Una transición dolorosa
Las políticas neoliberales provocaron el deterioro de la red de seguridad social, empobrecieron a la población y no fomentaron el diálogo civil y social. Dos años antes de su pleno ingreso a la Unión Europea, Bulgaria necesita políticas económicas y sociales más fuertes y equilibradas, elaboradas y aplicadas en el marco de una auténtica participación civil.
La estabilización de la pobreza y el déficit de la gobernanza democrática caracterizan a Bulgaria dos años antes de su pleno ingreso a la Unión Europea (UE) previsto para 2007. Las políticas neoliberales aplicadas por los gobiernos anteriores (1997-2001 y 2001-2005) provocaron el fracaso absoluto de sus programas sociales, empobrecieron a la población y no fomentaron el diálogo civil y social. Al parecer, el gobierno que asumió el poder a mediados de 2005 no modificará el modelo neoliberal de desarrollo económico y social que adoptaron los gobiernos anteriores.
Liberalización y desempleo
La reestructura y liberalización de la economía emprendida a partir de 2000 condujo a la venta de importantes capitales públicos, como la mayoría de las centrales de energía de combustibles fósiles. Las privatizaciones de este tipo tuvieron un alto costo social, como se ejemplifica en la pérdida de miles de puestos de trabajo. En la actualidad menos de la mitad de la población participa en el mercado de trabajo. La eficacia económica disminuyó siete puntos en los últimos 10 años. La proporción de población económicamente activa es alarmante cuando se la compara con la UE: para los 15 estados miembros originales de la UE es de 71,4%, para el conjunto actual de 25 estados miembros de la UE es de 72,4%, y para Bulgaria constituyó solamente 40%. El número de personas desempleadas se duplicó en los últimos 10 años y a fines de 2003 se elevaba a más de 400.000 personas.
Otras tendencias y características negativas de la economía son la liberalización de sectores y ramas fundamentales de la economía, como el transporte y las telecomunicaciones, el mantenimiento de una elevada proporción de la economía paralela y la baja inversión en altas y nuevas tecnologías. El PBI creció 5,7% en 2004, muy lejos de la meta del 8% a 10% prevista.
La pobreza y la erosión de los ingresos
La pobreza no puede medirse exclusivamente en función de los ingresos: se manifiesta en un nivel de vida bajo, en la ausencia de posibilidades para satisfacer las necesidades básicas y en las limitaciones para llevar una vida digna. El 70% de la población aun no ha podido recuperarse de la pobreza sin precedentes, que tuvo un efecto tan negativo en su motivación para buscar trabajo, así como en su desarrollo profesional y cultural. La pobreza degrada la escala de valores de la población y genera agresión, negativismo y desilusión, que a su vez afecta a las generaciones más jóvenes.
Como consecuencia de la política restrictiva de todos los gobiernos del período de transición, y especialmente de los últimos dos gobiernos, podemos verificar una continua erosión del ingreso real. En comparación con 1990, el ingreso real de 2000 representó 47,7% en función del salario mínimo y 50,3% en función del salario promedio. Según cifras de 2003, Bulgaria posee el ingreso más bajo de los países de Europa oriental, EUR 140 (USD 172), en comparación con República Checa EUR 527 (USD 647); Eslovenia, EUR 1.073 (USD 1.317); Estonia, EUR 455 (USD 559); Hungría, EUR 528 (USD 648); Letonia, EUR 298 (USD 366); Lituania, EUR 338 (USD 415); Polonia EUR 476 (USD 584); y Rumania, EUR 170 (USD 209).
Para el período 2001-2004 el salario promedio subió 25,6%, mientras el incremento de los precios constituyó: teléfonos 40%, electricidad 95%, calefacción 40%, medicinas 70%. Hoy la mitad de los búlgaros tiene que elegir entre comprar alimentos o pagar las cuentas. La Confederación del Trabajo señala que, para poder sobrevivir una persona necesita BGL 465 (USD 310). A fines de 2004, el ingreso de 447.000 búlgaros representaba entre BGL 120 y 150 (USD 80-100) por mes. En 2004 el costo de la vida aumentó 7,3% y su proporción en productos y servicios no alimentarios se multiplicó por 2,8.
Pobres que trabajan
Con trucos procesales y programas ineficaces que solo funcionan sobre el papel, como el denominado “De la asistencia social al trabajo”, el gobierno logró bajar el desempleo de 17,46% en enero de 2003 a 11,88% en noviembre de 2004. Los puestos de trabajo creados mediante estos programas no son sostenibles y no constituyen empleos “reales”. El otro déficit de empleo en Bulgaria es el síndrome de los “pobres que trabajan”, por el cual los trabajadores no reciben sus salarios regularmente y no existen mecanismos reales que garanticen el pago de los salarios. Por otra parte, la remuneración que recibe más de la mitad de las personas que trabajan es claramente insuficiente para asegurar una “vida digna”.
Por ejemplo, en 2004, 57% de los trabajadores aportaban a la seguridad social por una remuneración bruta equivalente a BGL 240 (USD 160). Esto genera el fenómeno de los “pobres que trabajan”, que el gobierno anterior no resolvió y que sigue sin solucionarse, a pesar de las promesas del gobierno.
Otro indicador de la inseguridad en aumento del mercado de trabajo es la amplaición en el rango de edad en el cual mujeres y hombres corren riesgo de no hallar trabajo. En 2001 las mujeres corrían el mayor riesgo entre los 45 y 59 años, y los hombres entre 55 y 63 años. En 2003 las cifras respectivas eran de 32-59 años para las mujeres y de 40-65 años para los hombres.
El deterioro de la red de seguridad social
El deterioro de los indicadores sociales llevó al deterioro de las tendencias demográficas.
La población búlgara disminuye progresivamente. Durante los 10 años siguientes a 1992 se redujo en 600.000 habitantes. Se prevé que para 2010 la población tendrá una caída adicional de 700.000 habitantes (9%). El crecimiento demográfico negativo (-0,89%), la emigración sostenida de las generaciones más jóvenes y la elevada tasa de mortalidad por enfermedad (14,3 por 1.000) en 2002 son consecuencias de la grave situación socioeconómica. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas la esperanza de vida promedio también va en descenso: de 75,1 años en 1990 a 72,1 en 2003. Ese es otro indicio del sistema de salud deficitario.
Los principales riesgos de salud son la pobreza y la marginación; el desempleo de largo plazo; los reducidos ingresos de 90% de la población; la forma de vida insalubre, que incluye una dieta no equilibrada y alimentos inseguros; y condiciones de trabajo insalubres.
Hay más mujeres pobres
La pobreza también tiene graves connotaciones en cuestiones de género. Afecta a las mujeres en mayor medida y de manera distinta por varios motivos: a las mujeres como fuerza laboral las afectan más la liberalización, las privatizaciones y la flexibilización del trabajo. Esto tiene repercusiones en la situación laboral y especialmente en sus salarios. Para poder asegurar la supervivencia de las familias, muchas mujeres están dispuestas a aceptar cualquier empleo bajo cualquier condición laboral. La liberalización de los servicios públicos afecta a las mujeres con y sin trabajo, especialmente a las mujeres que dirigen sus hogares.
El incremento de los hogares dirigidos por mujeres, 65% de los cuales viven en la pobreza absoluta, es un tema de género. Fuentes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo señalan que estos hogares son más pobres que los hogares dirigidos por hombres. A pesar de las estrategias del gobierno para reducir la pobreza, la misma sigue afectando a las mujeres, cada vez más a medida que envejecen. Entre los 60 y 65 años de edad hay tres veces más mujeres pobres que hombres en el mismo grupo de edad. La pobreza también afecta a las extensas minorías étnicas de turcos, musulmanes y gitanos, siendo las mujeres más vulnerables que los hombres, con más de 50% de desempleo.
Una investigación de Women’s Alliance for Development y Agency for Social Analysis[1]![endif]>![if> señala que las mujeres mayores de 50 años constituyen el grupo que corre mayor riesgo de pobreza. Aproximadamente la mitad de las mujeres que viven solas son pobres. Los aspectos psicológicos de la pobreza, así como su fundamento material, son importantes. En este sentido, 45% de las mujeres mayores de 50 años se consideran pobres, mientras dos tercios de las mujeres gitanas y 47% de las mujeres turcas se consideran pobres. En el plano individual eso se manifiesta en sentimientos de marginación, impotencia, baja autoestima y dependencia. Esas mujeres tienden a vivir el día a día sin planes para el futuro. Por cierto, la resignación es la respuesta predominante de las mujeres búlgaras y los búlgaros en general ante su pobreza.
Falta de diálogo civil y social
En este contexto existe un déficit de diálogo civil y social que comenzó en 1990. Para que este diálogo tenga lugar es necesaria una dosis de buena voluntad que mejore la capacidad institucional. Para el gobierno, el concepto de diálogo civil y social es visto como una forma de imponer sus políticas y no como una forma de desarrollar un sistema que respete a los sindicatos y organizaciones no gubernamentales, y que tome en cuenta las distintas opiniones de la sociedad civil. A pesar de las promesas del gobierno, las instituciones para el diálogo social y negociaciones reales bajo la forma de una cooperación tripartita, que están reguladas en el Código de Trabajo, fueron ignoradas por completo. El Consejo Nacional de Cooperación Tripartita, que existía como órgano consultor, fue eliminado por el gobierno anterior y convertido apenas en una función más del Ministerio de Trabajo y Política Social.
Un futuro sombrío
En este marco nuevo, temas como la política de ingresos y las remuneraciones no se analizan porque están sujetos a negociación con las instituciones financieras internacionales. Otros temas que fueron excluidos del diálogo tripartito son los precios de la electricidad y la calefacción, los servicios de comunicaciones y los servicios de atención médica. Incluso instituciones para el diálogo social y civil, como el Consejo Socioeconómico, que están más o menos instaladas, no funcionan.
Bulgaria necesita con desesperación políticas económicas y sociales más fuertes y equilibradas, que se elaboren e implementen en el marco de un auténtico diálogo civil y social. Dadas las tendencias registradas en los últimos años de la transición, no parece probable que ese equilibrio vaya a alcanzarse.
Las recientes elecciones nacionales demostraron que la gente quiere un cambio contundente. Pero el Parlamento está dominado por las mismas fuerzas políticas que definieron el desarrollo del país en los últimos cuatro años. La escasa mayoría conseguida por el Partido Socialista Búlgaro lo obliga a formar un gobierno de coalición con otras fuerzas políticas, o sea las mismas que gobernaron al país desde la transición. La UE y los organismos internacionales ejercen presión para que se cree un gobierno estable y su principal condición es que Bulgaria conserve el paradigma neoliberal que rigió su desarrollo socioeconómico en los últimos años. En la práctica eso significa que el nivel de vida seguirá deteriorándose en los años previos al ingreso a la UE.
Referencias
Confederación de Sindicatos Independientes de Bulgaria y Confederación del Trabajo. Analysis and assessment of the mandate of the government of the National Movement Simeon the Second (2001-2005). The great disappointment and the failure in the social sphere. Marzo de 2005.
Plamenka Markova. The enlarged EU and its agenda for a wider Europe: What considerations for gender equality? Informe de una audiencia de Women In Development Europe, celebrada en el Parlamento Europeo, Bruselas, 2 de diciembre de 2004.
Nota:
[1]![endif]>![if> Women’s Alliance of Development; Agency for Social Analyses. Women, Labour and Globalization. 2003.