Recaudar para un futuro mejor
Coordinadora Civil
Dr. Adolfo José Acevedo Vogl
El país no accederá a un modelo de desarrollo sustentable a menos que supere el actual empobrecimiento de recursos. Los suelos están siendo sobreexplotados, los recursos pesqueros están al borde del agotamiento, la deforestación es creciente debido a la tala indiscriminada y a insustentables prácticas agropecuarias, y la dependencia del cultivo del café daña, entre, los recursos hídricos. Las arcas del Estados, sin embargo, están vacías. Se impone una profunda reforma del sistema tributario que permita recaudar y volcar fondos de manera más justa y eficiente e invertir en educación y métodos productivos menos agresivos para el ambiente.
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El país necesita un volumen mucho mayor de recursos para implementar políticas públicas que promuevan el desarrollo sustentable; por ello, se vuelve necesaria una trasformación del sistema tributario. Esto es necesario, también, para contrarrestar la tendencia al descenso de la cooperación externa, en términos absolutos y como porcentaje del PIB.
Para que el Estado cuente con el financiamiento necesario para sostener niveles adecuados de inversión en capital humano, infraestructura básica y protección social, y para que se logren los efectos esperados en materia de equidad es fundamental que la estructura de financiamiento de este gasto descanse con mayor fortaleza relativa sobre los estratos de mayores ingresos de la sociedad, en lugar de que lo haga sobre los estratos medios y bajos (ver en recuadro la propuesta de Coordinadora Civil).
A la vez, esta necesidad de financiamiento atiende un principio básico de la economía sustentable, que es el de la justicia intergeneracional, definida así en 1974 por James Tobin : “Los administradores de las instituciones dotadas de fondos son guardianes del futuro contra los reclamos del presente. Su tarea al manejar las fundaciones es preservar la equidad entre generaciones”[1].
Desafíos ambientales
La propuesta tributaria de Coordinadora Civil
Para materializar estos principios, se propone una transformación profunda de los dos pilares básicos del sistema tributario, el impuesto sobre la renta y el impuesto al valor agregado. |
La ausencia de un modelo de desarrollo sustentable se vuelve especialmente visible al considerar la pobre administración de los recursos naturales que han hecho los sucesivos Gobiernos. Las reservas de agua, por ejemplo, se han visto reducidas debido a la contaminación y la deforestación, lo cual ha incrementado el costo de las inversiones destinadas a garantizar el acceso de la población al recurso, a la vez que redujo el volumen de agua destinada a la agricultura y a la generación de energía hidroeléctrica[2].
En cuanto a la deforestación, el país pierde anualmente 75 mil ha de bosque debido a la tala ilegal, a las prácticas no sustentables del sector agropecuario y a los incendios, muchas veces producto de las quemas agrícolas. El uso de la madera como combustible ha agravado la situación: en el presente, el 76% de la energía destinada a cocinar proviene de la leña[3]. El daño infligido a los bosques, además, ha contribuido a la erosión de los suelos, lo cual pone en peligro la agricultura.
En junio de 2011 el Gobierno manifestó su preocupación por el problema, y anunció que se había logrado reducir la tasa de deforestación en un 50%[4]. Sin embargo, de los 12 millones de ha de bosque, más de 8 millones permanecen degradadas.
La sobre explotación de los recursos pesqueros pone en evidencia el modelo no sustentable de crecimiento económico que ha venido implementándose en el país. La pesca de langosta, por ejemplo, ha venido llevándose a cabo a más del doble de la capacidad regenerativa de la especie. El Gobierno falla, además, en implementar medidas adecuadas contra la pesca ilegal[5].
La industria camaronera, además, ha deteriorado los ecosistemas del mangle y los humedales de la costa del Pacífico, además de contaminar los cuerpos de agua mediante el vertido de residuos y sustancias químicas tóxicas.
A su vez, el deficiente manejo de los residuos sólidos en las ciudades ha incrementado el problema de los basurales en las áreas con mayor densidad de población, donde la falta de planificación urbana ha aumentado la vulnerabilidad de los sectores más pobres de la población a las enfermedades y a los desastres ambientales. Este incremento de la vulnerabilidad, además, pone al país en una situación delicada frente a los diversos modelos de cambio climático[6].
Pero el principal problema del país en cuanto al deterioro medioambiental es su dependencia del cultivo de café. 26% de los establecimientos agropecuarios nicaragüenses se dedican a ello, ocupando un 15% de la tierra cultivable, y 25% del área dedicada a cultivos exportables[7].
Según América Economía: “El Centro de Trámite de las Exportaciones de Nicaragua (Cetrex) informó que el café ha generado USD 154 millones en los primeros cinco meses de la cosecha 2010-2011 (octubre-febrero), lo que representa unos USD 85 millones más que el mismo periodo de la cosecha 2009-2010”[8]. El problema es que el cultivo intensivo de café es extremadamente agresivo para el medio ambiente, acarreando deforestación, pérdida de biodiversidad, contaminación agroquímica, erosión del suelo y sobre todo el agotamiento de los recursos hídricos, debido a la gran cantidad de agua utilizada en su cultivo y procesamiento[9]. El medio ambiente nicaragüense, agredido y depredado desde hace más de un siglo por la explotación agrícola frutera, no puede soportar indefinidamente el crecimiento y expansión del cultivo cafetero si no se aplican políticas agrarias que regulen las técnicas de cultivo y permitan la recuperación del suelo. Ningún crecimiento sustentable puede esperarse de un terreno yermo y agotado.
El deterioro educativo
El desarrollo sustentable implica el legado de bienes de la presente generación a las que la siguen. Para esto una educación que potencie a los ciudadanos para mejor explotar los recursos humanos y naturales heredados es imprescindible, pero el panorama en este aspecto también es desalentador en Nicaragua. Una encuesta divulgada en mayo y realizada por la consultora M&R muestra que los consultados, en su gran mayoría, perciben un grave deterioro del sistema educativo, cuyo acceso se ve dificultado en tanto la calidad de la enseñanza se percibe como severamente empobrecida y desactualizada. A esta percepción cabe agregar el hecho de que los maestros perciben salarios muy por debajo del salario promedio nacional.[10]
El 78,9% de los encuestados, de hecho, opina que el estado de la infraestructura escolar es malo o pésimo, a la vez que el 70,8% califica de idéntica manera a la calidad de la educación impartida. En cuanto al salario de los docentes, el 91,8% de los encuestados juzgó de la misma manera la remuneración percibida por los maestros de las escuelas públicas primarias, mientras que el 89,4% calificó también como malo o pésimo el salario de los docentes de escuelas públicas secundarias.
Asimismo, los encuestados coinciden en que incrementar de manera significativa la inversión pública en educación básica y media (llevándola al menos al 7% del PIB) podría mejorar la situación y garantizar que sea impartida una enseñanza de mayor cobertura y calidad. El 92,8% de los encuestados opina que el Gobierno debe incrementar significativamente la asignación presupuestaria a la educación.
Asimismo, el 93,5% señaló que el país necesita establecer un gran acuerdo nacional a largo plazo que, independientemente de la orientación política del gobierno de turno, asegure que se respete y se dé continuidad a cualquier política destinada a mejorar la educación. La educación y el desarrollo sustentable sólo pueden ser abordados por una reforma tributaria que posibilite destinar los fondos con los que hoy el Estado no cuenta. Los primeros objetivos en el camino de alcanzar la sustentabilidad deben ser: Recaudar, preservar y educar.
[2] Clima y ambiente de Nicaragua, Un cambio de actitud en el día de la Tierra (22 de abril de 2009), <climayambiente.blogspot.com/2009/04/un-cambio-de-actitud-en-el-dia-mundial.html>.
[3] Ibid.
[4] Diario Web Centroamérica, Nicaragua logró reducir la deforestación en 50 por ciento, (7 de junio de 2011), <www.diariowebcentroamerica.com/region/nicaragua-logro-reducir-la-deforestacion-en-50-por-ciento>.
[5] Ibid.
[6] Ibid.
[7]Nicabilingüe, “El Café Nicaragüense”, Luis Castrillo, <nicabilingue.com/index.php?option=com_content&view=article&id=46:el-cafe&catid=43:medio-ambiente&Itemid=49>.
[8] América Economía, “Cosecha de café en Nicaragua crece 8,6% y reporta US$154 millones”, (22 de marzo de 2011), <www.americaeconomia.com/negocios-industrias/cosecha-de-cafe-en-nicaragua-crece-86-y-reporta-us154-millones>.
[9] Noarys Pérez Díaz, Raisa Castillo Ramos, Leila Carballo Abreu, José Ángel Veliz Gutiérrez,,Impacto ambiental en el cultivo y procesamiento del café y su repercusión social, (Cuba: Universidad de Pinar del Río), <www.monografias.com/trabajos-pdf/impacto-ambiental-cultivo-procesamiento-cafe/impacto-ambiental-cultivo-procesamiento-cafe.pdf>.
[10] Ver: <www.ccer.org.ni/noticias?idnoticia=769>.
[11] Ver: <www.ccer.org.ni/>.