Protestan contra G20

Auteur: 
Carlos Bedoya

 

 

 

 

Más de 100 organizaciones sociales de todo el mundo llaman a protestar frente a las falsas soluciones a la crisis global que plantean las economías ricas y emergentes agrupadas en el Grupo de los 20 (G20). Organizaciones de los cinco continentes señalan que las reformas financieras planteadas no imponen ningún control real para bancos que originaron la crisis, y que el G20 no propone salidas de fondo a la grave situación que afronta el planeta.

DETALLE

El Grupo de los 20 (G20) se conformó en 1999 por los siete países más industrializados del mundo más Rusia (G8), once países recientemente industrializados de todas las regiones del mundo, y la Unión Europea como bloque. Tras el estallido de la crisis se incluyó a países como Brasil y Argentina, y se autodenominó como el “nuevo foro para la gobernabilidad económica mundial”. Las reuniones de este remozado G20 se han realizado en Washington (2008), Londres (200), Pittsburg (2009) y Toronto (2010).

Con el lema “20 países no deben decidir el destino del mundo entero”, cientos de organizaciones sociales agrupadas en redes, gremios y coaliciones internacionales, regionales y nacionales han circulado esta semana, un documento que llama a la movilización y protesta de la ciudadanía mundial frente a la próxima reunión del Grupo de los 20 (G20), espacio, que según el llamado, representa a las corporaciones y no a los pueblos que sufren los efectos de la crisis; y que garantiza las ganancias de los inversionistas antes que la solución del grave problema de empleo e impacto del cambio climático que enfrentan hoy el mundo.

Las organizaciones firmantes del llamado, entre las que destacan la Alianza Social Continental, la Vía Campesina, Social Watch, Jubileo Sur, Attac, Asian Pacific Research Network, Korea Alliance of Progresive Movements, Latindadd, Asian Peasent Coalition y Africa Europe Faith & Justice Network, piden la adopción de estrategias económicas audaces para crear empleos decentes, como la creación de una nueva arquitectura financiera internacional, a fin de distribuir el poder financiero en las distintas regiones del mundo, y no solo en dos o tres instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco mundial controladas por pocos países.

Cambio climático
Según, el documento circulado a inicios de la semana, la solución a la crisis económica global implica adoptar cuanto antes un cambio profundo en el sistema mundial de producción, distribución y consumo, no solo para generar empleo, sino para reducir los impactos del cambio climático.

Las organizaciones rechazaron las soluciones de mercado centradas en bonos de carbono que no buscan reducir emisiones, sino hacer negocios. Al mismo tiempo, criticaron el acuerdo de Copenhagen por ser un retroceso frente al Protocolo de Kyoto, precisamente en el tema de emisiones de gases de efecto invernadero.

Estas demandas se hicieron luego de que un reciente informe de la ONG británica Sandbag, evidencie que el cierre de cientos de fábricas en toda la Unión Europea (producto de la crisis), ha reducido drásticamente las emisiones de gases de carbono en un 11% durante el 2009. Y por tanto, el denominado régimen de comercio de derechos de emisiones (ETS), es decir los bonos de carbono, ha quedado obsoleto, al demostrarse que no han logrado reducir emisiones de manera contundente, mientras que solo el hecho de transportar menos productos en flotas de camiones y barcos, debido a la recesión que vive el viejo continente, ha conseguido reducir sustancialmente las emisiones y con ello reducir también los impactos del cambio climático en esa región.

Para muchos especialistas, esta paradoja debe ser tomada en cuenta para la transformación de los sistemas de distribución una vez pasada la crisis económica. Es que en realidad el mecanismo ETS es una falsa solución, pues permite que empresas como Arcelormittal, la siderurgíca más grande del mundo, haya comprado más de 102 millones de ETS, y pueda incrementar sus emisiones 1.8% cada año.

Alimentación mundial
Otro de los principales reclamos que las organizaciones sociales de todos los continentes le hacen al G20, es la eliminación del actual sistema global de alimentación, que se basa en la especulación de precios por parte de las empresas de agronegocios.

Para los firmantes del llamado frente al G20, no es posible que los alimentos se negocien en los denominados mercados de futuros y sean considerados como una materia prima más, que como el cobre por ejemplo, se negocie en grandes mercados financieros de Nueva York o Londres, sin tener en consideración el acceso de los más pobres al trigo, maíz, arroz, azúcar, soja, entre otros productos de primera necesidad.

La subida de los precios de los alimentos ha tenido más relación con la especulación (para que algunos inversores acumulen más capital), que con las leyes económicas de oferta y demanda.

La alternativa que se propone desde el lado de las organizaciones sociales, se centra en la promoción de un sistema de producción y distribución de alimentos que apoye a los pequeños agricultores, protegiendo la soberanía alimentaria de las distintas regiones del mundo, asegurando la erradicación del hambre en el mundo.

Nada de fondo
El G20 se reunirá desde el 11 de noviembre en Seúl, capital de Corea del Sur, y tiene como uno de sus principales puntos de agenda, la reforma del FMI y la aprobación de las medidas de reforma del sistema financiero mundial conocidas como Basilea III, las mismas que fueron propuestas la semana pasada en Suiza por los reguladores bancarios (bancas centrales) de los países más ricos.

Como informó LA PRIMERA hace unos días, Basilea III es, en realidad, apenas un maquillaje disfrazado de iniciativa de avanzada, pues no obliga a los bancos del mundo a tener el respaldo suficiente para garantizar sus arriesgadas operaciones.

Esto ocasionó la gran crisis financiera que estalló en el 2008.

Basilea III no ha logrado transformar el sistema financiero basado en la especulación y alto riesgo, en uno de reservas de capital de los propios accionistas, que evite que con plata de todos los contribuyentes, se haga salvatajes a bancos irresponsables, mientras que sus propietarios disfrutan de enormes ganancias.

Estas reformas serán discutidas en el G20, dejando de lado temas centrales que nos coloca la crisis global: el empleo y el impacto del cambio climático.

Movilización
Es por ello que ha surgido el “llamado a movimientos y organizaciones sociales del mundo entero a protestar frente a la cumbre del G20 en Seúl”, que incluye una semana de acciones colectivas de diversos activistas en la capital coreana del 6 al 12 de noviembre próximos.

En este marco se hará una movilización de masas y acto político organizado y encabezado por sindicatos coreanos y otras organizaciones nacionales que han constituido el comité coreano de acción, al mismo al que han invitado a todas las organizaciones y activistas del mundo que puedan llegar a Corea.

Todo indica que la próxima cumbre del G20 será más de lo mismo, por un lado, corporaciones y grandes bancos haciendo lobby para que nada cambie, y del otro, presidentes dando grandes discursos progresistas. Al parecer serán necesarios muchos más terremotos financieros antes que las correlaciones cambien y los trabajadores con sus protestas en las calles dejen de labrar en el mar.

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