Hungría: Frente al abismo

Roma en Hungría. (Foto: OACDH).

Hungría se ha vuelto en contra los ideales democráticos del mundo y su prestigio internacional, integridad y credibilidad están en su punto más bajo. Las libertades civiles están restringidas y se encamina al declive económico. La vida política se caracteriza por una peligrosa polarización ideológica y la mayoría de la sociedad está luchando contra las relaciones injustas y desiguales sin siquiera tener la esperanza de la solidaridad mutua. El 30 de noviembre de 2011, el gobierno adoptó una estrategia de inclusión social nacional a diez años acompañada de un plan de acción a corto plazo para el período 2012-2014, pero a pesar de sus loables objetivos muy poco se ha logrado hasta ahora.

Cuando la crisis financiera global golpeó al país en 2008, ya se encontraba en una situación económica precaria. Las fuertes medidas de austeridad aplicadas por el gobierno entre 2006 y 2008 no impidieron la ola de especulación internacional que amenazaba con colapsar el sistema económico y financiero nacional.

Desde 2010, cuando el gobierno de Fidesz llegó al poder, el riesgo de empobrecimiento se ha incrementado. El sistema de impuesto único, la reducción de las prestaciones sociales, la interrupción de la modernización del sistema educativo, la política penal limitada que golpea principalmente a los pobres han traído un triste y esperado resultado. A partir del segundo trimestre de 2012, 472.000 personas se encuentran desempleadas y 300.000 no reciben ningún beneficio, mientras que las opciones de economía sumergida también se han reducido.

Según las últimas cifras de la Oficina Central de Estadística de Hungría (HCSO), 42,2% de la sociedad sufre de privación material y el 23,1% de privación material grave. También es evidente la situación que enfrentan los jóvenes, por encima del riesgo medio de la pobreza. Los menores de 17 años son los más vulnerables. En 2010, el 20,3% de este sector eran pobres y un año después aumento al 23%. La posición relativa de las personas mayores es mejor porque las pensiones son regulares y predecibles. Durante la era socialista, todas las personas ya jubiladas tenían un empleo.

Fuente: Informe Social Watch 2013, Informe nacional de Social Watch Hungría.
http://www.socialwatch.org/es/node/15991