Dos países, más desafíos

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National Civic Forum
Mdani Abbas Medani
Afaf Awad

La secesión de Sudán del Sur causará graves impactos tanto en el Estado del norte como en el del sur. Los planes de desarrollo de Sudán del Norte estarán en peligro por su dependencia de los ingresos del petróleo, mientras que Sudán del Sur enfrenta penurias económicas y sociales importantes que podrían convertirlo en un estado fallido. Aunque algunos indicadores de género han mejorado, todavía falta mucho para cerrar la brecha entre mujeres y hombres. La firma del Acuerdo General de Paz en 2005 preparó el camino para que las organizaciones de la sociedad civil desempeñaran un rol eficaz en la vigilancia de las elecciones.

La historia política de Sudán tuvo un punto de inflexión en 2010. Se realizaron elecciones presidenciales y parlamentarias y se hicieron preparativos para el referéndum sobre la independencia de Sudán del Sur, que incluyeron un censo para determinar la composición y número del electorado. El referéndum sé llevó a cabo del 9 al 15 de enero de 2010 y los resultados, publicados el 7 de febrero, mostraron que el 98% de los votantes estaba a favor de la independencia. En consecuencia, se acordó que la República de Sudán del Sur sería declarada oficialmente un Estado soberano en julio de ese año.

Según una encuesta sobre la pobreza que se realizó en 2009, el 46,5% de la población sudanesa vive actualmente debajo de la línea de pobreza[1] . Los problemas fundamentales son, entre otros, los conflictos, los desplazamientos y la inseguridad alimentaria, cuyas causas principales son los desastres naturales y los parcialmente creados por los humanos como la sequía, la desertificación y las inundaciones[2] .

Breve historia de los conflictos

Desde su independencia Sudán ha enfrentado dos guerras civiles, la primera entre 1955 y 1972 y la segunda (considerada una prolongación de la primera) entre 1983 y 2005. Las raíces del conflicto se remontan a la época colonial cuando los ingleses establecieron administraciones separadas para la zona norte, más parecida al Egipto islámico, y la sur, similar a Kenia y Tanganica (ahora Tanzania). El proceso de independencia se desarrolló sin participación de emisarios del sur, de manera que no se tuvieron en cuenta sus reivindicaciones y necesidades. Esto llevó a la Primera Guerra Civil Sudanesa, que empezó cuando el Gobierno atacó a manifestantes y disidentes políticos del sur, desencadenando más violencia y motines que degeneraron en una guerra a gran escala. Esta etapa del conflicto terminó con el Acuerdo de Addis Abeba, que debía darle un importante grado de autonomía al sur.

Sin embargo los términos del acuerdo no se aplicaron totalmente, y comenzó la Segunda Guerra Civil. Esta terminó oficialmente con la firma en 2005 del Acuerdo General de Paz (CPA, por sus siglas en inglés) entre el partido de gobierno, Partido del Congreso Nacional (NCP), y el Movimiento de Liberación Popular de Sudán (SPLM). En el periodo posterior se propuso el referéndum por la independencia de Sudán del Sur.

Desafíos ambientales

El territorio sudanés enfrenta desafíos ambientales gravísimos, entre los cuales la erosión del suelo, la degradación de la tierra, la deforestación y la desertificación, que representan amenazas para las posibilidades de paz duradera y desarrollo sustentable. Por ejemplo, los asentamientos cada vez más grandes ya han puesto en peligro los bosques. Casi el 75% de la energía proviene de combustibles tradicionales como la madera, lo que (junto con la demanda de carbón vegetal) ha llevado a la eliminación de muchos bosques. Esto acelera el proceso de desertificación y el Sáhara se está extendiendo a lo que antes eran tierras arables y forestales[3] . El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés) también ha identificado otras dos causas fundamentales de la desertificación: la conversión de zonas semidesérticas en desérticas a causa del cambio climático; y la degradación de los ambientes de desierto existentes, entre los cuales los wadis y oasis, por las actividades humanas[4] .

Aunque el Gobierno declaró casi el 4% de la tierra como zonas protegidas, todavía hay mucha caza furtiva en todo el país, lo que pone en peligro las poblaciones de animales. Muchos esfuerzos de conservación se vieron perjudicados por los conflictos civiles, especialmente porque los militares tomaron el control de los bosques de Sudán del Sur, de gran riqueza ecológica [5] . Según el UNDP, existen conexiones claras entre los problemas ambientales y las guerras que ha sufrido el país: “La competencia por las reservas de petróleo y gas, el agua del Nilo y la madera, además de los problemas por los modos de uso de la tierra agrícola, son causas importantes del origen y perpetuación del conflicto en Sudán. Las confrontaciones por las praderas y las tierras agrícolas de secano son una manifestación especialmente llamativa de la conexión entre la escasez de recursos naturales y los conflictos violentos[6] .

A pesar de la grave carencia de agua, las inundaciones son frecuentes - tanto las crecidas repentinas como las inundaciones más generales por desbordamiento del Nilo y sus afluentes – y tienen como consecuencia daños generalizados, incluso la erosión de las riberas y la consecuente pérdida de cultivos[7] .

Nuevos desafíos para los dos Sudán

Sudán del Norte y Sudán del Sur mantienen negociaciones sobre asuntos pendientes como la demarcación de los límites, especialmente con relación a la petrolera región de Abyei, y en 2003 aportó más de un cuarto de la producción total de crudo del país, aunque los volúmenes han caído recientemente y algunos informes sugieren que las reservas de la región están casi agotadas[8] . Se hará un referéndum para decidir si Abyei será parte de la región de Bahr El Ghazal de Sudán del Sur o de la región de Kordofan del Sur de Sudán del Norte. Se había pensado hacer este referéndum en forma simultánea con el relativo a la independencia, pero fue necesario postergarlo por graves diferencias en cuanto al proceso a seguir, y desde entonces la violencia ha aumentado.

La economía de Sudán del Norte, muy dependiente de los ingresos del petróleo, se verá afectada negativamente por la secesión, mientras que el Sur tendrá graves obstáculos para establecerse como Estado viable. Por ejemplo, a pesar de que el territorio del sur contiene tres cuartos de los sitios de producción de petróleo, casi todas las refinerías y tuberías están en el norte. Además, sigue sin resolver la cuestión de la nacionalidad y la integración. ¿El Gobierno de Sudán del Sur logrará forjar una identidad nacional que una a los pueblos que habitan su territorio, que están entre los más diversos del mundo en cuanto a idioma y cultura? Y tendrá desafíos aún mayores como la pobreza, la falta de acceso a la atención de salud y la mortalidad materna e infantil descontroladas[9] .

Desigualdad de género

La matriculación de mujeres en la educación primaria aumentó del 64,4% en 2006-2007 al 69,9% en 2009, en tanto la matriculación de mujeres en la educación secundaria aumentó del 30% en 2005 al 35,5% en 2009[10] . Además, las mujeres sudanesas han hecho algunos avances en términos de representación y participación política: en las elecciones de 2010 las mujeres ganaron el 28% de los escaños parlamentarios.

A pesar de estos datos alentadores, hay gran desigualdad en cuanto a las posibilidades de las mujeres de acceder a cargos más altos y también de tener oportunidades de capacitación,  y la mayoría de las actividades que administran las mujeres sudanesas son en la agricultura y el sector informal. Además, sobre todo a causa de los conflictos armados y las guerras civiles, las mujeres sudanesas han sufrido la falta de servicios básicos, especialmente la atención de salud. Por ejemplo, la mortalidad materna es de 509 por 100.000 nacimientos vivos[11] . Además, las normas sociales y culturales, las creencias y las prácticas tradicionales siguen dificultando la plena participación de la mujer en todas las profesiones y actividades.

El papel de la sociedad civil

La firma del CPA en 2005 preparó el camino para que las organizaciones de la sociedad civil (OSC) participaran eficazmente en el abordaje de los problemas fundamentales, y muchas han estado participando en la vigilancia de las elecciones del país y los referéndum sobre Sudán del Sur, como observadoras de todo el proceso de educación y registro de los votantes, y las campañas electorales, así como asesorando para la capacitación de observadores nacionales. También algunas OSC han establecido grupos de vigilancia parlamentaria para hacer un seguimiento del parlamento tanto a nivel estatal como federal.

Sin embargo, las OSC no han participado activamente en la toma de decisiones y en los principales asuntos políticos. Esto se debe principalmente a su difícil relación con el Gobierno, especialmente por las restricciones a sus actividades.

Conclusión

Sudán está en una encrucijada. La declaración de independencia de Sudán del Sur será en julio, pero la situación de Abyei sigue en disputa y la violencia aumenta. Tanto el norte como el sur enfrentan graves problemas para el desarrollo y el medio ambiente que solo podrán empeorar con la persistencia del conflicto, y todavía está por lograrse un acuerdo sobre asuntos fundamentales como los derechos petroleros, los derechos de agua y la ciudadanía. Los países donantes han instado a ambos países a reducir su dependencia del petróleo, aumentar su seguridad alimentaria a través del desarrollo agrícola y ampliar sus servicios de salud, educación, agua y saneamiento[12] . La estabilidad y un aumento del comercio entre el norte y el sur y también con sus vecinos brindarían oportunidades económicas para los jóvenes, que componen más de la mitad de la población, y para las mujeres y niñas, cuyas oportunidades educativas y laborales han sido limitadas hasta ahora[13] .

[1] Ministerio de Bienestar y Seguridad Social y Consejo Nacional de la Población, Sudan Millennium Development Goals Progress Report 2010,  <www.sd.undp.org/doc/Sudan%20MDGs%20Report%202010.pdf>.

[2] Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), Sudan: Post-Conflict Environmental Assessment, (Nairobi: 2007), <postconflict.unep.ch/publications/UNEP_Sudan.pdf>.

[3] Countries Quest, Sudan, Land and Resources, Environmental Issues,  <www.countriesquest.com/africa/sudan/land_and_resources/environmental_issues.htm>.

[4] UNEP, op. cit.

[5] Countries Quest, op. cit.

[6] UNDP Sudan, Environment and Energy for Sustainable Development, (2011), <www.sd.undp.org/focus_environment.htm>.

[7] UNEP, op. cit.

[8] R. Hamilton, “Oil-rich Abyei: Time to Update the Shorthand for Sudan’s Flashpoint Border Town?”, Christian Science Monitor, (3 de noviembre de 2010), <pulitzercenter.org/articles/oil-rich-abyei-sudan-accuracy-label>.

[9] A. Thurston, “Five Challenges South Sudan Will Face After Referendum”, Christian Science Monitor, (27 de enero de 2011), <www.csmonitor.com/World/Africa/Africa-Monitor/2011/0127/Five-challenges-South-Sudan-will-face-after-referendum/(page)/3>.

[10] Trading Economics, Sudan World Bank Data, (2010), <www.tradingeconomics.com/sudan/indicators>.

[11] UNICEF, Sudan Statistics, <www.unicef.org/infobycountry/sudan_statistics.html>

[12] E. Solheim, A. Mitchell y R. Shah, “Sudan at a Crossroads”, The Guardian, (7 de mayo de 2011),  <www.guardian.co.uk/global-development/poverty-matters/2011/may/07/sudan-at-crossroads-south-unresolved>.

[13] Ibíd.


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