Pocos avances sociales

Uwe Kerkow
Social Watch Alemania
Foro de la Cumbre Social Mundial

La carga fiscal se ha desplazado cada vez más hacia los sectores de menores ingresos, pese a una continua disminución del salario real y de los pagos de la asistencia social.Uno de los resultados es la cantidad alarmantemente alta de “trabajadores pobres”, muchos de los cuales dependen del apoyo estatal pese a tener empleo.Mientras, contrariamente a lo que afirma el gobierno, el gasto en ayuda oficial al desarrollo (AOD) de hecho ha disminuido en los últimos años.

Durante años, los políticos que procuran consolidar los ingresos públicos en Alemania se han basado en impuestos que impactan principalmente en personas de ingresos medios y bajos. Según estadísticas elaboradas por sindicatos, en los últimos 25 años la proporción de impuestos a la actividad privada y a la riqueza cayó cerca de 10% y actualmente constituye cerca de 17,7% de la recaudación fiscal total. (Eckelmann et al, 2006).

Esta política socialmente injusta se aplica rigurosamente, aunque los ingresos de los empleados dependientes (asalariados) y los montos de la ayuda gubernamental, ajustados a la inflación, han estado en disminución por algún tiempo. El último informe Social Watch dice: “...solo en 2004, el ingreso nacional aumentó 3%... Sin embargo... mientras la asistencia del gobierno, los sueldos y los salarios se estancaron... se produjo un incremento sustancial – 10,4% – en el ingreso generado por la actividad privada y los bienes de capital”. Esto no fue excepcional, como también señala el informe: “En 2001, la Confederación Sindical Alemana calculó que el poder adquisitivo de los trabajadores había descendido ‘un promedio anual de 0,7%’ entre 1991 y 2000. En total, el poder adquisitivo cayó 5,9% desde 1991” (Social Watch, 2005).Y ahora, los sindicatos calculan que, desde 1998, “todas las medidas fiscales que han afectado al sector privado” han hecho perder al Estado EUR 12.000 millones anuales en ingresos. Estas organizaciones rechazan el argumento esgrimido por algunos políticos de que una baja carga fiscal significa más inversiones y por lo tanto más empleos. Entre 2000 y 2004, señalan, la formación de capital fijo bruto cayó 11%, y por consiguiente la tasa de inversión se sitúa actualmente en un lamentable mínimo histórico. (Eckelmann et al, 2006).

Reducción de impuestos a la actividad privada y la riqueza

Hasta ahora, sin embargo, estas advertencias no han sido escuchadas. El 1 de enero de 2007, el impuesto al valor agregado (IVA) aumentará tres puntos porcentuales, a 19%. Este incremento tendrá un efecto desproporcionado sobre los trabajadores y pensionistas con bajos ingresos y sobre las familias y personas que viven de beneficios estatales, porque tienen que gastar casi todos sus ingresos disponibles en bienes de consumo. Por el contrario, las personas con altos ingresos fijos  y las más acaudaladas solo destinan parte de sus ingresos al consumo, e invierten el resto a tasas de interés convenientes, de modo que un incremento en el costo de vida les afecta en menor grado. Se teme que la brecha social se amplíe aún más como resultado de este incremento del IVA.

Además, pese a los fracasos políticos de los últimos años, hay planes en curso para realizar más recortes de impuestos en 2008. Para las empresas constituidas, la carga fiscal total caerá de 39% a 30%, mientras que el impuesto a la renta empresarial se reducirá de 25% a 16%. Las asociaciones público-privadas también pueden esperar una reducción de los impuestos a 30%, si sus propietarios no retiran los beneficios para uso privado[1]. Solo en los primeros dos años, este recorte fiscal puede costar al Estado entre EUR 5.000 millones y EUR 10.000 millones. Aparentemente, entonces, la proporción de la carga fiscal sobre los trabajadores dependientes se incrementará en el futuro.

Fondos sociales bajo presión

La financiación de los sistemas sociales también ha estado bajo creciente presión en los últimos años. En Alemania, los empleados son asegurados obligatoriamente contra riesgos sociales como ser situaciones de enfermedad, necesidad de atención permanente y desempleo, además de la jubilación. Sin embargo, cualquier persona con ingresos relativamente altos o perteneciente a ciertos grupos de actividad (autoempleados, trabajadores independientes o funcionarios públicos) puede obtener un seguro privado contra esos riesgos, excluyéndose de hecho del sistema comunitario de solidaridad, que por consiguiente pierde esas contribuciones. La ampliación de las brechas en la financiación de los planes de seguro social son también resultado del alto índice de desempleo, dado que los desempleados no realizan aportes para esos planes. Y finalmente, el aumento de la expectativa de vida también influirá en el futuro, porque habrá más jubilados.

Sin embargo, en lugar de tratar de ampliar la base de contribuyentes, los políticos intentan financiar el déficit de ingresos a partir de los impuestos existentes[2]. Y en un esfuerzo por limitar este gasto, reducen el espectro de beneficios y los servicios disponibles. Por ejemplo, los pacientes deben poner cada vez más de su propio bolsillo para financiar los servicios de salud brindados por sus aseguradores. Pero el problema más importante para los menores de 45 años es que tendrán que trabajar hasta los 67 en lugar de jubilarse a los 65, y si se jubilan en forma anticipada (por ejemplo, por razones de salud) recibirán una pensión menor.

Pobres con y sin trabajo

Analicemos más profundamente la actual situación social en Alemania: según Diakonisches Werk, la organización de la Iglesia Protestante Alemana para el bienestar y el trabajo social, a fines de 2005 más de siete millones de personas (incluso cerca de dos millones de niños y adolescentes menores de 18 años) vivían gracias a la asistencia social.En diciembre de 2005,  4.955.770 personas recibían el Beneficio de Desempleo II y 1.779.859 reclamaban “dinero social” (Sozialhilfe), las dos formas de asistencia social básica. Otras 500.000 personas o más, incluso cerca de 250.000 solicitantes de asilo, recibían otros beneficios estatales.

El segundo grupo importante de pobres o pobres relativos se encuentra en el llamado sector de bajos salarios, que suelen ser aun inferiores a los beneficios estatales. Como resultado, una gran cantidad de personas dependen todavía del apoyo del Estado. Según el ministro de Trabajo, Franz Münterfering, unas 300.000 personas están en esta situación[3]. En cuanto al resto de los trabajadores pobres, no ganan lo suficiente para superar la línea de pobreza relativa. El Sindicato Unido de Servicios, conocido como ver.di, estima que casi siete millones de personas trabajan en el sector de bajos salarios[4]. Sin embargo, contrariamente a la creencia popular, este grupo no está subcalificado: según ver.di, 67% tiene algún oficio y solo 25% ocupa empleos no calificados. Una vez más, las mujeres se ven especialmente afectadas.

Los pobres mueren más jóvenes

A la luz de esta situación, no sorprende el surgimiento de una tendencia alarmante también en el ámbito de la salud: ciertos estudios demuestran que la creciente desigualdad social de Alemania se refleja en variaciones en la expectativa de vida[5]. La Asociación Médica de Alemania (Bundesärztekammer) afirmó que la expectativa de vida de las personas pobres es hasta siete años inferior a la del resto de la población[6].  Esta variación de la mortalidad solo puede explicarse en parte por la inequidad en el acceso a los servicios de salud. Factores más importantes son las presiones personales, relacionadas con el trabajo o la familia. Sin embargo, las conductas perjudiciales para la salud, como el tabaquismo y la obesidad, son los factores más importantes de todos. En Alemania, estos factores prevalecen en la clase social más baja, en especial entre personas con bajo nivel de educación.

Política de desarrollo

Oficialmente, el gasto de Alemania en ayuda oficial para el desarrollo (AOD) aumentó a 0,35% del producto nacional bruto (PNB) el año pasado, frente a 0,28% en 2004. De acuerdo con el plan escalonado de la Unión Europea, los países miembros deben incrementar su relación entre la AOD y el PNB a 0,51% para 2010, y a 0,7%, el objetivo acordado internacionalmente, para 2015. La ministra de Desarrollo, Heidemarie Wieczorek-Zeul, prometió apoyar este objetivo: “Estamos comprometidos con este plan”, dijo. Según la ministra, el incremento de EUR 300 millones para la AOD este año demuestra que “el plan se aplica consistentemente”[7]. El Comité de Asistencia al Desarrollo de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) también informó que las contribuciones de Alemania a la AOD aumentaron de USD 7.534 millones en 2004 a un total de USD 9.915 millones en 2005, y que en términos reales, Alemania es el quinto donante mundial de ayuda[8].

Ayuda inflada

Sin embargo, un análisis más detenido de las cifras revela un panorama diferente: solo parte de este total está constituido efectivamente por “nuevos fondos” destinados a la cooperación para el desarrollo. Al calcular su relación entre la AOD y el PNB, Alemania incluye por rutina varios rubros que no están sustancialmente relacionados con la ayuda, lo que resulta en un índice más alto. Las ONG alemanas hablan por lo tanto de “ayuda inflada”. Según estadísticas de la OCDE, un total de USD 3.573 millones incluidos en el cálculo de la relación AOD/PNB de Alemania se invirtieron solo en cancelación de deudas, en su mayor parte de dos países productores de petróleo, Nigeria e Iraq[9]. Si esta cifra se excluye del cálculo, se comprueba que el gasto de Alemania en AOD en realidad cayó 9,8% desde 2004. Otro rubro que ha representado una porción cada vez más importante de la AOD alemana en los últimos años es el gasto en subsidios de educación para estudiantes procedentes de países en desarrollo. Según la OCDE, el gasto de Alemania en este rubro sumó USD 774 millones en 2004[10].

Escaso apoyo a la financiación innovadora para el desarrollo

Como se señaló más arriba, la carga fiscal de Alemania (que por supuesto es también el origen de los fondos de cooperación para el desarrollo) se está volcando sobre los ciudadanos de ingresos medios. No obstante, la promesa de Alemania como miembro del Grupo de Lula[11] de introducir activamente instrumentos innovadores para financiar la reducción de la pobreza y el desarrollo solo se ha plasmado hasta ahora en declaraciones de intención. En respuesta a una pregunta parlamentaria del Partido de Izquierda, el gobierno federal declaró que actualmente no tiene planes de crear un impuesto a los títulos valores o a las transacciones de divisas, ni se propone incorporarse al Fondo Financiero Internacional (IFF) o cobrar impuestos separados a las grandes empresas como forma de financiar el desarrollo[12].

En su respuesta a esta pregunta parlamentaria, el gobierno federal se limitó a expresar lo siguiente con respecto a la decisión de Francia de introducir un impuesto a los pasajes de avión: “El gobierno federal... ha seguido la decisión de Francia con gran interés y está trabajando en el Grupo de Líderes de la comunidad internacional por una financiación innovadora para el desarrollo”. Sin embargo, en la Conferencia de París sobre Instrumentos Financieros Innovadores, celebrada el pasado 28 de febrero, el ministro Wieczorek-Zeul afirmaba todavía lo siguiente: “Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, no tenemos otra opción que lanzar instrumentos financieros innovadores... Una posible medida inicial concreta podría ser la introducción de un impuesto a los pasajes aéreos para el desarrollo. Tal impuesto podría introducirse a corto plazo”[13]. Desde entonces, otros países además de Francia, como Brasil, Chile, Congo, Costa de Marfil, Chipre, Jordania, Luxemburgo, Madagascar, Mauricio, Nicaragua, Noruega y el Reino Unido (con algunas restricciones)[14] han declarado su disposición a imponer este gravamen. Los ingresos resultantes se usarán para financiar programas de control de la malaria y el VIH/SIDA.

Referencias

Eckelmann, U., Hirschel, D. y Schlecht, M. (2006). Frankfurter Rundschau [en línea]. Disponible en: <www.fr-aktuell.de/in_und_ausland/politik/meinung/standpunkte_aus_der_zeitung/?em_cnt=909906>.
Social Watch (2005). Informe Social Watch 2005: Rugidos y Murmullos. Montevideo : ITeM.

[1] Süddeutsche Zeitung, 4 de mayo de 2006.

[2] El profesor Christoph Butterwegge señala este asunto en una conferencia basada en su libro Krise und Zukunft des Sozialstaates. Disponible en: <www.labournet.de/diskussion/arbeit/realpolitik/allg/butterwegge.html>. En el informe Social Watch 2005 sobre Alemania, p. 71 y sig. de la versión inglesa, hay una versión más breve de esta conferencia.

[3] tagesschau.de [en línea]. Disponible en: <www.tagesschau.de/aktuell/meldungen/0,1185,OID5390026_REF1,00.html>.

[4] Michael Schlecht, economista jefe de ver.di, en la edición de Internet de Frankfurter Rundschau.Disponible en: <www.fr-online.de/in_und_ausland/politik/meinung/standpunkte_aus_der_zeitung/?em_cnt=886919>.

[5] Ver, por ejemplo, las conclusiones de un programa de investigación de la European Science Foundation sobre “Social Inequalities in Health in Europe” (Desigualdad social en materia de salud en Europa). En el siguiente sitio hay un resumen en alemán: <www.bundesaerztekammer.de/30/Aerztetag/108_DAET/24Referate/Top04SiegristFolien.pdf>.

[6] Bundesaerztekammer [en línea]. Disponible en: <www.bundesaerztekammer.de/30/Aerztetag/108_DAET/10Presse/200505051.html>.

[7] Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo. Comunicado de prensa Nº 34/2006, del 29 de marzo de 2006. Disponible en: <www.bmz.de/de/presse/pm/presse_200603291.html>.

[8] Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo. Comunicado de prensa Nº 35/2006, del 4 de abril de 2006. Disponible en: <www.bmz.de/de/presse/pm/presse_20060404.html>.

[9] <www.oecd.org/dataoecd/34/24/36418634.pdf>.

[10] Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, Comité de Asistencia al Desarrollo (2005). DAC Peer Review Germany, p. 32. Disponible en: <www.oecd.org/dataoecd/54/0/36058447.pdf>.

[11] El Grupo Técnico sobre Mecanismos Financieros Innovadores, comúnmente llamado “Grupo de Lula”, fue constituido en enero de 2004 por el presidente brasileño Luiz Inácio “Lula” da Silva, el presidente francés Jacques Chirac y el presidente chileno Ricardo Lagos, con el objetivo de identificar nuevas fuentes de financiación a fin de incrementar la ayuda para el desarrollo.

[12] Documento impreso del Bundestag 16/1072 (Interpelación): <http://dip.bundestag.de/cgi-bin/getdokg?s=++bt+d+16/1072 y 16/1247>. Respuesta, 18 de abril de 2006): <http://dip.bundestag.de/cgi-bin/getdokg?s=++bt+d+16/1247>.

[13] Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo. Disponible en: <www.bmz.de/en/press/speeches/ministerin/rede200602028.html>.

[14] Tourism Watch. Disponible en: <www.tourism-watch.de/dt/43dt/43.entwicklungsabgabe/print.html>.