Nigeria

Las iniciativas de desarrollo del Gobierno no han logrado reducir la pobreza ni tampoco diversificar una economía basada en el petróleo, en la que todavía se aplica un modelo extractivo no sustentable. Esto ha llevado a una grave degradación ambiental, que tiende a la desertificación y la erosión de forma alarmante. El Gobierno debe repensar sus estrategias y adoptar políticas de planificación a largo plazo respetuosas del medio ambiente que se basen en fuentes de energía renovables y una gestión medioambiental adecuada. Se debería empoderar a los pobres y darles participación en la gestión del ambiente y los recursos naturales.
La inversión extranjera directa (IED) en Nigeria ha mejorado un poco, pero su impacto todavía no ha llegado a los pobres. La legislación a favor de la IED debería complementarse con mecanismos que garanticen transparencia. A pesar de que el Gobierno ha asignado recursos – entre otros – financieros para combatir la pobreza, la triste realidad es que, en los últimos 15 años, ésta no ha dejado de crecer a un ritmo acelerado. Algunas organizaciones de la sociedad civil han señalado que casi todos los proyectos que se centran en cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) están retrasados.
La mayoría de los nigerianos ha vivido por mucho tiempo en una situación de colapso económico. La corrupción es generalizada, hay falta de electricidad en todo el país, la educación y la salud se encuentran en condición deplorable y la lucha armada por el control de los recursos petroleros sigue siendo intensa. La crisis económica mundial profundizó aún más la pobreza. Los expertos subrayan que el país debería tomar medidas para reducir su dependencia del crudo y resolver la escasa implementación de los presupuestos anuales.
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