El hambre: un problema estructural

Author: 
Mariana Mas - Social Watch

La FAO y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) lanzaron recientemente el informe anual "El estado de inseguridad alimentaria en el mundo". La nueva estimación del número de personas que sufren hambre crónica este año es de 925 millones — 98 millones menos respecto a los 1.023 millones de 2009. Sin embargo, el hecho de que un niño o niña muere cada seis segundos a causa de problemas relacionados con la desnutrición sigue siendo inaceptable para cualquier estándar.

El problema del hambre en el mundo pone en serio riesgo el cumplimiento no sólo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) sino también de la satisfacción de las necesidades más básicas para la supervivencia humana.

El informe provee datos estadísticos sobre una situación alarmante que ha existido durante décadas. En primer lugar, la regionalización del hambre: los países en desarrollo representan el 98% de las personas subalimentadas en el mundo (irónicamente, la mayoría de ellas viven en zonas rurales). En segundo lugar, el informe pone de relieve la vulnerabilidad de los países que sufren crisis prolongadas. Aproximadamente el 20% de las personas subalimentadas del mundo (o más de un tercio del total mundial si no tomamos en cuenta a China e India) viven en países con crisis prolongadas.

Estos datos, sumados al hecho de que casi mil millones de personas siguen padeciendo hambre, incluso después de que ha pasado la reciente crisis alimentaria y financiera, indican que existe un problema estructural más profundo que amenaza seriamente la capacidad de alcanzar los objetivos internacionalmente acordados en materia de reducción del hambre.

Hasta el momento, la seguridad alimentaria y las políticas de producción agrícola han sido diseñadas siguiendo un enfoque neoliberal. La especulación sobre los precios de los alimentos en el mercado mundial se ha vuelto más importante que el derecho humano a la alimentación y la nutrición. Este modelo ha aumentado la dependencia de las importaciones agrícolas y de la ayuda alimentaria de los pueblos, impulsando a millones de agricultores a abandonar sus prácticas agrícolas tradicionales – el estímulo del éxodo rural y el aumento de los precios de los alimentos que se vuelven incosteables para gran cantidad de personas.

A fin de abordar las causas profundas del hambre, necesitamos un nuevo sistema alimentario que respete los derechos políticos, sociales, culturales y ambientales, así como el derecho de los pueblos a la libre determinación. El concepto de soberanía alimentaria definida por la Vía Campesina como el derecho de todos los pueblos a fijar sus políticas agrícolas y alimentarias, sin prácticas desleales de terceros países – necesita ser integrado en las organizaciones internacionales y en la formulación de políticas nacionales.

La soberanía alimentaria no va en contra del comercio de productos alimenticios. Por el contrario, de lo que se trata es de buscar un comercio justo que ubique en primer lugar a las personas. Este fue precisamente el tema planteado por el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, en un almuerzo de recepción ofrecido por el Secretario General de la ONU durante la Cumbre de los ODM en septiembre de 2010. Después de que el presidente de los EE.UU., Barack Obama, propusiera un brindis diciendo "No hay ninguna razón para creer que el continente africano no pueda convertirse en un exportador neto de productos alimenticios", el canciller brasileño se puso de pie sin previo aviso y dijo en voz alta "Con el debido respeto, señor presidente, lo que verdaderamente ayudaría a exportar a África sería que Ud. eliminara los subsidios agrícolas aquí en los EE.UU.. Se trata de una decisión que no requiere consenso, que un solo país puede tomar y que beneficiaría a todos."

Si no abordamos el problema del hambre como un problema estructural que debe ser abordado desde la soberanía alimentaria y desde la perspectiva de los derechos humanos nunca seremos capaces de alcanzar los ODM, ni la dignidad humana.

Lee el informe de la FAO en: http://www.fao.org/publications/sofi/en/