Mujeres discutiendo en un mundo globalizado

Mundo de las Mujeres en Ottawa.
(Foto: Elizabeth Littlejohn)

Fuentes : Xtra!, Care2.com, Rabble.ca.

La globalización ha contribuido a la desestabilización y marginación de las mujeres, pero también ha mejorado la comunicación entre ellas, dada la mayor conectividad entre organizaciones y redes de lucha por la equidad. Eso quedó claro en el Mundos de Mujeres (Women’s World), la conferencia que marcó en Ottawa los 30 años del Congreso del mismo nombre y que congregó a cerca de 2.000 activistas, académicas y políticos de 92 países durante cinco días del mes pasado.

Los participantes "se concentraron en la situación de las indígenas, las mujeres con discapacidades y el diálogo intergeneracional", señaló Caroline Andrew, copresidenta del congreso. Las deliberaciones también pusieron de manifiesto las persistentes diferencias dentro del movimiento femenino mundial entre quienes defienden los derechos de los y las trabajadoras sexuales y quienes postulan abolir la prostitución, como señaló el portal canadiense de noticias sobre gays y lesbianas Xtra!

"En los últimos 30 años se ha registrado una enorme transformación en la vida de las mujeres de todo el mundo. Sabemos que la globalización se va afianzando cada vez más, tal como se afianza el nuevo orden mundial, y las mujeres están ejerciendo una impresionante oposición al colonialismo, el capitalismo, el imperialismo y a la desigualdad ", señaló Andrew.

El título de la conferencia fue "Inclusiones, exclusiones, reclusiones: Viviendo en un mundo globalizado”, y las sesiones de cada día se basaron sobre las consignas Rompiendo Ciclos, Rompiendo Techos, Rompiendo Barreras y Abriendo Camino.

La conferencia se abrió con cierta controversia el 3 de julio, cuando Rona Ambrose, ministra de Asuntos Femeninos de Canadá, fue abucheada desde el auditorio, informó el portal canadiense de noticias Care2.com. Ambrose se refería al compromiso del gobierno de su Partido Conservador "para mejorar la vida de mujeres y niñas en las comunidades de Canadá y en todo el mundo." Pero su gobierno ha realizado grandes recortes a la financiación de las organizaciones de mujeres, incluida la negativa de fondos a la Federación Internacional de Planificación Familiar.

Una de las sesiones del 4 de julio se dedicó a la mercadotecnia dirigida a niñas y mujeres, informó Care2.com. Las presentaciones abarcaron un amplio espectro de ejemplos, como las muñecas Bratz y la Barbie como "mujer amigable" y la pornografización de la sociedad, y reiteráron la idea de que las empresas alientan a mujeres y a niñas a elegir la opresión.

Lauren Levesque, oriunda de Ottawa, le dijo a la audiencia que, a través de entrevistas, constató la preocupación de las madres por la influencia de las muñecas Bratz sobre sus hijas. Estas madres describieron las muñecas como materialistas, de mala calidad e hipersexualizadas. Las niñas, por su parte, las caracterizaron como simpáticas, a la moda y hermosas, sin verles aspectos negativos. Levesque detectó la complacencia de las hijas en ser objetivadas, y llegó a la conclusión de que a esa edad no deben ser forzadas a tomar ese tipo de elecciones, pues sólo son capaces de disfrutar la niñez sin verse obligadas a identificarse con imágenes mucho más mayores y dañinas.

La cientista política Nathalie Elaine García Meza, de Colombia, examinó las maneras en las cuales el personaje de Barbie intenta distanciarse del patriarcado, mientras, no obstante, mantiene su opresión. El eslogan de Barbie, "nosotras, las chicas, podemos hacer cualquier cosa" (“We Girls Can Do Anything” ) tiene pretensiones feministas, y oculta grandes inconsistencias. Las mujeres son capaces de entrar en nuevos espacios y romper los techos de cristal, pero aun así deben ser bellas, madres protectoras, buenas amas de casa y esposas cariñosas. En esencia, las mujeres han exigido el derecho a hacer cualquier cosa que los hombres puedan hacer, pero no se han despojado de ninguno de sus antiguos roles y deberes, ni del sometimiento que supone cumplirlos.

Después de la conferencia, Xtra! informó que las trabajadoras sexuales y sus defensoras se vieron acalladas y superadas por grupos opuestos a la prostitución despenalizada.

Una conferencia que reunió a "investigadoras y activistas en cuestiones femeninas” puso “inesperadamente de relieve una profunda y dolorosa fisura en el movimiento feminista, con hostilidad hacia quienes defienden a las trabajadoras sexuales, y en los espacios comunes a lo largo de los cinco días", escribió la periodista Lara Purvis.

"El programa incluyó numerosos paneles de discusión, desde diferentes ángulos, para poner fin a la prostitución mundial. Este movimiento, asociado más comúnmente con la anterior generación feminista antipornografía y antiprostitución, argumenta que el trabajo sexual es intrínsecamente explotador de mujeres, fomentando la instauración de las estructuras patriarcales", agregó Purvis.

Mientras, grupos como Prostitutas de Ottawa/Gatineau Trabajo, Educar y Resistir (POWER), Profesionales Sexuales de Canadá (SPOC), Maggie de Toronto y Stella de Montreal, que trabajan por el fomento de condiciones seguras de trabajo, estrategias de reducción de daños y la libertad de opción laboral, sufrieron un “abismo” con otras organizaciones, “evidente en la exposición multimedia ‘Flesh Mapping: Prostitution in a Globalized World' ('Mapeo de la carne: La prostitución en un Mundo Globalizado’)”, signada por “una fuerte ideología prohibicionista” que marcó “toda la conferencia", agregó la periodista.

La muestra incluyó 70 juegos de ropa de cama usados como lienzos que expresaban sentimientos como "las mujeres son abandonadas en nombre de su libre elección".

"Me pareció increíble. Me dieron ganas de morirme en esa habitación, con todas esas sábanas negando nuestra existencia, negando la posibilidad de elegir el trabajo sexual", señaló Tuulia Law, activista de SPOC y presidenta de Estudiantes por los Derechos de los Trabajadoras Sexuales.

En presentaciones de panelistas como Frédérique Chabot (POWER), Colette Parent, Chris Bruckert (Universidad de Ottawa) y Nengeh Mensah (Universidad de Québec en Montreal), los ataques se volvieron más personales.

Cuando un miembro del público sugirió que sus alocuciones perpetuaban no sólo el patriarcado, sino también la opresión del capitalismo, personas contrarias al trabajo sexual se pusieron de pie y aplaudieron.

"Sentí como si un tornado pasara por la sala. Me sentí muy impotente, como que nada de lo que podría haber hecho hubiera podido cambiado nada. No estaban allí para el diálogo. Estaban allí para humillarnos, para hacernos callar, para reírse de nosotras, para gritarnos", señaló la participante Lindsay Blewett. "

Más información
Mundos de Mujeres


SUSCRIBIRSE A NUESTRO BOLETÍN

Enviar