El informe de progreso del secretario general de las Naciones Unidas sobre los ODS muestra que en 2030 muchos habrán quedado atrás, pero omite mencionar las responsabilidades de los ricos.

Cuando los Estados miembro de las Naciones Unidas solicitan al secretariado un informe sobre casi cualquier tema, la respuesta tiende a seguir la fórmula clásica del vaso medio lleno/medio vacío: Estamos avanzando, pero aún queda mucho por hacer.

Las Naciones Unidas advierten en un informe que se publicará en julio que “no hay escapatoria al hecho de que el panorama mundial para la implementación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tiene un deterioro general desde 2015, dificultando los esfuerzos de los gobiernos y otros socios” para alcanzarlos.

Una de las razones del negativo contexto es el hecho de que hay crecientes obstáculos para un claro compromiso con la cooperación multilateral, fundamental para los acuerdos de la comunidad mundial,  afirma el documento de 35 páginas, que se publicará antes del  Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible del Consejo Económico y Social (Ecosoc), del 9 al 18 de julio.

Una declaración política será adoptada por los jefes de Estado y de gobierno en la cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Asamblea General de Naciones Unidas, en septiembre de 2019. Para llegar a un consenso, los Estados miembros han iniciado negociaciones y está circulando un segundo borrador de la declaración. El documento se titula por ahora “Preparándonos para una Década de Acción y Resultados (delivery) para el Desarrollo Sostenible: Declaración Política de la Cumbre de los ODS” y se divide en tres secciones: I. Nuestro Compromiso, II. Nuestro mundo hoy, III. Nuestro llamado a la acción acelerada.

Las negociaciones están siendo co-facilitadas por la embajadora Sheila Gweneth Carey, representante permanente de las Bahamas y el embajador Olof Skoog, de Suecia. Algunas áreas clave de interés y preocupación se evidencian comparando los cambios realizados entre el borrador cero del documento y el segundo borrador en análisis desde mediados de junio.

En Colombia, un informe de Angélica Beltrán, Karla Díaz y David Cruz, investigadores de la Asociación Ambiente y Sociedad argumentan que "las industrias extractivas y la contaminación atmosférica en las ciudades son una fuente importante de conflictos socioambientales". El informe plantea: "La protección del medio ambiente muestra un debilitamiento progresivo ... Debido a la falta de información ambiental actualizada y la simplificación de los procedimientos para otorgar permisos y licencias, a las comunidades afectadas les resulta cada vez más difícil controlar las amenazas sobre sus tierras y sus medios de subsistencia ". Además, las instituciones de control ambiental no tienen la capacidad de supervisar adecuadamente las actividades extractivas, lo que ha permitido ecocidios graves como el afloramiento de petróleo crudo en el Bloque Lizama y la violación de las normas ambientales por parte de Emerald Energy en el Bloque Ombu, ubicado en la región amazónica.


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