Egipto: A dos años de la revolución de enero

Manifestación en la Plaza Tahrir,
Cairo.(Foto: EACPE)

Casi dos años después de que las organizaciones de derechos humanos y feministas expresaran su profunda preocupación por la escalada de políticas que refuerzan la situación de impunidad y no protegen a los ciudadanos ni garantizan el derecho de reunión pacífica. La exclusión de las mujeres de la esfera pública a través de la incitación directa y la agresión debe ser condenada. Los crímenes atroces de violencia sexual no se pueden separar de la disminución del estatus social de las mujeres.

La Revolución del 25 de enero, como lo llaman los egipcios, es la cuarta en los últimos ciento treinta años. El movimiento nacional moderno ha intentado una eficaz soberanía nacional, en particular en lo que respecta a la economía y la capacidad de asegurar la justicia socioeconómica en la distribución de la riqueza y de ingresos. El pueblo egipcio descubrió que, al no haber democracia interna, es imposible preservar las conquistas de las revoluciones anteriores. La del 25 de enero afirma entonces la centralidad de la democracia, no sólo como una meta utópica, cuya implementación práctica sería diferida indefinidamente, sino para sentar las bases de un país moderno, independiente y próspero.

El régimen actual compromete los objetivos generales de la revolución al poner en peligro los derechos fundamentales. En su último informe, la Coalición Egipcia para los Derechos del Niño establece que en los enfrentamientos que tuvieron lugar luego del segundo aniversario de la revolución (26-27 de enero de 2013), noventa y un niños menores de dieciocho años fueron detenidos por la policía en El Cairo en condiciones inhumanas. Muchos de ellos fueron interrogados por la policía sin la presencia de un abogado o de familiares mayores de edad antes de ser puestos en libertad. Y también explica que fueron interrogados de acuerdo a un proceso general y no de niños tal como establece el artículo 122 de la Ley egipcia.

El borrador de constitución, con fuerte influencia conservadora islámica, contiene artículos que pueden representar una seria amenaza para los derechos humanos en la era post Mubarak y suponen una seria amenaza para el futuro de los derechos humanos en el país. Grupos de derechos humanos acusan al régimen de Mohamed Morsi de abusos incluso mayores a los de Mubarak.

El 8 de marzo de 2011, las mujeres egipcias salieron a las calles para celebrar el Día Internacional de la Mujer. Para sorpresa de muchos, se las enfrentó con una marcada hostilidad y violencia, siendo rodeadas por grupos de hombres y se las acusó de seguir agendas occidentales.

Después de casi dos años que las organizaciones de derechos humanos y feministas expresaran su profunda preocupación por la escalada de políticas que refuerzan la situación de impunidad y no protegen a los ciudadanos ni garantizan el derecho de reunión pacífica. La exclusión de las mujeres de la esfera pública a través de la incitación directa y la agresión debe ser condenada. Los crímenes atroces de violencia sexual no se pueden separar de la disminución del estatus social de las mujeres.

Fuente: Informe 2013 de la coalición nacional de Social Watch en Egipto (en inglés)
http://www.socialwatch.org/es/node/15803