Índice de Equidad de Género (IEG) - 2009
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El Índice de Equidad de Género 2009, elaborado por Social Watch, muestra que en la mayoría de los países la brecha de género no está disminuyendo, y que la mayoría de los que sí muestran progresos son los que ya se encontraban en una situación relativa mejor. En los últimos años ha crecido la distancia entre los países y regiones en mejor y peor situación relativa. En educación y actividad económica se registran mejoras globales pero, en empoderamiento, el 15% de los países que retrocedieron respecto al año anterior, y en tal grado que valor medio global del indicador cayó de 35% en 2008 a 34,5% en 2009. |
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| Valores del IEG 2009 | |||||
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| IEG2009_esp.pdf | 1.7 MB |
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MAYORES INGRESOS NO IMPLICAN El nivel de empoderamiento de las mujeres no depende del nivel de riqueza de un país; un alto nivel de desarrollo económico no conduce, necesariamente, a la equidad de género. En todas las regiones del mundo, con la única excepción de América del Norte, hay países deficitarios en la dimensión de empoderamiento. Incluso en Europa hay países en la peor situación relativa o por debajo del promedio. También hay países clasificados como de alto ingreso por el Banco Mundial en los que las mujeres están relativamente privadas del acceso al poder, tales como Japón (59 puntos) y República Checa (53 puntos). Por otra parte, mientras la proporción de mujeres en posiciones de toma de decisión e influencia en las políticas de estado puede estar creciendo, allanando así el camino hacia la equidad de género, aún hay limitaciones estructurales (sobre todo aquellas de origen cultural) que pueden dificultar, impedir o incluso revertir los progresos en esa área. |
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No hay progresos donde más se los necesita |
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Medir la inequidad: el Índice de Equidad de Género 2009 |
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| IEG2009_MediaRegional_esp.pdf | 478.57 KB |
LAS TRES BRECHAS
LA BRECHA EN EDUCACIÓN
Medimos la brecha de género en estos indicadores:
•Tasa de alfabetización
•Tasa de matriculación en enseñanza primaria
•Tasa de matriculación en enseñanza secundaria
•Tasa de matriculación en enseñanza terciaria
Fuente: UNESCO Website Database
(www.uis.unesco.org), 2009.
La educación es el ámbito donde más ha disminuido la brecha de equidad de género y donde más progresos se han dado. Aún así, ningún país ha alcanzado el máximo valor en esta dimensión.
De los 202 países observados, 83 (41%) se encuentran en la mejor situación y otros 60 (30%) se encuentran por encima del promedio. Sin embargo, entre los 173 países de los que se puede evaluar su evolución reciente, 80 empeoraron su situación relativa y 29 mostraron un retroceso severo. Es decir que el 63% retrocedió, y algo más del 16% se mantuvo sin cambios.
Por zonas geográficas, las regiones más problemáticas en términos absolutos son África Subsahariana y Asia Meridional, donde el 80% de los países se encuentran por debajo del promedio. De todos modos, en términos relativos la menos equitativa, por la polarización que supone en términos de género y educación, es Asia Meridional, que no presenta países en situación levemente favorable (es decir, algo por encima del promedio).
| Situation and evolution of the GEI components. |
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LA BRECHA EN LA ACTIVIDAD ECONÓMICA
La brecha educativa se estima en base a la brecha de género en estos indicadores:
•Tasa de actividad económica
•Ingresos percibidos estimados
Fuente: UNESCO Website Database
(www.uis.unesco.org), 2009.
De los 163 países considerados, 96 (59%) retrocedieron (leve o significativamente), en tanto que sólo 63 (39%), registraron un avance leve o significativo. Cuando consideramos la proporción de países que han avanzado contra la alta proporción de aquellos que retrocedieron, es evidente que está teniendo lugar un proceso de polarización geográfica y que la región más castigada es África Subsahariana.
Hay un grupo de países en el que las mujeres participan menos en el mercado de trabajo que lo que lo hacían 5 años atrás, lo que se ve reflejado en un descenso relativo del ingreso promedio femenino desde 2004. Por otro lado, hay países donde la participación femenina en el mercado de trabajo no agrícola viene incrementándose, paralelamente con un incremento en la relación salarial entre mujeres y hombres. Se trata de una brecha de equidad que, se incrementa y disminuye ponderalmente, según el lugar del mundo que se considere.
LA BRECHA DE EMPODERAMIENTO
La brecha en empoderamiento es estimada en base a estos indicadores:
•% de mujeres en cargos técnicos
•% de mujeres en cargos de dirección y gobierno
•% de mujeres parlamentarias
•% de mujeres en cargos ministeriales
Fuentes: UNESCO Website Database
(www.uis.unesco.org), 2009. ipu database (www.ipu.org) , 2009.
Las mujeres siguen sin estar suficientemente representadas en los ámbitos de toma de decisiones. Aun en los países posicionados en la mejor situación relativa, las mujeres siguen apareciendo relegadas respecto de los hombres en empoderamiento.
En los países en la peor situación relativa se verifican dos evoluciones divergentes. En el caso de los profesionales, legisladores, altos funcionarios y directivos, hubo una leve mejora con respecto a 2008, si bien se trata de valores que muestran lo lejos que se encuentran estas sociedades de alcanzar niveles de equidad aceptables. Para los dos últimos indicadores (puestos de nivel ministerial y mujeres en escaños parlamentarios), los puntajes promedio de los países en peor situación disminuyeron de forma alarmante, comparados con los de 2008 (de 8,3 a 5,4 y de 9,6 a 6, respectivamente).
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La educación es, por lejos, la dimensión en la que la brecha de género es menor en el mundo. Pese a los avances en aspectos referidos al empoderamiento – fundamentalmente en la participación política de las mujeres – no se logra alcanzar niveles mínimos aceptables en la inmensa mayoría de los países debido a los bajísimos niveles de partida. En cuanto la participación económica, la realidad es hoy peor que en 2008, con un alto porcentaje de países que han retrocedido.
EDUCACIÓN. La educación es el ámbito donde más ha disminuido la brecha de equidad de género. Los obstáculos a superar en educación son menos graves que en las dimensiones actividad económica y empoderamiento.
ACTIVIDAD ECONÓMICA. La equidad de género en la actividad económica perdió en 2009 los avances celebrados en 2008.
EMPODERAMIENTO. En el acceso al poder y su ejercicio es donde la inequidad entre hombres y mujeres se hace más evidente. En ningún país las mujeres tienen las mismas oportunidades de participación que los hombres en los ámbitos de decisión política, económica y social. Pese a ello, en la última década y media se han registrado los avances más auspiciosos en materia de equidad de acceso al poder político, entendido en su más amplia acepción.
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Medir la inequidad: el Índice de Equidad de Género 2009
Social Watch desarrolló el Índice de Equidad de Género (IEG) para volver más visibles las inequidades de género y para monitorear su evolución en los diferentes países del mundo. El IEG se basa en información disponible y comparable a nivel internacional y permite posicionar y clasificar países de acuerdo a una selección de indicadores relevantes a la inequidad de género en las dimensiones educación, participación económica y empoderamiento.
En la mayoría de las sociedades, los hombres y las mujeres tienen asignadas diferentes responsabilidades, derechos, beneficios y oportunidades en las actividades que realizan, en el acceso al control de los recursos y en los procesos de toma de decisiones.
A los efectos de la medición se han establecido relaciones de proporcionalidad, o razones entre los sexos e diferentes indicadores. Estas se usan como base para inferir la estructura de oportunidades que permite la comparación entre países de manera ágil, a partir de una lectura directa e intuible. Lo que el IEG mide es la brecha entre mujeres y varones, no su bienestar. Así, por ejemplo, un país en el que los jóvenes de ambos sexos tienen igual acceso a los estudios universitarios recibe un valor 100 en este punto, y un país en que tanto las niñas como los niños se vean igualmente imposibilitados de completar la educación primaria también alcanzaría valor 100. Esto no implica que la calidad de la educación no deba mejorar; solo establece que, en ese caso, la educación de las niñas no es inferior a la de los niños.
La forma de cálculo del IEG responde a la necesidad de reflejar toda situación desfavorable a las mujeres. Por ello, ante la presencia de una relación proporcional desventajosa para las mujeres en comparación con los hombres, al IEG no le es dable alcanzar su valor máximo (100 puntos). Así, el valor final alcanzado depende del grado de inequidad negativa para las mujeres en un país o región determinada, independientemente de que existan inequidades positivas a las mujeres (es decir: negativas para los varones).
En 2009 el IEG clasifica 156 países de acuerdo a los valores más recientes disponibles en las tres dimensiones que lo integran. Esto se hace comparando sus valores de 2009 con los de 2005. El número de países considerados en cada una de las tres dimensiones no fue el mismo por la falta de información disponible, la cual no es homogénea entre todos los países. Un país sin datos en una de las dimensiones puede ser integrado al análisis parcial de las otras.
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No hay progresos donde más se los necesita
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El Índice de Equidad de Género 2009, elaborado por Social Watch, muestra que en la mayoría de los países la brecha de género no está disminuyendo, y que la mayoría de los que sí muestran progresos son los que ya se encontraban en una situación relativa mejor. En los últimos años ha crecido la distancia entre los países y regiones en mejor y peor situación relativa. En educación y actividad económica se registran mejoras globales pero, en empoderamiento, el 15% de los países que retrocedieron respecto al año anterior, y en tal grado que valor medio global del indicador cayó de 35% en 2008 a 34,5% en 2009.
Suecia y Finlandia continúan registrando los más altos puntajes en el Índice de Equidad de Género. Rwanda, que ya hace años se encuentra entre los países más equitativos en términos de género, pasó al tercer lugar – superando a Alemania y Noruega – en tanto Bahamas, subió del sexto al quinto lugar.
El IEG pone en evidencia que las diferencias de ingreso entre los países no están directamente relacionadas con las inequidades de género. Muchos países pobres han alcanzado altos niveles de equidad, incluso allí donde, en situación absoluta, demasiados hombres y mujeres viven en la pobreza. A la inversa, muchos países que tienen cifras promedio aceptables en indicadores sociales suelen ocultar, detrás de esos promedios, enormes disparidades entre varones y mujeres.
Se asocia una mala situación en equidad de género con el retroceso, mientras que una buena situación de partida favorece el progreso: de los países en peor situación relativa, más de la mitad (51,6%) retrocedieron (leve o significativamente), mientras que más de la mitad (77,1%) de aquellos en una mejor situación comparativa tuvieron progresos (leves o significativos). Esto muestra una polarización estructural y dinámica en la que, en la mayor parte de los casos, los países con más altos índices de equidad tienden a evolucionar favorablemente (más allá de si son ricos o pobres o en qué región se encuentran), mientras que los países con mayores niveles de discriminación de género tienden a empeorar en ese aspecto. En términos de regiones, los ejemplos más claros de esta polarización son: América Latina y el Caribe por un lado y, por otro, Asia Oriental y el Pacífico.
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