Africa: La pesadilla del embarazo

Hospital público en Makeni,
Sierra Leona.
(Foto: Nancy Palus/IRIN)

La fuga de cerebros, la falta de instalaciones, equipamiento y medicamentos adecuados y la inequidad en el acceso a la atención médica entre la población urbana y la rural conspiran contra África en su tarea de alcanzar los Objetivos para el Desarrollo del Milenio en materia de salud, advirtió la Red del Tercer Mundo-África (TWN-A, organización radicada en Accra que integra Social Watch). Como primer paso, los gobiernos deberían concentrarse “con urgencia” en la atención a embarazadas, niños y niñas.

El sector tiene un desempeño “muy inadecuado” por causas que van “de la escasez de […] médicos, enfermeras y paramédicos” (muchos de los cuales “emigran en busca de pastos más verdes en el mundo occidental”), hasta “la falta de infraestructura (instalaciones y equipamientos) que no satisfacen las necesidades de la población”, indica en su editorial el número más reciente de African Agenda, revista bimestral de TWN-A.

El informe Estado de las Parteras en el Mundo 2011, publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA), indica que una de cada 31 embarazadas muere en África subsahariana en la gestación o en el parto, proporción que se reduce a una de cada 43.000 en el mundo industrializado.

“El embarazo, que debería ser un periodo de regocijo, tiende a convertirse en una experiencia pesadillesca” en la región, lamenta African Agenda.

El informe señala que 358.000 africanas mueren cada año en el embarazo o el parto, al igual que dos millones de recién nacidos antes de cumplir 24 horas de vida y que 2,6 millones de fetos son paridos muertos, y la causa fundamental es la falta de servicios médicos. El riesgo de que el feto muera durante el parto es 24 veces mayor en África que en los países de alto ingreso.

La mayoría de esas muertes podrían prevenirse, pero para eso los gobiernos deberían invertir en recursos humanos y en infraestructura, según African Agenda.

La publicación de TWN-a registró algunas leves mejoras recientes en países como Gambia y Malawi, pero sostuvo que la situación se mantiene pésima en otros como Liberia, Malí, Níger y Sierra Leona. En 2010, doce mujeres al mes murieron en el parto en un solo hospital de Freetown, lo cual llevó a African Agenda a “imaginar la situación en las áreas rurales” liberianas.

De los 33 millones de personas que viven con VIH en todo el mundo, 22 millones residen en África subsahariana, es decir, 67%. África meridional es la región más afectada, con una prevalencia que oscila entre 2,8% y 39% en los distintos países, informó el mes pasado en Luanda el director regional para África de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Luis Sambo.

Los esfuerzos tuvieron como resultado una reducción de alrededor de 25% en la cantidad de nuevos casos de VIH en 22 países, dijo Sambo. “Para fines de 2009, más de 3,9 millones de personas viviendo con VIH en la región africana recibían terapia antirretroviral, una cobertura de casi 37% que contrasta con las apenas 800.000 personas en tratamiento en 2005”, agregó

Expertos de la ONU proyectaron el mes pasado, ante la Asamblea General, un aumento de 17% en las muertes por enfermedades no transmisibles en los próximos 10 años, pero destacaron que el mayor incremento se registraría en la región africana.

La Oficina Regional de la OMS para África realizó a comienzos de año un llamado a la acción urgente para atender esas enfermedades, pues en la región la diabetes, el cáncer, las enfermedades respiratorias, los desórdenes sanguíneos, la salud mental, la violencia y las lesiones representan “un desafío significativo”.

Uno de cada ocho seres humanos viven en la región africana establecida por la OMS, pero esos 46 países concentran 71,1% de los casos de enfermedades transmisibles en el mundo, según el Atlas Estadístico de la Salud 2011. La prevalencia de VIH entre los habitantes de 15 a 49 años en 2007, año en que a nivel global ese porcentaje era de 0,8.

El subcontinente está muy lejos de alcanzar los Objetivos de la ONU para el Desarrollo del Milenio para 2015. En 2009, alrededor de 22% de los menores de cinco años tenían bajo peso, y la meta es de 13%. La mortalidad descendió a 118 menores de ocho años cada 1.000 nacidos vivos, más que duplicando el objetivo de 55 por 1.000. Apenas 34% de la población tenía saneamiento mejorado en 2008, y el objetivo es de 65%.

El estudio de UNFPA indica que hasta 38 de los 58 africanos países analizados podrían fracasar en alcanzar la meta de 95% de partos atendidos por técnicos capacitados para 2015, a menos que se incorporen 100.000 parteras entrenadas, que se las despliegue por todos los territorios y que se aliente su permanencia.

En 2007, los 46 gobiernos de la región africana invirtieron apenas 9,6% de sus presupuestos en el sector de la salud, cuando en el resto el mundo el promedio se eleva a 15,4%.

“Alcanzar las metas del milenio en materia de salud es un gran desafío para la mayoría de los gobiernos de África, pero es la única alternativa si quieren no sólo asegurarles a sus ciudadanos una vida de calidad sino también una fuerza de trabajo que haga una contribución significativa al desarrollo económico”, advierte el editorial de African Agenda.

La publicación de TWN-A observa que el mal desempeño económico del continente en los años 80 y 90 derivó en una reducción del gasto público en el sector de la salud, lo que tuvo como consecuencia “no sólo en un agotamiento de la infraestructura sino también en el éxodo de personal, que no pudo hacerle frente a la caída de las remuneraciones y al deterioro del ambiente laboral”.

“Hay un consenso generalizado en que este éxodo mejoró los recursos humanos de los países industriales”, agrega el editorial. “Para revertir el estado alarmante del sector de la salud en África, la atención materna e infantil requiere especialmente un gran esfuerzo. En ese rumbo, como cuestión urgente, es necesario mejorar la salud de las embarazadas.”

“La brecha desproporcionada entre la estructura de salud y social entre las áreas rurales y urbanas de África debe ser achicada para reducir la alta mortalidad maternal y de recién nacidos. Buenos caminos, buenas escuelas, buenas instalaciones de salud, una atención de buena calidad y la acción de un personal adecuado y eficiente serían aportes para mejorar la salud, en especial para las embarazadas. Además, es preciso aumentar la cantidad de especialistas como ginecólogos, pediatras y parteras. Ésas deben ser las prioridades de los gobiernos africanos, sumadas a más instituciones que brinden capacitación, buenas remuneraciones y mejores instalaciones”, según African Agenda.

“Los gobiernos africanos deben tomar medidas audaces para invertir en la salud de las embarazadas y la de niños y niñas para asegurar la supervivencia de los africanos”, concluyó la publicación de TWN-A.

Esta información se basa sobre datos de las siguientes fuentes:
TWN-A, en inglés: http://bit.ly/kP2Z8e
Oficina Regional de la OMS para África, en inglés: http://bit.ly/cuBQkB