Salud con fines de lucro en Egipto

En Egipto, el Banco Mundial sostiene que los logros en las tasas de mortalidad y los niveles de esperanza de vida alcanzados desde el comienzo del siglo pasado no continuarán si el sector privado no se involucra, debido a que el Gobierno no dedica más recursos al sector de la salud y a que hay una menor posibilidad de mejorar los hábitos diarios no saludables de las personas pobres.

En el informe de Social Watch, se advierte que, si bien el Gobierno anunció la creación de algunas APP en el Hospital Universitario de Maternidad y Banco de Sangre de Smouha y el Hospital Al Mowasat, la unidad central de la APP no ha dado a conocer al público los detalles de los proyectos ni la naturaleza de las responsabilidades de los inversionistas. Tampoco anunció quiénes son los principales inversionistas de los proyectos ni cuáles son las mejoras que se espera que alcancen. Lo único que conoce la sociedad civil es que las APP se implementarán y serán parcialmente gestionadas por Bareeq Capital, DETAC Construction & Trading, Siemens Healthineers y la empresa G4S.

Estos proyectos están supervisados por la Corporación Financiera Internacional (la rama del Banco Mundial que apoya al sector privado) como asesora financiera, Mott Macdonald como asesora técnica y Trowers & Hamlins como asesora legal. El contrato de tres años se firmó en 2012, pero los proyectos aún no se han finalizado. Un motivo podría ser el hecho de que el préstamo bancario ofrecido a la alianza empresarial se redujo a la mitad del presupuesto acordado previamente.

En el informe sobre Egipto, se explica que los estudios de caso anteriores demostraron que el fracaso de las asociaciones público-privadas se debe, la mayoría de las veces, a problemas financieros relacionados con la capacidad de los receptores del servicio para pagar las tarifas, o bien con la incapacidad del Gobierno para cubrir los costos del proyecto. Con el sector privado como proveedor, la función del Gobierno pasará a ser proteger a los receptores del servicio (especialmente los pobres) a fin de garantizar igualdad y ofrecer un mecanismo de rendición de cuentas que les brinde a los ciudadanos el derecho a presentar quejas y denuncias cuando haya alguna negligencia médica.

En el caso egipcio, la declaración de los funcionarios a cargo de privatizaciones e inversión muestran que el sistema propuesto se basa en la falta de seguros, una cobertura de salud deficiente y salarios bajos para los médicos: un enfoque que no tiene en cuenta las nociones de justicia o protección social. Los expertos en salud de todo el mundo advierten que la privatización del sector de la salud creará disparidades en la prestación de atención médica y, finalmente, perjudicará a los pobres.

Fuente: Informe nacional de Egipto (en inglés), Social Watch Report 2017.