Migración y desplazamiento: las mil caras de un problema en aumento

Jamal Al-Jawahiri
Asociación Iraquí Al-Amal

La violencia generalizada ha militarizado y polarizado a la sociedad. La vida diaria se ha vuelto una pesadilla. Los secuestros y asesinatos se han propagado, forzando a millones de iraquíes a abandonar sus hogares y buscar refugio en áreas más seguras, dentro del país o en el exterior, y dando lugar a la más grande y rápida migración en la historia moderna. El país necesita urgentemente una evaluación de necesidades reales, llevada a cabo por una asociación de agencias gubernamentales, organismos de la ONU y ONG internacionales y nacionales, con el apoyo de comunidades locales

En todo país, la seguridad de sus habitantes implica mucho más que seguridad nacional. Tiene dimensiones económicas, nutricionales, sociales, de género y políticas, y abarca a los individuos, las comunidades locales y la nación en su totalidad. Aquellos que carecen de subsistencia, los que son marginados u objeto de violencia, quienes han perdido su libertad o enfrentan cualquier tipo de peligro como individuos o como miembros de un grupo, todos se ven privados de seguridad humana.

Las olas de emigración comenzaron a principios de la década de 1950 con la deportación de los judíos. Por más de dos décadas, entre 1970 y 1980 el Estado implementó una política de desplazamiento de los kurdos, no sólo como castigo sino también para cambiar la composición étnica del Kurdistán iraquí, particularmente en Kirkuk. Durante el mismo período, el Gobierno deportó a cientos de miles de iraquíes de origen iraní a Irán.

Al mismo tiempo, el Gobierno desató una agresiva campaña contra los disidentes políticos. Esto llevó a una ola masiva de emigración que incluyó muchos artistas, intelectuales y científicos. Durante la década de 1990, a causa de las sanciones económicas, la economía en decadencia y el deterioro de los estándares de vida, miles de científicos se vieron obligados a buscar empleo en otros países, dentro y fuera de la región árabe. Antes de la caída del régimen, el número de emigrantes iraquíes ya estaba llegando a los dos millones.

El mayor desplazamiento en la historia moderna

Después de la ocupación del país por las fuerzas lideradas por Estados Unidos en 2003, la inseguridad se disparó con la aparición de milicias y violencia sectaria, incluso homicidios por venganza. La plaga de los asesinatos se propagó con rapidez, abatiendo a docentes universitarios, doctores, ingenieros, gerentes y expertos en finanzas. Según el Ministerio de Salud, entre abril de 2003 y mayo de 2006, más de 102 doctores fueron asesinados y muchos más fueron amenazados o secuestrados, ocasionando así otro éxodo masivo.

La violencia recrudeció después de febrero de 2006, cuando la criminal demolición del santuario Imam Al-Askari, uno de los lugares sagrados chiítas, despertó una feroz violencia sectaria y una masiva migración forzada. En la Provincia de Karbala hubo más de 18 mil familias desplazadas, 12 mil en las provincias de Salahadin, Najaf y Anbar; mientras que 50 mil más huyeron al Kurdistán iraquí. El número de refugiados internos buscando asilo en Bagdad y otras provincias era similar o aún mayor. A fin de año, el número de desplazados internos iraquíes había alcanzado los 2,3 millones, según estimaciones de la ONU. Decenas de miles más habían huido del país. En ese mismo año, los iraquíes encabezaban la lista de solicitantes de asilo en los países industrializados, con un promedio de 8.100 pedidos al mes.

El número de refugiados en Siria, que supera el millón, es mayor que en cualquier otro país, en tanto Jordania, a su turno, acoge a más de medio millón. Este influjo ha afectado la infraestructura de estos dos países y de muchos otros, particularmente en los sectores de vivienda, servicios de salud y educación. Al mismo tiempo que brindaban asistencia a aquellos que ya habían entrado, los países anfitriones introdujeron procedimientos más estrictos para limitar la entrada de refugiados en el futuro.

Un modelo similar se aplicó en Iraq. Algunas autoridades provinciales impusieron procedimientos más estrictos para limitar el número de personas desplazadas. Por ejemplo, Dehuk, Erbil y Sulaimaniya exigieron a los iraquíes desplazados que se registraran en el Ministerio Iraquí de Desplazamiento y Migración para tener derecho a la asistencia. Esto viola un decreto gubernamental emitido en julio de 2007.

A pesar de que sólo se puede tener una cifra aproximada del total de refugiados, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha estimado que, en diciembre de 2007, 2,5 millones de iraquíes estaban todavía en el país y 1,9 millones ya vivían en otro lugar. La suma de estos 4,4 millones de refugiados representa 15% de la población total, la mayor y más rápida migración de la historia moderna. Los números reales podrían ser mucho más altos, ya que muchos iraquíes que abandonaron sus hogares no se han registrado como desplazados o refugiados.

La pesadilla de la vida diaria

“La vida diaria es una pesadilla para los iraquíes y eso los está impulsando a escapar,” dijo con pesar un vocero de la Cruz Roja. “Aunque es difícil prever lo que va a suceder, la situación parece muy seria y lo que se advierte es el deterioro de las condiciones de vida.”

Un vocero de ACNUR describió el efecto que esto ha tenido en algunos de los miembros más vulnerables de la sociedad: “Debido a la violencia, mucha gente escapa de las zonas multiconfesionales, incluso antes de ser forzados a hacerlo… Los niños dejaron de ir a la escuela… sus padres no encuentran trabajo… el número de niños en la calle va en aumento… el trabajo infantil va en aumento… hay niños juntando basura”.

Algunas minorías religiosas, como los cristianos, los sab’is y los shabak, se han vuelto objeto de amenazas y violencia personal, y también se han producido ataques en sus santuarios en Basora, Bagdad y otros lugares. Más de 10 mil familias cristianas se mudaron a Nínive y muchos miles más a Erbil, en el Kurdistán iraquí. Además, miles de residentes palestinos que apoyaban al viejo régimen dejaron sus hogares luego de ser atacados.

Los grupos terroristas también han atacado a las mujeres, que son víctimas de asesinatos y secuestros, así como de violentas imposiciones del hijab (un código de modestia en la vestimenta que exige a las mujeres cubrir todo su cuerpo en público excepto la cara y las manos) y restricciones a su participación en la vida publica.

Problemas que padecen emigrantes y desplazados

  • Pérdida de ingreso: la mayoría de los emigrantes y desplazados pierden su principal o única fuente de ingreso. A muchos les roban sus ahorros y objetos de valor antes de emigrar. Esto, a menudo, los obliga a competir con los locales en el mercado de trabajo, a aceptar salarios bajos o a trabajar en el mercado negro.
  • Interrupción abrupta de la educación: desarraigar a los niños de su entorno afecta su educación. Muchos no pueden retomar sus estudios por motivos económicos, otros porque las escuelas locales no pueden acogerlos. Algunos van a la escuela en los campamentos, pero allí reciben una educación por debajo del estándar. En aproximadamente la mitad de las familias de refugiados encuestadas por la Asociación Iraquí Al-Amal en las provincias de Karbala, Salahadin y Nínive, algunos o la totalidad de los niños no asistían a la escuela.
  • Deterioro de los servicios ambientales y de salud: las dificultades financieras o la falta de servicios causan un rápido menoscabo de la salud. Los campamentos carecen de los servicios de salud más básicos. Una encuesta de la Asociación Iraquí Al-Amal mostró que 50% de las familias no tiene acceso a medicamentos.
  • Vivienda: cada persona desplazada es, en esencia, una persona sin hogar. La mayoría de los desplazados viven en condiciones deplorables (tres personas por habitación). En algunos casos, entre seis y ocho personas comparten una sola carpa.
  • Efectos sicológicos: la gente que se ha visto forzada a abandonar sus hogares muchas veces pierde miembros de su familia, vecinos y amigos y sufre de alienación, miedo, ansiedad, incertidumbre y desarraigo. La dificultad para adaptarse a un nuevo entorno y retomar una vida normal causa cicatrices sicológicas duraderas.

Respuesta insatisfactoria

 Dada la magnitud del desplazamiento y sus desastrosas consecuencias, la respuesta del Gobierno ha sido menos que satisfactoria. Las carencias han impedido que se pueda proveer de refugios seguros a la gente desplazada y apoyo adecuado a las provincias anfitrionas, particularmente en lo que respecta a servicios de salud y educación. El Ministerio de Desplazamiento y Migración recibe un financiamiento insuficiente. El proceso de registro, obligatorio para obtener asistencia del Gobierno, es lento – cuando funciona – y a veces se cierra completamente, en algunos casos por largos períodos.

Las ONG de Iraq, a pesar de su carácter reciente y sus limitadas capacidades y recursos, han hecho un gran esfuerzo para brindar algo de alivio a los desplazados. A pesar de esto, y debido a las malas condiciones de seguridad y la dificultad de establecer contacto con los desplazados, las ONG solamente pueden ayudar a un pequeño porcentaje de ellas.

La ayuda internacional tampoco ha sido suficiente. Las inestables condiciones de seguridad han hecho difícil en muchos casos, si no imposible, que la ONU y las principales organizaciones internacionales actúen. Los lentos procedimientos burocráticos también han obstaculizado la respuesta internacional, y la asistencia provista no siempre se ha correspondido con las necesidades.

Lecciones a tomar en cuenta

  • Cualquier esfuerzo que se haga para mitigar el sufrimiento de los refugiados y desplazados debe estar basado en una cuidadosa evaluación de las necesidades. Además, sólo se puede establecer una campaña sostenible y efectiva a través de una asociación entre agencias gubernamentales, organismos de la ONU y ONG internacionales y nacionales que actúen con la colaboración de las comunidades locales. También será necesaria la capacitación de las comunidades locales y las ONG.
  • La participación de los jóvenes, que actualmente se encuentran rodeados por una cultura de violencia, es fundamental en programas de reconstrucción, para que puedan desarrollar su capacidad constructiva.
  • Las acciones de emergencia deben estar vinculadas a programas de desarrollo sostenible. De otro modo la violencia estallará una y otra vez. Uno de los propósitos de la ayuda de emergencia debe ser la estabilización de la sociedad.
  • La ayuda de emergencia debe incluir los suministros y servicios básicos, por ejemplo alimentos, salud, educación, electricidad, agua, vivienda y, sobre todo, un refugio seguro.
  • Las mujeres y los niños reciben el mayor impacto en las catástrofes humanas. Atender a su seguridad y cubrir sus necesidades debe ser un objetivo primordial.
  • El pueblo al que se le brinda asistencia debe recibir educación relativa a los problemas de derechos humanos y a la resolución de conflictos, y también se le debe dar oportunidad de participar del proceso democrático social.
  • La transparencia en las finanzas, administración, beneficiarios y en la selección de socios para cualquier actividad, ya sea de alivio o desarrollo, es esencial.

Causas principales de la migración y el desplazamiento

  • Conflictos sectarios: la violencia sectaria por parte de las milicias y otros grupos armados es una de las principales causas de la migración forzada. La gente que deja sus hogares generalmente ha sufrido amenazas, secuestros y muertes. En algunas áreas, la violencia sectaria es responsable de 90% de las migraciones o más.
  • Violencia: múltiples facciones violentas están activas en el país, cada una con sus propios objetivos: las milicias y los grupos armados de diversos tipos y filiación política (Al Qaeda, etc.); las fuerzas del Gobierno; las fuerzas multinacionales.
  • Las milicias y grupos armados perpetran diversos actos de violencia e imponen su propio mandato, independiente de cualquier control por parte del Gobierno central. Al mismo tiempo, el Gobierno y los ejércitos multinacionales a menudo utilizan fuerza excesiva contra los civiles, ocasionando muertes y destrucción de viviendas y obligando a las personas a huir.
  • Intolerancia: en general, los grupos armados son intolerantes. Muchas personas se ven forzadas a elegir entre esconder sus verdaderas creencias o huir.
  • Cultura: grupos de tendencia islamista recurren a la violencia y prohíben los centros culturales y recreativos y la coexistencia entre los sexos en sus áreas de influencia. El uso del hijab es una obligación, no una opción. Los que no obedecen se exponen a ataques o a la muerte.

La ONU asegura que los refugiados y desplazados internos (DI) iraquíes representan el mayor éxodo de población desde los refugiados palestinos en 1948.

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