “y me parece que esto es un logro de la incidencia hecha por CLADE y de la sociedad civil en América Latina y el Caribe”.

Para finalizar, hizo un llamado a la reflexión: “El contenido de los nuevos compromisos Post-2015 ofrecen una oportunidad de repensar problemas que hemos conocido hace mucho tiempo. Sabemos que la desigualdad es un problema fundamental. (…) Asimismo, hay que preguntar cómo puede la educación ayudar a cambiar nuestra conciencia y realmente desafiar el paradigma corriente a fin de reestructurar nuestro tejido económico y social rumbo a la justicia”.

Fuente: Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación

 


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