“El futuro que queremos”: No es perfecto, pero sí equilibrado

Delegados gubernamentales
festejan el acuerdo alcanzado en
Rio2012.
(Foto: ONU/Maria Elisa Franco)

Más de 100 jefes de Estado y de gobierno se aprestan a aprobar este viernes en Rio de Janeiro el documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable (Rio2012). Luego de intensas y prolongadas negociaciones informales, representantes de 191 países alcanzaron un acuerdo el martes.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo en la ceremonia de apertura el miércoles que el acuerdo fue el resultado de un gran esfuerzo que incluyó concesiones de todas las partes, pero sin retrocesos respecto de compromisos previos, en especial los firmados hace 20 años en la Cumbre de la Tierra, también realizada en Rio de Janeiro.

Rousseff consideró que hubo avances importantes, incluida la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS); la creación de un foro político de alto nivel para el seguimiento de su implementación; el fortalecimiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA); la ampliación del rol de la sociedad civil en lo que respecta al desarrollo sustentable; la adopción de un programa sin precedentes de 10 años para alentar patrones sustentables de producción y consumo; el reconocimiento de que el producto interno bruto (PIB) no es una medida adecuada para evaluar el desarrollo y el compromiso de diseñar una fórmula alternativa.

El texto, titulado “El futuro que queremos”, también reclama a las empresas privadas incorporar información relacionada con el desarrollo sustentable en sus balances.

En 1992, sostuvo Rousseff, los líderes mundiales reconocieron que el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas era esencial para alcanzar el desarrollo sustentable, así como la necesidad de modificar los patrones de producción y de consumo.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que el antiguo modelo de desarrollo económico y social se había roto, y que Rio2012 brinda una oportunidad única para crear un nuevo modelo que equilibre los imperativos del crecimiento y el desarrollo económico robusto con los que imponen las dimensiones sociales y ambientales.

Las negociaciones fueron arduas pero se alcanzaron progresos significativos, según Ban. Los ODS se construirán sobre los avances logrados tras la formulación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y ya son parte integral de la agenda de desarrollo post-2015.

El secretario general de la Conferencia, Sha Zukang, afirmó que la Humanidad estaba viviendo otro momento histórico, y aseguró que la “economía verde” puede ser una herramienta hacia el desarrollo sustentable.

Más de 40.000 personas, entre ellas legisladores, alcaldes y representantes de la sociedad civil, han participado en Rio2012.

No hubo objeciones que obstaculizaran el consenso en torno del documento en el plenario final de las denominadas “consultas informales pre-conferencia”, ni siquiera de la Unión Europea, que dejó a un lado los cuestionamientos que expuso en instancias anteriores.

El texto no es perfecto pero representa el equilibrio posible, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio Patriota.

“El futuro que queremos” recoge algunas de las principales demandas de los países en desarrollo, como la reafirmación de los Principios de Rio (de 1992), entre ellos el de responsabilidades comunes pero diferenciadas; la confirmación de compromisos como la Agenda 21 y el Plan de Implementación de Johannesburgo; el establecimiento de dos procesos intergubernamentales, uno para implementar los ODS y otro para facilitar la movilización de recursos hacia esos objetivos; y la creación de un mecanismo de transferencia de tecnologías no contaminantes.

Argelia, en nombre del Grupo de los 77 y China, declaró que el documento final es el mejor posible tras más de un año de difíciles negociaciones. Por su parte, Estados Unidos aplaudió el equilibrio del texto, pero manifestó su desaliento por el no reconocimiento de los derechos reproductivos y que no se hubiera fijado una escala de prioridades para los ODS.

Dinamarca, en representación de la Unión Europea, consideró que el documento pudo estar más orientado a la acción. Noruega destacó elementos positivos en materia de equidad de género, pero también lamentó la falta de acuerdo respecto de los derechos sexuales y reproductivos.

Bolivia manifestó su satisfacción por la consagración de los derechos de la Madre Tierra, y el reconocimiento del acceso al agua limpia y al saneamiento como derechos humanos, así como los de los pueblos indígenas.

Nauru, en nombre de la Alianza de Pequeños Estados Insulares, señaló que el documento final no podía prever todas las situaciones, pero aclaró que se trata de un paso positivo hacia futuros avances.

Cuba dijo que, a pesar de que el texto es el resultado de numerosas concesiones, se trata de una buena conclusión del proceso, dadas las dificultades que lo caracterizaron.

Venezuela felicitó a Brasil por el liderazgo que demostró al dirigir negociaciones transparentes y abiertas, si bien expresó su preocupación por la falta de voluntad política que percibe entre los países industrializados para aportar recursos financieros y transferir tecnología.

Egipto, en representación del Grupo Árabe, declaró que habría preferido un documento más ambicioso y advirtió que el concepto de “economía verde” no sustituye el de desarrollo sustentable, pero mostró satisfacción por la reafirmación de los Principios de Rio.

Congo, en nombre de la Unión Africana, mostró su beneplácito por el fortalecimiento del PNUMA y apoyó las propuestas de cambiar su nombre a Organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Fuente
South-North Development Monitor (SUNS, en inglés): http://bit.ly/MkLRol