Invertir en áreas sociales para fortalecer los sistemas de salud

Los exitosos ejemplos de Brasil, Costa Rica, Irán, Ruanda, Sri Lanka, Tailandia y la provincia india de Kerala “demuestran que la inversión estatal en las áreas sociales, particularmente en educación, salud y bienestar, tiene un impacto positivo significativo en los indicadores […] para toda la población”, concluye el tercer Global Health Watch, estudio concebido por activistas y académicos como “informe alternativo sobre la salud mundial”.

“En la tarea de garantizar políticas públicas sanas, es crucial una demanda fuerte y organizada por respuestas y responsabilidades gubernamentales para satisfacer las necesidades sociales”, dice el informe.

Esta edición del Global Health Watch, la tercera tras las publicaciones de 2005 y 2008, fue coordinada por el People’s Health Movement, Medact, Health Action International, Medico Internacional y la Red del Tercer Mundo, organización con sede en Malasia que integra la red de Social Watch.

Es necesaria una “visión coherente del financiamiento a la salud basada sobre un sistema de impuestos”, el modo “más sustentable de promover la equidad y el acceso” a los servicios sanitarios, dice el informe.

Los países considerados ejemplares por los autores del estudio “operan en un ambiente mundial en el que sus acciones son vistas como ‘nadar contra la corriente”. “Es preciso defender estos sistemas, aprender de ellos y también de sus errores y convertirlos en la base para la articulación de sistemas de salud accesibles y equitativos en todo el mundo, lo cual requiere solidaridad global”, indicaron.

En cambio, “tres de los países más grandes del mundo (China, India y Estados Unidos) son ejemplos claros de sistemas de salud disfuncionales, en gran medida acreedores de sistemas financieros insostenibles”. “China e India son proclamados como casos exitosos de la economía liberal y Estados Unidos es por lejos el país más rico del mundo”, agregaron.

Los sistemas de salud del mundo afrontan “múltiples crisis”, entre ellas la financiera, la energética y la alimentaria y “dos de ignición lenta”: la crisis climática y la de desarrollo, según el informe.

“Para los hogares pobres, con frecuencia del medio rural, los gastos vinculados con el acceso a los servicios de salud pueden ser catastróficos y hundir a las familias en la pobreza, por lo cual una atención sanitaria gratuita debe ser el primer paso para aumentar la cobertura”, indica.

El estudio advierte que “las mujeres llevan el grueso de la carga de los sistemas de salud fracasados”, caracterizados por una “alta mortalidad y morbilidad materna” y  “un alto costo pagado por ellas como consecuencia de la disfuncionalidad”.

Los autores también notaron “una muy fuerte presencia de la industria farmacéutica” y de “un puñado de países desarrollados” en las negociaciones intergubernamentales sobre propiedad intelectual y falsificación de medicamentos en el marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La inequidad como problema de raíz es una presencia constante en el informe, como lo indicó el médico David Sanders, del People’s Health Movement en la presentación del informe el día 19 de octubre en Río de Janeiro, Brasil: “¿Por qué una vaca japonesa disfruta un mayor ingreso que un ciudadano africano?”

Fuentes

Global Health Watch, en inglés: http://bit.ly/cNeN97

Wellesley Institute, en inglés: http://bit.ly/nYTlf