Afganistán: La verdad sobre la “misión de entrenamiento” de Canadá

Fuente: CCPA

El primer ministro de Canadá, Stephen Harper, prorrogó por tres años más la misión militar de su país en Afganistán, sin aval parlamentario. No lo necesitaba, según él, porque se trataba de “una simple misión técnica o de entrenamiento”. Pero las primeras muertes de soldados canadienses en el país de Asia central, en 2002, ocurrieron cuando cuatro “entrenadores” atrajeron el “fuego amigo” de un caza F-16 estadounidense, recordaron los expertos Michael Byers y Stewart Webb en un informe publicado por el Centro Canadiense para Políticas Alternativas, punto focal de Social Watch, y el Instituto Rideau.

La “misión canadiense de entrenamiento” de militares afganos, prorrogada tres años por el primer ministro Stephen Harper sin mediar discusión en el Parlamento, merece un debate público más concienzudo pues representa grandes riesgos para los uniformados, sostuvieron los expertos Michael Byers y Stuart Webb, en un informe publicado por el Centro Canadiense para Políticas Alternativas y el Instituto Rideau.

Éstos son algunos de los puntos más destacados del estudio:

* Todas las operaciones militares conllevan riesgos inherentes de accidentes y de “fuego amigo. Los centros de reclutamiento y de entrenamiento han sido blanco frecuente de ataques insurgentes.

* Los soldados canadienses, al serle confiada la seguridad en el perímetro de sus bases, están expuestos a ataques.

* El entrenamiento requiere la participación en operaciones en el terreno, donde los entrenadores podrían involucrarse en combates con insurgentes.

*Los rebeldes ya se han infiltrado en el Ejército Nacional Afgano para atacar a militares extranjeros en las bases de entrenamiento.

El informe concluye que, a pesar de la intención manifiesta de Harper de asegurar más “seguridad” a los soldados canadienses en Afganistán, muchos corren riesgo de morir o de sufrir lesiones permanentes, lo cual condenaría la misión al fracaso.

“Aunque no lo admitan, la mayoría de los gobiernos occidentales ya se han rendido en Afganistán. Las misiones de entrenamiento constituyen una clara estrategia de retirada que costará la vida a muchos canadienses”, sostuvo Byers.

Los autores del informe lamentan que la campaña electoral ha impedido a la ciudadanía canadiense participar en un debate público adecuado sobre la misión. “Los canadienses deben ser conscientes de los riesgos”, según Webb.

Lea el artículo en inglés sobre el informe publicado por el diario Globe and Mail en www.policyalternatives.ca

Lea el informe completo en inglés en www.policyalternatives.ca