Asia-Pacífico: priorizar la gente y la integración regional

El Foro de ONG de Asia y el Pacífico sobre Beijing +15 1

En octubre de 2009, los movimientos que representan a un amplio sector de mujeres y niñas de la región de Asia y el Pacífico se reunieron en el Foro de ONG de Asia y el Pacífico sobre Beijing +15 y reafirmaron la Plataforma de Acción de Beijing (PAB) como un documento estratégico para el empoderamiento de las mujeres y niñas, los derechos humanos, la paz, la seguridad humana y el desarrollo inclusivo de género. El Foro reafirmó la resolución de la Asamblea General de ONU para el establecimiento de un nuevo organismo dedicado a los temas de género. También determinó que la actual crisis en el desarrollo, la deuda, el cambio climático, la seguridad alimentaria, los conflictos, las finanzas y el incremento de la violencia contra la mujer han tenido el mayor impacto sobre los derechos de las niñas y mujeres en toda la región. Además declaró que el modelo de desarrollo y de mercado necesita ser repensado de manera significativa para incrementar la seguridad humana en lugar de convertirse en un obstáculo para la misma.

El Foro de ONG de Asia y el Pacífico reconoció el efecto positivo que tienen los instrumentos internacionales en la vida de las mujeres y niñas. Todos los países menos cuatro – Brunei Darussalam, Nauru, Palau y Tonga – destacaron la ratificación del Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer (CEDAW, por su sigla en inglés). Además, varios países de la región como Tailandia, Camboya y Filipinas en el sudeste asiático, e India, Nepal y Bangladesh en Asia Meridional poseen ahora Planes de Acción Nacionales para combatir la violencia contra la mujer2. Leyes y políticas están siendo adoptadas para fortalecer la seguridad económica de la mujer y sus derechos en áreas vitales como el empleo digno y el acceso al crédito y a los mercados3. Además, en algunos países las cuotas u otras medidas de acción afirmativa han sido adoptadas para aumentar la representación femenina en la toma de decisiones políticas en varios países, como Afganistán, Indonesia y Timor Leste4. Algunos países de la región han tomado medidas para mejorar los resultados de la atención en salud para mujeres y niñas, y otros han tomado medidas para reducir la brecha de género en la alfabetización y en la educación primaria y secundaria.

La crisis en la situación de la mujer

A pesar de estos avances, el foro reconoció los enormes y complejos desafíos que aun enfrentan las mujeres y niñas de la región, y la lucha constante para hacer frente a la superación de la crisis. Las participantes en el foro estuvieron especialmente preocupadas por el impacto de las actuales crisis sobre los derechos de la mujer.

La crisis legislativa

Según el foro, las preocupaciones se sitúan a nivel político, en la persistencia de leyes discriminatorias contra las mujeres y en la resistencia de algunos países a ratificar los instrumentos internacionales incluyendo el CEDAW, el Protocolo Opcional, y la implementación plena de la Plataforma de Acción de Beijing. Además, en algunos países de la región, las activistas de derechos humanos están siendo perseguidas, hostigadas, detenidas y procesadas por atraer la atención hacia los derechos de la mujer.

Hay especial preocupación porque algunos gobiernos y partidos políticos recurren a la manipulación del derecho a la diversidad cultural y religiosa como pretexto para violar los derechos humanos, incluyendo los derechos garantizados a las mujeres, niñas, los sobrevivientes al VIH/SIDA, y las personas de distinta orientación sexual. La criminalización de las mujeres y lesbianas, de los homosexuales, bisexuales y transexuales deriva en diversas violaciones a los derechos humanos, incluyendo la penalización, discriminación y criminalización de la homosexualidad en una serie de países.

La crisis en la democracia y en la participación democrática

El principio de la democracia participativa está en peligro en toda la región de Asia y el Pacífico. La persecución sistemática de disidentes y defensores de derechos humanos, especialmente las mujeres y sus familias, se ha generalizado. Las prohibiciones por parte de los sistemas políticos represivos de los derechos de las activistas a compartir sus experiencias con la comunidad internacional y las prohibiciones de los medios de comunicación constituyen un obstáculo para el acceso y la distribución de la información. Las ONG de mujeres y las activistas de derechos humanos son objeto de tácticas de intimidación que consisten en cerrar las ONG y en acosar a las activistas para evitar que desempeñen plenamente su papel en apoyo de sus derechos. Leyes cada vez más conservadoras y normas discriminatorias están siendo promulgadas, las que provocan una escalada en las violaciones a los derechos e incrementan el número de mujeres y niñas sin acceso a la educación, a la salud, a la movilidad, al empleo, y los servicios sexuales y reproductivos.

Las mujeres continúan luchando por la igualdad de representación y de participación en las nuevas tecnologías electrónicas y en los medios de comunicación.

A pesar de la explosión de los medios de comunicación en los últimos 15 años, las mujeres tienen escaso acceso a éstos y, de hecho son disuadidas de adquirir estos conocimientos. En muchos casos la tecnología se utiliza como un instrumento para subyugar y forjar la violencia y la discriminación contra la mujer. Existe la necesidad de democratizar el acceso a la información y que los gobiernos hagan de esto una prioridad para que la democracia participativa esté plenamente disponible para las mujeres. En esta área los medios de comunicación también tienen responsabilidad y desempeñan el importante rol de reafirmar los derechos humanos de las mujeres, e invertir en investigaciones relativas a su situación.

Crisis políticas y conflictos

Las prolongadas crisis políticas, los extremismos religiosos, los fundamentalismos y las dictaduras militares en algunos países de la región siguen afectando desproporcionadamente los derechos de las mujeres y niñas, generando situaciones críticas e inseguridad para este segmento de la población. La magnitud de la violencia contra las mujeres y niñas durante los conflictos armados no es reconocida por parte de los estados ni es atendida en la región.

Además, quienes son afectadas por los conflictos continúan estando al margen de los procesos de creación de la solución y pacificación de los conflictos y prevalece la impunidad para los perpetradores de la violencia. Los conflictos inter- e intra-estatales continúan planteando un gran reto para la vida y las condiciones socioeconómicas de mujeres y niñas.

Esto se ve agravado en los países políticamente inestables y en las áreas donde valiosos recursos fueron desviados hacia la militarización y el equipamiento y adiestramiento militar, a pesar de las importantes necesidades que padecen las mujeres, las niñas y la sociedad en su conjunto.

Las mujeres y niñas constituyen el 80% de los refugiados del mundo y de otras personas desplazadas, incluidas las internamente desplazadas (IDP, por su sigla en inglés). Y en la región de Asia y el Pacífico hay urgente necesidad de acción nacional e internacional debido a que continúan sin ser abordados estos segmentos de población IDP, lo mismo que los campos de refugiados. Los desastres naturales o causados por el hombre, como por ejemplo los conflictos armados, las políticas económicas sesgadas, y las llamadas iniciativas de desarrollo son algunas de las causas del incremento de los desplazamientos internos.

La crisis de violencia

A pesar de algunos avances en la disminución de la violencia contra las mujeres, ésta continúa siendo una importante preocupación en todas las áreas geográficas y demográficas de la región de Asia y el Pacífico. La Mutilación Genital Femenina (MGF) continúa vigente y daña a las niñas y mujeres jóvenes.

Existe un aumento en los informes sobre asesinatos violentos, sean muertes por brujería, cacería de brujas y asesinatos de honor de mujeres y niñas, y la violación como un instrumento de guerra o colonización. Los crecientes problemas incluyen nuevas y generalizadas formas de violencia que están emergiendo junto con los nuevos medios de comunicación y la tecnología; la ciber-intimidación y la violencia se están convirtiendo en un problema en aumento para las jóvenes.

Las amenazas a las mujeres y a los derechos de las niñas

Las amenazas a los derechos humanos de las mujeres y niñas tienen lugar en medio de grandes incertidumbres y de múltiples crisis en las finanzas, los alimentos, la ecología, el consumo, las esferas de la salud y la reproducción, y estas situaciones de emergencia conducen a una generalización de los desplazamientos económicos. Como consecuencia, hoy en día es casi seguro que no vayan a alcanzarse los limitados objetivos para la erradicación de la pobreza establecidos dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, especialmente en el caso de los más vulnerables como por ejemplo las mujeres con discapacidad y las personas de las comunidades indígenas y marginadas. Esta dinámica se ve agravada por procesos sub-regionales de integración económica, incluyendo los acuerdos de libre comercio basados en la producción y el consumo no sostenible, la concentración de la riqueza y la creciente brecha social, y una desconexión entre los ámbitos productivos y reproductivos de la sociedad.

El modelo de desarrollo y las economías orientadas hacia el mercado

El paradigma de desarrollo dominante continúa siendo guiado por la ideología de mercado que favorece el crecimiento del capital a través de la privatización, la liberalización del comercio, y el retroceso de las responsabilidades del Estado a costa del bienestar humano de los más pobres, especialmente las mujeres.

Como resultado, la inseguridad alimentaria y el desempleo tienen efectos drásticos en los medios de subsistencia de los más pobres. Las desigualdades han ido en aumento aun cuando se registra crecimiento económico en muchos países de la región.

Estas situaciones conducen a protestas que, a menudo, son violentamente reprimidas y a una gran desesperación entre los más marginados y vulnerables, especialmente mujeres y niñas.

El peso de la deuda y la crisis financiera mundial

El peso de la deuda en la región lo cargan en gran parte las mujeres. Los préstamos contraídos por los Estados, con el pretexto del desarrollo nacional y del progreso no están siendo utilizados para el beneficio de la población y menos para el de las mujeres. Miles de millones de dólares asignados anualmente para los reembolsos de los préstamos podrían financiar, en gran medida, los muy necesarios servicios sociales básicos en apoyo de las mujeres, niños, ancianos y personas con discapacidad. Sin embargo, la corrupción y los acuerdos mal negociados redundan en que el dinero no llegue a donde más se necesita.

Debido al deterioro de la situación económica y a la crisis financiera mundial, las niñas y mujeres jóvenes se ven obligados a dejar de lado su educación para entrar en la fuerza laboral. Además, en muchos casos, son empujadas al trabajo doméstico, a la industria del entretenimiento y al comercio sexual. Las situaciones económicas desesperadas y violentas están impulsando a que un número creciente de mujeres y niñas encuentren compañeros a través de internet y terminen “casadas” con la esclavitud doméstica y sexual. En consecuencia, se encuentran viviendo en países extranjeros con poco o ningún acceso a servicios o a representación legal. Mucho queda por hacer para abordar las causas profundas de la trata de seres humanos en sus diversas formas, incluyendo la migración que es creada por las desigualdades económicas, temas que hasta la fecha no han sido abordados ni en los programas, ni en las políticas ni en los ámbitos legislativos.

Cambio climático

Las mujeres y las niñas están siendo desproporcionadamente afectadas por el incremento en la frecuencia de las inestabilidades climáticas extremas y los desastres naturales que, en la región, totalizan casi el 50% más que el promedio mundial. Esta región ha sido testigo de la primera reubicación de comunidades enteras debido a los niveles crecientes del mar y al cambio climático, y se espera que los pequeños estados insulares de la región sean los más afectados en un futuro próximo. Los desastres naturales suponen una interacción compleja de factores – climáticos, sociales, políticos, económicos, institucionales y tecnológicos. Por otra parte, las calamidades inducidas por las corporaciones están causando estragos en comunidades enteras.

Muchos desastres son creados a gran escala por el hombre, a raíz de la explotación de canteras, la minería, la deforestación, la construcción de represas, la creciente contaminación por la quema de combustibles fósiles, y la conversión de cultivos comerciales o enclaves urbanos, incluyendo los planes propuestos para la reducción de las emisiones de carbono.

Género y ayuda

Por último, la mayoría de los actores de la cooperación para el desarrollo han demostrado su insuficiencia para llevar a cabo compromisos relacionados con una verdadera igualdad de género, y ni el dinero ni los recursos han acompasado la retórica. La implementación y responsabilidad en la promoción de los derechos de la mujer y la igualdad de género mediante la integración de los esfuerzos ha sido ad hoc, impredecible, inconsistente y vulnerable a reacciones hostiles. Esta deficiencia está vinculada a la falta de comprensión de los diversos contextos sociales, económicos, culturales y políticos de las mujeres, y a la ausencia de mecanismos nacionales e internacionales para lograr los cambios deseados en el estatus actual de la mujer.

Forjando el futuro

Para las mujeres y niñas reunidas en el Foro aun queda mucho por hacer para mejorar la situación de las mujeres y niñas. En primer lugar, reconocen que el movimiento de mujeres es crucial y debe ser fortalecido para llevar adelante este proceso. Además, las participantes en el Foro priorizaron la necesidad que los gobiernos y las Naciones Unidas aborden los efectos de las sucesivas crisis sobre las mujeres.

Las necesidades fueron más allá de avanzar con la Plataforma de Acción de Beijing para incluir un llamamiento al desarrollo sostenible que coloque el bienestar humano en el centro de la formulación de políticas. Las participantes exigieron que los procesos subregionales de integración económica y los planes nacionales de desarrollo se apoyen en los principios y prácticas de la sostenibilidad ecológica, la soberanía alimentaria, la inclusión financiera, la protección social universal, la economía solidaria y el comercio justo.

 

1 Este documento –escrito con el aporte de más de 700 participantes mujeres y niñas– está basado en la Declaración Final del Foro de ONG de Asia y el Pacífico sobre Beijing +15.

2Foro de ONG de la región de Asia y el Pacífico, Discurso de apertura de la Dra. Noeleen Heyzer, Octubre de 2009, Manila,

Filipinas.

3 Discurso de apertura de la Dra. Noeleen Heyzer.

4 Discurso de apertura de la Dra. Noeleen Heyzer.


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