Impuesto a las transacciones financieras, un imperativo de derechos humanos

Relatora especial Magdalena
Sepúlveda. (Foto: ONU)

Un grupo de expertos independientes de la ONU exhortó a la Unión Europea a impulsar la adopción de un impuesto a las transacciones financieras (ITF) de alcance mundial para compensar los costos de las crisis económica, financiera, energética, climática y alimentaria y para proteger los derechos humanos.

“La crisis financiera mundial ha causado la pérdida de millones de empleos, y la socialización de la carga de deudas privadas, a través de programas de austeridad de gran alcance, amenaza con provocar importantes retrocesos en materia de derechos humanos. Un ITF es una herramienta pragmática con la cual los gobiernos obtendrían recursos para proteger y hacer efectivos los derechos humanos de la población”, dijeron los expertos en derechos humanos de la ONU especializados en extrema pobreza, alimentación, operaciones empresariales, deuda externa y solidaridad internacional.

“Los países de la UE deberían mostrar un liderazgo audaz ahora para allanar el camino hacia lo que finalmente debe ser un ITF de alcance mundial”, instó el grupo, que aplaudió las propuestas recientes para imponer un tributo a las transacciones financieras en la zona del euro.

La declaración de los expertos de la ONU fue emitida antes de la conferencia de Ministros de Finanzas de la UE celebrada este martes en Bruselas, como instancia preparatoria para la cumbre del Grupo de los Ocho convocada para este viernes y el sábado en Camp David, Estados Unidos.

Para la relatora especial de la ONU sobre Extrema Pobreza y Derechos Humanos, Magdalena Sepúlveda, “esta oportunidad no se debe desperdiciar, pues podría cubrir los déficit fiscales”, pero urgió, sin embargo, destinar los recursos obtenidos a través del ITF “a la lucha contra la pobreza, a revertir la creciente desigualdad, y a compensar a aquellos cuyas vidas han sido devastadas por la crisis económica mundial.”

“Cuando el sector financiero no paga su parte, el resto de la sociedad es el que debe pagar la factura”, dijo. “Es urgente que los gobiernos reexaminen su papel básico de redistribución de impuestos para asegurarse de que los individuos más ricos y el sector financiero contribuyan con una cuota justa de la carga”, agregó la experta.

Se calcula que, a una tasa muy reducida, el ITF recaudaría alrededor de 48.000 millones anuales en el Grupo de los 20, y que con tasas más elevadas alcanzaría los 250.000 millones de dólares, montos que servirían para compensar los costos de las crisis económica, financiera, energética, climática y alimentaria. Países como Corea del Sur han puesto en práctica impuestos similares, que les han permitido recaudar grandes sumas utilizadas para el desarrollo nacional. Su implementación también ayudaría a estabilizar los mercados financieros porque desalentaría la especulación y mitigaría la volatilidad que en 2008 detonaron las crisis financiera y alimentaria.

“El precio de los alimentos se duplicó en los últimos cinco años, y podría hacerlo de nuevo”, advirtió el relator especial de la ONU sobre Derecho a la alimentación, Olivier De Schutter. “Es probable que el ITF reduzca el flujo de capitales golondrina y la especulación sobre los combustibles, la inestabilidad de precios los estragos que éstos fenómenos causan en todo el mundo en perjuicio del derecho a la alimentación.”

“Los gobiernos deben actuar para frenar las violaciones de derechos humanos a manos de instituciones financieras privadas y para construir sistemas de rendición de cuentas”, dijo Margaret Jungk, directora del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Derechos Humanos y Actividades Empresariales. “A nivel mundial, el ITF puede desalentar la asunción excesiva de riesgos y la especulación, factores importantes de la crisis financiera que ocasionaron daños enormes a los derechos humanos.”

“Un ITF mundial no es una solución mágica”, advirtió el experto independiente de la ONU sobre Deuda Externa y Derechos Humanos, Cephas Lumina, "sino que ayudaría a aliviar la carga de la deuda soberana derivada de la crisis financiera, a desplazar la carga de ciudadanos de a pie al sector empresarial privado que causó la crisis, y a ampliar significativamente el espacio fiscal de los gobiernos para obtener los recursos que necesitan desesperadamente para sus programas de derechos económicos y sociales.”

"El ITF es una oportunidad para los gobiernos de dar pasos más allá de los puramente retóricos hacia el cumplimiento de sus compromisos con el desarrollo sustentable, y para dar cuerpo a sus discursos sobre solidaridad”, dijo, por su parte, la experta independiente de la ONU sobre Derechos Humanos y Solidaridad Internacional, Virginia Dandan. “Los gobiernos pueden y deben estar a la altura y trabajar juntos para hacer posible un ITF global, como un paso significativo hacia la reducción de las asimetrías que dificultan la consagración del derecho al desarrollo.”

"Un consenso mundial sobre un impuesto a las transacciones financieras representaría una decisión histórica para dar prioridad a los más desfavorecidos y marginados y para ayudar a los países en desarrollo a cumplir con sus obligaciones en materia de derechos económicos, sociales y culturales", concluyó la relatora especial de la ONU sobre Extrema Pobreza y Derechos Humanos, Magdalena Sepúlveda.

Fuente
Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos: http://bit.ly/KktKQS