Los numerosos rostros de la desigualdad

Amir Salem
National Association for Human Rights and Development

Aunque se discutan los cálculos y las cifras de los organismos nacionales e internacionales no coincidan, no se puede negar el predominio de la pobreza en Egipto. Ya sea el gran número de personas que buscan refugio en los cementerios o la cantidad de niños que trabaja en la industria algodonera, los síntomas del empobrecimiento están por doquier. Al mismo tiempo, a las mujeres no se les permite desempeñar un papel activo en la sociedad, como evidencian los indicadores de analfabetismo y empleo activo.

Es fácil utilizar el ingreso nacional como indicador del bienestar humano, pero medir el desarrollo humano es difícil, pues este no depende de los niveles de crecimiento económico o ingreso nacional, sino de cómo se utilizan los recursos y si se dedican a desarrollar armas o a producir alimentos. En otras palabras, ¿los recursos se utilizan para construir palacios o para suministrar agua potable?[1]

El Índice de Desarrollo Humano señala que Egipto es un país de nivel medio, ubicado en el lugar 120 entre 177 países con un puntaje de 0,653 en 2002, lo que sugiere que habría que reevaluar el empleo que hace el país de sus recursos.[2]

Pobreza

El Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) de 2004 señala que 3,1% del total de la población vive con menos de USD 1 por día.[3] Eso es aproximadamente 2,2 millones de personas. Con la medición de USD 2 por día la pobreza se incrementa a 43,9%, o 30,9 millones de personas. Como los ingresos reales decayeron recientemente, el número de personas que vive con menos de USD 1 por día aumentó dramáticamente.

El IDH también indica desigualdad en la distribución del ingreso. El 20% más rico de la población recibe 43,6% del ingreso nacional, mientras el 20% más pobre solo recibe 8,6%. Eso apunta a una mala distribución del ingreso y concentración de la riqueza.

Las cifras de pobreza y desarrollo social del gobierno y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) no siempre coinciden. El IDH egipcio de 2004 realizado por el Instituto Nacional de Planificación señala que 16,75%, u 11,8 millones de personas viven por debajo de la línea de pobreza.[4] El informe agrega que aproximadamente 6,8 millones de ciudadanos no tienen acceso a los servicios de salud, 4,1 millones carecen de acceso al agua por cañerías y que hay casi 2,1 millones de egipcios analfabetos. Entre tanto, los informes del PNUD señalan que solo hay 2,1 millones sin acceso a fuentes de agua mejorada y que el analfabetismo afecta a 44,4% de la población adulta (mayor de 15 años) o 31,3 millones de personas.[5]

La pobreza es más grave en algunas regiones del país que en otras. En 2003, en Alto Egipto 35,2% de la población se consideraba pobre, y el porcentaje ascendía a 58,1% en Assiut.[6] La pobreza de Alto Egipto se calculaba en 30% en 1999-2000 comparada con el 17% del promedio nacional, mientras el crecimiento del PBI fue solo de 2,8% comparado con el promedio nacional de 6,8%.[7]

El desempleo, las pensiones y los servicios

Otros indicadores, como el desempleo y el número de jubilados y de trabajadores informales, también arrojan luz sobre la situación de pobreza. El Organismo Central para la Movilización Pública y las Estadísticas (CAPMAS) y la Encuesta Muestra de la Fuerza Laboral calcularon el número de desempleados en dos millones en 2002.[8] La Organización Internacional del Trabajo publica una cifra muy superior. La misma calcula que hay 11 millones de egipcios desempleados.[9] Asimismo, 7,6 millones de personas trabajan en el sector informal.[10] Los jubilados y beneficiarios de diversos sistemas de seguros también deben tomarse en cuenta ya que son quienes más sienten las consecuencias de la inflación y de la caída en la calidad de la educación y los servicios de salud. Entre 1990 y 2002 el índice de precios al consumidor subió 135%.[11]

El ministro de Asuntos Sociales, Aminah Hamzah Mahmoud Al-Guindi, declaró que hay un millón de familias que reciben una pensión por seguro social de EGP 50 (USD 8,72) por mes.[12] Si la familia promedio está integrada por cuatro personas, entonces 4 millones de personas perciben un ingreso mensual de 2 dólares. Esta pobreza es uno de los motivos por el cual los salarios deben vincularse a los precios de ciertos productos básicos y servicios.

El deterioro de la educación gratuita y de los servicios de salud contribuye con el deterioro de la fuerza de trabajo, que motiva el incremento y la expansión de la pobreza. El PNUD señala que en 2001 el gobierno gastó solo 1,9% de su PBI en los servicios públicos de salud, o aproximadamente USD 153 por persona.[13]

El PNUD no posee cifras recientes para el gasto en educación, pero el IDH de Egipto 2004 señala que en 2001-2002 el gobierno gastó 5,2% del PBI en este servicio.[14]

Viviendo con los muertos

El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola subrayó que hay 48 millones de egipcios pobres viviendo en 109 zonas informales. El Fondo informó que padecen hambre y enfermedades, y que les faltan alimentos, vivienda, educación y atención médica adecuada. La pobreza abarca todo el país y se agrava a diario, agrega el informe.

La comparación entre los resultados de los censos demográficos de 1986 y 1996 revela que solamente en El Cairo aproximadamente 2 millones de personas vivían en asentamientos precarios o tugurios. En los centros urbanos de Egipto como El Cairo, Giza y Alejandría unos 4,5 millones de personas, o 17,6% de la población urbana del país, vivía en zonas marginadas. Más de medio millón vive en tugurios en las gobernaciones de Fayyum, Minya y Qena en Alto Egipto. Estas zonas siguen siendo un caldo de cultivo de la violencia, la delincuencia y el crimen. Cuando consideramos que muchos pueblos y aldeas no están conectados a las redes públicas de agua y saneamiento, salen a la luz otras dimensiones de la pobreza y el acceso desigual a los servicios.

Un informe de CAPMAS señala que 12 millones de egipcios carecen de vivienda y se ven obligados a vivir en cementerios, chozas, garajes, mezquitas y bajo escaleras. Se calcula que solo en El Cairo hay 1,5 millones de personas viviendo en cementerios. Cuando se construyeron los cementerios, la costumbre era levantar una casa pequeña de una o dos habitaciones con un baño para que la gente pudiera visitar a sus seres queridos fallecidos, con más frecuencia. A medida que el problema de la vivienda se agravó, la gente comenzó a vivir de manera permanente en estas estructuras.[15] El informe también señala que delincuentes utilizan los cementerios como punto de reunión. Agrega que hay aproximadamente 1.032 zonas construidas de manera irregular en las gobernaciones.

Niños que trabajan y no juegan

La desnutrición de los niños queda en evidencia al observar la proporción con altura inferior al promedio. El PNUD calcula que 21% de los niños menores de 5 años tienen una altura inferior al promedio para su edad.[16] Asimismo, se informa que aproximadamente 52% de los escolares padece anemia y que aproximadamente 20% padece deficiencia vitamínica y proteínica.[17]

El trabajo infantil existe en Egipto como en otros países con una situación socioeconómica similar. Unicef calcula que trabaja 6% de los niños entre 5 y 14 años.[18] Una encuesta de 1999 de los niños y niñas de El Cairo reveló que en promedio trabajan al menos nueve horas diarias y durante más de seis días a la semana, superando incluso la carga horaria de los adultos. La encuesta también reveló que estos niños trabajan de manera informal sin carnés de trabajo ni certificados de salud, y por lo tanto sin protección legal. Aproximadamente un tercio de los niños encuestados padece maltrato y violencia a manos de sus empleadores y supervisores laborales.

Una encuesta realizada en 2001 por CAPMAS en cooperación con el Consejo Nacional de la Maternidad y la Infancia utilizó una muestra de 20 mil hogares y se basó en la definición procesal del trabajo infantil como “toda actividad económica realizada por un niño perteneciente al grupo etario de 6 a 14 años durante los últimos tres meses anteriores a la encuesta”. La encuesta calculó que había 2.786.000 niños trabajando en ese momento y que 83% de ellos vivía en el medio rural. Según el género, 73% de los niños que trabajan son varones y 27% niñas. La encuesta nacional también indicó que 28,4% de los trabajadores menores de edad tenía trabajo permanente. Los niños que solo trabajaban durante las vacaciones de verano representaban 54,1% del total de niños y niñas que trabajaban. Aproximadamente 74% de los niños que trabajaban recibía remuneración por su trabajo y 64% realizaba actividades agrícolas. Asimismo, 14% se dedicaba a la artesanía, 11% a actividades comerciales, 9% a los servicios y 2% las actividades industriales.

La industria algodonera es notoria por su empleo de niños y niñas. Un estudio realizado en 2001 por Human Rights Watch señala que cada año más de un millón de niños entre 7 y 12 años de edad trabajan en los campos de algodón, aunque la edad mínima para esta labor sea 12 años. La tarea de los niños es la de retirar manualmente la plaga del gusano de la hoja de algodón. Trabajan 11 horas diarias, 7 días a la semana y padecen maltratos de sus supervisores y exposición a los pesticidas.[19]

Los niños de la calle son otro síntoma de la pobreza, con un número estimado de 150.000 solamente en El Cairo. Una somera evaluación de la situación realizada por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en cooperación con Unicef y el Programa Mundial de Alimentos reunió información sobre estos niños en El Cairo y Alejandría y calculó que 66% de los niños de la calle consume drogas regularmente, incluyendo cemento de pegar, cannabis, hashish, solventes y pastillas. La evaluación reveló que 70% de estos niños había abandonado la escuela y que 30% nunca había asistido. Ochenta por ciento de los niños de la calle está expuesto a amenazas reales o constantes de violencia por parte de sus empleadores, de miembros de la comunidad o de sus pares.[20]

Mujeres

La clasificación y el puntaje de Egipto en el Índice de Desarrollo Relativo al Género evidencian que la desigualdad de género sigue imperando en el país. En 2002 Egipto ocupaba el lugar 99 de 114 posiciones con un valor de 0,634. El Índice mide tres dimensiones básicas del desarrollo humano (vida sana y longeva, conocimientos y nivel de vida digno) pero las ajusta a las dimensiones de las desigualdades existentes entre hombres y mujeres.[21]

Debido parcialmente al incremento en el uso de los anticonceptivos, la tasa de natalidad va en descenso. Las mujeres ahora tienen un promedio de 3,3 partos, frente a 5,7 partos en la década de 1970. Se calcula que 56% de las mujeres casadas entre 25 y 49 años utiliza algún tipo de control de la natalidad. La mortalidad materna cada 100.000 nacidos vivos asciende a 84.[22]

Las mujeres siguen padeciendo discriminación, como lo ilustran los indicadores de participación en la educación y la economía. Solamente 43,6% de las mujeres mayores de 15 años sabe leer y escribir, frente a 67,2% de los hombres en el mismo grupo etario. La actividad económica femenina sigue siendo baja, ya que trabaja 35,7% de las mujeres mayores de 15 años. La mayoría, o sea 54%, trabaja en el sector de los servicios y solamente 7% en la industria. En 2002 el ingreso anual de la mujer se calculaba en USD 1.963, comparado con USD 5.216 para los hombres, una relación de 0,38.[23]

Las mujeres tienen escasa representación en los cargos de gobierno. Las egipcias solo ocupan 3,6% de las bancas del Parlamento y 6,1% de los cargos ministeriales. La Medida de Empoderamiento de Género, que toma en consideración la participación y la toma de decisiones económicas, la participación y la toma de decisión políticas y el poder sobre los recursos económicos ubicó a Egipto en la posición 75 de los 78 países incluidos en su última clasificación.[24]

Comentarios finales

El Centro de Investigación y Estudios Económicos de la Universidad de El Cairo planteó el tema del aumento del costo de vida y el deterioro del nivel de vida. Argumenta que ante la ausencia de controles estatales existe una importación excesiva, como la importación de productos agrícolas que ya se producen en el país, lo cual perjudica a la economía y a los consumidores.

La expansión de la pobreza es un reflejo de las políticas privatizadoras del Estado. La lentitud de la adopción de leyes sobre competencia desleal y monopolios, y la creciente influencia de las organizaciones financieras extranjeras contribuyeron con la expansión de la pobreza, la delincuencia y la violencia. Estas consecuencias sociales negativas son el resultado de la llamada reforma económica.

Notas:

[1] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Informe sobre el Desarrollo Humano 2004. La libertad cultural en el mundo diverso de hoy, 2004a. http://hdr.undp.org/reports/global/2004/
[2] Ibid.
[3] Ibid.
[4] PNUD; Instituto de Planificación Nacional. “Egypt Human Development Report 2004”, 2004b, www.undp.org.eg/publications/HDP-2004-E%20.pdf
[5] PNUD (2004a), op cit
[6] PNUD (2004b), op cit.
[7] Ibid.
[8] Global Policy Network. “GPN global labor market database: Egypt”. Octubre de 2003, www.gpn.org/data/egypt/egypt-data.pdf
[9] Organización Internacional del Trabajo. “Laborstat Internet”, http://laborsta.ilo.org
[10] Al-Ahram. 25 de abril de 2005, http://weekly.ahram.org.eg/2005/739/index.htm
[11] Globalis. http://globalis.gvu.unu.edu/indicator_detail.cfm?IndicatorID=152&Country=EG
[12] Mariz Tadros. Al-Ahram. “Leviathan revisited”. 21-27 de septiembre de 2000.
[13] PNUD (2004a), op cit.
[14] PNUD (2004b), op cit.
[15] Comunicado de prensa de la ONU, 3 de mayo de 2000, www.unhchr.ch/huricane/huricane.nsf/0/00B63216450B610D802568D6002C06F4?o...
[16] PNUD (2004a), op cit.
[17] Programa Mundial de Alimentos de la ONU. “Settling in to a stable life in Egypt’s Upper Nile”, 2005, www.wfp.org/newsroom/in_depth/africa/egypt/040514_egypt.html
[18] UNICEF. “Statistics”, www.unicef.org/infobycountry/egypt_statistics.html
[19] Human Rights Watch. Underage & Unprotected: Child Labour in Egypt’s Cotton Fields, enero de 2001, www.hrw.org/reports/2001/egypt
[20] Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. “Hope for Street Children in Egypt”. Diciembre de 2001, www.unodc.org/unodc/newsletter_2001-12-01_1_page007.html
[21] PNUD (2004a), op cit.
[22] Ibid.
[23] Ibid.
[24] Ibid.