Exitos y errores

Udaya Rajapaksha; Jagath Siriwardena
Institute for Poverty and Socio-economic Analysis Sri Lanka (IPSA)

La presidenta de Sri Lanka, Chandrika Bandaranaike, admitió que más del 40% de los fondos destinados al desarrollo se pierden debido a la ineficacia y la corrupción. El lento crecimiento económico, el deterioro del salario real y el aumento de los precios de los productos y servicios esenciales ejercieron un impacto negativo en los medios de subsistencia. La rupia de Sri Lanka se devaluó aproximadamente un 100% frente al dólar entre 1994 y 2001.

El año 2000 fue difícil para la población de Sri Lanka. El conflicto armado, que ya lleva 18 años en el norte y el este del país, deterioró aún más los medios de subsistencia en esas regiones y afectó negativamente la economía nacional. El país también padeció una administración ineficaz de sus recursos y fuertes costos administrativos.

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Sri Lanka corresponde a 0.733,[1] más alto que en otros países de la región. Gracias a los planes de seguridad social aplicados por gobiernos anteriores y posteriores a la independencia (1948), Sri Lanka conquistó avances notables en desarrollo humano. El país ya era un estado benefactor cuando se independizó, proporcionando subsidios alimenticios, arroz gratuito, educación y atención médica gratuita para todos. La desigualdad del ingreso en el medio rural y urbano era baja y en disminución antes de 1970, pero aumentó rápidamente después de la introducción de las políticas económicas de mercado a fines de los años 70. El gobierno del Partido Nacional Unido, que asumió el poder en 1977, aplicó políticas para estimular la economía estancada y reducir las altas tasas de desempleo. Estas medidas, denominadas “Economía abierta”, tuvieron consecuencias positivas y negativas para el desarrollo social. Las políticas de ajuste estructural fueron introducidas a principios de los años 80 para disminuir el gasto público y permitir el pago de la deuda externa.

Reducción de la pobreza y la desigualdad

Los gobiernos de Sri Lanka han aplicado planes directos e indirectos para reducir la pobreza. El primer plan nacional se llamó Janasaviya. El plan Samurdhi fue introducido en 1995 para mejorar la situación de las familias pobres mediante el fortalecimiento de la base de producción rural. Incluye un programa suplementario del ingreso, raciones y programas de nutrición. En 1999, 2,2 millones de familias recibieron ayuda del plan Samurdhi, lo cual representó un leve incremento frente a 1998.

A través de estos y otros programas, Sri Lanka redujo la pobreza y logró disminuir la desigualdad de ingresos, aunque aún no recuperó los estándares de los años 60. Un estudio del FMI revela que la incidencia de la pobreza descendió del 30% en 1985 a cerca del 19% a mediados de 1998. El énfasis puesto en garantizar niveles mínimos de consumo y en la promoción del desarrollo social aseguró que prácticamente no exista hambre ni miseria en Sri Lanka, y que los pobres estén protegidos por atención médica y educación gratuitas y por planes de apoyo al ingreso.

El coeficiente Gini muestra que la desigualdad se redujo del 0.4973 en 1986/87 al 0.4790 en 1996-97. Sin embargo, persisten bolsones relativamente grandes de pobreza, sobre todo en zonas en conflicto y rurales. En las zonas en conflicto la calidad de vida se ha deteriorado drásticamente. Más de medio millón de personas fueron desplazadas y gran parte de la infraestructura social y física ha sido destruida.

Descenso del desempleo

El pleno empleo es una prioridad del gobierno. Las políticas de economía abierta incorporadas a fines de los años 70 establecieron una zona franca para crear empleos nuevos. La tasa de desempleo descendió del 24% en 1973 al 9,1% en 1998, según datos del Departamento de Censos y Estadística y del Banco Central de Sri Lanka. La estructura del mercado laboral, que antes era principalmente formal, ahora es informal y con un mayor número de trabajadores independientes, con el consiguiente aumento de la inseguridad laboral.

Las privatizaciones en curso tienen un impacto negativo en la seguridad laboral de las empresas estatales y paraestatales. Aproximadamente 235 mil empleos se perdieron entre 1994 y 1998 sólo por la privatización de las empresas públicas. El desempleo entre los jóvenes con educación es alto; más de 25 mil egresados universitarios están desempleados. El desempleo femenino —que con 17,5% es más elevado que el masculino— está relacionado con el hecho de que las mujeres están excluidas de algunos puestos de trabajo.

Muchas personas trabajan como mano de obra no especializada u obreros en fábricas de países del Medio Oriente y el Sudeste Asiático. Estos trabajadores se convirtieron en la segunda fuente de divisas del país. Las malas condiciones de vida, los abusos y las irregularidades cometidas por los intermediarios no autorizados son problemas serios, especialmente para las mujeres que trabajan en el Medio Oriente como empleadas domésticas y trabajadoras no especializadas. La industria de la confección es el mayor sector de la economía nacional y también generó numerosos problemas ocupacionales y sociales.

Aproximadamente el 40% de las familias viven de la agricultura. Las recomendaciones del Banco Mundial y las políticas públicas que promueven el cambio a la agricultura de exportación, desalientan las pequeñas parcelas y privatizan el agua, entre otros factores, dañan a los pequeños productores y aumentan el desempleo. A menos que estén acompañadas de los mecanismos adecuados para fortalecer la comunidad agrícola e incluir otros sectores de la economía, las propuestas del Banco Mundial para introducir las fuerzas del mercado en el sector agrícola agravarán la pobreza rural.

60% de niños menores de 5 años padece desnutrición

Los habitantes de Sri Lanka requieren un consumo promedio estimado de 2.260 calorías por día. En 1996-97 hubo una disponibilidad de 2.331 calorías por día. La disponibilidad de proteínas, especialmente la proteína animal, ha aumentado gradualmente. No obstante, existe una elevada incidencia de desnutrición en Sri Lanka. El 60% de los niños menores de cinco años sufren de desnutrición en toda la isla. La seguridad alimentaria en los hogares de bajos ingresos y en las zonas de conflicto, se ve amenazada por un mediocre acceso financiero y físico, respectivamente. El deficiente crecimiento de los niños preescolares, las altas tasas de bebés con bajo peso al nacer, el mal estado nutricional de las madres y la deficiencia de micronutrientes son problemas comunes en Sri Lanka.

Educación y salud

En 1996-97 se registró una tasa de alfabetización del 91,8%. En las últimas dos décadas mejoró la matrícula escolar. El gasto total en la enseñanza, como porcentaje del PBI, fue del 2,6%. Las universidades nacionales aumentaron a 13. Se creó el Instituto Técnico Avanzado de Sri Lanka para proporcionar más programas orientados al empleo de los jóvenes. Se están realizando cambios en los programas y en la metodología académica para cumplir con los requisitos actuales del mercado, y se le da mayor prioridad a la enseñanza del inglés y la informática.

También existen tendencias negativas. En el medio rural, las escuelas más aisladas tienen escasez de equipos y se clausuran aquellas escuelas con pocos alumnos. El mercado laboral privatizado prefiere estudiantes que aprendieron inglés en escuelas privadas internacionales y en las principales escuelas locales. Para remediar esta situación, el Ministerio de Educación pretende sustituir el cingalés o tamil por el inglés en las escuelas.

En lo que se refiere a la salud, los indicadores nacionales de salud pública son mejores en Sri Lanka que en otros países de Asia Meridional. El gasto total en la salud aumentó 9% en 1999 con respecto a 1998, pero no cambió como porcentaje del PBI y se mantuvo en 1,4% del mismo. A pesar de las mejorías, el sector de la salud tuvo nuevos desafíos ante la reaparición frecuente de varias enfermedades, contagiosas y no contagiosas. Las más comunes fueron la malaria, la fiebre del dengue y la encefalitis japonesa. La mayoría de los hospitales operan con escasez de personal, de medicinas y otros elementos, lo cual obliga a muchos pacientes a recurrir a médicos particulares.

Cerca del 66% de la población tiene acceso al agua potable. En el medio urbano, la cifra asciende al 90% y en el rural desciende al 51%. El equipamiento de los retretes mejoró pero el 6,5% de los hogares, la mayoría de ellos en el sector de las plantaciones, siguen sin tener retretes. La propuesta de convertir al agua en un producto comercializable tendrá un impacto negativo sobre la disponibilidad de este recurso vital. La oferta de viviendas ha mejorado en los últimos años, pero cesó la ayuda financiera a las viviendas de bajos ingresos.

Equidad de género

La participación de las mujeres en el gobierno, el proceso de decisiones y el desarrollo, es elevado. En 1960, la población de Sri Lanka (entonces Ceilán) eligió como primera ministra a Sirimao Bandaranaike, quien fue la primera mujer en ocupar dicho cargo en el mundo. Chandrika Bandaranaike, su hija menor, fue elegida la cuarta Presidenta del país y actualmente cumple su segundo mandato presidencial. Las mujeres han accedido a gran variedad de importantes cargos públicos y se ha creado un Ministerio de Asuntos de la Mujer.

La participación femenina en la enseñanza primaria, secundaria y terciaria es equivalente a la masculina. La tasa de alfabetización femenina es del 89,4% y la masculina es del 94,3%. Se encuentra una mayor disparidad de género en el sector de los trabajadores de plantaciones, donde la alfabetización general es del 76,9% y la alfabetización femenina corresponde al 67,3%. En el mercado laboral, el porcentaje de mujeres económicamente activas es reducido en comparación con el de los hombres, pero creció gradualmente de 19,8% en 1973 a 27,3% en 1996-97.

La equidad de género a nivel de las familias no se ha logrado y la violencia contra las mujeres aumenta a nivel familiar y comunitario.

Conflicto armado

El grupo separatista tamil Tigres de Tamil Elaam (LTTE) ha estado luchando desde hace más de 18 años. Más de 50 mil personas murieron en esta guerra, incluso numerosas víctimas entre soldados, guerrilleros y civiles inocentes. Aproximadamente el 5% del PBI del país se destina a la guerra, y el impuesto de defensa aumentó del 5,5% al 6,5%, lo cual aportó RS 12 mil millones (aproximadamente USD 136 millones) adicionales a la guerra, en menoscabo del desarrollo del país.

Nota:

[1] Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Informe sobre Desarrollo Humano 2000. New York: Oxford University Press, 2000.