En defensa de la agricultura y la seguridad alimentaria

Un llamado a la reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio en Bali. Contra el desequilibrio en las normas globales sobre subsidios agrícolas, en apoyo a las intervenciones públicas para garantizar la subsistencia y la alimentación de los pobres y en defensa de la propuesta del G33.

Los firmantes, miembros de la sociedad civil global, instamos al señor Roberto Azevedo, director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y a los estados miembros a tomar el tema de la seguridad alimentaria en los países en desarrollo como una cuestión grave y urgente y a no burlarse de la propuesta del G-33 sobre los stocks públicos de alimentos por la vía de reclamar a los países en desarrollo una “cláusula de paz” que implica estar de acuerdo con el texto actual.

En todo el mundo en desarrollo, millones de personas, en su mayoría pobres, siguen sin tener un mínimo acceso a la alimentación básica. Según la FAO, había 868 millones de desnutridos en 2011-12, 304 millones de ellos en Asia meridional y 234 millones en el África subsahariana . Aún más inquietante es el hecho de que cerca de 3,1 millones de niños menores de 5 años mueren cada año a causa de la mala nutrición (Estadísticas del Hambre, Programa Mundial de Alimentación, 2013).

Al mismo tiempo, en una economía global volátil, millones de pequeños agricultores se dedican a una producción de alimentos precaria pero que les proporciona los medios de vida esenciales y abastece a las necesidades alimentarias de su país. La erradicación de la pobreza y el hambre del mundo será imposible sin abordar sus problemas. La economía global, aún cuando ha crecido, ha excluído a los agricultores pobres y los consumidores de alimentos en la gran mayoría de los países en desarrollo y, en particular, en los países menos avanzados (PMA). En resumen, todavía es necesario el apoyo de sus propios gobiernos y de la comunidad global.

Sin embargo, las reglas de comercio multilateral que se han institucionalizado a través de la OMC hacen que sea imposible para los gobiernos de los países en desarrollo prestar este apoyo. Cuando se negoció el GATT (antecesor de la OMC), a todos los países en desarrollo, que no subvencionaban la agricultura en ese momento, con la excepción de 17 de ellos, se les prohibió futuras subvenciones y se les estableción un límite del 10 % de la producción adicional que podría ser dado como subsidios.

Por el contrario, a los países desarrollados que daban subsidios masivos a su sector agrícola se les pidió reducir los subsidios que distorsionan el comercio en apenas un 20 %. Además, se les permitió mover la mayor parte de sus subsidios a una "caja verde", marcándolos como no distorsionantes del comercio. Está ya bien establecido que ambos tipos de subsidios distorsionan el comercio y socavan los precios, estimulan el dumping de productos agrícolas subsidiados sobre los mercados de los países en desarrollo y amenazan el acceso al mercado global de los agricultores de países en desarrollo.

Este legado perverso de la OMC ha dado lugar a un desequilibrio grosero en el sistema de producción, distribución y comercio agrícola mundial. Ha impedido que los gobiernos de los países en desarrollo proporcionen un apoyo esencial a los numerosos pequeños productores, o a los consumidores pobres, a través de medidas directas, almacenamiento público de alimentos que apoye los precios u otros procesos, aun teniendo la capacidad financiera para hacerlo. La India, por ejemplo, ha aprobado recientemente una Ley de Seguridad Alimentaria, que tiene como objetivo proporcionar un mínimo de alimentos a los pobres, el 67% de la población. Para ello se han asignado 20 mil millones de dólares, una suma que entra en conflicto con los límites establecidos de la OMC. Las obligaciones de la OMC impiden a la India la plena aplicación de esta ley.

El grupo de países en desarrollo conocido como G-33 ha presentado una propuesta sobre la seguridad alimentaria en la OMC, que sostiene que los programas públicos de alimentación pública que apoyan la subsistencia de los pequeños agricultores y el consumo de alimentos de los pobres deben considerarse como parte de la "caja verde" y ser permitidos sin límites, cambiando el actual Acuerdo sobre la Agricultura.

Según las reglas de la OMC, un subsidio a través de mecanismos para sostener los precios debe calcularse según la diferencia entre el precio fijo externo de referencia y el precio administrado aplicado. El precio de referencia se fijó como el promedio de los precios fob (franco a bordo, o sea en el momento de entrega en el barco) notificados por cada país entre 1986 y 1988. Dado que el "precio exterior fijo de referencia fijo" es mucho más bajo que los niveles de los precios mínimos de apoyo (MSP), el subsidio tiende a aparecer mucho más inflado que lo que es en realidad. Además, toda la producción "elegible" para recibir el subsidio es utilizada para el cálculo del subdisio y no la que realmente lo recibe. Para los países en desarrollo grandes, el subsidio calculado exagera significativamente el apoyo financiero real proporcionado a los agricultores.

Por otro lado, la ayuda interna total de los Estados Unidos a su agricultura creció de 61 mil millones dólares a 130 mil millones entre 1995 y 2010. La ayuda agrícola de la Unión Europea bajó de 90 mil millones de euros en 1995 a 75 mil millones en 2002 y volció a crecer a 90 mil millones en 2006 y 79 mil millones en 2009. Una medida más amplia de la protección agrícola, conocida como estimación del apoyo total, muestra que los subsidios agrícolas de los países de la OCDE aumentaron de 350 mil millones de dólares en 1996 a 406 mil millones en 2011.

Por desgracia, la propuesta del G-33 ha encontrado una fuerte oposición de los países desarrollados , particularmente Estados Unidos y la Unión Europea. Y esto a pesar de que en 2010 los pobres en la India recibieron en promedio sólo 58 kilos de cereales por persona, tres veces menos que los 182 kilos por persona que recibieron 80 millones de beneficiarios de ayuda alimentaria en los Estados Unidos.  Además, cada uno de los 46,6 millones de beneficiarios del Programa de Asistencia en Nutrición Suplementaria (SNAP) de los Estados Unidos, conocido como programa de cupones de alimentos, recibió 241 kilos de alimentos en 2010.

Es un motivo de preocupación urgente que todos los elementos de la propuesta del G-33 han sido rechazados para su consideración en Bali y en cambio lo único que se discute es una “cláusula de paz” (o “cláusula de la debida moderación”). Una cláusula de paz significa que el uso de los subsidios que propone el G-33 sigue siendo ilegal, pero los miembros de la OMC se comprometen por una temporada a no denunciarlos ante el mecanismo de solución de controversias.

La redacción de esta cláusula, presentada por el director general Robeto Azevedo, sólo asegura cuatro años de “paz” y no garantiza que una solución permanente eventualmente se encontrará. Además, se imponen otras condiciones severas, tales como el requisito de que “las acciones emprendidas en virtud de estos programas no distorsionen el comercio". Esta condición amplia puede hacer que sea prácticamente imposible que un país en desarrollo utilice el mecanismo y diluye la ya débil “cláusula de paz”, haciéndola totalmente ineficaz. Es una sentencia de muerte para millones de pobres en la India y en otros países en desarrollo.

El momento de actuar es ahora. Antes de que sea demasiado tarde , antes de que millones mueren debido a que los líderes mundiales no lograron elevarse por encima de sus propias agendas miopes.

Cientos de miles de niños no son capaces de llegar a la escuela, o jugar, o reír, porque el hambre los debilita. Millones de personas van a dormir sin saber qué van a dar de comer a su familia el día siguiente.

En el complejo laberinto de establecimiento de normas internacionales, a los pobres y marginados se les niega sus medios de subsistencia y el acceso mínimo a la alimentación. Las reglas globales de comercio están desafiando la provisión pública de bienes y servicios esenciales en todo el mundo en desarrollo. Es imperativo que la OMC aborde estas cuestiones en su próxima y crucial Novena Conferencia Ministerial en Bali.

Nosotros, como miembros de la sociedad civil, por lo tanto, instamos a la comunidad internacional y en particular al Director General de la OMC y los Estados miembros a cambiar el Acuerdo sobre la Agricultura para permitir a los países en desarrollo utilizar subvenciones para impulsar programas públicos en los alimentos en apoyo a los agricultores y consumidores pobres. Exigimos que no se burlen del hambre de millones en todo el mundo mediante una “cláusula de paz” inutilizable y perjudicial para las soluciones a largo plazo. Instamos a garantizar que las normas comerciales internacionales trabajan para la gente en todo el mundo y no en su contra.

Enviar adhesiones a Lim Li Ching, dirección de correo: ching@twnetwork.org

Firmado por:

  1. Third World Network
  2. Rythu Swarajya Vedika, India
  3. Solidarité, France
  4. Worldview-The Gambia
  5. Southern and East African Trade Institute (SEATINI), South Africa
  6. Sagari Ramdas, Anthra-Hyderabad, India
  7. Mdahusudhan, Yakshi, India
  8. K.Pandu Dora, Convenor, Adivasi Aikya Vedika, India
  9. Indian Social Action Forum (INSAF), India
  10. Asha Kisan Swaraj, India
  11. Equity and Justice Working Group Bangladesh (EquityBD)
  12. Working group Food justice, the Netherlands
  13. Alliance Sud, Switzerland
  14. Center for Sustainable Rural Development (SRD), Vietnam
  15. National Hawker Federation, India
  16. Inter Cultural Resources, India
  17. The Berne Declaration, Switzerland
  18. Green Souls, India
  19. India FDI Watch
  20. Social Watch