Algunos avances, pero insuficientes

Atiur Rahman; M. Ismail Hossain
Shamunnay

La incidencia de la pobreza en Bangladesh es elevada y, en consecuencia, la reducción de la misma es una prioridad política. Los donantes han apoyado generosamente las gestiones del gobierno para erradicar la pobreza. Las ONGs desempeñan un papel importante en lo que respecta al apoyo de los donantes. El gobierno y las ONGs emplearon una variedad de enfoques y medidas innovadoras. Estas gestiones produjeron algunos avances a fines de los años 90, aunque no todas las medidas fueron igualmente eficaces.

La población rural (índice por habitante) en la pobreza descendió 1,8% entre 1995 y 1999. La profundidad de la pobreza (índice de brecha de pobreza) descendió tanto en el medio rural como urbano, y la severidad de la pobreza se redujo en el medio urbano. La cantidad de pobres en las zonas urbanas se mantuvo igual a su nivel de 1995. La pobreza sigue muy difundida en el país, con el 44,9% de la población rural y el 43,3% de la población urbana que vive en la pobreza. La pobreza absoluta no se redujo en ningún momento y más de 70 millones de habitantes viven en la pobreza en la actualidad.

La distribución del ingreso empeoró a principios de los años 90. La proporción del ingreso correspondiente al 5% superior de la población aumentó entre 1992 y 1996. La proporción correspondiente al 15% medio superior también aumentó. Pero la proporción del ingreso correspondiente al 80% inferior descendió. Esta situación parece haber continuado a fines de los años 90.

El Índice de Pobreza Humana (IPH) para Bangladesh destacó algunas mejorías a principios de los años 80, y esa tendencia continuó en los 90. El índice fue de 61,3 en 1981/1983 y de 40,1 en 1995/1997. Esto indica que, aunque la pobreza del ingreso continuó, la pobreza humana descendió en este período. La infraestructura educativa mejoró y la matrícula escolar primaria aumentó del 76% en 1991 al 97% en 1999. De igual manera, los indicadores de salud también destacan cierta mejoría. La esperanza de vida al nacer aumentó de los 55,9 años en 1990 a los 60,8 años en 1998. El gasto público en la enseñanza primaria y los servicios de atención médica en el medio rural parecen beneficiar a los pobres más que otros sectores del gasto.

A pesar de los avances cuantitativos en la enseñanza y la salud, la calidad de las mismas sigue siendo deplorable. La educación tiene bajos niveles de asistencia y elevadas tasas de deserción y repetición. El nivel de conocimiento del quinto grado recién se alcanza en el octavo. En el sector de la salud, los servicios de atención médica curativa sufrieron un deterioro notable. Por lo tanto, la gente recurre a servicios alternativos en países vecinos, sobre todo en India.

¿Por qué no desciende la pobreza del ingreso?

La falta de avances en la reducción de la pobreza en el medio urbano y los progresos imperceptibles en el medio rural exigen una reevaluación de la estrategia de reducción de la pobreza y los factores dominantes que causan la misma. Las estrategias actuales que se concentran en la expansión de los sectores de exportación con mucha mano de obra, la agricultura, las actividades rurales no agrícolas y las empresas urbanas de pequeña escala e informales no lograron reducir el número absoluto de pobres.

Los programas de microcrédito de las ONGs, los bancos comerciales nacionalizados y otras instituciones públicas especializadas, como el Banco Grameen, lograron importantes avances en la reducción de la pobreza y la mejoría de sus respectivos indicadores. El éxito del Banco Grameen lo transformó en un modelo para países en desarrollo e industrializados por igual. El que los logros a nivel micro no se hayan traducido en el nivel macro indica cierto desfasaje en el desempeño micro y macro. Últimamente se plantearon varias interrogantes sobre el microcrédito:

  • Las altas tasas de interés cobradas por los préstamos y el estricto programa de amortización (comenzando en la primera quincena de entregado el préstamo) garantizan la ganancia y la seguridad del préstamo, pero obstaculizan la plena realización de los beneficios del mismo.
  • Ni el mercado convencional de créditos ni el mercado no convencional de microcréditos ofrecen acceso a los préstamos de emergencia. Tampoco se respondió adecuadamente la demanda de capital para el trabajo zafral y los préstamos para casos de crisis.
  • El sistema de microcréditos se dirige a un subsector específico de la población pobre. No alcanza a la pobreza extrema ni a los sectores más marginados de la comunidad pobre. Los sectores no pobres pero vulnerables tampoco son cubiertos por el sistema.
  • El programa de préstamos de base grupal tiene una tendencia implícita a excluir del grupo a aquellos pobres cuya capacidad de ahorro y de amortizar los préstamos disciplinadamente está en duda.
  • El crédito por sí solo no genera ningún cambio importante en el bienestar de los pobres. Elementos iniciales, como el tamaño del terreno, la ocupación y el nivel de educación de los jefes de familia contribuye de manera significativa a la acumulación de ingresos en los hogares participantes.

Gestión de gobierno y pobreza

La incapacidad del gobierno para proporcionar ciertos servicios públicos tiende a generar y perpetuar la pobreza y la falta de participación en la sociedad. La delincuencia y la corrupción son dos aspectos con graves consecuencias para la pobreza en Bangladesh.

La corrupción es parte misma de la sociedad de Bangladesh. Los “pagos adicionales” son necesarios para, por ejemplo, las conexiones telefónicas, pasar por la aduana, obtener permisos de comercio y construcción, conseguir empleo, etc. Estas prácticas perpetúan la pobreza al reducir la inversión nacional y extranjera, desvirtuar la distribución de los recursos y quitarles a los pobres la posibilidad de un trato justo.

Bangladesh ocupa el cuarto lugar en la lista de corrupción mundial de la organización Transparencia Internacional. El Banco Mundial sostiene que, sin la corrupción, Bangladesh alcanzaría un crecimiento económico entre dos y tres puntos porcentuales mayor, así como el doble de su ingreso por habitante. El Banco Asiático de Desarrollo y la Unión Europea atribuyen a la corrupción, la falta de transparencia y la burocracia la dificultad de Bangladesh para conseguir inversiones extranjeras sustanciales.

Información reunida por Transparencia Internacional Bangladesh entre enero y junio del 2000 muestra que hubo 1.345 casos de corrupción denunciados en los nueve diarios nacionales elegidos para la investigación. Las fuerzas de seguridad, como la policía, son las más corruptas. Otras instituciones públicas que padecen un elevado índice de corrupción son los gobiernos locales, la educación, la salud, forestación y ambiente, impuestos y finanzas. La corrupción también está generalizada entre las organizaciones de servicios privadas, las ONG y los partidos políticos.

Género y pobreza

Las mujeres en Bangladesh son un grupo en desventaja en comparación con los hombres y padecen una mayor pobreza en la sociedad. Los hogares dirigidos por mujeres divorciadas suelen ser más pobres. La mayor incidencia de pobreza entre las mujeres no se limita a la pobreza del ingreso. Las mujeres también padecen una mayor incidencia de pobreza humana. La tasa de alfabetización adulta corresponde al 58%. La tasa de alfabetización para las mujeres es del 49,5%, comparada con el 67% para los hombres. Las diferencias de género se agravan a medida que se avanza en la escala educativa. En las escuelas primarias hay matriculados un 53,9% de varones y un 48,1% de niñas. A nivel de posgrado, el 76,3% de los alumnos son hombres y sólo 23,7% son mujeres. 

El estado de salud de las mujeres también indica un mayor grado de necesidad. Hay 148 mujeres por cada 1.000 que padecen al menos una de 35 enfermedades distintas, en comparación con 136 por cada 1.000 hombres. La esperanza de vida al nacer es de 60,5 años para las mujeres y de 60,7 años para los hombres.

La violencia contra la mujer es un fenómeno universal pero su expresión varía en las distintas sociedades humanas. En Bangladesh, la violencia contra las mujeres se manifiesta mediante el abuso sexual, el tráfico de mujeres, la prostitución, la violencia doméstica, los asesinatos relacionados con la dote, el abuso psicológico, los atentados con ácido y las fatwa (decretos de la religión islámica). Todas las formas de violencia contra la mujer parecen ir en aumento en la sociedad. Desde el 1 de enero al 31 de diciembre del 2000 hubo 186 casos de atentados con ácido, en comparación con 178 casos en 1999. El ácido causa una desfiguración física permanente y también puede provocar sordera y ceguera. Las víctimas padecen problemas psicológicos y emocionales de por vida.

Otro hecho nefasto en esta sociedad es la violencia de las propias fuerzas de seguridad. En el 2000 se denunciaron 13 casos de violación por parte de agentes del orden. El público, por lo general, espera una mayor corrección de aquellos a quienes les confía la responsabilidad de preservar la ley y el orden en la sociedad. La gente no tendrá a quién recurrir si los funcionarios del orden se convierten en los peores victimarios.

La violencia y la amenaza de violencia causan daños físicos y psicológicos irreparables en muchos casos. No menos importante es su efecto en la seguridad y la autonomía de las mujeres. La violencia también tiene un impacto negativo en las gestiones del gobierno y de las organizaciones de la sociedad civil para potenciar a las mujeres.

 


Nota:

 Informe preparado por Shamunnay para ADAB (Asociación de Agencias de Desarrollo en Bangladesh) con el apoyo de la Agencia Holandesa de Cooperación para el Desarrollo (NOVIB).