El difícil compromiso de la deuda social

Thelma Mejía
IPS informe especial para Control Ciudadano

Concebida únicamente como una especie de "asistencialismo estatal", la deuda social para el gobierno hondureño se traduce sólo en acciones vinculadas a la entrega de bonos y alimentos por trabajo en las zonas mas apremiantes del país, según se desprende de un informe oficial. Mientras tanto, la población en situación de indigencia, llega al 54,5% de los hogares.

Denominado "Pobreza y PolíticaSocial", emitido por la Secretaría Técnica deCooperación, el informe sostiene que el país necesitatrascender del "asistencialismo" promoviendooportunidades reales de desarrollo a quienes se encuentran ensituación de desventaja social por su condición de pobreza.

Guillermo Molina, ministro de Cooperación, esdel criterio que Honduras enfrenta el desafío de llevar adelanteuna "política social que permita superar el problema dela pobreza y dar mejores oportunidades de vida a lapoblación".

De allí que insista en la necesidad de uncrecimiento económico con equidad que combine la generación deempleos productivos con mejores salarios, un aumento en lainversión y políticas sociales destinadas a integrar a lossectores marginados.

Su preocupación radica en que de acuerdo alinforme elaborado por esa Secretaría Técnica de Cooperación,el porcentaje de familias por debajo de la línea de la pobrezaalcanza en el país al 75,6 % de la población, que representan81 % de la total, estimada en 5,8 millones de personas.

A su vez, la población en situación deindigencia llega al 54,5 % de los hogares, afectando al 61,9 %del total de habitantes, en tanto que apenas el 24,4 % de loshogares caen en el nivel de "no pobres".

La zona rural del país sigue siendo la queconcentra los índices más altos de pobreza, especialmente en laregión de occidente, donde habitan gran parte de los pueblosindígenas, y según el informe oficial, 96 % de los hogares enesa región están bajo la línea de la pobreza.

Le siguen en importancia, la región sur delpaís, especialmente los departamentos de Choluteca y Valle,donde 78 % de sus habitantes, estimados en un poco más de 300mil personas, viven bajo la línea de pobreza.

Si bien el país adquirió durante la CumbreSocial de Copenhague, compromisos vinculados a frenar el avancede la pobreza y mejorar las condiciones sociales y humanas de suspobladores, ‚estos no han podido ejecutarse a cabalidaddebido a los procesos de ajuste económico iniciados en 1990.

Nelson Avila, consultor hondureño que en elBanco Interamericano de Desarrollo (BID), dijo que sin duda laspolíticas de ajuste económico, "sorprendieron a loshondureños sin defensas y el resultado es que hoy tenemos unamayor cantidad de pobres, mayor índice de desempleo y pocaactividad en materia social porque se carece de un proyectointegral de país".

Avila es del criterio que los gobiernos debenadoptar un modelo de economía solidaria, donde se le dé unaamplia participación a los sectores sociales en el desarrollodel país, en aras de garantizar un verdadero crecimientoeconómico sostenido.

A su juicio, de qué sirve que el gobiernodiseñe programas sociales "paliativos" a los ajusteseconómicos, cuando "estos no llegan a toda la poblacióny se puede caer en el riesgo del paternalismo, algo que lejos deayudarnos nos hace daño porque nos acomoda a esquemas dedependencia".

"Pienso que sólo un modelo deeconomía solidaria es la base real para combatir la pobreza enHonduras si queremos entrar con nuevos brillos de cara al nuevosiglo y nos dedicamos a dejar de perder el tiempo como hastaahora", enfatizó.

La situación social del país, en materia depobreza e inseguridad ciudadana, es uno de los problemas que máshan analizado diversos organismos sociales, especialmente losgrupos de derechos humanos, que ven en la miseria una especie de"bomba de tiempo" a punto de estallar.

El Comité‚ para la Defensa de losDerechos Humanos en Honduras (CODEH) hizo público a mediados deeste año una propuesta denominada "Modelo Alternativo deDesarrollo" con ‚énfasis en los derechos económicos,sociales y culturales.

Su propuesta, concertada con varios sectores dela sociedad civil, indica que el llamado "rostrohumano" de los ajustes económicos prometidos por elgobierno del presidente hondureño, Carlos Reina, fracasó porquecentro sus acciones en reducir el déficit fiscal y el pago alservicio de la deuda externa.

De acuerdo a la propuesta elaborada por elCODEH, sólo en 1995 el gobierno destinó al servicio de la deuda35 % de sus ingresos, en 1996 el 41 %, y para 1997 el 42 %,equivalentes a unos 700 millones de dólares de los 1.200millones que anualmente exporta este país.

Además-agrega-, la extrema polarizaciónsocial que vive el país confirma que del resto del ingreso queno se utiliza para el pago de la deuda externa, un 80 % de lapoblación recibe 35,5 %, y un 20 % de la población restante el67,5 %.

Según Ramón Custodio, presidente del CODEH,en 1995 el costo básico para cubrir la canasta familiar para unhogar integrado por cinco personas, era de 256,90 dólaresmensuales, una cifra que supera los 60 y 136 dólares mensualesque ganan los campesinos y profesionales en este país.

En este sentido, propone una"reorientacion" de las actuales políticas económicasy sociales donde la sociedad civil tenga una participación másactiva en aras de "detectar imposiciones foráneas nadaacordes con nuestro sistema y forma de vida".

La propuesta del grupo humanitario es hastaahora el esfuerzo más sólido y sustantivo que en los últimoscinco años ha elaborado la sociedad civil, quien poco a poco vaadquiriendo un mayor protagonismo en demanda de sus derechospolíticos, sociales y culturales.

Para el analista Víctor Meza, el problema dela deuda social en Honduras está muy vinculado al desarrollodemocrático de este país, caracterizado por un divorcio entrela agenda política y la social. La pobreza es uno de losprincipales desafíos de Honduras a las puertas de un nuevosiglo, donde "nuestros gobernantes, desgraciadamente noentienden aún la necesidad de diseñar una verdadera plataformade desarrollo que supere el discurso retórico, casi lírico, poruno práctico, palpable y concreto".