Una crisis humanitaria
El desarrollo social palestino se deterioró significativamente en 2001, al nivel de constituir una crisis humanitaria. Hasta que se tomen medidas que obliguen a Israel a desistir de sus políticas militares de asedio, estrangulación económica y ataque contra los palestinos en los Territorios Ocupados, dicha crisis continuará profundizándose.
Las fuerzas de ocupación y los colonos israelíes mataron a 934 palestinos desde septiembre de 2000 y a 602 palestinos en 2001. En el mismo lapso, fuerzas israelíes lesionaron al uno por ciento de la totalidad de la población palestina en Cisjordania y Gaza.[1] A lo largo de 2001, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y el pueblo palestino lucharon por mantener el nivel de desarrollo social en los Territorios Ocupados a pesar del asedio y el ataque israelí. La ANP, en conjunto con palestinos particulares, acotaron la caída inevitable en lo que ahora es una crisis humanitaria provocada por las fuerzas de ocupación israelíes. El desarrollo social palestino se deterioró significativamente en 2001. Hasta que se tomen medidas que obliguen a Israel a desistir de sus políticas militares de asedio, estrangulación económica y ataque contra los palestinos en los Territorios Ocupados, continuará la caída del desarrollo social palestino.
El impacto del asedio en el desarrollo social palestino
Poco después del inicio del levantamiento palestino contra la ocupación israelí, el ejército israelí se enfrentó a la población civil en Cisjordania y Gaza. Las fuerzas militares israelíes aumentaron el encierro de las zonas palestinas, impuesto desde 1996, llevándolo a una política descrita por las autoridades israelíes como de “asedio”. Dicho asedio sigue sin pausa, dividiendo al territorio palestino en 130 bolsones de territorio aislados y negando la libertad de movimiento tanto dentro como entre Cisjordania y Gaza, entre esa zona y otros países, y entre Cisjordania y Gaza y Jerusalén, el corazón económico de Palestina.[2] En un informe reciente, la Oficina del Coordinador Especial de Naciones Unidas (UNSCO) argumentó que el asedio es “una forma de castigo colectivo a la población palestina que no puede fundamentarse debido a consideraciones de seguridad”.[3]
El asedio israelí ha perjudicado la economía palestina. La producción se paralizó esta año, y para fines de 2001, el 50% de la población palestina se encontraba debajo de la línea de pobreza, un incremento de casi 100% desde septiembre de 2000.[4] El PBI real palestino descendió 12% en 2001 y 19% desde septiembre de 2000. Las pérdidas del ingreso nacional bruto como consecuencia del encierro israelí alcanzaron los USD 2.400 millones hacia fin de 2001.
El desempleo había aumentado a 28%,[5] aunque el Banco Mundial lo calculaba en 33% en junio de 2001, agregando el crecimiento demográfico natural.[6] Una reciente investigación de los ingresos de los hogares por la Dirección Central Palestina de Estadísticas en julio y agosto de 2001 indicó que 10,1% de los hogares de Cisjordania habían perdido todas sus fuentes de ingreso desde septiembre de 2000, y que 47,7% denunciaron la pérdida de más de 50% de su ingreso habitual desde el comienzo del levantamiento.[7]
El encierro israelí dificultó severamente el acceso de los palestinos a la atención médica. En Gaza, 62,5% de los hogares denuncian que “sufrieron problemas [para acceder] a los recursos de salud debido al encierro israelí”.[8] La situación sanitaria de los palestinos es exacerbada por el agravamiento físico de los pacientes en vehículos obligados a tomar rutas alternativas para llegar a los hospitales, el incremento de los costos del transporte médico, la demora en llevar a los pacientes a recibir tratamiento, y la mediocre gestión de los militares israelíes en los puestos de control.[9] A noviembre de 2001, la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina denunció 274 casos en que a sus ambulancias se les negó el acceso a las zonas palestinas y 163 ataques contra su flota de 85 ambulancias. Los hospitales fueron blanco de las balas israelíes, y la restricción de movimientos provocó muertes en los puestos de control.[10] Hay escasez de productos médicos y los puestos de control israelíes suelen negar su paso. El encierro israelí también redujo en gran parte el acceso palestino a los recursos de agua potable.[11] En un comunicado de prensa de febrero de 2001, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) declaró que “hubo incidentes en que se negó, o retrasó, asistencia médica vital, causando así un agravamiento de la situación médica de la persona”.[12]
El asedio israelí dificulta severamente el acceso de los niños y jóvenes palestinos a la educación. Para julio de 2001, el asedio había “impedido que entre 10% y 90% de los maestros se trasladaran a los institutos de enseñanza”.[13] Los bombardeos israelíes desde septiembre de 2001 dañaron más de 400 escuelas palestinas, o más de 22% de todas las escuelas primarias y secundarias en Cisjordania y Gaza.[14] A más de 542.000 alumnos palestinos se les negó el acceso a la enseñanza en 2001.[15] Para julio de 2001, 90 alumnos habían sido muertos, al menos 2.151 fueron baleados y lesionados, y 76 fueron detenidos indefinidamente.[16] Un documento de noviembre de 2001 del Centro Bisan de Investigación y el Desarrollo declaró que “todos los jóvenes palestinos son sometidos al encierro, lo cual limita el movimiento de maestros, alumnos y administradores, así como la distribución de los materiales de enseñanza, sin importar su posición social o ubicación física”.[17]
Las consecuencias del asedio israelí son especialmente difíciles para los grupos más débiles. Casi un tercio de los muertos por el ejército y los colonos israelíes son menores de 18 años.[18] Según el Programa de Salud Mental de la Comunidad de Gaza (GCMHP), muchos niños palestinos padecen Trastorno por Estrés Post Traumático (PTSD), que incluye síntomas de aislamiento, dolores estomacales, incontinencia urinaria al dormir, agresividad, alteración del sueño, dolores de cabeza y alteración alimentaria.[19] Como consecuencia del creciente desempleo y la falta de acceso de los trabajadores hombres a los mercados de trabajo israelíes, el peso de la producción económica y el sustento de la familia recayó en las mujeres. La combinación de normas patriarcales tradicionales con la ausencia general de hombres palestinos —ya sea porque trabajan en el exterior, porque están presos o desempleados— conduce a las mujeres palestinas a padecer la mayor parte de pobreza y responsabilidad en el hogar.[20] Además de temer por sus hijos, las mujeres sufren la creciente violencia doméstica.[21]
La respuesta palestina
Junto a las voces israelíes que se quejan porque la Autoridad Nacional Palestina “no hace lo suficiente”, Israel ha hecho todo en su poder para socavar la capacidad de acción de la ANP. En ese poder se incluyen cientos de invasiones de las zonas bajo control palestino, la destrucción general de la infraestructura palestina y la reocupación de muchas zonas de Cisjordania y Gasa que estaban bajo control de la ANP por los convenios alcanzados desde los Acuerdos de Oslo de 1993.
Dada la crisis de los ingresos de la ANP por el congelamiento de recaudación impositiva [22]y la destrucción de su infraestructura[23] y capacidad de acción, las respuestas de la ANP a los ataques israelíes contra el desarrollo social en 2001 son dignas de elogio. En noviembre de 2001, el Banco Mundial declaró que, “enfrentada a alternativas poco envidiables, la gestión fiscal general de la ANP ha sido sólida”.
En el sector de la salud, el Ministerio de Salud respondió a las dificultades financieras de los pacientes mediante la reducción o la exención de las tarifas. Debido a la falta de movilidad, el Ministerio aplicó una estrategia de “descentralización” por la cual las clínicas de salud locales tuvieron mayor autoridad. Además, el Ministerio de Salud aumentó los fondos médicos a las clínicas de la ANP y de ONG. Entre las estrategias empleadas por el Ministerio para enfrentar la crisis sanitaria estaban la compra de fármacos a crédito de los proveedores locales, la coordinación de gestiones médicas con ONG nacionales e internacionales, la promoción de la atención en el hogar y el desarrollo de equipos de salud móviles.
El Ministerio de Educación se dedicó a mantener en pie al atribulado sector. A comienzos de 2001, el Ministerio desarrolló un Comité de Emergencias junto con un Plan de Emergencia para desembolsar USD 13 millones para cubrir costos de operación, la rehabilitación de escuelas, asesoría y educación, y equipos de primeros auxilios y contra incendios para las escuelas. Asimismo, el Ministerio de Educación trabajó junto con los municipios y la Agencia de Naciones Unidas de Ayuda y Trabajo para los Refugiados Palestinos en el Cercano Oriente (UNRWA) para descentralizar la autoridad escolar y reorganizar a los alumnos y maestros de los distritos en respuesta al asedio. Como las escuelas no podían cubrir sus costos, muchos maestros y profesores trabajaron en 2001 con salarios reducidos para mantener los institutos en funcionamiento.
La respuesta de los palestinos en general también ha sido importante. Un estudio de la Universidad de Birzeit halló que más de 80% de los hogares redujeron sus gastos como manera de enfrentar la crisis económica.[24] Más de la mitad de la población aplazó o refinanció el pago de sus deudas y obligaciones.[25] Otras de las estrategias de las familias fueron reducir el consumo, intensificar la producción casera, vender sus activos, pedir préstamos para pagar sus gastos y refinanciar los préstamos existentes.[26] Otras reacciones a la crisis fueron la reintroducción de la producción agrícola para abastecer a las tiendas de alimentos y enviar a familiares a trabajar al extranjero para generar remesas.[27]
La comunidad internacional debe actuar
El desarrollo social está bajo ataque en los Territorios Palestinos. Ahora que la atención mundial se concentró en el terrorismo tras los atentados del 11 de septiembre, la ANP sufre cada vez más la presión internacional para que controle a los palestinos que recurren a la violencia. Pero en el contexto de esta presión, la ANP y el pueblo palestino han sufrido el violento ataque militar y económico israelí durante 15 meses. La promoción del desarrollo social en Palestina exige la acción de parte de aquellos que tienen el impacto más significativo sobre el desarrollo social en Palestina. Las acciones israelíes desde el inicio de 2001 ilustran claramente el poder de Israel para determinar y destruir el desarrollo social en Palestina. Para que amaine la crisis actual en el desarrollo social palestino es necesario que la comunidad internacional reconozca la violencia del Estado israelí contra los civiles palestinos. Entre otras medidas intermedias se debe desplegar una fuerza internacional de protección para los palestinos en los Territorios Ocupados. Un Estado viable, próspero y soberano en los Territorios Ocupados es necesaria para mejorar el desarrollo social en Palestina.
Notas:
[1] Ver http://www.palestinemonitor.org/factsheet/Palestinian_killed_fact_sheet.htm. Información obtenida por un seguimiento constante del Instituto de Información y Política de Desarrollo de la Salud (HDIP) también está disponible en http://www.hdip.org.
[2] La libertad de movimiento implica tanto el movimiento personal como el movimiento de productos.
[3] El castigo colectivo está prohibido por el Artículo 33 de la Cuarta Convención de Ginebra que estipula, “Sanciones colectivas y asimismo todas las medidas de intimidación o de terrorismo están prohibidas.” Tomado de UNSCO “UNSCO Closure Update Summary: Impact on the Palestinian Economy of Confrontation, Border Closures and Mobility Restrictions, 1 October to 30 June 2001,” 2001, p. 2.
[4] Ibid. p. 1. La cifra fue calculada por UNSCO a fines de 2001.
[5] Bocco, R., M. Brunner y J. Rabah, “International and Local Aid during the second Intifada,” Instituto Superior de Estudios de Desarrollo: Universidad de Ginebra, informe en colaboración con el Jerusalem Media & Communication Centre (JMCC), julio de 2001.
[6] Las cifras del PBI, PNI y desempleo proceden del informe del Banco Mundial “One Year of Intifada - The Palestinian Economy in Crisis,” Banco Mundial, noviembre de 2001.
[7] Dirección Central Palestina de Estadística, “Impacto de las medidas israelíes en la situación económica de los hogares palestinos (3a Ronda: julio-agosto de 2001)” PCBS, 2001, p. 5. Disponible en http://www.pcbs.org.
[8] Ibid.
[9] B'Tselem: el Centro Israelí de Información por los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados, “No Way Out: Medical Implications of Israel’s Siege Policy,” B’Tselem: Jerusalén, junio de 2001.
[10] Unión de Comités de Ayuda Médica Palestinos (UPMRC) “Healthcare Under Seige II: The Health Situation of Palestinians During the First four months of the Intifada (28 September 2000-28 January 2001)”, p. 12. Ver www.upmrc.org.
[11] B'Tselem, “Not Even a Drop: The Water Crisis in Palestinian Villages Without a Water Network,” B’Tselem: Jerusalén, 2001, p. 6.
[12] Comunicado de prensa del CICR, 26 de febrero de 2001.
[13] Dima Al-Samman, encargado del Departamento de Medios del Ministerio de Educación, citado en un comunicado de prensa del Centro de Medios Palestinos, 16 de julio de 2001.
[14] Informe del Banco Mundial, op.cit. nota al pie 6, p. 48.
[15] Dirección Central Palestina de Estadística. Vea www.pcbs.org.
[16] Comunicado de prensa del Centro de Medios Palestinos, “The Impact of Israeli Aggression on Palestinian Education,” 16 de julio de 2001.
[17] Centro Bisan de Investigación y Desarrollo, “Draft Youth Issues Policy Paper: Ramallah-Al-Bireh District,” presentado a TAMKEEN: Civil Society and Democracy Strengthening Project: Ramallah, noviembre de 2001.
[18] Ver www.palestinemonitor.org/factsheet/Palestinian_killed_fact_sheet.htm.
[19] Fecci, J., “The Al-Aqsa Intifada: The Unseen Consequences of Violence on Palestinian Women and Children,” Washington Report on Middle East Affairs, febrero de 2001. Vea www.washington-report.org/backissues/010201/ 0101009.html.
[20] Giacaman et al. “For the Common Good?: Gender and Social Citizenship in Palestine” en S. Joseph y S. Slyomovics” eds. Women and Power in the Middle East, University of Pennsylvania Press: Filadelfia, 2001, p. 129.
[21] Fecci, J. op cit.
[22] Las autoridades israelíes congelaron la recaudación en diciembre de 2000. Como consecuencia, los ingreso de la Autoridad Palestina descendieron un 76% entre fines de 2000 y comienzos de 2001. Informe del Banco Mundial, op.cit. nota al pie 6, p. 25.
[23] Un ejemplo notable es la invasión y el saqueo de la Dirección Central Palestina de Estadística por el ejército israelí el 5 y 6 de diciembre de 2001. Vea www.pcbs.org.
[24] Universidad de Birzeit, “Public Opinion Poll 3,” febrero de 2001.
[25] Encuesta de la Dirección Central Palestina de Estadística (PCBS), julio de 2001. Vea www.pcbs.org.
[26] UNSCO, “Report on the Palestinian Economy,” primavera de 2001, p. 29.
[27] Informe del Banco Mundial, op.cit. nota al pie 6, p. 40.