Equidad de género: es preciso honrar la historia

Center for the Development of Civil Society
Svetlana A. Aslanyan[1]

A diferencia de lo que ha ocurrido en otras partes del mundo, los derechos de la mujer han sido concedidos muy tempranamente en Armenia. Con el advenimiento de la moderna República, fueron consagrados nuevamente y, durante la era soviética, ampliados. Sin embargo, la transición hacia la democracia y el mercado liberalizado deterioró la situación de las armenias, que hoy padecen discriminación en todos los aspectos de la vida. El Gobierno no llega a darse cuenta de la magnitud del problema, lo que determina que los intentos por cumplir con los compromisos internacionales sean débiles y no cuenten con el apoyo presupuestario adecuado.

En el caso particular de Armenia, a diferencia de lo que generalmente ha ocurrido en casi todos los demás países, esta preocupación por la equidad de género proviene desde el fondo de la historia – antigua y reciente – y se ha reflejado concretamente en las legislaciones de las diferentes etapas y formas de organización política que ha vivido el país. De todos modos, a pesar de que su tradición indica que no debería resultar demasiado difícil que Armenia logre compatibilizarla con su presente, por distintas razones – entre ellas, la falta de visión y de un compromiso más fuerte de parte del Estado, la descoordinación entre los actores involucrados y la poca concienciación pública –la situación de las mujeres se ha deteriorado a lo largo de las últimas décadas.
No hay posibilidades de que un país alcance un desarrollo sostenible sin que integre en sus políticas las cuestiones relativas a la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. La sociedad civil, fortalecida por la acción de algunas instituciones internacionales, aboga por un cambio de rumbo que devuelva a las mujeres el lugar que tuvieron en la sociedad armenia desde siempre.

Una tradición de equidad

La igualdad de derechos de las mujeres han tenido una larga historia en Armenia: los antiguos códigos y las normas legales proporcionan evidencia de que antiguamente las mujeres eran tratadas como miembros iguales de la sociedad en los temas relativos a la herencia, la propiedad, etc. Así, por ejemplo, el código de Shahapivan (443 a.C.) dispuso que “las mujeres tienen derecho a poseer una propiedad de la familia en caso de que el marido haya abandonado a su esposa sin ninguna razón”. Mencionaba también que “una mujer tenía derecho a traer un nuevo marido al hogar”.

Shahamir Shahamirian, un escritor y filósofo del siglo XVIII, autor de la primera Constitución  Armenia[2], estableció: “Cada persona humana, ya sea armenia o de otra etnia, sea hombre o mujer, nacida en Armenia o trasladada a Armenia desde otros países, vivirá en igualdad y será libre en todas sus ocupaciones. Nadie tendrá el derecho de dominar a otra persona, considerando que su mano de obra deberá ser remunerada de acuerdo a cualquier otro trabajo, como lo exige la legislación de Armenia”[3].

La primera República de Armenia (1918-920), fue una de las primeras en otorgar a la mujer el derecho a votar y a ser electas. Asimismo, el 8% de los miembros de su Parlamento eran mujeres y la Dra. Diana Abgar fue designada embajadora en Japón, lo que la convirtió en la primera mujer en la historia en ocupar ese cargo – ya que la rusa Alexandra Kollontai, generalmente reconocida como la primera embajadora, fue nombrada plenipotenciaria de Noruega recién en 1923.

Durante la era soviética, el Estado garantizó la enseñanza escolar gratuita y obligatoria, la enseñanza universitaria y los servicios médicos gratuitos y accesibles, 24 días de vacaciones pagas, asignaciones, vacaciones pre y post-natales, etc. En 1920, el derecho al aborto fue legalizado y la atención médica en esta área fue garantizada. Sin embargo, hay que mencionar que la legislación sobre el aborto estaba fuertemente vinculada al cambiante rol de la mujer en la sociedad dado que el principal objetivo de la administración soviética era involucrar a las mujeres en la fuerza de trabajo.

Discriminación: teoría y práctica

A pesar de estos avances, las mujeres de la Armenia soviética cargaban con un peso doble y soportaban la discriminación estructural. Las mujeres trabajaban dentro y fuera de su casa, cocinando y limpiando, lavando, y obteniendo la comida mediante el trabajo. Esa carga doble se hizo más pesada debido a la inexistencia de una infraestructura de apoyo y la falta de tecnología, que asegurara que esas faenas cotidianas no consumieran más tiempo del necesario.

Durante ese período, ninguna mujer alcanzó cargos jerárquicos, ni en el Gobierno, ni en el Parlamento. A pesar de que fue estipulado que el hombre y la mujer debían ganar igual, las mujeres fueron empleadas en los trabajos peor remunerados. La noción de que el poder soviético utilizó a la mujer como mano de obra barata fue reflejada en el estribillo de una vieja canción folclórica popular de la época que decía: “la mujer ara, la mujer cosecha y el hombre controla y dirige”.

Aunque esta situación fue contemplada en la Constitución post-soviética de 1995 – según la cual las mujeres y hombres gozan de iguales derechos en la vida política, el trabajo y la familia – y las leyes se corresponden, en la mayoría de los casos, con las principales normas internacionales, en la vida diaria, tales principios no se aplican.

Más aún, la transición a la democracia y el libre mercado han ocasionado el deterioro de la situación de las armenias en la sociedad, así como también el de su situación económica. Hoy en día no existe una política nacional para los temas relacionados con la mujer, los que deben ser abordados en la vida real.

El Gobierno ha hecho pocos y débiles intentos por cambiar esta situación, ya que considera que la inequidad de género fue resuelta durante la época soviética. La falta de mecanismos eficaces para garantizar la correcta aplicación de la legislación da lugar a la discriminación de la mujer en todas las esferas, incluida la participación política.

A menudo, las mujeres se ven excluidas de los procesos económicos y políticos, continúan con los roles tradicionales de la sociedad, y reciben el impacto más fuerte de una transición azarosa e irreflexiva que va de una sociedad totalitaria (con una planificación centralizada y una rígida economía) a una economía de libre mercado basada en la democracia.

No existen órganos representativos de la mujer, ni grupos parlamentarios, ni asesores de género en Armenia. De forma excepcional, en 2002 fue nombrada una vice-ministra en el Ministerio de Seguridad Social para coordinar las actividades destinadas a abordar los temas de la mujer. Sin embargo, fue depuesta muy pronto; otra mujer fue nombrada en su lugar, quien a su vez fue desplazada. A la fecha, los problemas de las mujeres son tratados por el Departamento de la Mujer y la Infancia, creado en 1997, dentro del Ministerio de Seguridad Social de la República de Armenia, así como la División de Protección para la salud de la Madre y el Niño del Ministerio de Salud de la República.

Esta falta de entidades de género eficaces se transparenta en la manera en que el país informa sobre sus compromisos internacionales. Armenia fue uno de los 191 países firmantes de la Declaración del Milenio. El respeto y compromiso por la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer son reconocidos como uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM): “Objetivo 3: Promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer. Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para 2005, y en todos los niveles de la enseñanza antes de 2015”.

En 2005 Armenia publicó un primer informe intermedio sobre el cumplimiento de los ODM. El mismo tenía un alto grado de adaptación a la situación nacional, fijando metas más elásticas que las mundiales. El informe nacional sobre los progresos de los ODM se preparó mediante el esfuerzo conjunto del Gobierno, la sociedad civil, las organizaciones internacionales y las organizaciones de Naciones Unidas en Armenia.

El papel de la sociedad civil

Luego de la Conferencia de Beijing de septiembre de 1995 las organizaciones de mujeres ya existentes en Armenia se volvieron más activas, al tiempo que se crearon nuevas. A su vez, varias organizaciones internacionales – entre ellas el PNUD, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa – iniciaron investigaciones sobre equidad de género. Estas organizaciones, junto con otros donantes internacionales, han otorgado numerosas becas a ONG de mujeres, lo que contribuyó a promoverlas y fortalecerlas.

Uno de los principales objetivos de estos grupos ha sido el empoderamiento de las mujeres, lo que opera como idea unificadora que trasciende la diversidad de sus campos de actividad específicos. Desde el comienzo, estas organizaciones promovieron los derechos civiles de las mujeres o se organizaron para abordar los problemas sociales que las afectan. Han llevado a cabo un gran trabajo en pro de los derechos de la mujer, el liderazgo y el combate a la violencia de género y a la trata de mujeres.

Logros y fracasos

El Gobierno ha elaborado planes y creado organismos enfocados en promover la equidad de género. Sin embargo, la falta de recursos financieros – que ha determinado errores de aplicación – y la falta de concienciación de la población, ha impedido que los planes tengan los resultados esperados.

En el marco de la implementación del Plan de Acción de Beijing en 1997, el Primer Ministro emitió un decreto para la creación de un Comité para llevar a cabo el Programa de Desarrollo de Políticas de Género, 1998-2000. Era un programa de tres años de duración destinado a mejorar la situación de la mujer, pero nunca fue aplicado debido a la falta de financiación. En 2000, el Consejo de la Mujer, un órgano consultivo voluntario, fue creado bajo el mandato del Primer Ministro. Sin embargo, su sucesor lo abolió.

El logro más importante fue la aprobación del “Plan Nacional de Acción 2004-2010 de la República de Armenia para mejorar la situación de la Mujer y reforzar su papel en la sociedad”[4]. Este Plan define los principios, prioridades y objetivos clave de la política pública para abordar los temas de la mujer. Se basa en las disposiciones pertinentes de la Constitución de la República de Armenia y está orientado a la realización de la Convención de Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Violencia contra la Mujer, las recomendaciones de la Cuarta Conferencia de Beijing (1995), los documentos del Comité Directivo del Consejo de Europa para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, los requisitos de la Declaración del Milenio de Naciones Unidas, y los compromisos de la República de Armenia con otros instrumentos internacionales.

El plan de acción comprende siete secciones relativas a:

  • Garantizar la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres en la toma de decisiones y en la esfera social y política.
  • Mejorar la condición social y económica de la mujer.
  • Atender el sector educativo.
  • Mejorar la salud de la mujer.
  • Eliminar la violencia contra la mujer.
  • Examinar el papel de los medios de comunicación masiva y las instituciones culturales en la presentación de informes sobre los temas de la mujer y la construcción de un modelo de feminidad.
  • Reformar las instituciones.

Además, algunos puntos, como la producción de investigación y de recomendaciones para la lucha contra la violencia de género, así como la recolección de datos estadísticos desglosados en función del género, han sido publicados en folletos informativos. En la década pasada, se crearon varios organismos para abordar preocupaciones sociales, de salud y de empleo, incluido el Instituto de la Defensoría del Pueblo, instaurado en 2004. Lamentablemente, están desfinanciados o carecen de poder para desarrollar y sostener políticas efectivas para superar las inequidades de género y garantizar iguales derechos y oportunidades para hombres y mujeres. Otros obstáculos se produjeron debido a la falta de mecanismos de coordinación entre los diferentes individuos y organismos involucrados. El bajo nivel de concienciación de la población sobre estos asuntos también necesita ser abordado.  

En 2006 el PNUD publicó un Folleto Resumido sobre la Igualdad de Género, y un Boletín Electrónico sobre Género y Cambio (BEGC). El folleto tiene como objetivo proporcionar información general sobre temas de género e igualdad de género, los marcos nacionales e internacionales, y los mecanismos de protección y promoción de los derechos de la mujer. Estaba destinado a responsables de la toma de decisiones políticas a nivel del Gobierno central y local, a organizaciones de la sociedad civil, a defensores de los derechos humanos de las mujeres, investigadores, así como a cualquier persona que busque información básica sobre la igualdad de derechos.

Tráfico de mujeres

Mujeres y niñas son traficadas desde Armenia a los Emiratos Árabes y Turquía para ser sometidas a explotación sexual comercial, y tanto hombres como mujeres armenias son traficados a Rusia para realizar trabajos forzados. [5]

En octubre de 2002 se creó la Comisión de Trata de Mujeres en la que participaban los representantes de todos los ministerios y organismos interesados, así como las Organizaciones No Gubernamentales (ONG).

El Comité elaboró el concepto de lucha contra la trata de seres humanos y elaboró un Plan de Acción Nacional para el período 2004-2006 y otro para el período 2007-2009. Estos planes cubren todos los aspectos relativos al tráfico de personas, tales como el perfeccionamiento de las legislaciones al respecto, la investigación de estos temas y su alcance, la adopción de medidas preventivas, la difusión de la información y la asistencia a las víctimas. Sin embargo, lo mismo que los otros organismos anteriormente mencionados, la Comisión no contó con la jerarquía y el dinero suficientes para implementar esas políticas en forma efectiva. También la Policía Nacional estableció en junio de 2005 un Departamento de Lucha contra la Trata de seres humanos.

Conclusiones

La utilización discursiva de la liberación de la mujer como herramienta de propaganda política durante la era comunista fue sumamente efectiva. Hasta el día de hoy es moneda corriente considerar que la equidad se consiguió en Armenia hace mucho tiempo atrás. Ha sido únicamente a través de la educación de las mujeres sobre la esencia de la democracia que ellas comenzaron a entender la importancia del activismo para combatir la “discriminación oculta”  y la falta de mecanismos para implementar la legislación. Académicas feministas y activistas deberían accionar juntas para encaminar la situación de la mujer Armenia y establecer una verdadera equidad de género.

 

 

 

 

[1] Investigadora principal, jefa del Grupo de Investigación del Instituto de Lingüística de la Academia Nacional de Ciencias de Armenia. Una versión de este artículo fue publicado en Social Watch, Cuadernos Ocasionales 06, La hora de la economía de género (marzo de 2010). Disponible en: <www.socialwatch.org/es/node/11578>.

[2] Este fue el primer proyecto conocido para una democracia constitucional.

[3] Shahamir Shahamirian, Vorogayt parats (Trampas de la gloria), Madras, India, 1773, reeditado en Tiflis in 1919, Article 3.

[4] Gobierno de la República de Armenia, Decreto N º N 645 N, 8 de abril de 2004.

[5] Ver, por ejemplo, U.S. Departamento de Estado, Trafficking in Persons Report, Washington, DC, 2009. Además, de acuerdo con cifras oficiales, en el transcurso de 2009 fueron oficialmente identificados 60 traficantes de personas, un número que casi duplicaba el del año anterior.

 


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