Semana de movilizaciones por justicia climática
Published on Fri, 2011-11-18 08:02
La sociedad civil mundial no se ha quedado de brazos cruzados ante el aparente estancamiento de las negociaciones rumbo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que comenzará el día 28 en Durban, Sudáfrica. Además de lanzar un llamado de alerta para forzar a los países industrializados a renovar su compromiso de reducir sus emisiones de gases invernadero, docenas de organizaciones preparan movilizaciones por justicia climática en todo el mundo para la próxima semana, previa a la conferencia. Estas organizaciones manifestaron su alarma ante la estrategia del Norte industrial rumbo a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, consistente en diluir el Protocolo de Kyoto que obliga a los países ricos firmantes a reducir sus emisiones de gases invernadero, obligación a la que pretenden sustituir por “metas voluntarias” de recorte. Las instituciones que adhirieron al llamado advirtieron que “los gobiernos de los países industrializados han tratado de revertir los principios de la Convención y desmantelar los acuerdos existentes”. Entre sus reclamos, exigen una reducción de emisiones de gases invernadero drástica, justa y equitativa, y que se dejen de lado “falsas soluciones” como el comercio de carbono y los mecanismos de mercado relativos a los bosques, el suelo y el agua, la geoingeniería a gran escala, la energía nuclear, las megarepresas y los agrocombustibles. Las organizaciones de la sociedad civil postulan, además, que los países industrializados financien, de acuerdo con su responsabilidad histórica, el costo que les insume a las naciones en desarrollo el impacto del cambio climático, sin que ello genere nuevas deudas y “a través de un fondo mundial democrático y responsable que sea independiente de otras instituciones financieras internacionales”. Esta “Campaña Mundial por Justicia Climática” coincide con el pronunciamiento a comienzos de mes de los ministros de Brasil, China, India y Sudáfrica (grupo conocido por las siglas BASIC), reunidos en Beijing, según el cual “la prioridad esencial para el éxito en Durban” es “un segundo periodo de compromisos” de reducción de emisiones por parte de los países industrializados tras el vencimiento del Protocolo de Kyoto el año próximo. En la reunión participaron como observadores representantes del Grupo de los 77, el Grupo Árabe y la Alianza de Pequeños Estados Insulares. Además, el Grupo Africano, los Países Menos Adelantados y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) formalizaron el mes pasado en Panamá una alianza para exigir en Durban el fortalecimiento del régimen de recorte de emisiones acordado en Kyoto en 1997 y un financiamiento adecuado para que las naciones del Sur en desarrollo afronten el impacto del cambio climático. Lo que sigue es el texto de la declaración de las organizaciones de la sociedad civil.
Campaña mundial para exigir justicia climática Somos movimientos y organizaciones comprometidos en numerosas luchas por un mundo nuevo, un mundo en el cual las necesidades, los intereses, derechos y aspiraciones de todos los pueblos tengan prioridad ante el lucro de las corporaciones y los excesos de las elites. En el año que tenemos por delante, nuestra solidaridad y acción colectiva son sumamente cruciales. El cambio climático ya tiene impactos devastadores a escala mundial y se está acelerando. El margen que nos queda para impedir que sobrevengan situaciones cruciales de ruptura y para detener la catástrofe climática se está achicando rápidamente. El cambio climático es mucho más que una multiplicación del sufrimiento de personas ya abrumadas por las injusticias del hambre, las privaciones y la violación de los derechos humanos. Es una crisis que también amenaza con exterminar vastas poblaciones y cambiar profundamente la vida en la Tierra. Debemos actuar con claridad, cohesión y coraje si queremos estabilizar el sistema del clima en el planeta y asegurar un mundo justo y sustentable. Al igual que otras crisis mundiales, el cambio climático surge principalmente de estructuras económicas y sociales históricamente desiguales, de prácticas y políticas promovidas por países ricos, industrializados, y de sistemas de producción y consumo que sacrifican las necesidades de la mayoría en función de los intereses de una minoría. Los pueblos afectados del mundo tienen muy poca responsabilidad por la crisis climática y sin embargo sufren sus peores efectos y carecen de los medios para responder a ella. Afrontar esos desafíos exige una profunda transformación social en todos los países y a todos los niveles: local, nacional y mundial. Exige un cambio rápido hacia sistemas y métodos de producción y consumo que sean compatibles con los límites del planeta y estén dirigidos a satisfacer las necesidades de los pueblos, en lugar de la insaciable búsqueda del lucro. Parte del proceso de una profunda transformación social es luchar por resultados inmediatos concretos, en términos de reducciones drásticas de emisiones de gases de efecto invernadero así como permitir que la gente pueda hacerle frente a los impactos de la crisis climática. Es por todo esto que estamos embarcados en la lucha por una arquitectura climática internacional que se base sobre la ciencia, la equidad y la justicia. Los gobiernos reunidos este año en Durban para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima deben poner fin a años de dilaciones, y cumplir finalmente con su obligación moral, histórica y legal. En lugar de honrar sus responsabilidades históricas y sus compromisos legales, los gobiernos de los países ricos industrializados han tratado de revertir los principios de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y de desmantelar los acuerdos existentes. Este intento, que comenzó con el llamado Acuerdo de Copenhague, se profundizó con los resultados de Cancún y podría llegar a su culminación en Durban. Entre otras cosas, procuran imponer un sistema nacional de “promesas y revisiones”, desreglamentar las normas multilaterales sobre el clima y promover falsas soluciones tales como la expansión de los mercados de carbono. A esos intentos debemos oponer una resistencia cada vez más firme. Como parte de una lucha más amplia para alcanzar la justicia climática, indemnizar [a los pueblos afectados] por la deuda climática y lograr una profunda transformación mundial, exigimos a todos los gobiernos que, para que las negociaciones internacionales tengan algún significado, lleguen a resultados que: * Impidan un cambio climático catastrófico y aseguren una distribución justa y equitativa de la drástica reducción de emisiones. * Pongan fin a las falsas soluciones. * Aseguren un financiamiento adecuado y apropiado sobre la base de la responsabilidad de los países para con la deuda climática y la obligación de indemnizar a todos los pueblos afectados. * Aseguren transferencias de tecnologías apropiadas sin barreras de propiedad intelectual. * Avancen en la transformación de sistemas post-carbono equitativos y democráticos. Exhortamos a todos los movimientos, organizaciones populares, grupos de la sociedad civil y a todos los ciudadanos con conciencia a unirse en una Campaña Mundial para Exigir Justicia Climática. Iniciemos juntos esta campaña con movilizaciones coordinadas en una Semana de Acciones Mundiales por la Justicia Climática, del 20 al 26 de noviembre. Estados Unidos y Europa Africa América Latina y el Caribe Bangladesh India Indonesia Malasia Nepal Pakistan Sri Lanka Filipinas Más información Este informe se basa sobre datos de las siguientes fuentes: |