RUMANIA

Perspectiva funesta

Fundatia pentru Dezvoltarea Societatii Civile
(Fundación de la Sociedad Civil para el Desarrollo)
Valentin Burada

La caída de las exportaciones provocó quiebras, contracción de las actividades y aumento del desempleo. Las remesas, que representan el 5% de INB, cayeron 10% a principios de 2009. La privatización y la venta de bancos nacionales durante los últimos años condujeron al país y sus ciudadanos a endeudarse con los bancos occidentales. Un reciente préstamo multimillonario del Fondo Monetario Internacional parece diseñado principalmente para beneficiar a las empresas extranjeras. Entre las víctimas de la crisis se cuenta la ayuda al desarrollo: toda la política de cooperación para el desarrollo rumana está en peligro de desaparecer.

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Como sus vecinos del antiguo bloque soviético, Rumania se encuentra atrapada en la inestabilidad de la crisis financiera y económica mundial. El país disfrutó de un boom económico en los últimos años, impulsado en parte por grandes préstamos de los bancos occidentales y el fácil acceso a los préstamos externos. Actualmente, sin embargo, hay una contracción crediticia, la moneda nacional es inestable y la situación parece extrema.

Presupuesto estatal, remesas y desempleo

Rumania depende de los mercados tambaleantes de la Unión Europea (UE). Las exportaciones disminuyeron en 25% y los flujos de capital están cambiando de dirección. Sólo en enero de 2009 hubo repatriaciones por un monto de EUR 539 millones. La disminución de las exportaciones se tradujo en un aumento del desempleo, quiebras y una contracción de las actividades de las empresas. Aproximadamente 500.000 personas (5,7%) estaban desempleadas en abril de 2009 – casi la mitad de ellas eran mujeres – comparado con el 3,9% de abril de 2008. En mayo de 2009, la Comisión Europea estimó que el desempleo se elevaría al 8%. Cada punto porcentual significa 100.000 desempleados más.

Aunque el salario mensual neto promedio era de EUR 327 en marzo de 2009, un aumento de 17,6% comparado con marzo de 2008 según el Instituto Nacional de Estadística, es menos impresionante que en los primeros meses de 2008, cuando hubo aumentos de más del 30%. Se espera que la crisis reduzca aun más los aumentos e incluso los revierta. El Gobierno ha anunciado que congelará los salarios presupuestados, lo que significa menos poder adquisitivo. En una entrevista en la televisión nacional en abril de 2009, el primer ministro Emil Bloc reconoció que existía el peligro de que el Gobierno no pudiera pagar los salarios y pensiones estatales. Además, al contraerse los mercados exportadores tradicionales para los productores de alimentos, los agricultores rumanos también se encuentran amenazados internamente por las importaciones subsidiadas de productos agrícolas y alimentarios de otros estados miembros de la UE que están buscando reorientar sus exportaciones.

Los ingresos presupuestarios comenzaron a bajar en el último trimestre de 2008, una tendencia que continúa en 2009 – con 8,7% menos en enero que en el mismo período de 2008 – y que probablemente empeorará. La disminución más grande se ubicó en los impuestos a las ganancias (-30,7%).  Los fondos recaudados por concepto del IVA, que sigue siendo la fuente principal del presupuesto, cayeron 8% y probablemente disminuyan aún más.

En respuesta, se han propuesto nuevos y más altos impuestos y aumentos de las contribuciones sociales. En marzo de 2009, el Gobierno anunció un aumento de cerca de 1% para las contribuciones a los fondos de seguro médico tanto para empleados como para patrones, en razón de que el aumento del desempleo conduciría a menos contribuciones. Antes, la contribución obligatoria era de 5,2% para empleados y 5,5% para patrones. Los representantes del sector comercial creen que esta medida aumentará aún más el desempleo ya que las empresas seguirán reduciendo costos y funcionarán con menos empleados.

En febrero de 2009, el Gobierno anunció que las empresas que contraten personas desempleadas, que sean el único sostén de la familia o mayores de 50 años, recibirán subvenciones por un período de hasta 12 meses a fin de cubrir la mitad de los salarios de sus nuevos empleados. Las subvenciones también apoyarían el empleo de romaníes y de aquellos que, debido a la carencia de educación o habilidades, no tienen buenas posibilidades en el mercado de trabajo. Para las personas desempleadas durante más de dos años, las subvenciones cubrirán el 75% del sueldo durante 24 meses. El plan, por un valor total de EUR 133 millones, está financiado en un 85% por la Comisión Europea. De éste, EUR 29 millones están asignados para el empleo en las áreas rurales. En marzo de 2009, el Gobierno también decidió ampliar el período de subsidios de desempleo por tres meses más, mientras que los patrones y los empleados serán eximidos durante tres meses de pagar las contribuciones a los seguros sociales durante la suspensión temporal de actividades.

Según datos del Banco Nacional de Rumania, los ciudadanos que trabajan en el extranjero enviaron remesas por EUR 8.700 millones en 2008 (en comparación con EUR 7.000 millones en 2007). Esto representa casi tanto como la inversión extranjera directa total (un récord de EUR 9.000 millones) y el 5% de INB. Un estudio publicado por el Banco Mundial clasifica a Rumania en el octavo puesto entre los países en desarrollo en cuanto a remesas migratorias1. Sin embargo, a principios de 2009, el nivel de remesas cayó 10% comparado con el mismo período de 2008. Italia y España, los dos países que son la fuente del 90% de las remesas totales, enfrentan problemas económicos serios y altas tasas de desempleo. Aproximadamente 800 mil rumanos trabajaban en España, principalmente en los sectores más golpeados (servicios, industria y construcción). En noviembre de 2008, las autoridades españolas anunciaron que 100 mil rumanos estaban desempleados, y se esperaba que 30 mil más perdieran sus empleos en 2009.

En noviembre de 2008, el Ministro del Trabajo y Asuntos Sociales declaró que en 2009 Rumania podría absorber hasta 500 mil trabajadores retornados del extranjero, debido a que existe una escasez de mano de obra para proyectos de infraestructura y del sector agrícola. Sin embargo, estos comentarios parecen destinados básicamente a calmar las preocupaciones de Italia y España respecto a que los trabajadores rumanos se convertirían en una carga para sus planes de subsidio del desempleo, ya demasiado exigidos. De todos modos, según un sondeo llevado a cabo por la Fundación Soros en septiembre de 2008, sólo el 14% de los rumanos que trabajan en España tenía la intención de volver a casa en 2009.
 
Bancos extranjeros, el FMI y la gente

Prácticamente todos los bancos rumanos fueron privatizados durante los últimos años y vendidos a bancos extranjeros. Hasta el inicio de la crisis financiera, los bancos extranjeros tuvieron enormes ganancias en un mercado en plena y rápida expansión. En 2008, BCR (Este Group/Austria) informó sobre un aumento de la ganancia neta del 119,8%, BRD Société Générale (Francia) registró un aumento del 46% y el Banco Raiffeisen (Austria) aumentó su ganancia en 75,6% comparado con 2007. Sólo la ganancia neta de estos tres bancos, los más grandes de Rumania, sumó más de EUR 1.000 millones.

Al inicio de la crisis financiera, el Banco Nacional de Rumania intervino en una tentativa de calmar la locura de préstamos provocada por la competencia, imponiendo una serie de restricciones orientadas a prevenir la cesación de pagos. Sin embargo, el nivel de endeudamiento aumentó bruscamente. Esto ha llevado a un escenario en el cual, como en la mayor parte de Europa Central y Oriental, las deudas rumanas se deben a bancos de Europa Occidental, sobre todo en Austria, Francia, Grecia e Italia. Sin ninguna consideración por el impacto negativo potencial de sus acciones, los bancos alentaron una tendencia de consumo basada no en la producción real de la verdadera economía local, sino en un aumento de las importaciones de Europa Occidental. Básicamente, con el dinero que se tomó prestado de Europa Occidental, estos bancos apoyaron sus propias economías nacionales y endeudaron a Rumania y sus ciudadanos.

Esta situación se agravó por el hecho que los Gobiernos de Europa Occidental hicieron presión sobre sus bancos para retirarse, vendiendo más barato las filiales en Europa Oriental. El Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD) espera una cesación de pagos de hasta 20% por préstamos de Europa Oriental; Rumania se encontraría entre los más afectados. Los decisores políticos en Bucarest se ven limitados en sus opciones de políticas fiscales por el hecho de que se requieren restricciones para corregir los valores negativos de la balanza de pagos. Al mismo tiempo, un debilitamiento de la moneda nacional podría, eventualmente, desencadenar una cesación de pagos que sacudiría la estabilidad financiera. A fin de contrarrestar estos peligros, el Gobierno solicitó y recibió un préstamo de EUR 19.950 millones del FMI, la Comisión Europea, el Banco Mundial y el BERD. Del total, el FMI proporcionará EUR 12.950 millones.

El Gobierno insiste en que el préstamo se vincula con el compromiso de los bancos extranjeros en Rumania de reanudar el crédito sin externalizar los recursos del país ni afectar las obligaciones del presupuesto nacional para la educación y la salud. A fines de marzo de 2008, el FMI obtuvo compromisos escritos de las sedes centrales de las principales filiales bancarias en Rumania, que seguirían apoyando estas filiales y no retirarían el capital. Sin embargo, el Gobierno tiene una mala historia en cuanto a resistir la presión extranjera. También carece de los medios para sortear las “soluciones” extranjeras a los problemas nacionales. Tanto el Gobierno como la sociedad civil, con pocas excepciones, fueron lentos para exponer lo que realmente está en juego. Las medidas de austeridad propuestas por el Gobierno, incluyendo el congelamiento de los salarios y pensiones públicos y los aumentos fiscales, han provocado el descontento y la movilización de los sindicatos.

El préstamo del FMI parece haberse contraído bajo presiones externas, principalmente para salvar los intereses de las compañías extranjeras en Rumania. No servirá para reembolsar la deuda externa del país, pero cubrirá las deudas de las filiales locales de los bancos extranjeros. De esta forma, se utilizarán los fondos públicos para reparar el daño hecho por el capital privado. En general, los Gobiernos de Europa Occidental han logrado manejar este daño. Sin embargo, los reclamos desesperados del Gobierno austríaco para que el FMI y la UE intervinieran y rescataran sus bancos en Europa Oriental, demuestran que los bancos extranjeros a veces están peligrosamente sobreexpuestos (por ejemplo, los bancos austríacos han prestado a la región el equivalente al 70% del PIB de Austria). El reembolso de un préstamo que representa el 40% del presupuesto anual de Rumania sólo será posible durante los próximos años mediante la disminución del nivel de vida de la población.

Crisis de la ayuda al desarrollo

En 2007, al ingresar a la UE, Rumania se comprometió a contribuir como país donante al alivio de la pobreza en el mundo, participando en la política de ayuda de la UE y configurando su propia política de ayuda oficial al desarrollo (AOD). Es probable que la crisis financiera actual tenga un drástico impacto en los flujos de ayuda rumanos. El presupuesto de la AOD gestionado por el Ministerio de Asuntos Exteriores (MAE) se recortó de EUR 5 millones en 2008 a EUR 1,9 millones en 2009. Mientras tanto, el préstamo multimillonario del FMI ya impuso limitaciones presupuestarias para las áreas “no esenciales”, y el reembolso del préstamo (en 2015) afectará el presupuesto de la AOD por muchos años. Aun cuando las contribuciones multilateral de AOD se mantengan en un nivel relativamente constante, es muy poco probable que se logre el objetivo del 0,17% de AOD al que el Gobierno se comprometió para 2015.

Las organizaciones de sociedad civil (OSC) han advertido que toda la política de cooperación al desarrollo rumana está en peligro de desaparecer. De forma crucial, toda la inversión anterior en capacidad institucional recién desarrollada para el MAE se verá afectada. El Gobierno encaró la mayoría de sus necesidades internas de desarrollo de capacidad a través la tercerización de tareas específicas con el PNUD Rumania. Las OSC están preocupadas porque, de esta manera, el Gobierno pierde su principal objetivo a corto plazo: reforzar la capacidad nacional.

Una señal clara de los impactos de este enfoque fue el cambio de la estructura administrativa interna del MAE a principios de 2009. Mientras que el Gobierno asignó recursos financieros importantes al PNUD Rumania para contratar expertos, a la oficina de Ayuda al Desarrollo dentro del MAE se la bajó de categoría y se redujo su personal a la mitad, con la consiguiente disminución de su capacidad para programar y gestionar la ayuda al desarrollo. Aunque en tiempos de crisis los recortes presupuestarios sean comprensibles, destruir la capacidad administrativa de las instituciones públicas no es aceptable cuando esto tiene implicaciones a largo plazo. Los representantes del PNUD deberían entender que al desviar recursos y retrasar los procesos de empoderamiento, arriesgan perjudicar a los emergentes actores locales de la cooperación al desarrollo en Rumania.

1 Según People Move, un blog sobre la emigración, remesas y desarrollo, se estima que los flujos de remesas a los países en desarrollo excedían los USD 300 mil millones en 2008. Disponible en: <peoplemove.worldbank.org/en/content/remittance-flows-to-developing-countries>.