Guatemala: La economía va bien, los pobres no tanto

Guatemala tiene un desempeño macroeconómico admirable, con décadas de crecimiento económico continuo, baja inflación, déficit pequeño y una deuda pública total de menos de una cuarta parte del PIB. Sin embargo, el informe alternativo de ODS de CONGCOOP (Coordinación de ONG y Cooperativas) muestra la coexistencia de esas envidiables figuras con «el abandono de la clase media, los pobres y los pueblos indígenas» como resultado de una «concentración masiva de activos productivos, comenzando con la tierra». La desigualdad de ingresos ha alcanzado un índice de Gini de 0.53, el más alto de Centroamérica y uno de los peores del mundo. Si bien la economía está en auge, gracias a las exportaciones agrícolas y las remesas de los migrantes, la pobreza afectaba al 59 por ciento de la población en 2018 (frente al 51% en 2006) y la pobreza extrema al 23 por ciento.

Una campaña popular contra la corrupción, alentada por la asistencia de la ONU al sistema judicial guatemalteco, condujo en 2015 a la destitución del presidente y el vicepresidente. Pero en lugar de aprovechar ese impulso para mejorar la calidad del gasto público, el nuevo presidente, Jimmy Morales, desmanteló el enjuiciamiento de la corrupción. Además, «las élites económicas históricamente se han negado a colaborar con el Estado y la sociedad», negándose a pagar impuestos, y presionando contra cualquier intento del gobierno de obligarlos a hacerlo, por ejemplo cerrando todos los comercios por un día en 1987 y 2001 Como resultado, los impuestos en Guatemala son los más bajos del mundo, según el Banco Mundial, con ingresos públicos de apenas 12 por ciento del PIB, menos de la mitad de lo que se necesitaría para cumplir con los ODS. «Un Estado así capturado por las élites del poder legales e ilegales no puede avanzar hacia ninguno de los 17 ODS», concluye el informe.

Por Helmer Leonel Velásquez Herrera, CONGCOOP.

Lea el Informe nacional aquí.

Fuente: Informe Spotlight sobre Desarrollo Sostenible 2019.