La sociedad civil árabe lleva su mensaje a Washington
Published on Thu, 2012-05-17 09:13
Un nutrido grupo de miembros y aliados de la Red Árabe de ONG para el Desarrollo (ANND) visitan Washington esta semana para divulgar su evaluación del vínculo entre Estados Unidos y la región de Medio Oriente y África septentrional. Los 12 activistas y expertos de 10 naciones (Egipto, Túnez, Palestina, Líbano, Jordania, Marruecos, Bahrein, Yemen, Sudán e Irak) aprovechan la oportunidad para abrir y profundizar espacios de diálogo entre la sociedad civil árabe y la estadounidense, y también con figuras políticas del país norteamericano. En un documento de análisis y sugerencias publicado antes de la visita, las organizaciones destacaron sus principales preocupaciones. La primera es “el carácter fundamental del reconocimiento de los derechos palestinos para los procesos de democratización y desarrollo de la región árabe”, seguida por “reconstruir la credibilidad de la política exterior estadounidense”, “repensar las relaciones comerciales y en materia de inversiones”, “reformar la asistencia estadounidense al desarrollo” y “reconsiderar la deuda de los países árabes con Estados Unidos”. “Es necesario reconocer y apoyar los derechos del pueblo palestino y su búsqueda de una solución justa al conflicto con Israel como condición fundamental a cualquier avance de toda la región hacia la estabilidad política, la consolidación de la democracia y el desarrollo sustentable”, advierte el estudio. “La falta de esfuerzos constructivos y genuinos de parte de Estados Unidos en el proceso de paz y la persistencia del predominio de la seguridad en su vínculo con la región socavan la credibilidad de su política.” La cuestión palestina afecta el proceso político regional en su globalidad y es uno de los principales factores que lo agravan, junto con las políticas socio-económicas que fomentan la inequidad y la ilegitimidad de los gobiernos, explicó Allam Jarrar, miembro del comité directivo de la Red de ONG Palestinas (PNGO), en una conferencia sobre el papel de la sociedad civil en las revueltas árabes realizada el martes en la sede de la New America Foundation. La asistencia estadounidense será infructuosa y la economía palestina no mejorará mientras Israel no levante sus restricciones ni se garantice la seguridad de la población y las libertades, incluida la de movimiento y circulación, agregó Jarrar. Los reclamos por derechos humanos y políticos siguen siendo importantes en Egipto y Túnez, países donde los levantamientos populares pusieron fin a las dictaduras que los oprimían, pero ahora aumenta la atención que les prestan sus sociedades a otras cuestiones como las reformas económicas y la equidad. “El ciudadano cuyos derechos se defienden es clave para sostener las prácticas democráticas en la región y para lograr los objetivos de las revoluciones”, dijo en la conferencia Kinda Mohamadieh, directora de Programas de la ANND. “Si Estados Unidos y la Unión Europea quieren de verdad ayudar a la región en sus transformaciones democráticas, deben rediseñar” sus acuerdos económicos con los países árabes, agregó Mohamadieh, según el reporte publicado en el sitio web del Project on Middle East Democracy. La experta explicó que la crisis económica reflejó la descomposición de prácticas políticas. “Cambiar las asociaciones económicas” es un paso clave para concentrarse “en la transición de largo plazo”, mientras los acuerdos de asistencia relativos a las finanzas públicas “restringen la flexibilidad de los países para elegir entre diferentes opciones” y “aumentan la deuda soberana”. Por otra parte, la creación de empleos requiere reconstruir “los sectores agrícola, industrial y de servicios”, y no aumentar el producto interno bruto, advirtió. El periodista y activista tunecino Salah Al Jourchi, coordinador de investigaciones de ANND, dijo que, en tiempos de dictadura y represión, las organizaciones de la sociedad civil se concentraban en los derechos humanos, pero sus intereses se han ampliado desde la caída del régimen. Sus prioridades actuales, explicó, son cambiar el modelo económico “destructivo” basado sobre el crecimiento de la producción, al tiempo de asegurarse de que el gobierno cumpla con su compromiso de convocar a elecciones en un año y que se le reconozca a la sociedad civil un papel clave en las políticas de desarrollo. Los partidos islamistas tunecinos tuvieron éxito en las elecciones porque trabajaron desde las bases, agregó Al Jourchi, quien aclaró, sin embargo, que la revolución en su país no es de carácter religioso sino más bien social y económico. Abdulnabi Hasan Alekry, presidente de la Sociedad por la Transparencia de Bahrein, destacó que, a pesar de algunos trastornos en los procesos revolucionarios, los conceptos de reforma y cambio se han vuelto una obsesión para las masas árabes. Pero la dedicación de los gobiernos a un sistema económico capitalista les impide a los países alcanzar la prosperidad, agregó Alekry. El palestino Allam Jarrar concluyó que los viejos modelos económicos fracasaron, y el tunecino Al Jourchi sugirió que los cambios en el sistema deberían comenzar con una redistribución del poder en el ámbito mundial.
“Sugerencias” para Washington “En la búsqueda de un equilibrio entre su política exterior y sus preocupaciones por la seguridad, el gobierno de Estados Unidos ha recurrido con frecuencia a un doble rasero para evaluar los levantamientos y revueltas populares árabes. En ocasiones, sus intereses en materia de seguridad han prevalecido por sobre los llamados a alentar los levantamientos populares”, indica el documento de análisis y sugerencias producido por las organizaciones de la sociedad civil antes de la visita a Washington. Pero “la agenda estadounidense de política exterior en relación con la seguridad del abastecimiento de energía, el conflicto palestino-israelí, el terrorismo y el islamismo radical se cumplirá mejor apoyando abierta e inequívocamente la voluntad de los pueblos, que, en definitiva, prevalecerán frente a los regímenes opresivos”, agrega el texto. “Reconstruir la credibilidad de la política exterior estadounidense en la región árabe requiere profundizar el diálogo con todos los sectores del espectro social y político, incluidas las organizaciones de la sociedad civil.” El documento también recomienda reconsiderar la relación económica entre Estados Unidos y la región, pues diversos indicadores, entre ellos el aumento del desempleo y la desigualdad y la caída de la capacidad productiva, “desenmascararon la desconexión de las políticas comerciales y de inversión con los derechos de los pueblos, incluido el derecho al desarrollo”. Por otra parte, “la asistencia estadounidense al desarrollo de la región árabe ha estado estrechamente vinculada con la promoción de su política exterior y con sus objetivos militares estratégicos, y no necesariamente con la promoción de la democracia, el desarrollo o los derechos humanos”. Las organizaciones también urgieron a una auditoría de las deudas contraídas por las dictaduras de Egipto y Túnez, con miras a su cancelación, pues “son pagadas por la gente y responden a decisiones ilegítimas que limitan el espacio disponible para ejercer una política económica y social democrática y soberana”. Fuentes |