Indígenas “necesitan y merecen más” que un Día Internacional

Miguel Palacín Quispe (Coordinadora
Andina de Organizaciones Indígenas)

Fuentes: AlainetAditalNotiwayuuNotimex (en SDP Noticias)

El Día Internacional de los Pueblos Indígenas encontró este año a las comunidades originarias movilizadas por el respeto de sus derechos, mientras la ONU reiteró su alarma por la persistente postergación de sus reivindicaciones. “Los cerca de 370 millones de indígenas del mundo necesitan y merecen más que una simple celebración simbólica el 9 de agosto”, declaró la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay.

“Al menos uno de cada diez pueblos indígenas del mundo padece de extrema pobreza. Estos pueblos son proclives a recibir servicios sanitarios inadecuados y educación deficiente, si es que reciben algo de eso. Los planes de desarrollo económico a menudo los omiten o no consideran suficientemente sus particulares necesidades y tradiciones”, advirtió Pillay. 

“Otros procesos decisorios suelen ser despectivos o indiferentes hacia su contribución y sus costumbres. Como consecuencia, las leyes y políticas diseñadas por las mayorías con poca consideración hacia los indígenas conducen frecuentemente a disputas y conflictos acerca de los recursos naturales que amenazan la forma de vida y la supervivencia de eso pueblos”, agregó.

La Alta Comisionada recordó que la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada en 2007, reafirma los principios de igualdad y no discriminación hacia esas comunidades, y establece el derecho a la autodeterminación y al mantenimiento y fortalecimiento de sus instituciones políticas, legales, económicas, sociales y culturales particulares, conservando igualmente su derecho a la plena participación en la vida pública.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lamentó el escaso valor que Estados y sociedades asignan a los 5.000 grupos indígenas presentes en 90 países, que representan más de cinco por ciento de la población mundial.

"Los pueblos indígenas se enfrentan con muchos problemas para mantener su identidad, sus tradiciones y sus costumbres. Sus contribuciones culturales son en ocasiones explotadas y comercializadas, con escaso o ningún reconocimiento”, observó Ban. “Debemos esforzarnos más por reconocer y reforzar su derecho a controlar su propiedad intelectual y ayudarlos a proteger, desarrollar y obtener compensación justa por su patrimonio cultural y sus conocimientos tradicionales que, en última instancia, nos benefician a todos.”

El funcionario exigió a los Estados cumplir con su compromiso de poner fin a las violaciones de los derechos humanos sufridas por los indígenas y combatir las situaciones de pobreza extrema y pérdida de tierras que sufren sus comunidades.

En el caso de América Latina, el racismo institucionalizado, a menudo reproducido por ciudadanos comunes, es uno de los grandes obstáculos para que los 40 millones de miembros de comunidades originarias gocen de sus derechos, dijo a la agencia Notimex la directora del Foro Permanente de los Derechos Indígenas de la ONU, Mirna Cunningham, de Nicaragua. Eso lleva, además, a que esas minorías perciban su cultura como “inferior” a la dominante, explicó. 

Cunningham sostuvo en la sede del foro mundial en Nueva York, donde se celebraron los actos centrales por el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que los grandes proyectos mineros y la deforestación constituyen hoy las principales amenazas contra las comunidades originarias latinoamericanas.

También la organización Amnistía Internacional advirtió la semana pasada, en un informe al respecto, que “grandes proyectos de desarrollo” han propiciado numerosas violaciones de derechos humanos contra pueblos indígenas.

Amnistía mencionó en ese sentido las centrales hidroeléctricas de Belo Monte, en Brasil, y La Parota, en México, y la mina Marlin en Guatemala, entre muchos otros proyectos en los que es habitual la falta de consulta previa a las comunidades, los desalojos forzados, la criminalización de los líderes, la violencia contra las mujeres y hasta los asesinatos.

De todos modos, “los pueblos indígenas seguimos nutriéndonos de nuestras raíces para decir que estamos vivos, a pesar de los siglos de colonialismo, de las modernas extirpaciones de idolatrías que en nombre de la globalización y la modernidad pretenden homogeneizarlo todo, negándose tercamente a reconocer que la diversidad biológica y cultural es la mayor riqueza de este mundo”, escribió en un mensaje especial Miguel Palacín Quispe, coordinador general de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI).

“Frente a la crisis de la civilización, de paradigmas occidentales, a la crisis climática que amenaza todas las formas de vida, estamos aquí con nuestros conocimientos y prácticas ancestrales de diálogo y equilibrio con la Madre Tierra, de democracia comunitaria, de reciprocidad, de Buen Vivir, para compartirlos”, agregó Quispe.

El dirigente enumeró en su declaración: “Nos defendemos de la incursión inconsulta de las actividades mineras, forestales, de hidrocarburos. Contra la privatización del agua. Contra la imposición de megaproyectos (represas, carreteras) en nuestros territorios. Contra las falsas soluciones a la crisis climática basadas en la mercantilización de la naturaleza. Nos oponemos al modelo extractivista depredador, a las políticas que criminalizan el ejercicio de nuestros derechos, a la militarización de nuestros territorios. Planteamos claramente que en los gobiernos alternativos no haya lugar para las políticas de los gobiernos de derecha. Reafirmamos que estamos por la vida, por los derechos de los pueblos indígenas y por los derechos de la Madre Tierra, nuestra Pachamama.”

Declaración de Navy Pillay