Presentación Ensayo Mujeres y Religión: ¿Siervas o Ciudadanas?

Seis organizaciones de cuatro países se integraron en la Alianza Feminista Centroamericana Transformando la Cultura Patriarcal, que ya dio fruto en negro sobre blanco con tapa y contratapa: un volumen de un centenar de páginas que contiene cinco ensayos que apuntan a la reflexión colectiva, titulado “Mujeres y Religión: ¿Siervas o Ciudadanas?”

El primer ensayo del libro, escrito por la teóloga feminista Isabel Ascencio, de la organización salvadoreña Las Melidas, se titula "Patriarcado, fundamentalismo religioso y resistencia de las mujeres". En 16 páginas, traza el origen del dominio masculino sobre las civilizaciones de Mesopotamia, Egipto y otras regiones africanas, repasa por la prédica inclusiva de Jesucristo y su desvirtuación por parte de las instituciones eclesiásticas, el igualitarismo de las sociedades mesoamericanas antes de la conquista española y la perpetuación del carácter patriarcal de Dios, un concepto al que la teóloga Ascencio califica de fundamentalista.

La guatemalteca Evelyn Morales Pineda, de la organización Tierra Viva, aborda otra arista del fenómeno en el ensayo “Fundamentalismos religiosos en contra del avance de los  derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en
Guatemala”. Tras un foro con decenas de mujeres de varias zonas del país, Morales Pineda concluyó: “Aunque el Estado se considere laico, tal como su Constitución Política lo establece, los fundamentalismos socavan los avances en materia de derechos humanos de las mujeres, limitando la autonomía, permaneciendo las mujeres como siervas, siendo las religiones un instrumento para seguir determinando el rol que debemos jugar.”

En el capítulo titulado “Mujeres y religión, ¿siervas o ciudadanas? Reflexiones preliminares sobre el estudio de caso de las mujeres cristianas organizadas del norte de Nicaragua”, Edurne Larracoechea, del Grupo Venancia, constató que casi todas las católicas y evangelistas integrantes de organizaciones de mujeres entrevistadas para su investigación concebían a Dios como masculino y castigador, pero modificaron esa imagen en el transcurrir de su activismo feminista. También concluyó que la desconexión usual en el feminismo teórico entre académicas y teólogas se reproduce “en el mundo del activismo”.

La salvadoreña Ana María Mata Parducci, de la organización Colectiva Feminista por el Desarrollo Local, explora en “Diálogos para despenalizar las conciencias”, su ensayo, “cuál es la idea de espiritualidad desde el feminismo”, la cual deja “agendas pendientes, con pocas luces feministas que nos ayuden a vivir de forma liberadora la espiritualidad”.

El último ensayo, titulado como todo el libro y elaborado por María Elena Méndez y María Virginia Díaz, del Centro de Estudios de la Mujer-Honduras (punto focal de Social Watch en ese país), advierte que, a pesar del fortalecimiento de la resistencia popular surgida tras el golpe de Estado de 2009, “es necesario que el movimiento feminista hondureño consensúe una serie de estrategias para lograr que sus demandas y planteamientos queden incorporados” en la nueva Constitución, en el marco de un “proceso de refundación del país”.

La intención de la construcción de esta compilación de ensayos fue abrir un proceso de estudio, investigación, reflexión y profundización del análisis no solo sobre las consecuencias del fundamentalismo religioso sobre la vida de las mujeres, sino también sobre el modo en que el discurso y la práctica feminista impacta y trasforma sus conciencias.

De ese modo, las organizaciones procuraron encontrar argumentos y estrategias para consolidar la ciudadanía de las mujeres, integrando las diferentes dimensiones de sus vidas y sin renunciar a la de la espiritualidad.

Muchas ideas, creencias y prácticas que sustentan la discriminación y la negación de los derechos femeninos tienen sus raíces en imágenes y mitos creados y alimentados por instituciones religiosas.  Aunque los Estados se declaren laicos, la injerencia de las autoridades eclesiásticas en las políticas públicas y la manipulación política de la religiosidad popular impide la práctica de ese principio.

Los avances de las mujeres tanto a nivel de conciencia como de transformaciones culturales y de reconocimiento formal y ejercicio de sus derechos desataron reacciones de fundamentalismo religioso. El cuerpo  y la sexualidad de las mueres es hoy terreno en disputa. La moral sexual se ha encumbrado entre las prioridades de la agenda del Vaticano, advirtió el CEM-H en la presentación del libro en Tegucigalpa.

El movimiento feminista debe tomar conciencia de que carece de Estados laicos pero también de sociedades laicas y de conciencias laicas, lo cual obstaculiza la construcción de espacios de libertad para las mujeres y el ejercicio de su ciudadanía plena y de sus derechos.

Más información
Mujeres y Religión: ¿Siervas o Ciudadanas? (en formato PDF): http://bit.ly/xr8dCy

Este informe se basa sobre datos procedentes de las siguientes fuentes:
CEM-H: http://bit.ly/9pRYwb


SUSCRIBIRSE A NUESTRO BOLETÍN

Enviar