Marruecos: manifestantes desafían la represión del Gobierno

(Foto: Associated Press)

Fuentes IPS, Al Jazzeera, Los Angeles Times

Miles de personas salieron a las calles de Rabat, la capital de Marruecos, y también en Casablanca, el domingo 5 de junio, para condenar la muerte de un manifestante, y para exigir que llegue a su fin la represión del gobierno, en todo el país, contra las manifestaciones pacíficas. Los manifestantes forman parte del Movimiento 20 de Febrero, liderado, en gran medida, por jóvenes que exigen reformas en favor de la democracia y el fin de la corrupción gubernamental y la represión –, así como un fin a la pobreza y la desigualdad.

La violencia policial contra manifestantes pacíficos en Marruecos había explotado en las últimas semanas – una significativa escalada de represión gubernamental –  pero esta vez el Gobierno parece estar suavizando su postura. Las protestas, en las últimas semanas, habían tenido una respuesta más dura por parte de las fuerzas de seguridad en contraste con un enfoque previo de no intervención ante las manifestaciones realizadas en pro de un significativo cambio constitucional. Esta vez, sin embargo, la policía antidisturbios no se presentó para reprimir en Rabat y Casablanca.

La policía fue vista observando desde cierta distancia mientras la multitud marchaba en Rabat y Casablanca, demandando que dimitiera el gobierno y exigiendo mejores puestos de trabajo, educación y sanidad. Según algunos manifestantes, policías encubiertos se mezclaron con la multitud.

En ambas ciudades los manifestaban hacían flamear carteles de Khaled al-Amari, un miembro del principal grupo opositor de Marruecos que al parecer murió de las heridas que sufrió durante los enfrentamientos con la policía el 29 de mayo en Safi, a unos 200 kilómetros al sur de Rabat. El hombre de 30 años de edad murió después de sufrir una brutal paliza a manos de la policía durante una protesta en la ciudad de Safi. El Gobierno negó que su muerte fuera el resultado directo de la violencia policial. El Ministerio del Interior negó categóricamente que la muerte del hombre estuviera relacionada con la protesta, una de las varias manifestaciones que tuvieron lugar en las ciudades marroquíes ese día, señalando que Amari murió de un paro cardiaco y de un fallo respiratorio. Sin embargo, según numerosos testimonios, fue severamente golpeado.

El domingo, en Rabat, la multitud partió desde la Ciudad Vieja por la avenida Mohammed VI, portando numerosas fotos de la cara golpeada de Jaled al-Amari. Los manifestantes corearon mientras hacían su camino hacia el Parlamento: "¡Abajo el despotismo! Queremos libertad y dignidad." y " paz, paz, la libertad se acerca". "Estamos exigiendo democracia y dignidad", declaró Mohammed Aghmaj. "La policía no está siendo violenta en el día de hoy debido a que él fue un mártir. Pero sabemos que han sido violentos en el pasado", señaló, en referencia a la relativa calma en la manifestación.

De acuerdo a activistas y analistas, la reciente escalada de violencia tiene la intención de anular las movilizaciones de masas antes del referéndum sobre la reforma de la Constitución, que se va a realizar el 1 de julio, una concesión ofrecida por el Rey Mohammed VI a los manifestantes del Movimiento 20 de Febrero.

Mohamed Elboukili, integrante de la organización de derechos humanos marroquíes Association Marocaine des Droits Humains ["Asociación Marroquí de Derechos Humanos"], señaló, que "la policía ha dado órdenes de romper las piernas y cabezas de los manifestantes."
Inauguradas el 20 de febrero de este año, las protestas han ido aumentando en sintonía con las protestas  y revoluciones radicales de Oriente Medio y África del Norte, denominadas como la "primavera árabe". Las reuniones continúan con regularidad, culminando en manifestaciones semanales coordinadas en todo el país.
Además, la Association Marocaine des Droits Humains ha recibido informes de que la policía ha comenzado a realizar visitas a domicilio a los organizadores de las manifestaciones advirtiéndoles que no asistan a las protestas. "Ahora están intimidando y vigilando a la gente", señala Elboukili. "La policía está haciendo sentir su presencia."
La represión gubernamental, según los activistas, se produce acto seguido de la invitación por parte de Arabia Saudita para que Marruecos se una  a lo que se ha denominado el "club de los reyes", el Consejo de Cooperación del Golfo, destinado a proteger los intereses de los monarcas contra los levantamientos de la "primavera árabe" que se están dando a lo largo de la región. Mientras que Marruecos es una monarquía constitucional en los papeles, en la práctica, el poder se consolida en las manos del rey, quien puede nombrar y destituir al primer ministro y al gabinete, disolver el Parlamento, y otorgarle poderes de emergencia a la dinastía del rey Muhammad que ha dominado el panorama político del país durante 350 años.